Literautas - Tu escuela de escritura

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LA APUESTA - por ANGEL CLIMENTR.

LA APUESTA
Susana esperaba escondida detrás de una tumba a que llegaran las siete de la tarde, hora en que el vigilante cerraba las puertas del cementerio. Iba a demostrar a los negados de su pandilla que ella no era una cobarde.
El guardián de forma rutinaria, como cada día al finalizar su turno, había dado la última vuelta al recinto comprobando que no quedaba nadie, apagó las luces de las calles del camposanto dejándolo en la más absoluta oscuridad y silencio, cerró la cancela y se metió las llaves en el bolsillo, dejando ir un ¡Hasta mañana!.
Ella había estado disimulando, mirando las fotos de las tumbas, hurgando en las flores de los nichos, escondiéndose en uno y otro lado para que no la descubrieran y pudiera quedarse esa noche en el interior de aquella necrópolis rodeada de álamos y llena de tumbas y panteones familiares. Lo había logrado, estaba dentro. Bien, primer paso conseguido.
Una vez a oscuras comprobó que ya habían cerrado las puertas, encendió la linterna que llevaba en la mochila y fue al lugar elegido para pasar la noche. Era un mausoleo con cuatro ángeles, uno en cada esquina, propiedad de la familia Creus, según ponía en la lápida.
Había elegido ese lugar porque era amplio y estaba separado del resto de sepulcros, con unos escalones que bajaban hasta un rellano que daba a la puerta de entrada, allí podría meterse en el saco de dormir y esperar a que amanecería. Había cuatro estatuas de ángeles, una en cada esquina que le daba sensación de tranquilidad.
Coloco la linterna en uno de los escalones de manera que el descansillo quedará iluminado. Era la noche del 31 de octubre, noche de difuntos o como se decía ahora de Halloween, «otra americanada» que ganaba terreno, no bastaba con la «Coca Cola, Burger Kings, McDonald’s». De la mochila saco un bocadillo de tortilla y una cerveza sin alcohol, se sentó y comió y bebió lentamente, luego recogió el papel y el envase y lo guardó en la bolsa.
Estiró su saco de dormir y se metió dentro, recogió la linterna, la apago y la puso a su lado, cerró los ojos para intentar dormir y que pasara pronto la noche.
Sin poder determinar el tiempo que había pasado, le pareció oír ruidos, voces, risas, luces que se meneaban, el ulular del viento, las ramas de los árboles meciéndose de forma inusual. Encendió la linterna y enfoco hacia la oscuridad para ver quién podía ser, al no ver a nadie, gritó hacia las tinieblas.
—No creáis, que me engañáis, no me dais miedo, ya sé que soy vosotros que intentáis asustarme para que me vaya u no gane la apuesta, pero lo tenéis claro. Yo de aquí no me muevo.
Sintió un aire frio en sus espaldas, las sombras que creía había visto se acercaban, como si fueran en procesión, con teas encendidas.
Empezaba a tener miedo, pues lo que veía era real, no era cosa de sus amigos, ellos no se atreverían a tanto. Reculo hacia atrás, se guareció debajo de la estatua de uno de los ángeles, acurrucada, casi sin respirar, con la linterna apagada, los vio pasar por delante de ella dirigiéndose hacia el fondo del cementerio.
Las voces, ruidos, risas, el ulular de los árboles, igual que vinieron se fueron. Transcurrido un tiempo prudente y viendo que todo continuaba en silencio se levantó para volver a ponerse a dormir y esperar a que amaneciera.
No recordaba que estaba debajo de una de las estatuas y al enderezarse tuvo la mala fortuna de que su cabeza se diera con la punta de una de las alas. El dolor que sintió fue punzante, de su testa comenzó a manar sangre y le cegaba los ojos, sintió que empezaba a marearse y que no se podía aguantar de pie.
Su cuerpo fue deslizándose hasta quedar tumbada en el suelo, todo le dada vueltas y mientras pensaba que su vida se acababa dejo escapar entre dientes: «Que mejor sitio para morir que este».
Por la mañana cuando el vigilante hizo la vuelta de reconocimiento la encontró tumbada, con la cabeza ensangrentada. Se acercó y comprobó que todavía respiraba, la reanimó con unos golpes en la cara y le preguntó.
—¿Pero, qué haces aquí?
Ella, después de recuperarse y ver que estaba viva, que seguía en el cementerio, le dijo entre grandes carcajadas mientras decía.
—No soy una gallina. He ganado la apuesta. He pasado la noche en el cementerio.

