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Cosmogonía Iterativa - por Táctico+18
Susana esperaba que sus compañeros tomarían la decisión correcta. Estaba tan segura de ello, que no le importaba haberse sacrificado a sí misma con tal de darles el tiempo que necesitaban.
Mil años, ese era el tiempo que tenían. Obviamente, ellos no podrían vivir durante tanto tiempo, sin embargo, Susana y sus compañeros estuvieron de acuerdo en pasar tal responsabilidad a sus descendientes. Después de todo, era la especie humana en su conjunto la que estaba en peligro de desaparecer.
Ella había aceptado ser el “seguro” en caso de fracaso. La criatura que la custodiaba la había despojado de su condición humana, tornándola en un árbol. En esta forma vegetal, no perecerá mientras sus raíces puedan consumir suficientes nutrientes. Al menos eso era lo que el ente clamaba.
La temible criatura le aseguró que, si la humanidad no cumplía, le haría cargar con la responsabilidad. Haciéndola padecer una eternidad de algo peor que la muerte.
Con esa terrible amenaza Susana se dedicó, en su impotencia, a rezar para que su especie superase esta terrible prueba. Ella nunca había creído en deidad alguna, mas se sentía más tranquila rezando.
Un día, un sonido inconfundible la alertó de la llegado de su captor. El espacio frente a su corteza vegetal pareció distorsionarse dolorosamente. Cuando volvió a la normalidad, una argéntea figura apareció frente a la muchacha.
Parecía un guerrero armado, sacado de alguna alocada novela de fantasía. Portaba una imponente armadura plateada que cubría todo su cuerpo. De su yelmo salían tres protuberancias, parecidas a demoniacos cuernos de plata, que complementaban su temible figura. Ella sabía, de su anterior encuentro con el ser, que esa no era su verdadera forma, sino una interpretación que su mente hacía de su existencia.
De la existencia de aquel que se autodenominaba “el Juez”.
A pesar del miedo que sentía al estar en presencia del monstruo de aspecto humanoide, no pudo evitar notar que parecía más pequeño desde la última vez que lo vio.
—Aquella que se hace llamar como una flor —dijo el ente mientras levitaba en la oscura prisión de la muchacha.
—Ha transcurrido el tiempo convenido. Los homínidos no han cumplido.
—¡E…espera! ¿C…cómo? —El cuerpo vegetal de Susana vibraba mientras imitaba instintivamente el habla que conocía. Estaba completamente perdida ante lo que el Juez decía.
—Tu percepción del tiempo es distinta a la del resto de seres vivos —enunció sin emitir emoción alguna el ente armado.
—¡P…pero! —Susana intentó replicar, aun a pesar de que sus ramas temblaban sin cesar. En ese instante, una terrible sensación de dolor la invadió. Extendiéndose por su cuerpo vegetal como un voraz ente parasitario. De su corteza empezó a manar savia en abundancia, como si de una letal hemorragia interna se tratase.
En ese instante, empezó a recordar y vivir vidas que no eran suyas. Empezando por la de sus amigos, después la de sus descendientes y, finalmente, la de todos los seres humanos.
Un agónico grito por parte de la joven detuvo finalmente su calvario.
Tras despertar de su experiencia, que le pareció durar un mero instante, vio como el ente frente a ella estaba acompañado de una peculiar esfera flotante de mastodónticas dimensiones.
—Gaia fue traicionada, por lo que Medea ordenó la erradicación. Finalmente, el Juez ejecutó la sentencia. —El ser dejó de hablar y alzó uno de sus brazos, como si quisiese coger la enorme esfera en su pequeño puño.
—Tu castigo será convertirte en el origen de un nuevo mundo.
Susana quiso gritar, debido al dolor y frustración que sentía. Sobre todo, después de haber recordado las desesperadas vidas del último bastión de su especie. Mientras tanto, el Juez movió la enorme esfera con un gesto de su mano, acercándola a sus raíces. La joven notó entonces el enorme tamaño que su arbóreo cuerpo había adquirido.
—La ignorancia que clamáis no poseer, es la que os ha abocado a este prematuro final.
Sus raíces se arremolinaron inconscientemente alrededor de la esfera, pues su cuerpo notaba que albergaba incontables nutrientes. No obstante, Susana empezó a palidecer mientras descubría, con horror, la composición de su nutritivo abono.
«Sesenta y cinco por ciento de oxígeno, dieciocho por ciento de carbono, diez por ciento de hidrógeno, tres por ciento de nitrógeno…»
El ente permaneció frente a la muchacha mientras observaba indiferente su sufrimiento. La arbórea forma de la joven se abrazaba con fuerza al cementerio de la humanidad que la fertilizaba, mientras sus hojas emitían terribles llantos disonantes.
Y así nació el nuevo Árbol de la Vida.
Comentarios (7):
Jose Luis
17/04/2017 a las 23:46
Hola
Quiero comentar algunos de los relatos que van detrás del mío, de modo que ahora toca el tuyo.
¡Qué explosión de fantasía! Sin duda, eres un autor (o autora, no lo sé) muy creativo. Es más, hay tanta fantasía en relato y son tantas cosas extrañas reunidas en un solo texto, que hasta me he perdido un poco. Tengo dudas acerca de qué va la historia exactamente, pero eso no es necesariamente bueno. Narras bien, y describes mejor, pero el sentido del cuento, las cosas que suceden dentro, todo me resulta confuso, tengo que confesar.
