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La gasolinera - por RobertaR.
El polvo fino y arenoso que levantaban los autos al pasar le impregnaba la nariz, la boca, los ojos y no lo dejaba respirar.
Estaba terriblemente cansado de esa vida. Solo. Aislado.
En esa vieja gasolinera en el medio de la nada. En una ruta interestatal de poco tránsito.
Cada vez menos viajeros se acercaban a cargar combustible.
Desde que habían puesto la otra gasolinera a dos kilómetros, todos preferían ir allá.
Era más moderna. Tenía un autoservicio donde podían comprar algo y una sencilla cafetería.
En cambio él sólo vendía gasolina, y al contado.
Podían tomar agua del grifo del baño, que nunca estaba limpio.
« ¿Cómo podía él vivir allí?», se preguntaba todos los días.
El cuarto que había detrás estaba en ruinas: ese camastro desvencijado, el armario de chapa todo destartalado, el calentador eléctrico era una calamidad. Y ¡el refrigerador!…hacía tanto ruido que no lo dejaba dormir.
« ¿Cómo había llegado a eso?»
Esa misma mañana un camionero le había dicho:
̶ Esta gasolinera es un desastre. Porque no la cierra y se larga de aquí.
̶ ¡Si fuera tan fácil! – le contestó él.
«Irme… ¿pero a dónde?»
Hasta que una idea se le cruzó por la cabeza. Era brillante. Así terminaría con todo ese sufrimiento.
Con el hastío de los días sin sentido. Con la opresión en el pecho de una vida a la deriva.
Con la manguera del surtidor llenó dos baldes con gasolina. Uno lo roció sobre la cama y el otro sobre la mesa y el piso de la habitación.
Cargó otros dos y los vació alrededor de toda la casa.
Otra vez con la manguera empapó los alrededores del surtidor.
Buscó una silla y se sentó en la galería de la gasolinera.
Con profunda ironía pensó que ese día finalmente dejaría de fumar.
Sonrió y encendió su último cigarrillo…
Comentarios (9):
Jaime Salcedo
17/11/2017 a las 13:19
¡Gran aporte! Me gustó mucho la tristeza que se despliega a través de las letras y con el pasar de las oraciones. De verdad que me encantó. Como critica podría aportar unas cuantas cosas:
1. Intenta utilizar menos los puntos. A veces la coma y el punto y coma pueden darle más fluidez al texto. (Sin embargo esto es algo normal; con la práctica lo vas adquiriendo).
“Con el hastío de los días sin sentido. Con la opresión en el pecho de una vida a la deriva.
Con la manguera del surtidor llenó dos baldes con gasolina. Uno lo roció sobre la cama y el otro sobre la mesa y el piso de la habitación”. ¿No crees que las comas le hubiesen dado más fluidez a esta parte?
2.”En cambio él sólo vendía gasolina, y al contado.” Después de cambio va una coma y la coma antes de y debería estar después.
¡Buen texto! Sigue participando. Te dejaré el link del mío por si quieres pasarte por allá: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8762
Laura
18/11/2017 a las 11:25
Hola Roberta.
Soy Laura del 53.
Coincido con Jaime Salcedo en cuanto al uso de los puntos y de las comas.
Ejemplos: En esa vieja gasolinera en el medio de la nada, en una ruta interestatal de poco tránsito, cada vez menos viajeros se acercaban a cargar combustible.
Con el hastío de los días sin sentido, con la opresión en el pecho de una vida a la deriva,con la manguera del surtidor llenó dos baldes con gasolina.
Por supuesto, todo es cuestión de gustos. Y cada uno tiene su propio estilo.
Realmente transmites el hastío del protagonista. Me gustó la ironía del final con relación al dejar de fumar.
Te espero en las próximas propuestas.
Leonor Cuevas Martín
18/11/2017 a las 21:49
Hola, Roberta:
Muy bueno tu relato, me ha gustado la descripción que haces y el cambio que no se espera cuando piensas que ha tomado una decisión ante la falta de clientela.
Me parece acertado lo que te han comentado en cuanto a la utilización de tantos puntos, pero es cuestión de cómo quieras narrarlo.
Otras cosas que he notado y te aporto, por si te vienen bien son las siguientes:
Detrás de las comillas de apertura, no va espacio, aunque se abra signo de interrogación.
¿Por qué no la cierras?, es separado el por qué.
– le contestó él: No lleva espacio detrás de la raya de apertura.
Estoy en el último relato, por si quieres pasarte.
Un saludo
Pilar
19/11/2017 a las 09:49
Hola, Roberta
Como lo mejorable ya te lo han señalado, te diré qué me gustó tu estilo descriptivo, melancólico y visual.
No entendí la parte de ruta interestelar, pensé que era un relato de ficción, aunque no distinguí ningún elemento más que me lo ratificara.
Buen final.muy acorde con el estado de ánimo del gasolinero.
Este mes, no he participado, aún ando calentando motores…
Buen trabajo!
LUIS
19/11/2017 a las 13:46
Hola Roberta, gracias por leer mi escrito. Bien llevada la redacción es fácil de seguir, esto siempre es todo un merito. El final inesperado y tremendo. Felicidades un abrazo.
LAURA
19/11/2017 a las 19:08
Hola, Roberta.
Me toca comentarte, ya que soy la primera. Un relato melancólico y letal. A veces lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Ya te han comentado el tema de los puntos que, aunque está bien para la historia, para mi gusto sobrarían un poco. Por otro lado, algún fallito de ortografía (lo típico que nos pasa a todos al transcribir).
Nos leemos.
Roberta
21/11/2017 a las 15:35
Gracias a todos por sus comentarios . Me han sido de gran utilidad para repensar mi texto, y sobre todo, para textos futuros.
No se si me volverán a leer pero a Pilar le digo que la ruta es INTERESTATAL, no interestelar. Me resultó bastante gracioso el error.
Saludos a todos.
Pilar
21/11/2017 a las 16:37
Ay, Roberta!! Perdona la confusión, me jugó una mala pasada el cerebro, jjjjj!
Ane
21/11/2017 a las 21:32
Hola Roberta, me gustaron las descripciones. Parece como si tuviera la gasolinera junto con el protagonista en frente de mi y lo estuviera viendo todo, como si de una película se tratara. El final me pareció un poco extremo.
En cuanto a algún aspecto a mejorar, coincido con mis compañeros con respecto a la puntuación. Saludos.