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Apple - por Amilcar Barça
Web: http://caminodefierro.blogspot.com
Érase una hermosa y sonrosada manzana muy pagada de sí misma. Egoísta y altanera no pensaba en las demás. Se creía el centro del universo y su dueño, la colmaba de atenciones y cuidados.
No fueron suficientes. Una Ceratitis capitata se fijó en ella y estimó el lugar ideal para depositar sus huevos. Sin darse cuenta, las larvas la fueron horadando y destruyendo por dentro. Al cabo de un tiempo, languidecía a ojos vistas. Perdía el color y la tersura de su piel.
Su dueño, alarmado, quiso saber cuál era la causa. Y descubrió una manchita en su piel. Acudió presuroso en busca de ayuda al lugar donde sanaban las manzanas enfermas. “Ya no hay remedio, está podrida por dentro”, le dijeron. Solo el fuego acabará con la carcoma que asola su corazón y evitará el contagio a las demás.
La vanidad, nadie prevé por dónde y cuándo tendrá fin.
Comentarios (13):
Maria Jesús
16/06/2017 a las 16:47
Estupendo relato. Me ha gustado muchísimo. Felicidades.
Andrei Maquiavello
16/06/2017 a las 17:24
Maravilloso relato, una muy buena moraleja me encanto mucho, por algo tambien yo pienso que las manzanas son las frutas mas hermosas y vanidosas de todas, me encanto. Saludos
Sofib
16/06/2017 a las 22:07
Bonito. Una gran moraleja en un pequeño relato. Bien hecho!
Juan F. Valdivia
17/06/2017 a las 12:51
Hola.
OJO, COMA ASESINA A LA VISTA: ‘su dueño, la colmaba’.
En la frase ‘Una Ceratitis capitata se fijó en ella y estimó el lugar ideal para depositar sus huevos’ se me hace que falta algo en torno al verbo estimar. Quizá algo así: ‘Una Ceratitis capitata se fijó en ella y la estimó como el lugar ideal para depositar sus huevos’.
Tontunada: ¿usas el nombre científico de la mosca y no el de la manzana? ¿Dónde está la vanidad de esa manzana que no clama su nombre completo? 😛
Para un micro leo demasiados ‘seres’. Cuidado.
No acabo de captar el significado de ‘La vanidad, nadie prevé por dónde y cuándo tendrá fin’, quizá por esa coma asesina tras vanidad.
Lamento disentir en cuanto al fondo moral del cuento. La vanidad que se esgrime al final del mismo sólo aparece en el primer párrafo. Si se fija uno, luego la manzana pierde protagonismo activo: primero entra en acción la mosca, luego sus larvas, después del dueño, y por último los ‘médicos’. En definitiva, la manzana no toma protagonismo alguno. En ese caso mal se puede hablar de vanidad, que tiene de ir acompañada de afán de protagonismo. Más bien se trata de un cuento de desidia, de confianza en uno mismo y en que el devenir de los hechos siempre va a ir en el sentido que uno cree que le va a beneficiar. Pero vanidad no.
Ojo, y que yo tampoco me considero amante de Apple: lo considero una empresa muy buena en mercadotecnia (y en ciertos aspectos casi una secta).
Chau.
Estel Vórima
18/06/2017 a las 16:23
Muy buenas, simplemente felicitarte, me ha gustado mucho. Un texto con moraleja y con un punto simpático al imaginarme al doctor que cura las manzanas.
Amilcar Barça
18/06/2017 a las 20:57
Gracias a todos por leer y comentar, en especial al compañero Valdivia.
Lamento no poseer los inefables conocimientos que me hubieran guiado por el proceloso relato constreñido a 150 palabras. Pero me parece ineludible decirte que como yo soy el autor del microrrelato, hago como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. O como decimos en mi tierra: yo soy el amo la burra y en la burra mando yo; cuando quiero digo arre y cuando quiero digo so. O sea. salu2
Andrei Maquiavello
19/06/2017 a las 04:26
Amilcar, ya había comentado tu relato, pero no me quedo claro el comentario que me hiciste sobre como canta(ba) alaska, me quede dudoso con respecto a ello. Saludos!!!
Amilcar Barça
19/06/2017 a las 09:27
Andrei: quizá tú no conoces a Alaska.
https://youtu.be/OnQeexb8bB8
Cryssta
22/06/2017 a las 08:33
Hola Amílcar, tu cuentecillo me ha gustado.
Como tú te lo guisas y tú te lo comes, a ver si te apetece cambiar un poco los ingredientes para que no se te repita ninguno, en un mismo párrafo tienes dos “fueron”.
Te deseo un feliz verano.
Amilcar Barça
22/06/2017 a las 18:29
Cryssta, fueron pero volvieron. Lo mismo te deseo.
PD.- Al margen de errores y de comidas indigestas, observo que hay algunos comentarist@s a los que les ha resultado insuficiente su relato, y aprovechan los comentarios en los relatos ajenos para saciar o vaciar el exceso de concentraición lexicográfica. (¿Existe ese palabro?)
K. Marce
08/07/2017 a las 04:26
Saludos Amilcar:
He llegado tarde a leer y comentar los textos del mes de junio, por razones de estar fuera de Internet y casi incomunicada del mundo, pero he deseado leer a otros a voluntar y he alcanzado tu relato.
Me parece muy interesante la idea central de tu relato. No sé si es “pegada” de si misma (egocentrica), porque se me escapa la idea de pagada de si misma. Y los dos gerundios pegaditos: horadando y destruyendo–(quizá destruyéndola).
Lo he visto como un micro, pero también como un microcuento, con manzanas con emociones y sentimientos (aunque sean negativos), me ha parecido una pasada, me ha gustado mucho. Quizá porque era una manzana muy natural, por ello su petulancia. Porque con tanta manzana “tratada” en la actualidad, a esas no se les paran ni las hormigas. (Mi hermana compró unas, se fue de viaje por casi dos meses y al regresar las encontró intactas, pero incapaz de comerselas, las botó a la basura).
Me ha divertido, y también me ha hecho recordar aquel refrán: que una manzana podrida, pudre a las demás… creí que acabaría solita y rechazada… pero le fue peor.
¡Nos leemos!
Amilcar Barça
08/07/2017 a las 16:07
Hola K. Marce, nunca es tarde si la dicha es buena. Celebro te haya intrigado el asunto de las manzanas. “Pagada de sí misma” es más o menos lo que tú entiendes, quizá más. Ya sabes, despacito, está de moda; los gerundios, nunca sabe uno por donde pueden salir.
“Yo junté buenas manzanas, con otras ya enmohecidas
no mejoré las podridas, y pudriéronse las sanas”
Siendo tan corto el tiempo y el espacio, no daba el proceso para más. un afectuoso saludo
Oda a la cebolla
14/07/2017 a las 17:30
¡Hola, Amílcar! Buen relato el tuyo, con moraleja de por medio. Saludos, y ¡que pases unas buenas vacaciones!