El ósculo de la vida - por Yoli L.R.+18

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—Era más que un simple robot…, parecía tan humano cuando me adentré en lo profundo de sus ojos, al parpadear sentí la calma de un atardecer; ese cabello negro enmarcándole el ceño y al sonreír, su expresión iluminó toda la estancia, ¡ah! —suspira Licia al contarle a Tesa, amiga que hizo pareja con un androide —Deseo volver a verlo, que me corresponda y llegar a ser tan feliz como tú! —concluye apasionada.

Lo conoció en la feria "Robótica Octava Era" a la que asistió buscando empleo.

—Soy Max, Geminoide del extinto dueño de la firma —dijo con voz muy varonil, mientras le recibía la hoja de vida.

La visualizó a la distancia, conforme se acercaba detalló su exquisita apariencia y ese taconeo que dejaba entrever fineza, no solo física sino la de su alma. Le dejó impresionado esta humana.

Es la elegida —pensó entusiasmado cuando la vio alejarse.

Días después, por medio del Bot AI* de la empresa, es contactada para ofrecerle empleo, consistía en hacer su ginoide.

Como prometía ser un trabajo sencillo, con buena paga y además significaba estar cerca de él, asistió a la dirección convenida con muchas ilusiones.

Al tocar la puerta, ésta se abrió como en automático y escuchó aquella voz que no había podido olvidar.

—Pasa a la salita siguiente y desnúdate —indicó.

Camino al aposento, pudo observar que las obras de este excéntrico millonario dedicado al segundo arte, se mostraban tan reales que sintió le hablaban:

—Márchate…, sal pronto de aquí… —le susurraban

—Es mi imaginación por estar nerviosa —dijo para sí y apresura el paso.

La Luz entra tenue por la única ventana de la habitación dulcificando las sombras. Ella, ataviada solo con una sábana, se vuelve al escuchar un ruido y ve correrse una pared.

Es Max, su corazón quiere salirse del pecho. Se acerca sin mirarla a los ojos, con una mano retira la prenda con delicadeza y con el dorso de la otra, acaricia con suavidad su costado. Luego, se retira unos pasos, quedando el material «piel grafeno» entre ellos, toma las herramientas adecuadas y en silencio, sobre éste, comienza a esculpirla. Solo le habla para indicarle la mejor posición.

—Mantente así, para poder capturar tu alma —musita.

Al final de la jornada, le da un beso en la frente seguido de un hasta mañana, y se retiran por donde vinieron. Varios días de esos y el pago puntual en su cuenta.

Cada día más enamorada acude a la cita como cántaro a la fuente.

Ha pasado un mes, es la última sesión, como es costumbre la desviste en silencio, acaricia su torso, pero hoy, la mira a los ojos, su rostro es diferente, se muestra enamorado, lo que ilusiona a Licia, refleja lo feliz que está al ser correspondida, actitud que aprovecha el escultor como el ingrediente mágico para inmortalizar la obra.

Al final, se despide de ella tomándola de la barbilla, le estampa un tierno beso en los labios, esta vez no le dice hasta mañana, tampoco lo que Licia quiere escuchar, entonces le devuelve una mirada vestida de interrogantes. Callado como siempre, él se retira tras la pared y ella desconsolada se dirige a la salida.

Afuera la lluvia cae feroz. Nada en ese momento parece importarle. La tristeza perfora su alma como las gotas de esa lluvia al caer en la tierra. Llega a casa con el sufrimiento tatuado en la mirada y empapada, pero más de soledad.

Al día siguiente amanece indispuesta, el cansancio se le cuelga de los párpados. Dos días después aparecen la fiebre y manchas en la piel, ya no puede incorporarse de la cama.

El médico no encuentra el origen de su mal, receta medicamentos y le pide guarde reposo.

Al pasar los días se siente peor, más pálida, sin fuerzas, como si algo le robara la existencia, se le nubla la vista y la consciencia la abandona poco a poco. En su delirio ve la imagen de Max que le sonríe.

Al poco tiempo fallece. La autopsia no revela nada.

Mientras en la casa del Geminoide…

Los ojos del artista brillan al mirar el fembot de Licia, que cada día ha ido cobrando más vida. La eligió como su amada desde aquel día que la conoció en la feria y ahora vivirán eternamente juntos, la besa.

—Ha sido un trabajo impecable —alardea para sí mientras la contempla.

En ese momento, su rostro dibuja una aterradora transformación que revela su verdadera imagen.

Era más que un simple robot…

*Inteligencia Artificial

Comentarios (36):

Earendil

18/10/2017 a las 18:31

Hola, Yoli L.
Ante todo quiero felicitarte por la selección de tu texto en el concurso al que te presentaste. Siempre es muy emocionante que alguien reconozca tu trabajo, da ánimos para seguir escribiendo.
Me hubiese gustado no ser la primera lectora que comentara tu texto, pero me gusta ir por orden riguroso, ya sabes, primero los tres siguientes al mío y después los que vengan. Muchas veces también es una ventaja, pues te da la oportunidad de emitir una opinión sin que los demás hayan influido en ella.
Te cuento todo esto porque tu relato me ha resultado un tanto extraño. Has clavado las 750 palabras y no sé si será por eso que has elegido escribirlo al estilo telegrama; o ha sido el fruto del recorte posterior a un texto más extenso; o simplemente has elegido escribirlo de esta forma porque sí, para darle un toque robótico.
A mí, personalmente, no es el estilo que más me gusta, soy amante de frases más largas y bien hilvanadas, pero supongo que es cuestión de gustos, tan bueno o malo como cualquier otro.
El argumento es muy original, con un giro sorprendente que puede interpretarse, a mi parecer, de dos formas: Max es una I.A. extraordinariamente desarrollada, que incluso evoluciona hacia sentimientos tan humanos como el narcisismo, además de matar (que iría en contra de las leyes de la robótica); o es un ser mucho más oscuro, enmascarado en su apariencia de androide refinado. De todas maneras, no me queda muy claro donde encaja la última línea, donde escribes *Inteligencia Artificial.
El título me gusta mucho, aunque también podría llamarse “Ósculo de vida y muerte”, por el desenlace tan trágico para Licia.
En cuanto al tiempo verbal que has elegido para narrar tu historia, primero has empezado en presente, pero luego das varios saltos entre el presente y el pasado. Tal vez hubiese quedado mejor seguir toda la narración en presente, que le da más fuerza al estilo de texto que has desarrollado, con frases cortas y directas.
Tengo que felicitarte por el repertorio de palabras inventadas, cosa que resulta muy difícil de elaborar. También hay frases muy bonitas. Destaco.
* La Luz entra tenue por la única ventana de la habitación dulcificando las sombras.
* Afuera la lluvia cae feroz. Nada en ese momento parece importarle. La tristeza perfora su alma como las gotas de esa lluvia al caer en la tierra. Llega a casa con el sufrimiento tatuado en la mirada y empapada, pero más de soledad.
* El cansancio se le cuelga de los párpados.
Te felicito por tu trabajo, me ha gustado mucho disfrutar de él. Enhorabuena.
Nos leemos.

El ósculo de la vida - por Yoli L.R.+18

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