Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Tempus aeternum - por LeosinprisaR.

Susana esperaba, sentada sobre una lápida, la caída del sol, mientras fumaba un pitillo sin filtro. Escuchaba las voces lejanas, que un ligero viento le traía entrecortadas, de las fugaces conversaciones en la puerta del amurallado recinto.

Los últimos visitantes se despidieron del nuevo guardián del cementerio, Diógenes, quien cerró la puerta enrejada y cruzó una gruesa cadena de acero, uniéndola con un fuerte candado. La dejaba a ella, a la extraña mujer, la ingrata tarea de vigilar aquel apartado lugar de la civilización.

Susana arrojó la colilla a la lápida. Arrepentida por dicha indiferencia la recogió para guardársela y tirarla en un lugar más apropiado. Algunos muertos merecían su respeto.

Se levantó. El sol empezaba a ocultarse, con sus luces finales perfilando en largas sombras los contornos atrapados de su ocaso. Era un bello atardecer, las nubes se teñían de un carmesí premonitorio que a la indómita mujer no parecía preocuparle. Tosió con fuerza. Fumar era un mal hábito al cual tendría que renunciar, más tarde o temprano. No quería dañar sus pulmones, pero agradecía un pitillo de vez en cuando para relajar la tensión de la espera.

Se dirigió al centro del cementerio, con la noche empezando su reinado, y sacó un corto cirio del interior de su abultada mochila. Era de cera roja, incluso la mecha compartía ese color. Lo depositó en el suelo, afianzándolo en él. Encendió una cerilla y acercó el fosforo a la mecha hasta prenderla. Susana se aprestó para observar la llama con sumo interés.

El pequeño fuego se inclinó en dirección contraria al viento, ondulándose hacía un lugar determinado. La mujer suspiró, resignada por algo que ya sospechaba. Cogió un pequeño fuelle para aspirar una parte del humo. Un humo blanco y espeso que, en contra del sentido común, se apelmazaba alrededor del rojo cirio.

Enfocó el fuelle hacia unas viejas tumbas y lo liberó con fuerza. El humo dio lugar a que se formaran unos contornos y una presencia se hizo evidente. Algo que deseaba estar oculto, fue revelado.

—¡Identifícate! —exclamó Susana con determinación.

La figura, que sin duda alguna era de una muchacha joven, pareció turbada por aquella palabra.

—¡Identifícate! —insistió la mujer con mayor rudeza.

—Lisandra —escuchó salir de aquellos labios etéreos.

—Bien, Lisandra. No debes estar aquí, este no es tu lugar. Sigue tu camino —habló Susana.

—No.

—Debes continuar progresando, todo acabó en este plano de existencia. No hay ninguna razón para que permanezcas. Sigue tu camino.

—No.

—Mi labor es liberarte de esta prisión que tú misma te has impuesto. Déjame ayudarte.

—No.

—Debo insistir, por tu propio bien. ¿Tienes alguna petición que pueda satisfacerte?

—Sí.

Susana se quedó expectante. La forma espectral parecía inquieta.

—¿Y bien? ¿Cuál es tu petición? —preguntó mientras introducía su mano en el interior de la mochila.

—Únete a mí —dijo con una voz gruesa y amenazante. La figura de la muchacha mutó en algo horrible de bestial forma.

La mujer estaba prevenida, arrojando un polvo cristalino a donde se encontraba el cirio encendido. Una blanca luz inundó el lugar. Una luz intensa, convirtiendo la noche en día.

—Vete, parásito. Sombra de la nada, vuelve allí y abandona a Lisandra —gritó Susana, con medida calma, cuyos contornos se iluminaron.

Aquel ser gimió, retorciéndose sobre sí mismo y desapareciendo. Solo quedó la figura de una asustada muchacha que la miraba aterrorizada.

