<< Volver a la lista de textos
El hilo rojo - por K. MarceR.
Web: https://karenmarcescorner.wordpress.com
Era más que un simple robot, la súper computadora capaz de analizar todos los registros y perfiles en la red. Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonesa, de humanizar lo que no lo es. Su creador, el matemático Unmei Kibo, la presentó en la Feria Mundial de las Ciencias en Nueva York, ante el asombro de la mayoría. "Shinjitsu", como fue bautizada, respondía cualquier pregunta sobre las conductas humanas. La Central de Inteligencia del gobierno, trató de comprarla por todos los millones que su creador aceptara. Más Kibo no la vendería, sabía que en manos erradas, podría significar la destrucción de la sociedad, la libertad de expresión y la privacidad de los individuos. La creó para fines más nobles, pero no deseaba revelar la profundidad del conocimiento que poseía.
Regresó a Japón sin perder la mirada del cajón plomo que entró a las entrañas del avión. En Shanghái hizo escala para dirigirse a Tokio. Bajó de primero, tenía permiso de revisar el traslado de su valiosa carga a la otra aeronave. Todo estaba bien. Pero no se sentía cómodo. Tenía el pulso acelerado, deseaba llegar a casa.
Despertó sobresaltado al escuchar las instrucciones para el aterrizaje. A su lado, ya no estaba su compañero de vuelo, sino un robusto hombre con botas militares. Su mayor temor se hizo realidad.
Fue custodiado por agentes secretos y de la milicia a una instalación desconocida, y el cajón gris también fue con ellos.
—Reconoce la importancia que tiene para las naciones, la vigilancia de sus ciudadanos ¿Está consciente de eso, Sr. Kobo? —consultó un hombre no identificado.
—Lo sé, pero Shinjitsu no funciona así. No invade la privacidad de las personas.
—Ella revisa todas las redes sociales, juegos, compras, consultas… patrones de conducta. No solo es seguridad nacional.
—Existe una página social que ustedes controlan —dijo Unmei bajando la mirada.
—Pero Shinjitsu analiza la red completa. Su alcance es mucho mayor. Colabore con nosotros.
La mujer, de silicona y cabellos de seda, fue colocada sobre una silla. Era tan real que confundía verla, sus ojos rasgados no miraban nada, como una catatónica perdida en su mar interno.
Después de largas horas de presión, casi tortura sin alimento y bebida, Unmei cansado habló.
—Cree a Shinjitsu para fines nobles. No comprenderían nuestras verdades y esperanzas, las cosas que importan. No analiza estadísticas, ingresos, cuantos "me gusta" tienes o un texto instantáneo. Ella ve lo invisible, encuentra el destino.
Lo interrogaron de nuevo, seguros que mentía. Necesitaban saber cómo funcionaba la máquina.
Se extendió como un rumor en las redes sociales, que el matemático había desaparecido. Murmuraban que se recluyó para trabajar con compañías de mercadotecnia, informática y hasta convenios con naciones enemigas. Su familia estaba preocupada del anciano que debía estar ya en casa.
Ningún experto lograba descifrar cómo funcionaba Shinjitsu, presionaron más. Le mostraron la foto de su pequeña nieta.
La habitación estaba custodiada por jóvenes soldados que permanecían quietos; el anciano casi sin fuerza, reverenció a la mujer de silicona, extendió la mano y la posó debajo de la de ella.
—Necesito un voluntario —dijo sin fuerza. Enviaron a un soldado de unos dieciocho años—. Ella responderá cualquier cosa o puedes encontrar tu destino, pero demandará sangre.
El soldado obedeció a su superior. El anciano metió la mano del joven bajo la inerte extendida. Sintió un pinchazo en la palma. Ella sonrió y dijo: «Nagai jinsei» (larga vida).
Los militares se sintieron burlados, otros soldados lo golpearan. El anciano cayó al piso. Sufrió un infarto y murió.
El joven tuvo remordimientos, a solas revisó su celular, encontrando una foto: Una mujer con una niña de unos cinco años. Tenía enormes ojos cafés y un lunar en forma de corazón en su mejilla. Nunca supo quién la envió.
