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Nietos enlatados - por Luis PonceR.
2025
Guillermo Cisneros es Director del Registro Civil. A lo largo su extensa vida laboral ha sido testigo de muchas innovaciones en la emisión y control de documentos de identidad personal.
Los mayores cambios se han dado en los últimos años. Desde que el Parlamento Europeo aprobó en el 2017 la legislación sobre la inteligencia artificial, las leyes relacionadas con la filiación han sufrido un cambio sustancial en el mundo entero.
Todos los países han buscado la manera de integrar a los androides a la vida diaria. Se calcula que ya existen 500 millones regados por el planeta Tierra.
Según la ley, los robots tienen los mismos derechos y deberes que los humanos. Ellos lo saben y lo exigen.
El Registro Civil tiene la obligación de dar un certificado de ciudadanía a cada nuevo autómata que es creado. Con ese trámite, son integrados a los archivos demográficos y pasan a ser considerados como cualquier ciudadano.
Para Cisneros ese es su trabajo diario.
Los robots son parte de sus preocupaciones laborales pero trata de mantenerlos lejos de su hogar.
Bueno, eso intenta. Pero no puede.
Vesta, su mujer se queja de que es la única en la ciudad que no tiene un robot que le haga las tareas domésticas. Pese a las explicaciones, no entiende el peligro que significa tener en casa a un potencial enemigo y no le agradan las continuas negativas de su cónyuge. Esa terquedad la sulfura.
Y la venganza se refleja a la hora de la comida, en un plato servido con desgano y fastidio.
Guillermo se hace de la vista gorda y revuelve el cocido de mala gana. Como todos los días.
Sin embargo, ese no es el mayor problema.
Lo que le atormenta es su hija Florencia: una linda muchacha en lo mejor de su juventud. Veintidós años rebosantes de salud y vitalidad. Bella e inteligente.
Fue la más popular en la escuela y en el colegio, ahora es brillante alumna universitaria. Ha tenido una extensa colección de admiradores y le han sobrado los pretendientes.
Pero…
¡Está enamorada de un robot!
— ¿De un robot? ¿Pero qué le ves? ¿No podías enamorarte de un humano como todas las chicas?
—El es especial papá. Es de última generación, muy atractivo, tiene una memoria de ni sé cuántos Tera bytes. Es deslumbrante, siempre erect… erguido, su piel es como la seda, es una versión moderna del Quijote: un caballero en su rutilante armadura.
— ¡Pero es una máquina!
—Puede ser, pero ha sido programado para sentir y expresar sus emociones. Sus ojos son brillantes y nunca tienen una sombra de tristeza. Es optimista y nunca se deprime. No fuma ni bebe. No tiene religión ni le interesa la política.
— ¿Pero has pensado cómo vas a tener descendencia? Yo quiero ser abuelo.
— ¡Si lo vieras! Está muy bien dotado papá. Dispuesto siempre, a la hora que yo quiera. Y no tiene que recurrir a medicamentos para funcionar.
—Pero la vida pasa y con el tiempo el sexo se vuelve secundario.
—No con él, el sexo será eterno, es incansable. Nunca le saldrá una arruga ni le colgará la panza. No necesita el gimnasio para mantenerse en forma y nunca tendrá que hacer dieta ni llegará estresado a casa. ¡Ya es calvo!
—Los robots no sienten.
—Ha sido programado para marido según las Leyes de Asimov: es respetuoso, sumiso, romántico. Es divertido. Sabe escuchar. Puede degustar una comida, contemplar un paisaje y apreciar el aroma de una flor. Sabe bailar. Tiene carisma. Siempre está bien presentado. Podré llevarlo a una cena o al estadio y nunca va desentonar.
—Hay miles como él. ¿Cómo lo vas a distinguir?
—En la nalga tiene grabado su número de serie, y en el matrimonio me entregarán su control remoto.
—Se va a sentir incómodo entre tus parientes y amigos.