Comentarios (13):

Maria Jesús

17/04/2017 a las 17:01

Hola Angel, he escogido tu relato el primero para comentar, por tener el mismo título que el mio. Hemos coincidido en muchas cosas aunque no en todas.
Mira yo sé que a la gente le gusta que en este taller les den caña, pero sinceramente yo no soy muy ducha y no puedo hacerlo. Tu relato me ha gustado por su sencillez, para mí está bien escrito. Me ha gustado mucho el final, cuando la chica se da un golpe y la encuentran ahí al día siguiente.
Yo estoy en el 13, por si te interesa. Un saludo.

Berundgaar

18/04/2017 a las 10:57

Hola, Ángel.

Sabes que te sigo todos los meses, así que este no iba a ser menos.

La historia es muy simpática, incluso cuando los fantasmas emergen y Susana experimenta su presencia. No da miedo, sino más bien una especie de funesta ternura.

Y cuando la chica se incorpora y se da el trastazo, casi se me ha escapado una carcajada. Es que tengo un humor algo bestia, siempre me lo dice mi chica.

Encuentro que está muy bien escrito. El ritmo, ágil y la historia sencilla te lleva sin dificultades al desenlace.

En resumen, muy bueno.

Si quisieras pasarte por mi relato, este mes estoy bastante abajo, en el 240. Ojo, no es para todos los públicos.

Un saludo, compañero.

yolareina

18/04/2017 a las 16:53

Hola Angel, gracias por comentar mi relato. te diré que me gustó tu historia me pareció entretenida y muy bien escrita solo comentarte que la frase ” le dijo entre grandes carcajadas mientras decía.” creo que es redundante, revísala a ver que tal y también debes revisar la asentuación de algunas palabras. Por lo demás cumple con lo que se espera de un cuento que es entretener y hacer reflexionar a mi juicio.

Nos leemos

Vespasiano

18/04/2017 a las 18:55

Hola
Dada la proximidad de nuestros relatos, me ha tocado comentarte de acuerdo a las normas del taller y lo hago con placer.
Trataré de resaltar aquello que he visto mejorable, siempre con el ánimo de ayudar.

Tu relato por la simplicidad de la trama me ha parecido entretenido; me ha hecho recordar mi niñez cuando mis primos, algo mayores que yo, iban a jugar al cementerio, de día. Yo les acompañaba en los juegos pues a mí no me daba ningún miedo.
Además mi padre estaba enterrado allí. Entonces aprovechaba la ocasión para visitar su tumba.

Ahora vamos a lo importante, para eso estamos aquí en el taller.

“…como cada día al finalizar su turno…”. Al leer esta oración el lector puede suponer que vendrá otro vigilante que hará el turno de la noche. Por lo tanto no tendría necesidad de cerrar la puerta ya que lo haría el otro guardia.

“…apagó las luces de las calles del camposanto dejándolo en la más absoluta oscuridad y silencio…”. Aquí se supone que al apagar las luces, el camposanto quedaría a oscuras. Yo eliminaría esa palabra dejando la oración así: “…apagó las luces de las calles del camposanto dejándolo en el más absoluto silencio”.
Pero la historia es tuya y puedes dejarlo como mejor te parezca.

