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MARTA Y EL ARMARIO - por Alejandro Huerta Sánchez

Web: http://alejandrohuertablog.blogspot.com

No fue buena idea aceptar el armario, pero tampoco era prudente oponerse porque se trataba del regalo de boda que nos hacía Armando, el tío de Marta. Lo compró en una tienda de antigüedades cerca del puerto. En el interior tenía un espejo bastante opaco y gavetas a los costados; era de color blanco en su totalidad y me sacaba un metro de altura. Aunque no soy devoto a las cosas antiguas no me parecía mal para darle un aura diferente a la habitación.
Marta comenzó a ocupar el armario con la ropa, pero cuando menos me lo esperaba disponía nuevamente de ella. Los abrigos hacia un lado, camisetas al otro, pantalones por allá… Incluso pensó en pintarlo para tapar algunas manchas. Al principio me negué pero tuve que acceder sin remedio a ajustar las bisagras de las puertas. Aquel armario se había convertido en un problema; por no decir que pasamos días sin hacer el amor excusándose por cualquier tontería. Tal vez, era yo quien estaba dándole demasiadaimportancia.
Ella no era la más avispada de la universidad, pero conectamos desde el primer momento. A solo dos meses de la graduación sabíamos qué camino tomar: salir del nido de nuestros padres y hacer vida independiente. Un año más tarde nos casamos y nos fuimos al centro de la ciudad con la esperanza de levantar cabeza y hacer una familia.
Fui a buscar el móvil en la mesita de noche cuando sorprendí a Marta apartando la ropa para hacerse lugar y entrar en el armario. Cerró las puertas a sus espaldas, sin advertir que la observaba. Esperé a que saliera pero, luego de cinco minutos seguía dentro. A lo mejor fue detrás de una cucaracha o simplemente dormía la siesta acurrucada entre la ropa; porque otra cosa no se podía imaginar. Marta estaba loca.
Rompí con la inercia y me apresuré a abrir el armario con fuerza. Había desaparecido. Me precipité al fondo pero mientras más ropa aislaba más profundo se me hacía. Para mayor incertidumbre —hasta donde alcanzaba ver— una luz se mostró endeble. Sin embargo, fue acrecentándose hasta convertirse en una luminosidad cegadora. Me tape la cara con las manos hasta que abriendo los ojos poco a pocopude apreciar sin dificultad lo que se exhibía.
Era un recinto acogedor, adornado con toda clase de artilugios; cojines por el suelo, lámparas colgantes, jarrones de porcelana y velas que delimitan el lugar. Una docena de faunos se empinaban sobre jóvenes doncellas, en placeres carnales que iban desde el desgarro hasta la penetración más bruta. Nadie parecía notar mi presencia. Y allí, en el centro de todo, Marta feliz se retorcía sobre la cintura de un macho cabrío.
Un empalagoso olor a té me sacudió por dentro.

Comentarios (10):

Esther Prinz Díaz

18/11/2017 a las 01:45

Hola Alejandro, muy interesante tu historia, crea mucha expectativa hacia el ámbito del género de terror. Te invito a leer y comentar mi historia “El secuestro” Nº 133- Saby.

Roster

19/11/2017 a las 08:53

Hola Alejandro:

Estupendo relato que atrapa al lector en su aparente sencillez, nadie imagina el giro que toma y queda la imaginación desbocada. ¿Por qué
no? una puerta al desmadre demoníaco justito en el dormitorio.
Felicidades.
Saludos. ¡Te buscaré en la próxima escena!

beba

19/11/2017 a las 21:33

Hola, Alejandro:
Tu historia resalta por la originalidad y la correcta escritura. Pero, posiblemente por la limitación de palabras, parece no estar bien equilibrado en la forma; demasiada extensión para algunos detalles como la apariencia del armario y su origen, y la actitud acaparadora de Marta. Queda poco para expresar cómo deriva la historia, sin ningún indicio, a un final tan insólito.Es una opinión, por cierto.
Gracias por tu visita y amable comentario.

Ane

19/11/2017 a las 22:25

Hola Alejandro, me ha resultado muy original tu relato fantástico. Un armario que se interpone entre un matrimonio. Pero no el objeto en sí, sino lo que parece representar para ella, la lujuria y el deseo. Si acaso comparto opinión con Beba en cuanto a que quizas necesitase de más lineas, pero sabemos que la limitación de las 750 palabras no lo hace posible.

Seguiré leyéndote. Saludos.

Laura

20/11/2017 a las 16:42

Hola Alejandro..

Soy Laura del 53.
Yo en principio también había pensado en el armario como el portal hacia otra dimensión.
Me ha gustado tu relato, muy bien llevado desde un simple mueble hasta un universo en él.
Lo único que me descolocó fue una frase:Marta comenzó a ocupar el armario con la ropa, pero cuando menos me lo esperaba disponía nuevamente de ella. ¿A qué ella se refería para disponer?
Tal vez fue algo que quedó pegado de algún cortar y pegar anterior, o yo me he perdido y no me encuentro.
De todos modos, tu relato está muy bueno.
Hasta la próxima propuesta.

Mancebo

21/11/2017 a las 08:24

Buenos días Alejandro,

¡Vaya fondo de armario más inesperado! La verdad es que por el transcurso del relato no esperaba semejante final, aunque desde el principio dejas claro que el armario es el protagonista principal. Marta nos sorprende a todos.

En cuanto al esotérico final , me parece muy original pero me resulta chocante que después de decir “que iban desde el desgarro hasta la penetración más bruta” a continuación añadas “Marta feliz se retorcía sobre la cintura de un macho cabrío”.

La expresión “hacer una familia” no es habitual en mis latitudes, yo hubiera dicho “formar una familia”.

En el párrafo que empieza “Ella no era la más avispada” hubiera dejado un espacio para remarcar el salto temporal.

La conclusión es que me ha gustado, que empleas un lenguaje variado y es una historia original con un final inesperado.

¡Nos seguimos leyendo!

Luciano Sívori

21/11/2017 a las 15:36

¡Ese armario sí que tiene historias para contar! A mi me generó una especia de risa cómplice. Buen final.

Manuel Jover

22/11/2017 a las 08:59

Saludos y gracias por tus comentarios!
Tu relato me ha encantado, esa irrupción inesperada de lo fantástico (y lo perverso) en la vida cotidiana de una pareja me parece excelente y bien desarrollada.
Estoy de acuerdo con algunas sugerencias que te hacen. Yo añadiría que la última frase me desconcierta un poco. No sé si suprimirla y acabar en todo lo alto con Marta retorciéndose sobre el macho cabrío sería quizá un final más potente.
Seguimos!

Marcelo Kisi

26/11/2017 a las 00:34

Hola Alejandro!

Gracias por tu comentario a mi relato!

Te felicito por el tuyo, una fantasía que junta varios motivos conocidos en uno. Comparto con los compañeros que sería mejor llegar más rápido al recinto con la orgía, logrando un mejor equilibrio, creo que hay mucha tela para cortar en esta historia. Felicitaciones!

Alejandro Huerta Sánchez

30/11/2017 a las 18:38

Hola, chicos, muchas gracias a todos por sus comentarios, me han servido de mucho. Gracias también por todo el ánimo. Nos leemos!!!

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