—No papá, es seguro de sí mismo. Es analítico y tiene una pasmosa sangre fría. Además al paso que vamos, algún día, ellos serán más inteligentes que nosotros y gobernarán el mundo. Yo quiero que mis hijos formen parte de esa familia, de ese futuro.
—Ya no tengo argumentos hija, en fin es tu vida. Espero que seas feliz y que nunca te arrepientas.
…
Esa noche Guillermo no pudo dormir. En sus desvelos se le cruzaban las imágenes de sus futuros nietos: una gordita de trenzas con patas de alambre y un pecoso que ha perdido un tornillo.
A su lado su esposa soñaba embelesada con su yerno arreglando la casa. Y sonreía.
Comentarios (30):
Luis Ponce
17/05/2017 a las 15:47
Espero que los recortes no hayan perjudicado el resultado.
el chaval
17/05/2017 a las 16:25
Hola Luis Ponce.
no te preocupes por los recortes que hayas tenido que hacer.Seguro, que tenías algo para el pobre Guillermo, porque todos los beneficios se los llevan las señoras,las dos, por saber lo que querían. Me ha gustado la historia, porque tiene un punto de real.
un saludo
KosaK
17/05/2017 a las 21:34
Hola Luis Ponce.
Interesante propuesta, muy buena la historia, en cierto modo lo tome como una critica a nuestra sociedad, donde cada día la gente busca mas lo superficial.
buen trabajo!
Juana Medina
17/05/2017 a las 21:38
Hola Luis:
¡Pobre Cisneros!En la encrucijada en la que cada vez más seguido nos encontramos los seres humanos. Y, por otra parte, una historia familiar tan de nuestros días, donde no hace falta ser robot para que el padre tema y desconfíe, y la madre-suegra anhele que venga a arregalr muchas cosas en esa casa; entre otras, la llegada de los nietos para ambos.
Me ha gustado mucho,
Nora C.P.
17/05/2017 a las 21:42
Hola Luis!
He leído tu relato por el placer de leerte. Me parece todo tan bien entramado y tan agradable de leer que cuando dispongo de tiempo intento ver con que sorprendes ese mes y que decir que lo he disfrutado. Parece incluso que vaya a suceder.
Algunas cosillas por si te sirven de ayuda:
Poco encuentro que decir, aunque en estas dos oraciones, el “pero” lo precedería de una coma, por ser frases adversativas. “Los robots son parte de sus preocupaciones laborales pero trata de mantenerlos lejos de su hogar.” Y “Bueno, eso intenta. Pero no puede.”
Vestía, su mujer, … ahí te falta la coma después de mujer.
Un pequeño error ” nunca va desentonar” nunca va a desentonar.
Saludos,
Nora C.P. Numero 71
Alycia
17/05/2017 a las 23:48
Hola, Luis:
Vengo a agradecerte tu comentario a mi relato, me alegra que lo hayas disfrutado aunque no sea de tu estilo.
Respecto a tu relato, me ha encantado. Buen ritmo, muy ágil, bien llevado y absolutamente creíble, te hace entrar de lleno en la historia.
Me gusta mucho tu habilidad con los diálogos.
Saludos,
Alycia
Osvaldo Mario Vela Sáenz
18/05/2017 a las 01:07
Hola Luis. De nuevo agradezco tu visita a mi texto y por tu reciprocidad. Tu texto es de un ingenio profundo característico en ti.
Juegas entre lo cómico de una eventualidad como esa con la realidad de un agregado a nuestra futura forma de vida.
Desarrollas los aprietos de una familia para salir adelante con una nueva versión de cambios creados por ti de manera magistral.
Te felicito y estaremos pendientes.
Charola
18/05/2017 a las 04:59
Hola Luis!
Tu relato funciona bien. Quizás en el futuro tendremos robots que no solo hagan las tareas del hogar u otra labor, sino también que estén programados para ser maridos. Aunque 2025 me parece muy pronto.