Por otro lado, veo que empleas demasiado la conjunción copulativa “Y”. Abajo transcribo todas las veces que la has utilizado:

absoluta oscuridad y silencio,
la cancela y se metió las llaves
escondiéndose en uno y otro lado
no la descubrieran y pudiera quedarse
rodeada de álamos y llena de tumbas y panteones
en la mochila y fue al lugar elegido
porque era amplio y estaba separado
en el saco de dormir y esperar a que amanecería
se sentó y comió y bebió lentamente
recogió el papel y el envase y lo guardó en la bolsa.
su saco de dormir y se metió dentro
la apago y la puso a su lado,
Encendió la linterna y enfoco hacia
un tiempo prudente y viendo
a dormir y esperar
de las estatuas y al enderezarse
a manar sangre y le cegaba los ojos
empezaba a marearse y que no se podía
todo le dada vueltas y mientras pensaba
Se acercó y comprobó
con unos golpes en la cara y le preguntó.
después de recuperarse y ver que estaba viva

Otras cosas que he visto:

“Coloco”. Lleva acento, “colocó”.

“…el descansillo quedará iluminado. Por el contrario aquí, “quedara” no lleva acento.

“…o como se decía ahora de Halloween…”. El tiempo verbal en esta oración no es correcto. Podría ser: “…o como se dice ahora de Halloween…”.

“De la mochila saco un bocadillo…”. “De la mochila sacó…”. “Sacó” lleva acento.

“…recogió la linterna, la apago…”. Aquí sería “la apagó”.

“Encendió la linterna y enfoco…” Lo mismo ocurre aquí, debe ser “enfocó” acentuado.

“Reculo hacia atrás…”. Exactamente igual a lo anterior, debe ser: “Reculó” con acento.

“…le dijo entre grandes carcajadas mientras decía…”. Como ya te ha señalado yolareina, en esta oración has cometido una redundancia.

Bueno, espero que estas observaciones te puedan ayudar.

Felicidades y a seguir escribiendo.

Yoli L

18/04/2017 a las 19:07

Hola Angel Climent

Vengo a agradecerte el contar con tu comentario cada mes en mi relato, allí te deje respuesta.

Me encanta tu historia, es divertida, imagino a una chiquilla de unos 10 años 🙂

De la forma, aporto lo que siento como lector, me faltaron unas comas, sobró alguna “y”, además encontré varias rimas accidentales que por ser muy seguidas, me hacen tropezar: “descubrieran y pudiera”,”americanada» que ganaba terreno, no bastaba”, “sentó y comió y bebió, recogió, guardó”, “tumbada, con la cabeza ensangrentada, respiraba”.

La frase ”le dijo entre grandes carcajadas mientras decía.” también la siento redundante.

Por lo demás, nos seguimos leyendo.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-43/7630#comment-114655

¡Un abrazo!

Leosinprisa

19/04/2017 a las 09:54

Hola Angel Climent.

Vespasiano no me ha dejado nada que comentarte en cuanto a lo formal y corrección, así que me volcaré en tu historia.

Me ha parecido que desborda simpatía, uno empatiza enseguida con la inocente muchacha que está dispuesta a todo con tal de ganar la apuesta, incluso a soportar la visión de los difuntos en procesión, sin salir a toda prisa del cementerio. El toque final me ha parecido encantador, imaginándome la escena del estupefacto vigilante y la chica, con su cabeza magullada y un rastro de sangre, mirándole como si hubiera logrado un nuevo record mundial. Me ha hecho esbozar una sonrisa, efecto que espero quisieras lograr con su conclusión.

Solo me queda agradecerte tus comentarios en mi texto, un placer leerte y un saludo.