Shinjitsu pasó a propiedad de esos dos gobiernos cómplices. Inventaron, ayudados por la prensa, que el anciano murió en soledad recluida voluntariamente. El joven soldado fue obligado a callar, tiempo después renunció a la milicia.
Veinte años pasaron y Shinjitsu nunca volvió a funcionar. El ex soldado se hizo veterinario, su verdadera pasión. Debía revisar a un gato recién rescatado. Al quitar la mirada del registro, miró a una hermosa mujer de ojos cafés y un lunar en forma de corazón en su mejilla.
—¿Nos conocemos?
—No, doctor. Recientemente me mude de Australia. Debe ser "lo del hilo rojo".
—¿Qué es eso? -sonrió.
—La tradición oriental cree que es el hilo que une a dos personas, destinadas a conocerse.
Comentarios (24):
AngelesLuca
19/10/2017 a las 16:50
Conozco muy bien la leyenda del Akai Ito, me parece interesante la propuesta del robot que descifra en dónde está el destino de cada persona de acuerdo a dicha leyenda, y todo lo que le rodea, la muerte de su creador que hizo que no volviera a funcionar, etc. Aunque para ser honesta de pronto me parece que son dos cosas diferentes, como que el relato inicial es frío y distante mientras que lo que continúa a la captura del sr. Kibo, es más emocional, quizá por ser microrelato que hay que apresurar el desarrollo. Me gustó, quizá lo que intento decir es que hacer un cuento más largo y más estructurado sería bueno para la historia. 🙂
Jesus Lopez Conesa
19/10/2017 a las 20:00
Esta bien.Una historia de conspiracion gurnamental que rompe bastante esquemas. Me ha gustado, habria cosas que hubiera hecho distintas pero la historia esta bien en general. Un saludo y animo!
Wolfdux
20/10/2017 a las 09:35
Gran relato. Gracias por enseñarme esta leyenda que desconocía. Un saludo.
Nela Kato
20/10/2017 a las 10:26
Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonesa, de humanizar lo que no lo es.
vendería. tiempos verbales.
Hola K. Marce:
Ahí vamos con el comentario, empezando por aspectos de forma.
Lo primero, creo que has de revisar la puntuación y la cohesión del texto. Hay puntuaciones incorrectas, algún tiempo verbal que no cuadra (creo) y frases que resultan muy confusas como esta: “Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonesa, de humanizar lo que no lo es.” Una se pregunta, ¿qué es lo que es popular en la cultura japonesa, la fisonomía de mujer?, humanizar lo que no es? Siendo, como creo, la segunda, no sería mejor “Tenía fisonomía de mujer, algo que no sorprendía, dada la inclinación nipona a humanizar lo que no es humano.” O algo así.
En general, creo que te ha fallado ajustar la historia a un texto de 750 palabras y quizá eso haya sido la causa de tus frases y párrafos un tanto forzados. También hay unas cuantas faltas de ortografía.
En definitiva, creo que te falló la planificación. Creo que sabías bien la historia que querías contar, pero no te tomaste el tiempo suficiente de organizar las ideas, eliminar lo superfluo y mostrar sólo lo importante (que no es tarea fácil!!!! Si yo estoy igual!!!).
En cuanto a la historia, me ha parecido muy “peliculera”, muy de cine. Podría ser una buena historia, un poco mejor hilada. Me parece que vas sobrada de imaginación :)))) Eso es bueno, creo.
Estoy empezando aquí, como muchos. Trato de seguir las pautas del tutorial de comentarios de texto. Si quieres comentarme cualquier cosa, por aquí estoy. Un saludo!
ortzaize
20/10/2017 a las 11:01
hola yo como siempre admiradora de tus narraciones, y no sabia nada de esta leyenda a la que te has centrado para poder hablar del robot.
la segunda parte es mas dulce en las formas, y me ha gustado mucho el final
saludos,
Yoli
21/10/2017 a las 15:00
Hola, K.Marce.
Me ha gustado mucho tu relato. Has hecho una mezcla entre la tecnología y las emociones que te ha salido muy bien. El que suceda en Japón y que haya robots hace que me recuerde al anime.
