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El pinche robot - por Jorge LozanoR.
Era más que un simple robot, me cae de madre jefe. Con un pinche robot uno se da cuenta luego luego, ¿que no? ¡Pero este cabrón era algo más, se lo juro!
Mire no más, me acuerdo y hasta la piel se me pone chinita otra vez. Es que la neta la impresión fue muy cabrona.
No no, ni me espantaba que a la Marta le entre a eso. Total, uno es libre de hacer lo que uno quiera ¿que no? Pero es que la pinche Marta no se veía de ese tipo de viejas. Tan recatada ella, tan así como “no me toques ni con el pétalo de una rosa”. Pero que la cacho dándose unos besotes con eso. ¡Palabra que no la andaba espiando, por ésta se lo digo!
Pero ya me ando desviando otra vez del tema patrón.
Pos verá, ya desde antes me las olía que la Marta andaba en algo. Por más que la invitaba a salir no más no se dejaba. Y no es que sea galán ni mucho menos, pero pos si le ando bajando la vieja a uno que otro wey de la cuadra.
Naaa ni se me espante patrón, ¡soy cábula pero también respeto! Cuando una morrita dice nel, pos niguas, a otra cosa mariposa.
Y pos así pasó con la Marta. Uno acá rogándole y sacándole las frases más chidas, pero al final que me manda por un tubo. Pos ya qué.
Y quedé tan agüitado al principio que la neta le dejé de hablar. Pero pus trabajamos juntos mi jefe, ni modo de hacerle la ley del hielo por siempre. Nooo no, uno tiene que hablarse acá en el puesto: que si pásame una talla 5, que si la marchanta de allá no trae cambio… ¡cosas básicas pues!
Y pus de a poco le fui quitando el castigo. Pero casi siempre me decía la méndiga “ahí te encargo el puesto, me tengo que ir temprano”.
Yo ya me las olía la neta, cuando una morra anda así de apresurada, es porque anda con nuevo canchanchán. La neta me valía, ni que fuera la única, ¡pero pus tampoco es onda que me deje botado con el puesto patrón!
Pero bueno, en una de esas que me envalentono y le digo la neta. Que ya estaba hasta la madre de recoger el puesto sin su ayuda.
¡Y pos que me dice que no tenía tiempo de discutir y no se que madres! La muy jija. Total que agarra sus chivas, y pos yo que aviento todo a la camioneta. Total, si iba a estar así fregándome siempre, pos mínimo quería saber quién era el wey por el que me estaba chingando ¿no?
Y bueno si, la neta la neta si espié un poco, pero ya ve cómo es la canija curiosidad. Ahí me fui detrás de la Marta, despacito despacito pa que no me notara.
Y ahí cerca del callejoncito de la Claridad estaba parada, andaba como que nerviosa la cabrona, a cada rato volteando pa’tras pa ver si nadie la veía. Y de la oscuridad sale la pinche cosa esa. Si uno no es fijado se va con la finta. ¡Pero pa eso me pinto solo! Le encuentro hasta los pelos más tiesos a la gente. Y ese wey que estaba frente a ella me cae que no era humano. ¡Un brillo rojo en los ojos lo delataba! Si, si, ¿como el que sale cuando le sacan a uno la foto con flash? ¡Pus ese mismo! No más que este cabrón los traía siempre así. En la oscuridad se notaba más.
Y pus ahí en la oscuridad que se acercan más y se dan sus besucazos. Si fuera otra la situación, me cae que hasta me hubiera prendido un poco. Pero sabiendo de qué se trataba, como que me dió un no sé qué. ¡Mire, mire, de nuevo la piel de gallina!
El caso es que después de eso le escuché decir clarito a la Marta “Te quiero flaco”, y el cabrón ese que le contesta “Yo también te quiero Marta”.
Y pos ya, que los dejo ahí todo agüitado.