—Tranquila, ya se fue. Nada debes temer, escucha mi voz y mira la llama. Sigue tu camino, sigue tu destino —habló con tono suave, dirigiendo a ese espectro hacía la débil lucecilla que el cirio desprendía. La joven Lisandra se unió a esa luz, un instante antes le sonrió agradecida, para desaparecer a continuación.

Susana se sentó con reverencia en una de las lápidas, encendió presurosa un nuevo pitillo y lo consumió con deleite. Había un charco a su lado, producto de una reciente lluvia, aproximándose a ver su rostro. No se reflejaba ninguna imagen, a veces olvidaba esos pequeños detalles.

La mujer gruñó, levantándose de su precario asiento y recogiendo cuanto había utilizado. Se dirigió hacía una urna labrada, muy antigua, con cenizas en su interior. Cuan poco quedaba de ella en el mundo, apenas nada. El buen Diógenes la recogería por la mañana y llevaría a un nuevo lugar, un nuevo cementerio, donde serían necesarios sus servicios.

Tosió de nuevo, un acto reflejo de su anterior vida. Un día debería seguir también su propio camino, pero sin prisa alguna. Tenía cuanto tiempo quisiera para hacerlo. Tenía, toda la eternidad.

Comentarios (17):

Alberto C.

17/04/2017 a las 15:24

Bravo, amigo mío; bra-vo.
Estoy sin palabras. Tu forma de narrar, de describir lugares, de conectar… ¡Tu relato lo tiene todo! Es fantástico, la verdad.

La hora de poner pegas… bueno, siento decirte, y de verdad, porque es muy bueno; le cuesta arrancar. Es un poco lento al principio -en mi humilde opinión ¿eh?- para la estrepitosa rapidez con la que engancha el relato después.

Muy original el trabajo de Susana, ha sido todo un puntazo ese toque de fantasía. De verdad, muchas felicidades por tu relato.

Estoy en el 215. ¡Nos vemos! 🙂

Maria Jesús

17/04/2017 a las 17:44

Extraordinario relato, imaginativo y bien construido. Me ha encantado. No me esperaba el final, pero eso es lo que hace bueno a un texto. He disfrutado muchísimo leyéndolo. Felicidades.

Dante Tenet

17/04/2017 a las 22:00

Bueno, muy bueno

Original la historia, perfecto el desenlace y sobre todo muy buenos los dialogos.

Nos seguimos leyendo

Estoy en el 236

escritora invisible

17/04/2017 a las 22:31

Buen giro al final, la espera de Susana en este caso puede ser eterna…

V. N. @. Oliver

18/04/2017 a las 03:27

Al principio es lento aun así te invita a seguir leyendo y el final maravilloso sin duda muy bueno gracias por escribir un saludo nos leemos

Jose M Quintero

18/04/2017 a las 04:09

Hola Leo.
Muy bueno tu relato de este mes, me ha gustado. coincido en lo que el comienzo en un poco lento pero cada vez va tomando mas intensidad hasta el desenlace.
Muy bien narrada y descrita cada escena. Excelente!

Yoli

18/04/2017 a las 09:23

Hola, Leosinprisa.
Tu relato me ha gustado mucho, describes muy bien tanto el ambiente del lugar como la escena en si. Es verdad que es un poco lento al principio, pero no se me ha hecho pesado, yo creo que va bien, pues vas creando el ambiente. Me ha sorprendido el final, pensaba que Susana sería una excorcista, no alguien que ya estuviera muerta. Yo cambiaria algunas cosas, sobretodo por las comas:
Susana esperaba, sentada sobre una lápida, la caída del sol… Yo quitaría la coma el de después de esperaba “Susana esperaba sentada sobre una lápida, la caída del sol…”
Arrepentida por dicha indiferencia la recogió para guardársela y tirarla en un lugar más apropiado. Yo pondría una coma después de indiferencia “Arrepentida por dicha indiferencia, la recogió para guardársela y tirarla en un lugar más apropiado”.
Tenía, toda la eternidad. Yo quitaria la coma.
Si quieres leer el mio, soy el 235.
Saludos

