Literautas - Tu escuela de escritura

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¿Quién es el que oye? - por Don KendallR.

Web: http://donkendall.wordpress.com

En el geriátrico la habitación al fondo del pasillo está abierta. La nueva auxiliar de noche acaba de llegar. Se mueve con rapidez sin cambiar de ropa. Entra al cuartucho detrás del mostrador.
Abre un archivador con la llave que trae colgada del cuello y sin dudar toma la caja marcada con una equis roja. Dentro de la caja sólo una libreta de hule negro y unas gafas circulares de montura fina.
Rápida pasa las hojas en blanco y va de la sonrisa a la carcajada, mientras sube y baja las gafas delante de los ojos.
—¡Qué jodida! ¡No están graduadas!
Va hasta la habitación vacía al final del pasillo. Queda un olor de almizcle, el perfume de la última habitante del pequeño planeta. Su desaparición no deja lugar a la esperanza.
Solo queda apagar la luz y salir al descampado. Después, la soledad, el vacío y la nada.

Comentarios (15):

Francis

17/06/2017 a las 04:41

Hola Don,
Me gustó tu forma de escritura; de todos modos, habiendo leído tu microrelato más de tres veces no le pude encontrar un hilo a la historia y tampoco relacionarlo con el título.
En mi parecer no demostras verdaderamente lo que querés contar. Igual todo se basa en percepciones, así que seguí escribiendo que todos estamos acá para aprender y para mejorar en este increíble arte que es la literatura.
Mi relato es el anterior, si tenes ganas de pasarte sos bienvenido.
Saludos,
Francisca

Otilia

17/06/2017 a las 11:06

Hola Don Kendall,
Has escrito un texto totalmente elíptico y nos has dejado a los lectores que resolvamos el misterio que plantea.
Enhorabuena. Saludos.

María Kersimon

17/06/2017 a las 15:13

Hola Don, un texto bien escrito, ciertamente, pero que para mí también sigue siendo un puzzle tras la tercera lectura. Lo usé como si de un koan se tratara.
Saludos.

Paola

18/06/2017 a las 15:23

Hola Don
Yo tampoco consigo desentrañar lo que nos quieres decir.
Necesitamos una pista más.

Me tiene intrigada la historia y quiero saber que ha pasado.

Saludos

Wolfdux

19/06/2017 a las 09:55

Me uno a los que seguimos sin entenderlo tras varias lecturas, jeje. Pero dejando de lado esto, el micro esta bien escrito.

Don Kendall

19/06/2017 a las 19:47

Queridas y queridos colegas
El título corresponde a un koán de Bassui Tokusho.
El ejercicio para el taller de este mes, tal como apuntan Otilia y María Kersimon, lo intenté plantear como una propuesta utilizando en parte la elipsis, el koán,(*)etc. En general, procedimientos que suelen demandar una participación activa por parte del lector o como es el caso de “Literautas” el lector-escritor.
Naturalmente intentando escapar de cualquier trascendentalismo espiritual, iluminación y demás zarandajas new-age.
En tal sentido la iluminación espiritual repentina de la enfermera de noche queda puesta de manifiesto en la única verbalización que aparece en el relato ;-).
¡Qué jodida! ¡No están graduadas!
En fin, soy reacio a dar explicaciones sobre el trabajo escrito, en cuanto creo que el trabajo debe explicarse por sí solo. En esta ocasión y dado que el “microrrelato” es una peculiaridad tan peculiar jejeje de la literatura y de la vida breve, con vuestro permiso os largué este rollo.
Gracias por vuestros comentarios y sabed que he leído vuestro trabajo y en la medida de lo posible, iré comentando alguna cosa con todo el pudor que pueda.
Un abrazo y nos seguimos leyendo
(*)El kōan es una técnica del budismo zen que consiste en “presentar al discípulo una frase extraída de un sūtra [colección de preceptos budistas] o, pronunciada por un maestro, una historia paradójica o un breve diálogo entre maestro y discípulo… y de pedirle que resuelva el problema planteado por el único medio de su experiencia meditativa”

liliana Del Rosso

20/06/2017 a las 21:13

Hola Don Kendall.
Bueno un cuento con mucho misterio,tras unas cuantas lecturas elaboré mi propia historia y me gustó. jaja…
Un saludo

Javier López

21/06/2017 a las 13:16

Hola, Don.
Yo, nada más acabar la lectura, me imaginé que era un sueño. Imágenes aparentemente inconexas que proceden de un pensamiento, un remordimiento o una inquietud espiritual. Y según tu explicación, no ando demasiado alejado de la pretensión, puesto que el koán pretende hacer que unamos esas imágenes para formarnos nuestra propia historia. Como en el sueño. O igual son imaginaciones mías.
Formalmente, sólo cosas subjetivas que yo pondría de otra manera, pero puesto que es tuyo, ni se me ocurriría tocarlo. Precisamente porque yo no sé escribir así, con paradojas, elipsis y demás.
Un saludo.

Leosinprisa

23/06/2017 a las 12:22

Hola Don Kendall, extraña historia, donde unas gafas sin graduar son las protagonistas; donde un libro en blanco no puede ser leído pero se traspasan sus hojas con generoso interés y donde un personaje desaparece, tan misterioso como ha aparecido, para ser tragado por una inquietante soledad, por el vacío y la nada.