Pinches robots, me cae de madre. Si empiezan a hacer más cabrones como ese wey, que se parecen tanto a los humanos, ¿que va a ser de nosotros eh? Si de por sí ya cuesta un huevo agarrarse a una morrita, con estos cabrones rondando no nos van a quedar ni las migajas.
Me cae que no tienen madre chinga…
Comentarios (16):
Leosinprisa
19/10/2017 a las 07:43
Hola Jorge Lozano, la verdad es que me ha costado seguir tu texto. No porqué esté mal redactado ni carezca de interes, sino por la forma de hablar el personaje, de relatar su vivencia al más puro estilo de Méjico. Hay palabras que escapan de mi comprensión y he tenido que mirar en internet para entender que querías decir.
He de decir que ni mucho menos es malo. Todos tenemos expresiones en nuestras tierras y ninguna es mejor que otra, tan solo son diferentes, y en esa diferencia, está la personalidad del individuo de tu relato. Le da un aspecto muy vivo, intenso en sus descripciones y uno tiene la visión, incluso puede ponerle un rostro, disgustado y asombrado a la vez, que tiene su variante dramática y también te despierta una vena de simpatia por el propio personaje hacia cuanto cuenta.
En cuanto a la correción del texto, yo creo que deberías hacer mejor uso de las comas, “No, no, ni me espantaba que a…” o “Naaa, ni se me espante patrón…”
En la frase: “Y bueno si, la neta la neta si espié un poco”, al primer sí, le pondría acento, pues es una afirmación y en ese caso se le pone tilde.
No me queda nada más sino felicitarte, me ha entretenido mucho con todas sus peculiaridades. Un placer leerte y un saludo.
Silvina
20/10/2017 a las 20:57
Hola Jorge, me gusto muchotu relato.
Algunas palabras o expresiones no las entendí en la primera vez que lo leí, pero despues hilando la historia en una segunda vez ya fue mas fluido. Como decía el compañero mas arriba es una cuestión de del lugar de donde somos.
Me interesante y de alguna forma divertida.
Espero leer mas textos tuyos. Saludos
Jorge Lozano
21/10/2017 a las 07:00
Muchas gracias por sus comentarios!
La verdad sabía que para este texto, la forma en que lo abordé era aventar la moneda al aire por tantos localismos y palabras salidas del mero centro de la Ciudad de México… pero es justo la situación que estaba buscando… a seguir experimentando! jejeje
Saludos!
Antaviana
21/10/2017 a las 09:04
Jorge, a pesar de que hay palabras que no entendí, me gusta la manera en que escribes, el ritmo es muy bueno, y el relato tiene fuerza!
Osvaldo Vela
21/10/2017 a las 13:29
Hola Jorge, te felicito. Con ese lenguaje del que haces gala, estás a igual distancia verbal de cualquier parte de este gran país que es nuestro México.
Gocé de tu escrito con una sonrisa imborrable en mi entendimiento. Nos seguimos leyendo.
Pepe Illarguia
21/10/2017 a las 14:48
Ay compadre, me lo has hecho pasar genial, cómo recuerda a Rulfo, qué hijo de la gran chingada el pinche robot. México lo llevo en mi corazón, aunque nunca crucé el charco, pero guardo un grato recuerdo de un genio por desgracia ya desaparecido, Edgar “aeropoeta” List.
Un abrazo compañero.
Héctor Romero
21/10/2017 a las 18:25
Jorge quiero agradecer tu comentario a mi relato. El tuyo me ha gustado es bastante simpatico, no he tenido problemas para entenderlo pues está bien mexicanísimo. Felicidades
Juana Medina
21/10/2017 a las 18:42
Hola Jorge:
Espléndido relato. Me ha gustado muchísimo y en buena parte por los localismos que si bien me han costado un esfuerzo de comprensión, defiendo a muerte.
Soy argentina y me gusta escribir en argentino. Hay historias que necesitan un español neutro, pero ésta necesitaba este lenguaje.
El final es un remate precioso.
Gracias por tu visita.
Nos seguiremos leyendo,
Alonso García-Risso
21/10/2017 a las 22:16
Saludos Jorge: Juate, ¡qué grande juate! me leí de corrido tu relato.
