Literautas - Tu escuela de escritura

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El Aventón - por Mayo

Susana esperaba el autobús que la llevaría a su hogar. El sol caía a plomo en uno de los veranos más ardientes de los últimos tiempos, se cubría de los rayos que de manera inclemente azotaban su cuerpo, a pesar de protegerse con el paraguas que para su buena suerte había decidido llevar.
El autobús que la trasladaría a la fábrica va atestado de trabajadores que mañana a mañana se dirigen a sus labores, pasa uno tras otro, pero ninguno se detiene a recogerla.
Cada momento que pasa, acerca el tiempo límite de la empresa para no permitir entrar y regresarse a casa, respira profundamente, cierra sus ojos; cuando de pronto se le acerca un automóvil con un hombre de aspecto amable y sencillo que la mira por la ventanilla, el sujeto se dirige a ella —Susana vamos, te llevo, Susana sorprendida le contesta —no gracias, pero el hombre insiste, ahora con más vehemencia, —soy nuevo en la fábrica donde trabajas, te he visto algunas veces y para que no pierdas el día vamos yo te llevo, después de unos segundos, “piensa en lo que representa una inasistencia, le parece haberlo visto en alguna ocasión”, accede y sube al auto.
El extraño le comenta del problema del transporte y del clima imperante en esos días; después de recorrer algunas calles el individuo le dice:
—Voy a llegar a comprar un refresco, ¿gustas? le invita, Susana con un movimiento del cuello le dice que no. El tipo se aleja y entra en el lugar.
Así, después de un tiempo, Susana mira su reloj, se da cuenta que ya han transcurrido algunos minutos, estima que son suficientes para que lo atiendan y poder llegar a tiempo al trabajo; se concentra en su celular, nerviosamente consulta las redes sociales, cuando de pronto se da cuenta que dos hombres acompañan al tipo del cual ni su nombre conoce, abren la puerta de atrás del auto, parcamente le saludan, el tipo le comenta:
—Son dos amigos que se dirigen al mismo rumbo que nosotros, les daré un \"aventón\"; Susana tiene una rara sensación provocando un escalofrió que recorre su cuerpo, el corazón late apresurado, la respiración se acorta, cuando una mirada profunda de los nuevos acompañantes le observan a través del espejo retrovisor.
Después de haber recorrido algunas calles, el auto se estaciona en un lugar desolado cuando uno de los hombres la toma del cuello, le pone un pañuelo enrollado en la boca, otro le sujeta las manos y piernas con una cinta adhesiva, Susana trata de liberarse, pero no puede hacerlo, rápidamente los individuos la cargan e introducen en la caja del auto para avanzar nuevamente.
La oscuridad del lugar la llena de terror, Susana piensa:
“En qué momento tome esta decisión que me ha llevado a estas circunstancias, se agolpan en su mente pensamientos de temor, que es lo que va pasar, me van hacer daño, me van a matar, que será de mis hijos, quién los va cuidar, quien les dará de comer”, le tiemblan las piernas, las manos le sudan copiosamente, trata de gritar para que alguien la ayude, pero no puede, el terror la invade, el auto se detiene, se escuchan voces, pasos que se alejan.
Susana espera unos momentos y con gran esfuerzo golpea con sus zapatos el cofre del auto, se escucha la voz de un hombre, ¿sube? Susana abre sus ojos, camina unos pasos y asciende al autobús para continuar el viaje.

Comentarios (8):

Laura

18/04/2017 a las 10:59

Hola Mayo.
Menudo susto que me habías dado. Pero muy realista lo que Susana imaginó.
Creo que en cuanto a las formas, tendrías que ver la forma de los diálogos, son bastante complejos para escribir, pero de a poco se van logrando.
Sigue escribiendo

guiomar de zahara

19/04/2017 a las 20:06

Hola Mayo: he leído tu historia y creo que algo he entendido.
Lo que ocurre es que para todos los de habla hispana, las palabras no significan lo mismo.
Me imagino que estarán bien construidas las frases… aunque yo no haya comprendido, ni siquiera que es un Aventón.
Sigue escribiendo.
¡Hasta otra!

Gaia

20/04/2017 a las 17:48

como somos internacionales e hispan@s, es imprecindible leer junto a un diccionario o buscar en Google y así aprendemos…
hacer autoestop o autostop (expresión tomada del francés faire de l’autostop), hacer dedo, tirar dedo, pedir un aventón, pedir un raite (del inglés ride), pedir la cola, pedir pon (Puerto Rico, coger botella (en Cuba) entre otros términos, es una práctica realizada por viajeros que buscan transporte de manera gratuita, con otros …
Viva la diversidad y el idioma!!!!1

Mayo, muy bien

Te invito a visitar a mi Susana en el 145

Rigo

21/04/2017 a las 00:04

Saludos Mayo!

Vaya la imaginación de Susana, es un relato corto donde logras expresar lo que deseas.

El inconveniente viene, precisamente con los diálogos, estos son importantes para tu historia, así como la descripción, de ellos depende que tu historia sea comprensible para tus lectores y a mí se me ha complicado un poco.

Sigue escribiendo!

Mayo

23/04/2017 a las 02:03

Muchas gracias por los comentarios amigos. Les aseguro que los tomo en cuenta. Agradezco sus recomendaciones para mejorar mi escritura. Un saludo afectuoso y nos seguiremos leyendo.

Otilia

24/04/2017 a las 10:37

Hola Mayo,
Gracias por leer y comentar tan amablemente.
Tu relato me gusta y se lee con fluidez.
Es cierto lo que te han comentado sobre los diálogos. Yo utilizo una entrada de Literautas, sobre cómo escribirlos.
He entendido que Susana en la espera y con el calor sofocante ha dado una cabezadita y ha tenido una pesadilla, hasta que el chófer la despierta, ¿no?
Buen trabajo. Saludos.

Maria Jesús

25/04/2017 a las 09:22

Buen trabajo, Mayo, intrigante y claustrofóbico.Menos mal que la experiencia de Susana solo fue una ensoñación. Un saludo.

Maurice

28/04/2017 a las 04:25

¡Hola Mayo!
Linda historia la tuya, con final sorprendente (ingenioso).
Solo te recomiendo que revises la redacción de los textos; choca bastante la separación de las frases con signos de puntuación inadecuados. Suerte y adelante.

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