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Creencias - por Romina Eleonora Mc Cormack
Se trataba de un matrimonio impecable. Pero, ella tenía un defecto, entre otros que no molestaban: era extremadamente supersticiosa.
Su esposo decidió extirpar aquellos falsos temores el día más conveniente, martes y trece.
Esa mañana, ella entró en la cocina pasando debajo de la escalera de pintor que el marido había dispuesto justo en la puerta. Mientras desayunaban, sin advertencias, él le arrancó la vieja cintita roja que llevaba en la muñeca, ante la angustia de la mujer que no comprendía semejante violencia. Luego, tomó el salero y frenético lo sacudió en el aire lanzando haces blancos. Agachada, ella pellizcaba la sal caida para arrojarla tras su hombro, mientras se agarraba a su vez a la madera de los muebles para conjurar la desgracia inminente, ya sin esperanza .
Parecían trastornados, posesos.
Hasta que él detuvo sus movimientos y se desplomó inerte. No hizo falta comprobar que estaba nuerto.
Comentarios (11):
Beverly Matos
16/06/2017 a las 15:38
Muy bueno Romina, me he reído mucho.
Es original y divertido.
Me gusta que cuentes tanto en tan poco. Tengo mucho que aprender.
Buen trabajo
Janna
16/06/2017 a las 22:31
Hola Romina,
En pocas líneas nos das humor y una clara idea de lo que sucedía en ese matrimonio. Además el final es sorpresivo como debe ser el final de los microrrelatos.
Lo que si debes corregir un errorcillo en la última palabra del relato “nuerto” a “muerto”.
Felicidades!
Nats
16/06/2017 a las 22:40
Hola Romina me gustó el relato, claro y conciso. La realidad de varios matrimonios lamentablemente. Me hizo reír demasiado! Sólo corregir la palabra clave del cierre: Muerto! 😉
Nos seguimos leyendo!
María Kersimon
17/06/2017 a las 18:46
Un relato ingenioso con un final sorpresivo. También hubiera podido descubrir ella que no la pasaba nada con suprimir los rituales. Parece que resultan más cautivantes los sucesos negativos. Humorístico y ágil
Saludos.
Romina Eleonora Mc Cormack
18/06/2017 a las 12:45
Gracias a todas. Se me escapó lo de nuerto, ansiedad y falta de atención. Gracias otra vez.
Alma Rural
19/06/2017 a las 08:17
Parece que al final, Romina, las creencias de ella sí tenían razón de ser, jejeje…
La verdad es que la mujer era un manual de supersticiones. No me extraña que al marido le resultara un poco exasperante vivir con ella.
Muy buen micro, Romina. Me ha hecho pasar un buen momento.
Un saludo.
Héctor Romero
20/06/2017 a las 16:06
Excelente relato Romina, me ha gustado mucho, el “errorcillo” de dedo me parece insignificante en el sentido que no opaca la calidad de tu trabajo. En mi gusto personal tal vez lo hubiera titulado Supersticiones que lo siento mas específico que Creencias, pero eso es cuestión personal. Felicidades tu vecino 168.
Romina Eleonora Mc Cormack
21/06/2017 a las 01:58
Gracias a ambos. Nos leemos.
José Torma
21/06/2017 a las 22:28
Hola Romina.
Me ha gustado tu micro, el primer párrafo padece de exceso de comas, lo ralentiza mucho y creo que te pudieras haber ido con una solo oración. Lo del nuerto que ya te comentaron y eso sería todo.
Yo no soy supersticioso porque es de mala suerte jaja, así que hizo reír.
Felicidades.
Ramón Temes
23/06/2017 a las 13:48
Muy bueno. Admite un final distinto:
A pesar de tantos malos presagios (falta el gato negro) Llaman al timbre de la puerta y le comunican a ambos posesos que les ha tocado la lotería.
Pero no quiero cambiar nada de un relato perfecto.
Felicitaciones
Laura
02/07/2017 a las 23:37
Hola Romina.
Tu relato es un manual de supersticiones, pero a mi criterio te han sobrado varias comas que lo detienen innecesariamente.
Por lo demás, nada que señalar.
Fue un placer leerlo.