Si quieres leer el mio, soy el 144.
Saludos.
Jean Ives Thibauth
21/10/2017 a las 21:08
Hola K. Marce.
Interesante relato el de este mes. Lo del hilo rojo no lo conocía y es una creencia muy bonita.
Esta frase en concreto:
“Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonesa, de humanizar lo que no lo es” creo que está mal construida. De hecho, tuve que leerla varias veces para entenderla bien. La última parte o sobra o le falta algún verbo que la complete. O eso o las comas están mal usadas. Parece la típica frase víctima de la edición o de las tijeras de recortar. 😉
Me pasa este mes que, cuando los relatos son de ciencia ficción, al igual que aquel reto del mundo distópico, los compañeros empiezan explicando con muchos detalles el mundo que han creado.
Yo pienso que eso es un error en textos de 750 palabras. En tu caso yo me hubiera centrado en la escena del secuestro contado desde el recuerdo del soldado joven. Dejaría el mismo giro final, el del hilo rojo, porque me parece un acierto.
Pero no te fíes tú de mi criterio, qué sabré yo… jejeje.
Muchas gracias por pasarte por el blog para poder leer mi “participación” de este mes. El próximo prometo fijarme más en los requerimientos para no quedarme fuera y estar en “texto presente” con todos vosotros.
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
Charola
22/10/2017 a las 07:24
Hola, K.Marce.
Gracias de antemano por esta historia que no la sabía. En cuanto a tu relato me resultó un poco denso, creo que Ives tiene razón, quizás te hubieras centrado en el secuestro, aunque la primera parte puede resumirse más a modo de presentación.
Por ejemplo esta frase se podría resumir para que no haya tanta rima: (Japón, cajón, avión, regresó, entró) “Regresó a Japón sin perder la mirada del cajón plomo que entró a las entrañas del avión”. (De regreso a Japón hizo escala en Shangai).
-Otros soldados lo golpearan (golpearon).
-—Cree (Creé) a Shinjitsu para fines nobles.
-Cuántos “me gusta” (Cuántos con tilde).
-Su familia estaba preocupada del anciano que debía estar ya en casa. (Su familia estaba preocupada por Kobo quien debía estar ya en casa).
Al leer en el penúltimo párrafo repites la palabra “anciano” varias veces.
—¿Qué es eso? —Sonrió. (Sonrió con mayúscula).
En general me gustó tu relato, muy interesante. Felicitaciones.
Estoy en el 42.
marazul
22/10/2017 a las 12:46
Hola K.Marce: una historia muy bonita basada en una creencia que la mayoría desconocíamos. Encajas muy bien todos los ingredientes: el robot mujer, el amor…y añades otros interesantes como la aparición de los agentes secretos que le aportan acción e intriga. Escribes un relato muy interesante con mucho argumento que, efectivamente, podría desarrollarse mucho más.
A mí me ha gustado mucho por la forma tan perfecta en que lo narras. Me ha enganchado hasta el final.
Un saludo
Pepe Illarguia
22/10/2017 a las 13:24
Me parece que entiendo la subtrama: esa “mujer, de silicona y cabellos de seda” hace un envío al móvil de su creador para unir al ex-soldado con la australiana mediante ese hilo rojo, lo que no me termina de convencer es por qué necesita sangre.
Muy interesante tu propuesta Karen, enhorabuena. Un abrazo.
Manuel Jover
24/10/2017 a las 09:57
Saludos! Te felicito por tu estupendo relato y te doy las gracias por tus sabios y minuciosos comentarios, que me han ayudado mucho a mejorar el mio.
Suscribo las apreciaciones que te hacen l@s compañer@s, no voy a repetirme.
Nos seguimos leyendo!
María Kersimon
25/10/2017 a las 10:30
Hola Kmarce, gracias por tu comentario a mi relato. He leído el tuyo varias veces y te felicito por lo trabajado que está. He reparado en el manejo de algunas preposiciones, por ejemplo “tenía permiso para revisar”. “bajar de primera”.”se extendió como un rumor que”, tampoco lo veo claro. ¿No sería “bajar de inmediato” o “se extendió el rumor de que”?