Felicitaciones por tu relato, lo encontré fluido, verosímil, uno entra fácil en la historia y sobretodo con un final feliz para la hija y esposa aunque para Guillermo no lo sea.
Saludos.
Otilia
18/05/2017 a las 10:30
Hola Luis Ponce,
Soy tu vecina de arriba. Me gusta tu relato. La lectura es ágil y los diálogos le dan un buen ritmo.
Divertido y con un toque picarón. Buen trabajo.
Creo que en la primera línea falta un “de”. A lo largo “de” su extensa…
Saludos.
Pilar C
18/05/2017 a las 14:54
Ja ja ja, estupendo relato, muy divertido. Lo mejor de todo, el final, esa mujer al fin con ayuda en casa. Pega: No nos has explicado cómo se las va apañar el robot para dejarla embarazada. Pretender q un robot es fértil es pedir demasiado al lector.
Enhorabuena!
Pilar C
18/05/2017 a las 14:56
PD: ¡Yo quiero otro para mí!
🙂
Estel Vórima
18/05/2017 a las 15:06
El relato está gracioso, solo el título ya invita a leerlo. Además presentas una situación tópica, funcionario de vida anodina, esposa desencantada e hija superficial, pero en una situación de parodia. Es cierto que a ningún padre le hace gracia el novio de su hija pero solo de imaginarme la cara del padre cenando con el novio robot, mientras la madre se deshace en halagos me parto.
Pero me quedo con las ganas de una explicación medianamente razonable sobre la fertilidad del robot, incluso en la literatura fantástica y de ciencia ficción tiene que haber reglas. No digo que el robot no pueda ser fértil, pero habría que explicarlo a lector.
Solo por curiosidad ¿qué nombre le darías esa nueva alternativa sexual entre humanos y androides?
Tu vecina del 5.
susylg
18/05/2017 a las 21:00
Luis, te felicito, el relato es una distopía que no impacta negativamente porque tú le has sabido poner esos toques de humor. Me gustó. Te invito a que leas el mío, soy tu vecina 66. Te espero.
PEPE ILLARGUIA
18/05/2017 a las 21:17
Hola tocayo, como hoy tocaba una de futuro próximo y sé que te encanta el tema no me he podido resistir. Me ha parecido estupendo el toque de humor con un trasfondo que roza el racial, lo que suele ocurrir cuando uno de los hijos se enamora, no ya de la persona que siempre anheló el padre o la madre, de la misma escala social, o si es de otro color de piel, o peor si son del mismo sexo, los pros y los contras. Quizá el 2125 se aproxime más a esa distopía en la que los nietos sean también enlatados. En fin, nuestros tataranietos lo disfrutarán.
Saludos desde Castilla La Mancha.
Marcus Miau
19/05/2017 a las 06:39
El primer relato con toques humorísticos que leo en este reto.
¿Sabéis aquello de “¡es gracioso, porque es cierto!”? Pues tal cual. Una situación que no me cabe duda que sucedería, y una ironía, ya que hoy día hay muchos jóvenes casados con sus móviles.
Saludos,
Miau
ortzaize
19/05/2017 a las 10:18
jajaj genial tu relato, bastante divertido, en esta leccion que todos han optado por cosas un poco tragicas.
la piel de seda me ha gustado.
seguro que dentro de poco tenemos un ayudante de cocina en casa que pele patatas como los angeles.
saludos. me ha encantado.
Laura
19/05/2017 a las 16:18
Hola Luis Ponce
Muy buen relato, con una total superficialidad en la hija. Yo me pregunto…vienen estos robots con una dotación de espermatozoide para lograr los nietos o simplemente se van a encargar por modelo?
Felicitaciones
Yoli L
19/05/2017 a las 20:58
Hola Luis Ponce
¡Tu relato me ha encantado! Este robot es el marido o yerno que todas queremos jeje.
¿Y como se fertiliza un robot?
Mi relato tiene algo de eso por si quieres leerlo 🙂 🙂 🙂
se llama Ciconia distopica https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-44/7926
Me encantará contar con tu visita.
