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Púas. - por MARÍA JESÚS
Olivia peinaba el cabello blanco de Isabel, su madre, con delicadeza. Y de cada púa salía un recuerdo de otro tiempo, cuando ese mismo peine desenredaba una melena infantil, mientras las manos que lo manejaban esculpían trenzas y moños.
La mirada perdida de Isabel parecía cobrar vida, encontrar su camino, cuando su hija sostenía el peine de plata y lo deslizaba lentamente por su escaso cabello, y se ponía a tararear una antigua canción infantil que Olivia conocía muy bien, entonces se unía a su madre en el canto en una comunión íntima que solo ellas compartían. En ese breve espacio de tiempo, Olivia rescataba a su madre de ese cruel olvido al que se había ido, recuperando momentos compartidos que ya solo recordaba ella.
Comentarios (33):
Berundgaar
16/06/2017 a las 12:01
Terrible el Alzheimer, ¿verdad?
Tu relato es como un oasis en medio del desierto, como una breve pincelada de ternura dentro de la desesperación.
Precioso, María Jesús, como es lo habitual en tus relatos.
Yo estoy en el 21, por si quieres pasarte a visitarme.
Un abrazo. Nos leemos.
Ramón Temes
16/06/2017 a las 22:20
Me encanta tu microrelato. Has conseguido emocionarme
ANGEL CLIMENT
17/06/2017 a las 10:08
Hola, como siempre, muy bien escrito y con una ternura impresionante.
Mi micro es el 95.
Saludos
Earendil
17/06/2017 a las 14:43
Hola, M. Jesús.
Emotivo y realista relato.
Qué triste que una mente, muchas veces maravillosa, se pierda a saber en qué mundo paralelo de pensamientos sin dueño.
Solo le encontré un pequeño pero. La frase que empieza por “La mirada perdida de Isabel…” resulta excesivamente larga para un relato tan corto.
Te felicito.
Un saludo
Dew21
17/06/2017 a las 15:05
Que maravilloso relato.
Felicitaciones
Miranda
17/06/2017 a las 21:24
Hola Maria Jesus
Me ha gustado tu relato sencillo y conmovedor, que nos acerca a ese drama, desgraciadamente tan común, de la perdida de la memoria.
Si, como dice Ereandil vagan por un mundo paralelo, me gustaría poder pensar que al menos en ese mundo son felices o al menos no sufren
En cuanto a la forma, siendo un relato tan corto, a mi me cuesta comentar aspectos técnicos, pero también opino, como ya te han comentado, que la segunda parte del textos quedaría mejor con frases mas cortas.
Un saludo, nos leemos
Me ha gustado
Jose Luis
17/06/2017 a las 21:40
Hola
Un micro muy bonito y tierno, me ha gustado mucho. Has demostrado que se puede decir mucho con poco.
Un saludo
Servio Flores
17/06/2017 a las 23:54
María Jesús, que buen relato.Trata muy bien, tiernamente, un tema tan doloroso.
Felicidades y a seguir escribiendo.
Laura
18/06/2017 a las 14:45
Hola María Jesús.
Tienes un hermoso relato, que me llevó un recuerdo con mi propia madre y su cabellera.
Me resultó un poco dura la palabra púas, pero es cuestión de gustos.
Hasta el próximo relato.
Denise
18/06/2017 a las 15:57
Como ya te dijeron, hermoso y conmovedor.
Saludos!
Henar Tejero
18/06/2017 a las 16:27
Hola Mª Jesús,
Un relato enternecedor, es como un halo de luz en la oscuridad de la terrible enfermedad. Me ha encantado.
Saludos.
Laura Marcela Cerón
18/06/2017 a las 21:00
Hola María.
Es la primera vez que leo algo tuyo y la verdad, me atrapaste por completo desde la primera lectura. De los mejores micros que he leído, hermoso y emotivo.
Gran trabajo!!
Si no has pasado por el mío, te invito a que le des un vistazo. Es el número 68.
Saludos.
