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Romance galáctico - por MástergerR.
Romance galáctico
Era más que un simple robot, era el ejemplo del asombro mismo en el mundo del ahora , en pleno siglo 40, de esta nueva época de la especie robótica.
La ciencia no podía comprender, a pesar de los avances científicos y tecnológicos, cómo era posible que “alguien” en estos tiempos tan robotizados y mecanizados, pareciera que tuviera algo que desde hacía muchos siglos había dejado de existir junto con la extinta especie humana por su falta de conciencia y de prevención de las desgracias y catástrofes habían generado, y que eran los sentimientos humanos.
Aquella raza humana tenía más de 1500 años de extinguida, y con ella el sentir y el vivir, el amar
Eran cosas del pasado.
El mundo de los robots se encontraba sumido en el desconcierto y la confusión. Epsilon daba indicadores por todas sus arterias y conductos de tener sensaciones que no correspondían a sus características naturales ¡él parecía tener sentimientos humanos!
Todo había empezado cuando en aquella excursión de su grupo de camaradas por esa ciudad de Tlahuelilpan, del Estado de Hidalgo en el encantador país de México, Epsilon se perdió por tres días sin que nadie supiera de él, hasta que por su propio pie regresó, pero totalmente transformado.
¿Qué pasó durante esos tres días? ¿Por qué había cambiado tanto?
Lo más preocupante era que el lenguaje de Epsilon era diferente. Ahora la entonación que daba a su voz era como si se hubiera suavizado y armonizado con extraños sonidos de instrumentos raros y desconocidos para los seres robotizados. Era como si Epsilon hubiese viajado a otro mundo lejano y que ahí hubiese conocido otro medio ambiente que lo cautivó y transformó. Todo esto era de lo más increíble para todos.
Y es que lo que los robots no sabían era que Épsilon había viajado en el sueño de robot hasta un extraño lugar que sólo se muestra a quienes por designios misteriosos nacen con ese don de percibir más allá de la simple construcción de las partes mecánicas de un modelo corporal. Épsilon había traspasado el tiempo y penetrado a un mundo que estaba en nacimiento y que era semejante al de los seres humanos que hacía más de 1500 años existiera. Épsilon en ese fantástico mundo había conocido todos los sentimientos que se pueden generar en el espíritu y alma de un ser humano; y claro que este acontecimiento dejó al robot en un trance de encantamiento que lo hizo cambiar en su estructura acerada, por sentidos diferentes de los que él había tenido.
En ese extraño mundo Épsilon volvió a nacer, o mejor dicho nació, con ideas propias, con sentimientos, y por primera vez tuvo la sensación de reír, de cantar, de llorar y lo más hermoso, de amar. Pero ¿Cómo podía ser eso si para amar debe haber una razón y sentir la atracción por alguien que inspire sentimientos y sensaciones diferentes?
Con la adquisición o el nacimiento de los sentimientos en él, era como si en el equipo moderno de tecnología computacional se instalaran los programas más sofisticados, capaces de programar acciones increíbles y fantásticas, en este caso se trataba de que el robot Épsilon tenía en su sistema una aplicación llamada ¡amor!
Épsilon entendía ahora la atracción que había tenido por Alfa, aquella robot con la que había coincidido en tiempo de fabricación y que a él sin saber porqué, lo tenía cautivado y enamorado.
Así era, Épsilon estaba enamorado, era el primer robot que poseía ese maravilloso sentimiento que alguna vez, en alguna época lejana había sido la fuente inspirante de tantas maravillas y hazañas humanas.
El gran dilema era ahora que esta nueva civilización de habitantes de este nuevo mundo entendiera algo tan inverisímil como el sentimiento del amor manifestado en un androide.
-Lo mejor es acudir inmediatamente a los libros de la sabiduría científica y ancestral de todas las civilizaciones desaparecidas para conocer a plenitud cuáles son las causas de la existencia de los llamados “sentimientos”. Trajeron al robot épsilon y luego de desconectarlo y abrirlo descubrieron que en su parte toráxica del lado izquierdo había un órgano desconocido que aunque el resto de la maquinaria estuviera totalmente inerte, seguía latiendo incesantemente.
Los datos que encontraron en la historia de todos los tiempos era que entre todos aquellos sentimientos, uno en especial era el que motivaba la razón de ser: el amor.
Épsilon y Alfa iniciaban una nueva generación de androides con sentimientos que el universo les había infundido para reproducir y preservar la especie.
Germán Hernández García.
Comentarios (3):
Guagner
19/10/2017 a las 00:10
Es un cuento muy tierno, y bastante infantil. Y no lo digo como crítica, sino como algo positivo.
Está lleno de sentimientos que muchas veces olvidamos.
Podría insinuar más de lo que cuenta, y tener un vuelo tecnológico mayor, pero funcionar funciona.
Saludos.
Jerónimo Guillén
21/10/2017 a las 15:00
Bonito cuento, solo anotarte que cuando describes los que ha vivido, conocido etc. creo que no hace falta repetir el nombre Épsilon tanto, ya que sabemos de quien estás hablando desde la primera presentación. Solo es un consejo y opinion personal.
Saludos!!
Perla preciosa
22/10/2017 a las 09:48
Muy original la distopía mezclada con ciencia ficción, y muy curiosa. A mí, en algún punto, se me ha ocurrido pensar que tal vez Épsilon era un cadáver congelado, pero eso ya es muy personal. Soy la que está delante de ti, si quieres pasarte por el mío.