Saludos
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Saludos
Luis Ponce
22/05/2017 a las 04:52
A Pilar C y Estel Vórima.
La fertilidad del robot está explicada en lo que ahora conocemos como i”inseminación artificial”.
La fémina de la pareja selecciona de un banco de esperma el que mejor convenga a sus genes para procrear un ser con ciertas características específicas. Unas cápsulas con ese semen son implantadas en el sistema reproductor del robot y serán inoculadas en la pareja una cada vez que tengan relaciones al detectarse el orgasmo femenino. No hay fallo.
El acto en si podría llamarse roboito y la acción podríamos denominarla robotiar.
R.J. Esperanza Pardo
22/05/2017 a las 19:03
Hola, Luis Ponce
Hace tiempo que no te visitaba, ¿será por eso que he leído tu relato con ansia, a todo correr? ¿Dónde hay que apuntarse para solicitar un androide como ese? ¡Es perfecto! Mejor que ese desfasado príncipe azul de los cuentos, lo de la fertilidad es secundario, tanto mejor, que los niños dan mucha guerra y cuando los tienes ya no hay remedio.
Me alegro de haberme pasado por aquí un montón.
Un cordial saludo
Pilar
23/05/2017 a las 08:21
Hola Luis!
Has dejado un comentario en mi texto, pero creo que querías leer a otra persona, jjjj, no importa, si es que con tantos participantes nos hacemos un lío. Yo soy la del 43, la de los tomates del huerto, jjj que tanto te ha gustado el final. Me alegro 🙂 y me encanta la sugerencia que me haces, creo que lo voy a cambiar.
A mi el tuyo también me ha gustado, me he reído un montón y me he imaginado a Florencia y a su androide en plena acción, jjjjj.
En serio, me ha resultado muy divertido. Por ponerte alguna pega, me ha resultado un poco fría la forma de narrarlo. No sé si es tu estilo o lo has querido armonizar al autómata, pero más que un relato me ha parecido un artículo de prensa, sobre todo la primera parte. A partir del diálogo la cosa cobra vida, pero he echado en falta alguna acotación, no para saber qué dice quién, sino para visualizar más la escena, no sé, un gesto, un aspaviento…
Pero en definitiva me ha gustado mucho tanto el tema como el título y has estado a la altura.
Felicidades!!!
y suerte con el último reto del curso.
Juan Nadie
23/05/2017 a las 17:07
Hola, es la primera vez que leo un relato tuyo. Por ello pienso que estas haciendo una critica de la sociedad actual desde un punto de vista de hace unos años y, evidentemente de forma irónica. Me refiero a que hoy en día las labores de la casa no las hacen solo las mujeres y que las niñas ya no piensan solo en casarse (espero).
Por lo demás ¿Quien no se ha sentido a veces Cisneros?
Un saludo y a ver si puedo seguirte en las próximas.
mpaz
26/05/2017 a las 09:48
Muy original me encantaría seguir leyendo una historia asi, Escribes todo muy claro fácil de seguir solo me gusta leer por ahora no me atrevo a colgar lo que escribo, pero quería darte mi enhorabuena por este bello texto
lunaclara
26/05/2017 a las 18:59
Hola Luis! Gracias por leer mi relato de Dominica.
Tu relato rebosa ironía. Me ha hecho reír mucho, de verdad. La lectura es amena y la madre es aquella en la que comienza y acaba todo, o por lo menos este relato. Genial!
También te diría: cuidado con los recortes! Eso ha dado cierta frialdad a la historia. Además, la hija noto que habla mucho…. No sé, parece un discurso. Si hubiera metido en la conversación al novio robot, hubiera sido el novamás!!!
Solo eche de menos calor humano entre tanto robot. Nada más.
Me he divertido mucho.
Felicidades!!
susylg
26/05/2017 a las 22:03
Luis, me ha conmovido mucho lo que me escribiste, de que país eres?