Juana Medina

19/04/2017 a las 21:08

Hola Angel Climent,
Tu historia me ha parecido encantadora, con una pizca de humor negro y una franca sonrisa al final.Creo que las cosas que te ha detallado Vespasiano son para tener en cuenta, y seguramente ganará mucho en la fluidez y en lo formal si modificas pequeñeces, ya que no hay nada grave.
Muchas gracias por comentar mi relato.
Un abrazo

Henar Tejero

20/04/2017 a las 07:01

Hola Angel,
En el aspecto formal no voy a señalar nada pues ya te lo han indicado, aunque coincido con Vespasiano que destaca el abuso de la conjunción `y´.
En otro aspecto, la redacción es buena y has descrito muy bien los hechos dentro del cementerio.
El ritmo es ágil y se lee con facilidad.
Se ve un tono fresco por la chiquillada de la chica de querer pasar la noche en el cementerio, en el cuál salió un poco escarmentada. El toque de humor final me ha gustado.
Así pues, me ha agradado tu relato. Es jovial y ameno.
Gracias por pasarte por el mío.
Un saludo y nos seguimos leyendo.

Laura

20/04/2017 a las 11:02

Hola Angel.
Me ha gustado tu texto, al margen del exceso de las y.
Yo tengo también un cementerio con un grupo de adolescentes ,y una cita.
Creo que podrías haberle agregado algo de dramatismo al susto que le ocasionan los fantasmas-sombras.
De todos modos, un lindo relato.

María Kersimon

20/04/2017 a las 17:27

Hola Angel Climent, gracias por pasarte por mi relato y dejar un comentario. Te devuelvo la visita, un poco tarde para aportarte correcciones pues veo que ya te han dicho muchas cosas. Estructuras bien el relato y equilibras las partes. En un momento dado parece que vas a entrar en el género fantástico pero luego esto queda en la indefinición. No llegamos a saber si las formas que vio con la teas, eran del otro mundo o de este, o fruto de la imaginación de la protagonista. Creo que tendrías que haber definido más este punto. sino, el argumento es: una chica se propone pasar la noche en el cementerio para demostrar que no tiene miedo. Se hiere sin querer con una estatua y está a punto de perder la vida. Quizás el argumento merecería ser revisado con el fin de incorporar elementos que fortalecieran el nudo y proporcionasen un buen desenlace. Aquí el desenlace es: la chica aguanta toda la noche. El guardián la encuentra herida. Se siente bien por haber ganado la apuesta.
Aparte de esto, como te dije, me parece que la historia está bien contada. No hay faltas graves (las correcciones corren a cargo de Vespasiano, que lo ha hecho muy bien). Sólo me queda felicitarte y animarte a seguir escribiendo.
Saludos.

ANGEL CLIMENT

20/04/2017 a las 18:17

Compañeros, he leido vuestras opciones y he correguido lo que habeis suguerido,
Muchas gracias

Cesar Henen

21/04/2017 a las 02:39

Ángel gracias por pasar a mi relato y por tu comentario, te devuelvo la visita con gusto.
Me aparecido muy buena la trama con algo de misterio, me hiciste recordar al panteon de belen en Guadalajara jalisco.

Un saludo y nos leemos el próximo relato

Ismael Tomas Perez

24/04/2017 a las 16:10

Hola Ángel:
Como siempre me ha encantado mucho leerte. Te veo unas pequeñas faltas: “…que me vaya “u” no gane la apuesta…, seguro que es un error al estar las dos letras juntas “u,y”.
En el tramo donde pasan los “fantasmas” con las teas encendidas, le falta un poco de “chicha”.Podias haber ampliado mas el misterio
Vespasiano te ha puntualizado muy bien, aunque yo no le doy tanta importancia ya que si vas a publicar algún escrito, el repaso que te hacen es tan exhaustivo que te lo dejan “bordado”. Gran trabajo el de los correctores.
El final es bueno, aunque algo predecible. Como siempre, ¡Felicidades!
No me busques en la lista, no estoy, llevo varios meses sin escribir. Si quieres contarme algo mi correo es: ismael.tomas@hotmailcom

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