Lo que más destaco en positivo es la creatividad del relato, la profusión de detalles originales, las vueltas de la trama, las alusiones a otras dimensiones de la consciencia… aunque no siempre discurra por derroteros racionales.
Javier López
25/10/2017 a las 12:08
Hola, Karen.
He disfrutado de la unión entre la ciencia ficción y la cultura japonesa, que van muy bien de la mano. Soy un gran admirador de dicha cultura, aunque no conozco todas sus leyendas, ni mucho menos. La del hilo rojo me ha gustado.
Al principio cuando hablabas de lo que podía hacer el superordenador, me recordó claramente a la psicohistoria de Asimov, la base de sus trilogías “Fundación e Imperio”. Predecir el futuro en base a algoritmos de interpretación de los sucesos sociales y políticos actuales, aunque después vi que tendías mas al destino de las personas como individuos, lo que le dio un aspecto más intimista. Inesperado, pero perfectamente válido.
Me he perdido un poco con los gobiernos que consiguen echarle el guante a Shinjitsu. Se nota que ahí metiste el acelerador.
Técnicamente varias cosillas:
“No solo es seguridad nacional.” creo que sería “sólo”.
“Más Kibo no la vendería, sabía que en manos erradas, podría significar la destrucción de la sociedad” pondría ; después de vendería.
“Cree” con acento.
“casi tortura sin alimento y bebida, Unmei cansado habló.” aquí, la coma tras el vocativo Unmei.
“preocupada del anciano” pondría “por el anciano”.
“revisó su celular,” el de quién, el suyo propio, o el del anciano.
Por lo demás, un gran relato que agradecería ser expandido.
Un saludo.
Nos leemos.
Osvaldo Vela
25/10/2017 a las 19:18
Hola KMarce. Te felicito por tu hilo rojo, leyenda de amor que se desarrolla con la visualización de una super computadora con fisionomía de mujer gracias al afán japonés de humanizar lo que no es: excelso.
Como tu ya sabes, me encantan los finales felices y más cuando suceden de una forma tan sutil a través de una profecía obligada en un mundo tan diverso como el nuestro.
Te felicito y continuamos leyéndonos.
Yoli L.
25/10/2017 a las 20:36
Hola K. Marce
Gracias por darme a conocer esa historia. es un relato interesante, con buen argumento, te felicito.
Sobre los mejorables ya los compañeros te los han señalado.
Estoy en el #81, pasa cuando puedas https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-47/8495
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
Carrie
25/10/2017 a las 21:55
¡Hola K. Marce!
¡Cómo me recuerda a Alfred Nobel el matemático Kibo! Una y otra vez, leyendo tu relato, percibí mucho paralelismo con la vida de Alfred Nobel.
Remarco las similitudes que he visto: en tu primer párrafo nos cuentas que “sabía [Kibo] que en manos erradas, podría significar destrucción …” (tal como la dinamita de Nobel). Nos sigues diciendo que “la creó [a Shinjitsu] para fines más nobles”. (Nobel no quería ser “el mercader de la muerte” …) También nos hablas de “un rumor en las redes sociales”, tal como el error que cometió un periódico francés, error que se convirtió en cierta clase de rumor de que había fallecido Nobel.
Me imagino que haya sido todo una casualidad, ¿verdad? ¡Ja ja! … yo sobreleyendo y haciendo conexiones que no debería haber hecho. O ¿quizás haya sido una clase de “hilo rojo” jugando en mi cerebro a unir la ficción y la historia, … el pasado y el presente?
Miranda
25/10/2017 a las 22:38
Hola K. Marce.
Yo no conocía la leyenda y he querido buscarla antes de comentarte, para ver si también el nombre del robot y del anciano, tenían que ver con la leyenda pero creo que no era necesario conocerla para entender el texto.
A mi la historia me ha gustado, pero quizá has querido meter demasiadas cosas: conocer los valores del robot, del dueño, una conspiración internacional, la divulgación de noticias falsas (tan actual) y para remate una leyenda. Y eso es mucho para 750 palabras. De todas formas lo conseguiste, la historia se entiende bien, es agradable y transmite, aunque quizá podría ampliarla y desarrollarla.