Jean Ives Thibauth
27/05/2017 a las 15:06
Hola Luis.
Muy curioso tu relato de este mes.
Al final siempre gana el “amor”, o como quiera que se llame, je je je.
Esta claro que alguien tiene que formar parte del eslabón perdido.
Muy bueno y totalmente realista… En todas sus facetas.
Enhorabuena amigo.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Silvina
27/05/2017 a las 20:35
Hola Luis, para serte totalmente sincera, me reí muchísimo con tu relato, de sólo imaginarme a la hija de Cisneros revisando la nalga de todos los robots hasta dar con su marido!
Y esto “una gordita de trenzas con patas de alambre y un pecoso que ha perdido un tornillo.” fue sencillamente hilarante.
Por obviedad es una situación muy moderna y a futuro, pero a la vez suena tan normal y cotidiano, como si estuviera tomando un mate con un amigo y me estuviera contando una anécdota.
Te dejo saludos.
marazul
28/05/2017 a las 17:53
Luis, te ha salido la vena humorística y he pasado un buen rato leyendo tu relato. En realidad lo he leído varias veces para recrearme en esa caricatura no tan alejada de la realidad. Que Cisneros, al que no gustan los robots, vaya a tener precisamente un yerno androide tiene su gracia. Su inteligente hija lo tiene muy claro, y argumentos da de sobra. Cualquier mujer se rendiría a los brazos de un “hombre” así, con tantas cualidades.El detalle del número de serie grabado en la nalga es genial.
Contenta la hija, contenta la madre…solo desearles mucha felicidad ja, ja, ja…Lo de los niños ya nos lo has explicado. Todo perfecto.
Que hayas transladado tu particular estilo humorístico y literario al mundo distópico que has creado lo considero digno de felicitar.
Yo no me atreví con el reto de este mes. Gracias por pasarte y leer mi relato, Luis. Te he dejado una contestación.
¡Hasta la próxima!
Un abrazo
Edu SC
30/05/2017 a las 21:26
Hola Luis Ponce,
Muchas gracias por tu visita y disculpa tu también mi retraso en comentarte, este mes se me han complicado mucho las cosas. Pero, aunque tarde, aquí estoy.
Ya había leído tu relato semanas atrás, me gustó mucho. Me gusta el estilo con el que está escrito y me gusta la historia, de un humor fino. Los personajes me parecen bien perfilados, quizás el que más me gusta, aunque sea el que menos aparece, es la mujer, Vesta. Muy divertido.
En lo formal se te ha colado un desgano, en vez de desgana y un “se hace la vista gorda”, debería ser “hace la vista gorda”. Perdona si ya te lo han apuntado.
Muy buen final.
Un placer leerte.
Vespasiano
31/05/2017 a las 21:28
Hola Luis Ponce:
Tu relato me ha parecido ingenioso y muy entretenido con el debate del padre con la hija que no acaba de desvelar como se le llena el depósito al androide.
Bueno, bromas aparte, te comento que leyendo tu relato ha habido momentos que me ha arrancado una sonrisa.
Ahora te comentaré algunas pequeñas cosas que me han llamado la atención por si te pueden valer.
“Director del Registro Civil”. Creo que los cargos como “director” se escriben con minúscula.
“A lo largo su extensa vida laboral”. Debe ser: “A lo largo “de” su extensa vida laboral”.
“…regados por el planeta Tierra”. “Regados” me suena raro para decir que estaban por el planeta Tierra.
Pero veo que “regados” en Venezuela se emplea en ese sentido:
“regar”
Ven. Dicho de un grupo de personas o de animales: Extenderse en un espacio amplio.
Por aquí creo que utilizamos la palabra “diseminados” o “esparcidos”.
“Guillermo se hace de la vista gorda”. Probablemente sea correcto decirlo así, pero por estos lares decimos: “Guillermo hace la vista gorda”.
“El es especial papá”. “Él” lleva acento.
Bueno en general tu historia me ha gustado, por ello te felicito.