Me queda la duda si dicho personaje es el último que queda en ese mundo, si todos han muerto de viejos, pero me pregunto si ese olor de almizcle corresponde a alguien que persigue, a otro personaje aún más misterioso y que tras él solo queda ese vacío y la nada.

Todos son elucubraciones, la verdad es que ando muy perdido y que mi imaginación desata mil preguntas que no sé si tendrán respuesta, o tal vez todas ellas sean idóneas y no exista una correcta.

No obstante, la historia me ha encantando aunque me provoque la sensación de haberme quedado a medias y necesitar más. Pero en este mundo no se pueden tener todas las respuestas y así me quedo, preguntándome sobre si existe un todo o tan solo es una nada completa.

Un placer leerte y un saludo.

Don Kendall

23/06/2017 a las 18:48

Comentarios a vuela pluma como agradecimiento a Liliana Del Rosso, Javier López y Leosinprisa:
Gracias por vuestro comentario, que permite compartir puntos de vista alrededor de una mesa, en esta tertulia virtual de “Literautas”.
Me parecen muy interesantes vuestros apuntes, aunque sí me interesa precisar por si acaso, que en lo referente a “lo espiritual” más bien soy parco. Como bien sabéis son varios los escritores que utilizaron herramientas bien directamente del Koan o emparentadas con éste. Es verdad que el “ramalazo” espiritual y friki aparece nada más que suene arte ancestral y si además es oriental, pues adelante con los tirantes. En general , casi todas las definiciones del koan coinciden en algo : el objetivo del koan, y por extensión del budismo zen, es acceder a la iluminación.
Si somos capaces de quitar esa precariedad léxica que aporta el misticismo cristiano, y nos quedamos con el “flash”, el “eureka”, el “¡hostia!” , etc, podemos acceder al pequeño placer de encontrar la “chispa” si es que la hay jeje, ..sobre todo en los micro-relatos.
Borges se refería a lo que sentimos después de leer un koán de este modo «equivale a lo que sentimos al percibir de golpe la respuesta de una adivinanza, la gracia de un chiste o la solución de un problema». Naturalmente, si el chiste se explica ya se pierde el “flash”, la “iluminación” del lector/receptor. El koan no es un dispositivo milagroso que transmite las esencias de alguna divinidad, tampoco tiene una gran pureza de lenguaje o claves secretas del mismo.Es una herramienta de entrenamiento. Es un objeto textual, que trabaja desde el lenguaje y a través del lenguaje.
Todo esto es para decir que la propuesta que hice este mes, no es un koán, pero sí experimenta el entorno en el que se da el koán y en cierta medida se estructura como tal. Es una paradoja, un dispositivo que intenta resolver alguna duda sobre nuestro universo, haciéndolo ḿás confuso e inexplicable. En sí mismo es un fenómeno lingüśtico e intelectual que resulta cierto en tanto que absurdo.
Para diluir un poco tanto empaque, os paso esta imagen que ilustra algo de esto que estamos hablando. La “iluminación”, el “satori”, el “flash”, sucedería antes de observar la “pista” que aporto :-))

En resumen, gracias de nuevo, y disfruten lo que pueda de la belleza, es lo único que importa.

Laura

25/06/2017 a las 12:57

Hola Don Kendall.
He leído varias veces tu texto, las explicaciones que das, y me sigue gustando a pesar de que la iluminación no me llega. Sin embargo me gusta.
Ya me había llamado a misterio lo de la libreta en blanco y la salida hacia la nada.
Me gustó lo del perfume de la última habitante de la habitación del mundo personal.
En síntesis, no sé si fue tu idea, señalas la soledad en que cada uno de nosotros está con mucha crudeza. Incluso la misma enfermera puede ser una figura que nos cuida en nuestro pequeño planeta, ya mencionado con la anciana. Todo bastante surrealista. Disculpa si me equivoco. Padezco una total falta de cultura. Veré el asunto este de los koan.
Igual, seguiré tratando de desentrañar los misterios de la escritura y de la lectura.
Felices vacaciones

CARMELILLA

29/06/2017 a las 20:27

Hola Don Kendal:
¡Que buen trabajo! Lo he leído tres veces no, alguna más, quería encontrar lo querías contar y después me dije: no hay nada que encontrar, está ahí, pon lo que tú quieras en la historia y eso he hecho: la cajita es de la muerta (la última habitante que para mí está muerta) y en ella se encuentra sus pertenencias: una libreta y unas gafas, una vacía y las otras que no sirven para lo que se supone que son…¿qué hacía, pues, con ello?…misterio de la mente…
El final es lo que me queda por pulir…quizá es lo que hay cuando llega la muerte.
Repito: ¡trabajo excelente!
Hasta dentro de unos meses.
Saluditos.

Don Kendall

29/06/2017 a las 21:48

Laura, Carmelilla.
Es una satisfacción leer vuestros comentarios. Me aportan puntos de vista muy interesantes.
Un abrazo

Don Kendall

24/08/2017 a las 16:33

Hola a todas y todos,
Por si alguien tiene interés he publicado el relato en un nuevo blog, con algunos cambios que incluyen el título. Creo que he recogido las valiosas aportaciones que habéis hecho, así quede constancia.
Un abrazo
El enlace :
Fondo de microondas

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