No pude parar hasta dar con el final. La atmósfera que lograste, magistralmente, hace de este texto una joya.
Soy chileno y no tuve el más mínimo problema con los localismos que, los encontré “acertadísimos” y proporcionan una naturalidad sorprendente. Se me viene a la memoria el Pedro Páramo de Juan Rulfo.
La verdad debo reconocer que para nosotros, los chilenos, no es difícil —al contrario—, congeniar con los hermanos mexicanos. Es corriente sacar a colación —en nuestras conversaciones—, a los héroes de la Revolución como Pancho Villa o Emiliano Zapata. Esperábamos algo más del Subcomandante Marcos en Chiapas.
Pues bien, mi Juate, te felicito y hasta una próxima.
ADELA CASTAÑON
21/10/2017 a las 22:35
Hola, Jorge: te felicito sinceramente porque a pesar de ser española he seguido tu relato con un interés que ha ido en aumento con cada línea. Es un arte ser capaz de transmitir una historia empleando localismos como términos mayoritarios, así que te felicito por ser tan buen comunicador. Enhorabuena, y saludos cordiales.
María Kersimon
22/10/2017 a las 10:03
Hola Jorge, antes que nada, gracias por el amable comentario que dejaste a mi texto. Me alegro por ello porque sino quizás no habría leído el tuyo y me habría perdido un relato delicioso, que así he podido degustar en el desayuno de esta mañana. Buenísimo el tono, la atmósfera y el humor. No he necesitado entender cada uno de los modismos para entender la historia y en cambio, me han situado dentro de la manera de pensar del protagonista y de su entorno. He visualizado las actitudes, los gestos, las inflexiones que aportaba a su discurso y me ha hecho mucha gracia. Siempre me alegra el habla mexicana corriente, pero en esta ocasión más. Te felicito por mantener la modalidad lingüística a lo largo del relato sin fallas y por el rico marco sociocultural que trazaste a partir del habla local. ¡Gracias por ese desayuno!
Patricia Redondo
22/10/2017 a las 16:01
Gran relato Jorge! Confieso que los localismos a veces han hecho que tropiece y haya tenido que leer un poco a trompicones, pero eso es un problema más mío que tuyo y te animo a que los sigas usando pues me encantan!! Siempre enriquece aprender de otros sitios , culturas, absolutamente necesario para seguir avanzando en el mundo, en la vida…
Poco que añadir, el relato está bien padre y espero seguir teniendo el placer de leerte.
Gracias tanbién por tu lectura y comentarios al mío.
Abrazos desde Madrid , España.
Jorge Lozano
23/10/2017 a las 00:03
Muchas gracias a todos por sus comentarios. Aprecio mucho el apoyo hacia los localismos y el mostrar una historia simple pero complicada por el lenguaje que uso.
Sus palabras de aliento me motivan a seguir experimentando! Nos leemos pronto!
Saludos.
Dew21
23/10/2017 a las 17:42
Hola Jorge
Me gustó muchísimo el cuento y me reí un montón. Como uruguaya defiendo los localismos, aunque a veces no entienda todo.
Saludos y nos seguimos leyendo
José Torma
30/10/2017 a las 19:47
Que tal Jorge, un gustazo ver más mexicanos en este taller.
Tu relato esta chingón, de principio a fin. Como veterano que soy en este taller, te diré que he intentado neutralizar mis escritos, pero como te comentó alguien más arriba, cuando es necesario, pues se le deja ir todo el pedal.
Si algo pudiera opinar, aparte de las comas y acentos que te mencionan, me hubiera gustado que, mínimo, un putazo le hubiera puesto el protagonista al robot mentado ese.
Un abrazo y felicidades.
Jorge Lozano
31/10/2017 a las 05:44
Hola José!
Muchas gracias por tu comentario… caray, modificaré el texto para que ese robot reciba su merecido jajajaja
Saludos y te veo en el siguiente reto!