Amilcar Barça
18/06/2017 a las 22:05
¡Ay ese temido momento! Eso no es poesía, sino una tremenda realidad. un saludo
Héctor Romero
19/06/2017 a las 01:27
María Jesús, una gran expresión de ternura, inspirador tu relato. Me ha gustado mucho. En cuanto a forma yo preferiría iniciarlo asi: Olivia peinaba con delicadeza el cabello …Es una opinión personal de tu vecino 168.
Javier Cenit
19/06/2017 a las 10:58
Hola María Jesús, gracias por tu comentario. Me has dado mucho ánimo. Es el primero que subo al blog y el segundo que termino…Aún estoy muy verde.
En cuanto al tuyo, a mi también me parece una frase muy extensa, que pide una pausa. Además suprimiría algunas palabras que se dan por sabidas por ejemplo:”…cuando su hija sostenía el peine de plata y lo deslizaba lentamente por su escaso cabello…”
Léelo de esta manera:”…cuando su hija deslizaba el peine por su escaso cabello…”
También prueba a leer esta frase así. “…una antigua canción infantil que Olivia conocía muy bien. Entonces…”
Este es solo es mi punto de vista.
En general, me ha gustado mucho el tema que has tratado y como describes la escena.
Un saludo y hasta la próxima.
Jean Ives Thibauth
19/06/2017 a las 11:45
Hola María Jesús.
Tu relato es muy tierno. Reflejas un duro momento de forma muy emotiva y sensible.
La primera parte me ha gustado más que le segunda. Lo de peinar y arrastrar los recuerdos con cada pasada del cepillo es una imagen muy evocadora, muy exquisita. Sin embargo lo que sigue es como si perdiera fuerza.
Yo le daría un par de vueltas para depurar cada palabra y acortar frases.
Gran trabajo.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Ismael Tomas Perez
19/06/2017 a las 16:13
Hola Maria Jesus:
Muchas gracias por pasarte por mi relato. Referente al tuyo me ha encantado como a los demás compañeros. ¡Felicidades!
Tavi Oyarce
19/06/2017 a las 16:24
Hola M. Je sus
Ya lo han dicho todo mis compañeros, y no tengo palabras que agregar, salvo que me llevaste a ese mundo tan común pero tan
Misterioso
Te felicito
El mío es el 120
Verónica
20/06/2017 a las 11:36
Hola María Jesús.
Me gustó y emocionó tu relato y, en algún punto, le encuentro relación con el mío.
Saludos
Cryssta
20/06/2017 a las 13:22
María Jesús, muy bonito tu micro. En cuanto a los mejorables no tengo nada que añadir a lo que han dicho los compañeros.
Un abrazo y feliz verano.
LUIS
20/06/2017 a las 21:14
Hola, Maria Jesus, gracias por tu visita. Tu relato es muy enternecedor. Aquellos recuerdos que mantienen con vida a esa madre. Me gusto, felicidades. Un abrazo y buen verano.
Cesar Henen
21/06/2017 a las 01:55
Hola Maria Jesús, verdaderamente has escrito una joya.
Sergio Zeltzer
22/06/2017 a las 14:51
Muy bueno María Jesús, emotivo y profundo. Felicitaciones.
Otilia
24/06/2017 a las 16:44
Hola María Jesús,
Gracias por tu visita y comentario.
Tu historia me ha gustado y me ha recordado la canción que mi abuela cantó a mi madre y luego ella a nosotros cuando nos peinaba “Pin pon es un muñeco” que dice “…le desenredo el pelo con peines de marfil y aunque le de tirones no llora…”, muy emotivo.
En cuanto a mejoras, solo es mi opinión:
Cambiaría el titulo.
No pondría la relación madre e hija hasta el final.
Contaría la historia llena de dulzura, felices, cantando y al final daría el mazazo del olvido.
El final de tu relato me gusta “En ese breve espacio …”
Nos leemos. Saludos.
Edu SC
24/06/2017 a las 17:46
Hola María Jesús, muchas gracias por tu visita. El tuyo me ha parecido precioso y, como ya te han apuntado, la imagen de las púas rescatando recuerdos es muy potente. Es una enfermedad terrible que produce un gran dolor en los familiares. Tengo la esperanza de que pronto esta enfermada sea historia.
Un placer leerte, felicidades.
Patricia Redondo
25/06/2017 a las 10:43
Hola María Jesús! Un relato muy enternecedor realmente.
