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El DÍA DE LOS FIELES VIVOS - por Cesar Henen

Recién acababa de morir, había llegado al más allá ¡Que ironía resultaba todo esto pues he muerto un 2 de noviembre! Al llegar al cielo ¿cuál fue mi sorpresa? Se preparaban para el día de los fieles vivos, sí, tal y como lo escuchas los “fieles vivos”. No lo supe hasta que pregunte entre las almas que allí se encontraban. Yo curioso y extrañado por la similitud de artículos que usamos en México para dicha tradición, no tuve más remedio que preguntar, así que me acerque hasta unas personas que ponían un altar y les pregunte:

— ¿Qué lugar es este? —Todo este lugar de cierta manera me era familiar, sobre todo algunos adornos—, parase que hicieran un altar.
—No lo parece, es un altar para nuestros fieles vivos, y todo este lugar es nuestra ciudad. —Me dijo una de ellas.
— ¿Altar para los fieles vivos? —Le pregunte extrañado.
—Claro, es una tradición muy antigua en estos lugares, cada año la hacemos en honor a quienes aún están en vida.

Confuso y raro me parecía eso, sinceramente.

— ¿Cuál es la necesidad? —Volví a preguntar.
—Tú bien sabrás que cuando estuviste en vida los vivos nos ofrecen altares a nosotros los muertos, así nosotros a ellos, de esa forma cuando los vivos hacen sus altares y nosotros también. Juntos hacemos una conexión espiritual que nos permite estar cerca, aunque algunos solo nos sientan u otros ni siquiera eso.
—Pero yo no creo en esas cosas de los muertos ni nada por el estilo.
— ¿No eres ahora uno de nosotros?
— Tienes razón, aun así se me hace difícil de creer.
— ¡Ven, vamos! Para que veas como realizamos esta ceremonia. No podrás aún conectar con tu familia recién moriste y no tienes altar.
— Mi abuelo — le dije—, mi abuelo si debe estar por aquí, hace muchos años que murió y hoy le habían hecho su altar.
—Entonces busca tu abuelo y haz la conexión a través de su altar.
—No sé dónde encontrarlo. —dije.
—Recuerda que todo esto es igual a la ciudad donde viviste, tu abuelo debe estar en la misma casa en la que vivió con su cuerpo físico.
—Es verdad ¡Que tonto soy! Pues si es la misma casa.

Me dirigí a buscar la calle y el número de la casa, rápido se me hizo el camino, como si flotara hasta allá. Llegue y toque la puerta, desde adentro se escuchaba la voz de mi abuelo que decía: “ya voy, ¿Quién vendrá a visitarme en este día?” Él abrió la puerta y sin sorpresa alguna me dijo:

—Qué bueno que eres tú. ¡Pasa!
— ¿Qué bueno que soy yo? Abuelo, si he muerto.
— Ya lo sé, yo también estoy muerto. Me entere de tu fallecimiento a través del altar que había hecho para ustedes. Tu madre esta desecha.
— Me lo imagino —Me afligí un poco—, quisiera poder hablar con ella.
—No podemos hacer eso, no nos lo permiten.
—Entonces ¿Cómo le diré que no se preocupe, que ahora estoy contigo?
—No le puedes decir nada, solo hacer que sienta tu presencia.
— ¡Tengo una idea! —Exclame— Abuelo ¿Aún conservas los recuerdos de mi mamá en ese armario viejo?
— ¿Cuáles recuerdos?
— Sus muñecas o esa caja musical que a ella le gustaba mucho.
— Todos mis recuerdos están guardados en mi armario, solo lo abro y de inmediato vienen a mi memoria.
— Abuelo ¿Puedo tomar uno de esos recuerdos para hacer contacto con mi madre?

Sin embargo mi abuelo me dijo:

— ¿Por qué no tomas un recuerdo tuyo con ella?
— Yo no tengo armario en este lugar ¿Cómo hago eso?
—Nada de lo que aquí hay es físico por lo tanto no ocupa un espacio, tus cosas y mis cosas antes de morir no eran las mismas; sin embargo con solo pensarlas y recordarlas aparecerán. Inténtalo.

Vaya que sí me costó hacer ese esfuerzo de ver mis cosas de nuevo, así que me concentre y visualice mi ropero, allí tenía toda mi ropa y en una caja de madera algunos objetos; entre ellos esa medalla que me había regalado mi mamá el día de mi confirmación, que luego al crecer y dudar de muchas cosas de la vida la había guardado ahí. Hoy después de mi muerte la vuelvo a necesitar para comunicarme con mi madre al mundo de los vivos. Sinceramente ¡Me emociona todo esto! Bueno les dejo, que mi abuelo me espera para hacer contacto con nuestra familia viva.

Comentarios (5):

Wester

17/11/2017 a las 15:53

Buenas César,

Creo que el comienzo de la obra está bien pero el final me dejó igual. Supongo que será por la falta de espacio y tener que cerrar la historia sí o sí. Si yo fuera tú, rescribiría la historia con un final diferente sólo por gusto.

He visto algún problema con las comas que hacen que algunos párrafos sean difíciles de leer. Recuerda: es mejor si utilizas frases cortas y con una buena puntuación.
Y ojo con las tildes, te has comido un buen puñado.

Sigue escribiendo y que tengas un buen fin de semana.

Abrazos

ANGEL CLIMENT

18/11/2017 a las 11:21

César, me gusto el relato, también tengo la sensación (y ya lo he referido en varias ocasiones) que para algunos relatos las 750 palabras se quedan cortas. Una vez presentado aquí, retómalo y dale más amplitud.
Nos leemos, soy el 46
Saludos

Stinkelgeneroso

26/11/2017 a las 01:02

Coincido con los compañeros. Es una historia un poco plana, al igual que los personajes que ni siquiera muestran emociones.
Además tienes algún fallo ortográfico.
Saludos.

Amilcar Barça

26/11/2017 a las 14:01

Lo fácil es ver lo que no hemos escrito o como lo hemos escrito. Lo difícil, es hacerlo. Ánimo

Cesar Henen

29/11/2017 a las 04:43

Agradezco sus comentarios y me disculpó pero no podre comentar los suyos, ya que no cuento con internet y me es difícil usar el plan de datos para analisar cada uno de los relatos.

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