Susana esperaba que sus compañeros tomarían la decisión correcta. ——————– Susana esperaba que sus compañeros tomaran la decisión correcta.
En esta forma vegetal, no perecerá mientras sus raíces puedan consumir suficientes nutrientes. ————– En esta forma vegetal, no perecería mientras sus raíces pudieran consumir suficientes nutrientes.
—Tu percepción del tiempo es distinta a la del resto de seres vivos —enunció sin emitir emoción alguna el ente armado. ———- —Tu percepción del tiempo es distinta a la del resto de seres vivos —enunció, sin emitir emoción alguna, el ente armado.
—Gaia fue traicionada, por lo que Medea ordenó la erradicación. Finalmente, el Juez ejecutó la sentencia. —El ser dejó de hablar y alzó uno de sus brazos, como si quisiese coger la enorme esfera en su pequeño puño. —————– en este párrafo debe de haber un error, porque no tiene sentido tal y como está escrito. Tal vez esté mejor así: —Gaia fue traicionada, por lo que Medea ordenó la erradicación. —Finalmente, el Juez ejecutó la sentencia. El ser dejó de hablar y alzó uno de sus brazos, como si quisiese coger la enorme esfera en su pequeño puño.
A pesar de todo, tu cuento me ha parecido interesante, y la verdad es que hace honor al título que le has puesto, porque tiene toda la impronta que le puso Hesíodo (un poeta griego) cuando compuso la Teogonía que daba un origen a los dioses griegos del Olimpo.
Un saludo
Isan
18/04/2017 a las 19:22
Hola Táctico:
Cosmogonía iterativa, un título que ya lo dice todo. Te sitúa dónde estás y de qué va al relato desde el principio. Ya se sabe que el tema y promete. Así que muy bien, no se puede hacer mejor declaración de intenciones. Pero, siempre hay un pero, en este caso has topado con el más inculto en interpretar la literatura fantástica o la mitología. Conozco que Gaia es la madre tierra, pero no el papel que Susana ocupa en la mitología, si realmente ocupa alguno. Lo de Medea tendría que repasarlo.
En este relato está claro que ante el fracaso de Gaia, es Susana la encargada de recrear de nuevo la tierra. En este sentido, me ha gustado el relato. Me ha parecido muy coherente cómo lo has planteado, con una magnífica descripción y correctísimo en ortografía y sintaxis.
Únicamente te comento dos pequeños dos detalles que he visto:
“…un sonido inconfundible la alertó de la llegado de su captor.” Debe ser llegada.
“…un guerrero armado, sacado de…” creo que sobra la coma porque deben ir sujeto y predicado juntos.
En cuanto a que es un relato para mayores de 18 no lo veo por ninguna parte. No sé si lo que has querido señalar en la hoja de presentación es que cumplía el reto opcional del cementerio. Puede ser ya que se habla del cementerio de la humanidad y creo que es válido. En este caso en lugar de +18 es (R).
Me da que los amantes del género disfrutarán con este relato que me parece muy cuidado y con buena dosis de imaginación.
Un saludo
Yoli
19/04/2017 a las 09:55
Hola, Táctico.
Me gusta tu relato, a mí también me gusta la fantasía y he encontrado la tuya muy entretenida y bien escrita. Es verdad que hay momentos en que me lio un poco, pero también puede ser que sea porque no estoy muy puesta en mitología griega, pero me ha parecido interesante.
Si quieres leer el mio, soy el 235.
Saludos.
Juan Sauce
21/04/2017 a las 06:30
¡Hola, Táctico!
Decías en un comentario que crees que tu relato tiene algo de fantasía. ¡Y vaya si la tiene! Desde luego, una historia muy original.
Creo que entra perfectamente en los relatos de fantasía/ciencia ficción. El tema de Gaia y Medea me ha llevado a curiosear por Internet para encontrarme con dos hipótesis acerca la biología de la tierra; una que afirma que la tierra se autorregenera y otra que afirma que se autodestruye. No sé si te has basado en esas teorías para tu historia.
¡Un saludo!
SBMontero
21/04/2017 a las 23:56
Es un texto poético y bonito, pero también es bastante complicado, aunque a mi no me costó seguir el argumento, digo que es complicado por la mezcla de imágenes, bajo mi punto de vista sin necesidad.
Optas por contar en vez de mostrar, y eso también complica un poco que el argumento sea atractivo.
Mi consejo es que cojas de la mano al lector y le enseñes lo suficiente para que imagine lo que tú quieres, no qué es lo que tú ves.
No me entiendas mal, me ha gustado, pero estoy seguro que podrías haberlo hecho mejor y me barrunto que tú también… ¿O me equivoco?
Sigue escribiendo.
Un saludo.
Laura
24/04/2017 a las 10:22
Hola Táctico.
Guau! Qué relato. Me has dejado de una pieza con la trama.
No tengo nada que aportar que ya no se haya señalado, mas que un: sigue escribiendo!
Hasta el mes próximo
ADELA CASTAÑON
01/05/2017 a las 01:02
Hola Táctico: Salvo las pequeñas erratas que te han señalado ya, creo que tu relato está muy bien escrito, pero te confieso que he esperado a leer algún comentario más porque me perdí a veces en el relato. Sin embargo, ya vistos los comentarios de otros compañeros y las aclaraciones, te felicito por la dosis de imaginación y por la originalidad del mismo. He disfrutado mucho con la lectura. Enhorabuena.