Por cierto he observado que en tu blog, no publicas los relatos, quizá podrías añadir un apartado para relatos modificados, y así, nos puedes poner un lik y te podemos seguir después.
Un saludo, nos leemos en la próxima escena.
Luis Ponce
26/10/2017 a las 00:49
Hola K.Marce:
Muchas gracias por tus comentarios en mi relato, han sido tan contundentes que he tenido que leerlo y reescribirlo, porque no entendía nada. Me has aclarado la mente. Lo que me extraña es que encuentras tantas falencias en el mío (y que te doy la razón en todas) y sinembargo hay compañeros que encuentran algunas en el tuyo.
¿Será que uno de nosotros es el que lee y otro el que escribe? Jaja.
Piénsalo. La mayor razón para estar en el taller es recibir los comentarios de los compañeros. Son clases gratuitas que de a poco nos van formando.
El tema de tu relato me parece intrincado para tan poca extensión, pero hay que aceptar las reglas. No encuentro peros adicionales a los que te han nombrado.
Reitero mis agradecimientos.
Nos leemos.
R.J. Esperanza Pardo
27/10/2017 a las 11:50
Saludos, K. Marce
Te agradezco que pasaras por mi piso. Yo, como están ya las correcciones hechas, me he dedicado a disfrutar de su lectura. Has elegido un tema intrincado y sugerente y te alabo porque tienes una imaginación desbordante, ¿no podrías pasarnos mensualmente algunas ideas a los demás? Yo no ando muy sobrada… 🙂
Un abrazo y hasta la próxima.
Menta
02/11/2017 a las 00:54
Buenas noches K. Marcé: Me ha gustado mucho tu relato.
La foto que recibe el soldado que años después se materializa en una mujer de carne y hueso, es muy bonito.
No sabía lo del hilo rojo.
Muchas gracias por todo. Menta
K. Marce
18/11/2017 a las 18:42
Saludos compañeros:
Logro al fin poder sentarme un rato y responder a sus finos comentarios.
Para iniciar, deseo expresar que este fue uno de las tres escenas que escribí, me pareció mejor desarrollado y mi hermana cree mucho en esa leyenda.
Debo decir que me gusta adicionar datos metidos en mis relatos que tienen significados para la historia, penosamente en este caso son en japonés y no tenía tiempo para detallar que significaba cada nombre: Unmei (destino), Kibo (escala) y Shinjitsu (la verdad). El destino se entiende ya está escrito, sin importar lo que nosotros como humanos hagamos, no podemos alterarlo. La escala (en términos matemáticos) sirve para organizar datos cualitativos para clasificar objetos o sucesos, es decir, en este caso la “fórmula” matemática para encontrar el destino según los datos analizados y la verdad, no es sino la afirmación absoluta de los hechos o la realidad.
K. Marce
18/11/2017 a las 19:16
Como siempre, respondo según orden de llegada:
A todos gracias por leer mi texto, aun si no dejaron comentarios.
*AngelesLuca: Gracias por tu honesta opinión. Mis relatos tienden a ser muy complejos, es la única forma que me gusta de escribir, pero el taller limita mucho esa creatividad, teniendo que meter tijera a donde caiga. Eso me hizo cortar mucha información, y algunas explicaciones se dejaron fuera (como el significado de los nombres) así como el propósito de la feria. Me alegra mucho que conocieras la leyenda asiática, a mí en lo personal no estoy segura que sea cierta, aunque si soy creyente de los seis grados de separación…
**Jesús López Conesa: Gracias por comentar y ver el trasfondo de la conspiración; me hubiera encantado explayarme en eso, pero cuando quieres contar una historia y no una “escena” es cuando dejas muchas cosas en el aire.
**Wolfdux: Agradecida y complacida de mostrarte esta linda creencia. La leyenda original el poder lo tiene un principe, el conocimiento una anciana y la verdad es parecida al final que yo le he dado, para respetar un poco la misma.