Toma nota de los consejos de Otilia por que me parecen muy buenos y que mejorarían un relato bueno de entrada y con muchísimas posibilidades.
Te agradezco tu visita al mío de corazón.
Nos leemos
Maria Jesús
25/06/2017 a las 12:04
Gracias a todos por vuestros comentarios y sugerencias. Sí, tengo pensado cambiar el título, la verdad es que lo escogí un poco precipitadamente y ni a mí me gusta, pero ya tengo otro que le va mejor, cuando esta historia se publique. También tendré en cuenta las modificaciones del texto.Saludos afectuosos a todos.
Yoli
27/06/2017 a las 09:04
Hola, Maria Jesús.
Gracias por comentar mi microrrelato. El tuyo me ha gustado, es tierno y duro a la vez, y reflejas muy bien los sentimientos y los cuidados de Olivia hacia su madre.
Saludos
María Jesús Hernando Navas
27/06/2017 a las 18:21
Hola tocaya!. Me encanta tu relato y no solo por la coincidencia en el tema con el mio, sino por la delicadeza y ternura que se desprende de la relación con la madre. Enhorabuena, si quieres leer el mio estoy en el 211. Un saludo y buen verano.
Cristian Peluffo
28/06/2017 a las 00:34
Hola, María Jesús
Es conmovedor tu relato. Me ha gustado mucho. El abordaje de un tema tan sensible, concretado con delicadeza y cuidado.
Y gracias por haber leído el mío y por tus palabras.
Estoy descubriendo las prácticas en el grupo, soy nuevo.
Saludos!
Luis Ponce
28/06/2017 a las 03:55
Hola María Jesús:
Gracias por pasar por mi relato. El tuyo me ha gustado mucho por la imagen tierna del cambio de papeles. Esa segunda infancia inconsciente a la que te lleva la enfermedad, que desgraciadamente hurta la ternura de una relación que en otras circunstancias estaría repleta de anécdotas y recuerdos y que ahora solamente es camino de un sola vía, de las reminiscencias de la hija, mientras la madre se pierde en ese enorme desierto que es el cerebro afectado.
Que felicito por la carga afectiva que conlleva y por lo bien escrito.
Coincido en lo duro del título que se contradice con el contenido.
Saludos
Lucho
30/06/2017 a las 03:20
Hola Maria Jesús
Primero gracias por pasar por mi relato.
Comparto lo que ya han dicho lois compañeros, un relato con mucho sentimiento.
Lo de la frase muy larga en el segundo párrafo, considero que se podría fraccionar un poco y eso le daría mas agilidad a la segunda parte del relato. Como ya e lodijeron lo de plata no agrega nada al cuento, y agregaría lo de antigua tampoco, eso se deduce desde que lo cante la madre. Es mi humilde opinión.
Saludos
Isolina R
04/07/2017 a las 17:20
Hola, María Jesús:
Nos has presentado un cuadro tierno desde la emoción y el lirismo. ¡Bravo! Emocionante, sí. Creo que a partir de ahora te leeré en cada escena. Me has ganado como fan incondicional. Pero dicho esto, pienso que lo que has hecho aquí no se ajusta exactamente a lo que es un microrrelato. ¿Cuál es el conflicto? Te ha salido una estampa poética maravillosa, pero si quieres que se convierta en micro deberías hacer planteamiento, nudo y desenlace. Las recomendaciones de Otilia de convertir el olvido en mazazo y no dar la identidad de madre e hija hasta el final serían la solución.
En el segundo párrafo aparecen cinco posesivos y creo que debías revisarlos. El poseedor de “su camino” es la mirada perdida de Isabel, el de “su hija” es Isabel y el de “su escaso cabello” también es Isabel, pero el sujeto inmediatamente anterior es “hija”. “Su hija” peinaba “su escaso cabello”. ¿De quién era el cabello?, ¿de la madre o de la hija?
Estoy de acuerdo con lo que te han comentado algunos compañeros. La primera oración del segundo párrafo queda demasiado larga.
Me da la sensación de que en distancias un poco más largas te desenvolverás de cine. Espero poder comprobarlo el próximo curso.
Que pases un buen verano.