ANGEL CLIMENT

18/04/2017 a las 10:00

Leosinprisas: Muy bueno tu relato de este mes, me ha gustado. Si que coincido en lo que el comienzo en un poco lento pero cada vez va tomando mas intensidad hasta el desenlace. inesperado y pegadizo.
El mio es el 60. Mde gustaria tú opinión.
Saludos

J. E. M. Celeste

18/04/2017 a las 17:26

Vuelvo a leerte con gran placer Leosinprisas 😉

Tú relato me ha encantado, mientras leía mi mente se iba alejando hacia ese cementerio y pensaba: ¡que gran historia! Cómo se le habrá ocurrido? XD De verdad, tiene gancho, creas una atmósfera lúgubre que ambienta sin duda el relato y ademas es una historia que invita a reflexionar sobre la vida, sobre la eternidad, siempre estamos a tiempo de ir hacia la luz, pero mientras nos necesiten aquí, y podamos servir de ayuda el viaje puede esperar. 🙂 No sé, muy bien escrito la verdad.

Como única sugerencia te diría que en esta frase:
Aquel ser gimió, retorciéndose sobre sí mismo y desapareciendo.

Te diría que antes de usar los gerundios los analices muy bien, hay muchas ocasiones que son mal utilizados, por ejemplo en realidad mientras gemía se retorcía, perfecto las dos acciones ocurren al mismo tiempo, pero no desaparecer que vendría después. No sé si me explico XD

Mira la frase quedaría así:
Aquel ser gimió, retorciéndose sobre sí mismo y desapareció.

Pero a parte de esta pequeña observación, creo que has hecho un gran relato este mes 😉 ¡Mi enhorabuena!

Earendil

18/04/2017 a las 21:57

Hola de nuevo, Esteban.
Por mucha prisa que me he dado, ya llego en el puesto décimo.
Ya te han dicho de todo, solo me queda unirme a los aplausos que resuenan en tu entrada.
Está claro que te va el tema paranormal y esotérico. Además, bordas los personajes femeninos (ahora que no nos escucha nadie, son los mejores para estos temas). El final, magnífico y, lo mejor, no se ve venir en absoluto, lo que le da un toque especial a un tema ya especial de por sí.
Pero no te voy a regalar más los oídos. Coincido plenamente con las correcciones que te han hecho sobre las comas, pero sobre todo, con la utilización de los gerundios (que ya te comenté en otra ocasión)
La acción del gerundio debe ser anterior o simultánea a la del verbo principal. Por tanto, debe evitarse el llamado gerundio de posterioridad.
* En la frase en cuestión: “Aquel ser gimió, retorciéndose sobre sí mismo y desapareciendo.” Como indica el tiempo verbal gimió y se retorció a la vez. El acto de desaparecer, por tanto, es posterior a este, y no debes usar un gerundio para decir que luego desapareció.
Me ha venido a la mente un libro que tengo sobre el oficio de Susana en tu relato. Se llama “Experiencias en la frontera”, de Paloma Navarrete. Te gustará.
Un cordial saludo.
Nos leemos.

CARMELILLA

19/04/2017 a las 17:20

Hola Leosinprisa, muchas gracias por pasarte por mi relato y hacerme ver “los detallitos” que se me pasan, sirve y mucho.
Sobre tú trabajo, decirte que como en otros que he leído tuyos, bien escrito, una trama con fuerza, que va aumentando el nivel de interés en la misma proporción en la que aumenta la intriga.
Me gusta que no uses, en general, adornos que solo, según mi opinión sirven para distraer, pero no para interesar.
Bien usado el diálogo, aunque quizá si hubieras ampliado las respuestas del ser (sin adornos que no hacen falta) hubieras conseguido mayor acción, porque el momento en el que se convierte en un temible ser, queda algo fugaz y rápidamente aparece Lisandra.
Si no interpreto mal, Susana está muerta, o algo parecido (cenizas con derecho a transformarse en cuerpo a ratos)y es por esto que no termino de entender que se preocupe por abandonar el hábito de fumar para no dañarse los pulmones (¡si no tiene!).
Por cierto me he quedado con verdaderas ganas de cómo son los últimos visitantes del cementerio con un guardián que intuyo no es de este mundo y Susana que quizá lo fue, pero…
Bueno compañero, encantada de leerte y de que me leas.
¡Muy buen trabajo, como es habitual!
Saluditos.