**Nela Kato: Muchas gracias por tu lectura y comentarios. Respondiendo a tus consultas, según nuestro español, correspondería a “humanizar lo que no es” y no a “fisonomía de mujer”, ya que si lo leyeras con puntos, no se comprendería la frase: “Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonesa. De humanizar lo que no lo es.” ¿ves? Quizá el error fue meter una coma entre japonesa y de humanizar. Ya que sin ella, la oración es aún más comprensible.
Y tu sugerencia aunque es factible (aunque para mi suena raro humanizar lo que no es humano), es mucho más larga y con la limitación de espacio imposible de mantener las setecientas cincuenta palabras.
Creo que el error garrafal que todos comentemos en el taller, es que nos apasionamos con “una historia” y NO con una escena. Me he propuesto escribir escenas (esas que solo ocurren en un espacio y lugar determinado, con introducción, nudo y descenlace); pero puedo apostar que muchos dirán: Esto parece venir de algo más largo, mas complejo, etc. Porque nos estamos costumbrando a relatar y no escenificar…
**Ortzaize: Gracias por venir a comentarme como lo haces siempre. ¡Me encantas! Y me he quedado triste de no encontrar tu texto. No he tenido tiempo de leer quienes publicaron en la escena 48, pero espero encontrarte pronto. No dejes de escribir!!!
Por ahora me detengo en esto, volveré lo más pronto que pueda para concluir con los que faltan. Mientras tanto, feliz sábado… 🙂
Y sean felices, ¡Nos leemos!
K. Marce
18/11/2017 a las 20:20
Seguimos.
**Yoli: Gracias por leer y comentarme. He tardado en llegar a leerlos a todos (tengo justa y perfecta justificación: Soy tía!!!).
Muy agradecida de tus palabras, me alegra que te haya gustado.
**Jean Ives Thibauth: Jajaja, y concuerdo contigo con la frase que mencionas, leyéndola encontré que son las comas, esto se entiende mucho mejor: “Tenía fisonomía de mujer, muy popular en la cultura japonese de humanizar lo que no lo es.” Creo que es mejor ¿no?
Y repito, más que hacer una historia, es mejor concentrarse en #la escena. He estado revisando mis escenas en mis textos personales, son mucho más comprensibles con eso de la introducción, nudo y desenlace. A veces, bien dices, un texto de X cantidad de palabras, no cubre una historia. Para la escena 49, (si Dios quiere y logro participar), me concentraré en una escena y no en una “full” historia… aunque me llueva sobre mojado porque estamos acostumbrados a leer esos relatos cortos… ya veremos.
**Charola. Gracias por darme tus consejos y sugerencias, me gusta cuando me marcan qué es lo que debo revisar, y muchos de esos fueron errores de dedo, pero imperdonables si estamos “publicando”. Los tolero en un borrador, pero no en algo que sale a la luz. Así que gracias.
**Merazul: Honrada de tu comentario tan generoso. Espero mejorar cada día y lo que es técnico sé que errores siempre cometemos, pero lo importante para mí es lo que dejo en el lector. Así que tus palabras son un gran estímulo para mí. Muy agradecida.
**Pepe Illarguia: Y has leído entre líneas, porque de eso se trata para mí cuando escribo así, poder hacer pensar al lector aquello que callo. Sobre el porqué necesita sangre, si lees con cuidado te darás cuenta que hace lo mismo con Kibo, que recibe un pinchazo cuando pone su mano sobre la del robot. Pero por espacio no pude (borré) dejar la explicación del análisis de ADN y todo eso de génetica y genoma humano. Sí, verdaderamente creo que este texto daba para más… (ya me conoces que escribo interminable), pero quedará guardada en mi memoria, porque es lo que se ha publicado. Feliz de verte por mi espacio.
**Manuel Jover: Gracias compañero, bienvenido a Literautas y a mi propio rincón, espero poder ser útil y el intercambio de ideas es fundamental para desarrollar los talentos en este taller. No dejes de participar.
**María Kermison: Gracias por tus respetables apreciaciones a las mejoras del texto. Muy agradecida por tus comentarios porque sé de dónde vienen, porque tienes una pluma delicada. Se te agradece.
**Javier López: Muchas gracias por leer y comentar. Te confieso que he empezado lecturas de Asimov (impulsada por el tema del mes), y creo que él es un amplio maestro. Un visionario y futurista que acertó en muchos de sus conceptos de inteligencia artificial.
El gobierno que rapta a Kibo y el japonés se ponen de acuerdo a quedarse con Shinjitsu, y aunque lo percibiste como acelerador, tenía su tiempo, pero te ves limitado. Sigo peleando con eso, porque parece que debo aprender a condensar.
Sobre el sólo y solo, el aceptado es “solo” por la RAE, aunque yo prefiero con tilde, batallo si dejarlo o no así. Apoyo el “sólo”, pero cada vez me inclino a no usarlo, para respetar la regla de la RAE.
Con respecto a de quién pertenece el teléfono, es el soldado. No se explica que tomara el de Kobo, por ende, debe ser el suyo, aunque se prefiere “revisó el celular”, o “revisó su propio celular”, pero esa expresión me da a entender que había mas de uno, por eso lo deje como “su”.
Muy agradecida con tus demás sugerencias, revisadas y tomadas en cuenta.
Las obligaciones vuelven a llamarme, espero concluir en la próxima.
¡Nos leemos!
K. Marce
29/11/2017 a las 11:43
Y me ha agarrado la chula, como decimos por estos lados. Lo juro que creía haber concluído con mis textos a mis comentaristas. Disculpas compañeros, siempre aprecio sus visitas. Y me alcanzó no solo la fecha (¡finales de noviembre!)sino también la hora… son las 4:40+ am…
Retormanos la gratitud:
** Osvaldo, amigo, siempre fino conmigo. Muchas gracias por apreciar mi trabajo. Me quedo con una grata sensación de tus palabras y sobretodo por la constancia de tus visitas.
**Yoli: Gracias por visitarme, siempre es grato encontrar tus comentarios.
**Carrie: Tu comentario me ha satisfecho mucho, y ha sacado una sonrisa en mí. Confieso que desconocía todo eso que mencionas del Sr. Nobel. Muy interesante, sobretodo tratandose de un personaje histórico. Bien dice el dicho, que a la ficción, la supera la realidad.
**Miranda: Muchas gracias por tu comentario. Bien dices lo que dices, se acepta, aunque defiendo que tengo esa terrible manía de complicar las cosas. jejeje. Sobre mi blog, es muy cierto no publico nada fuera de este espacio; por el momento lo mantendremos así… mira cuanto he tardado en concluir con mis comentaristas. Un saludo.
**Luis P: Creo que somos como el Ying-Yang a la hora de escribir y comentar. Por alguna razón, pienso, tenemos la presión de sacar los menos errores posibles, pero algo se cuela. Un día aprenderemos a perder el miedo escenico sin pensar tanto en la crítica y solo viviremos al personaje…
Y confieso que creo que por un par de meses, me concentraré en escribir “escenas”, como nos lo pide el “montame una escena”, porque terminamos haciendo micro novelas de cualquier genero… En fin, amo lo complicado, pero una escena también puede llevar su dósis ¿no?
**R.j. Esperanza P: Mil gracias por darme tu visita. Me he reído con tu comentario. A veces ando seca de ideas, otras me abruman. Y tengo la buena, o mala, costumbre de tener una idea completa, por lo que no suelo cambirla. Ya me vendrá bien, aprender a desarrollar más una idea y/o darle vuelta de calsetín… y espero colaborar en todo a mi alcance. Pedid y recibiréis. Jaja.
**Menta: De verdad gracias por la visita. Me alegra dar a conocer esta leyenda tan bonita. Aunque yo no la crea al cien, pero sí me parece muy interesante sí fuera cierta. Saluditos.
En fin, que por ajetreos familiares, y peleas con el Internet rebelde, sigo atrasadísima con los textos de “ideas/armario”, pero espero encontrarlos y poder leerlos… aunque ya se nos viene diciembre 1 encima y hay otra tarea con el taller.
Pero como dijo alguien por ahí… Volveré. 🙂
¡Nos leemos!