Leosinprisa

19/04/2017 a las 19:13

Hola Carmelilla y al resto de quien la sugerencia de tan perspicaz compañera le inquiete de igual manera: la explicación de que Susana se preocupe de sus pulmones, aún estando muerta y bien muerta, es que a veces olvida su condición de espíritu y se considera una viva más, aunque no le esté. Por ello al mirarse en el charco de agua y no verse reacciona de una forma un tanto brusca, al recordar lo que es.

Por mucho que fume sus cigarrillos, sus pulmones no sufriran ningún daño. Es lo que tiene estar muerto y no seguir su camino, aunque lo haga con la mejor intención del mundo.

Gracias por los amables comentarios y las puntualizaciones para mejorarlo. Un saludo a todos.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

20/04/2017 a las 19:44

Hola Leosinprisa, Te felicito por la forma tan sencilla de crear un escenario en el que el lector se siente a sus anchas. En tu redacción no hay complicaciones ni malos entendidos.

Susana es un ser etéreo que anda en busca de ayudar a otros seres que se han quedado atrapados en este entorno terrenal y el de su verdadero destino que es la eternidad.

Con tu inspiración le das a susana una responsabilidad opcional que es el exorcismo de la joven Lisandra. Pero mas que nada haces uso de la Mitología para justificar ese trabajo; la luz de las velas hacían el papel de la lampara de Diógenes, al parecer el amo espiritual de Susana; para encontrar las almas poseídas en los cementerios. Excelso.

Te felicito.

Marián

23/04/2017 a las 03:49

Hola Leosinprisa:
Un relato fantástico. Muy bien ambientado y muy bien localizado. Va aumentando la tensión y así, atrapa. Me ha gustado mucho. Es un placer leerte.
Saludos, (223)

Silvia Peregrina

24/04/2017 a las 02:48

¡Atrapante y bien redactado tu cuento, Leosinprisa!
Cada párrafo va envolviendo de una forma distinta.
Fantasmas buenos y fantasmas malos entretejidos para desembocar en un final bien logrado.
Felicitaciones
¡Saludos!

Thomas Carnacki

25/04/2017 a las 08:21

Muy a lo “Constantine” lo tuyo 😛 Una atmósfera perfectamente descripta y un desenlace cargado de tensión, que nos va desvelando lo menos esperado. Una idea bastante original 😉 Supongo que ya te han remarcado cosillas aquí y allá, así que nada tengo para agregar al respecto. Me ha gustado tu relato, un gusto leerte. Felicitacion, Leosinprisa. Y hasta la próxima!

¡Saludillos!

Laura

25/04/2017 a las 11:18

Hola Leosinprisa
Has logrado un hermoso relato, con una muerta que todavía no ha caído en la cuenta totalmente su condición.
Me ha gustado mucho que hayas usado el nombre de Diógenes en este ambiente, quien ya sabría de antemano lo que iba a hacer.
Me ha resultado un poco innecesario que pusieses “la joven Lisandra ” cuando se unió a la luz, simplemente con mencionarla creo que ya estaba.
Un poco breves los diálogos, pero tal vez la necesidad de mostrarse imperativa puede haber asustando a Lisandra (fantasma), por lo que tal vez esa haya sido tu intención.
Felicitaciones. Sigue escribiendo. Hasta el mes próximo

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *