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Doña Susana - por Auxi Morata AlegreR.
Susana esperaba, vivía esperando. Esta niña tiene la paciencia de Job, decía su abuela.
Susana esperaba una oportunidad, esperaba una palabra de cariño, esperaba el amor, esperaba y esperaba.
Con quince años, como cada domingo desde que tenía uso de razón, fue a limpiar la tumba de sus padres y familia lejana con su abuela, eran tumbas solitarias en las que no veía el rostro de aquellos que amaba, solo veía piedra sin vida, tal vez veía un poco de ella en esa piedra.
—Abuela —preguntó la joven frotando con un cepillo la tumba fría que simbolizaba a su madre— ¿y yo que voy a hacer?
Su abuela, doña Amparo, la miró extrañada.
—¿Tú de qué? —contestó la mujer frunciendo el ceño.
—Qué sí, ¿que qué voy a hacer con mi vida? —dijo Susana dejando el cepillo en el cubo de agua con jabón.
—Pues casarte y tener niños, a ser posible con alguien con dinero, que nos saque de pobres.
Susana abrió la boca para decir algo pero la cerró y decidió esperar.
Años después, miraba las mismas tumbas, esta vez su abuela se había unido a ellas, ya no era Doña Amparo, quien había conseguido dar de comer a todo el barrio en guerra consiguiendo comida de estraperlo, no era la matriarca que había conseguido sacar a su hijo sola adelante y luego a su nieta, ahora solo era polvo y una inscripción en mármol.
Susana suspiró, su marido puso una mano en su hombro, ella lo miró.
Ella esperaba amor y palabras de cariño, encontró a alguien agradable, con poco carácter y algo de dinero, Susana se conformó con lo que el mundo esperaba de ella.
Con veinticinco años, como cada domingo desde que tenía uso de razón, fue a limpiar la tumba de sus padres y familia lejana, llevaba con ella a su hijo, Toni, de tres años, lo miró y sonrió, sabía que cuando creciera no la acompañaría, limpiar tumbas no era cosa de hombres, la verdad es que Susana pasaba la mayor parte del tiempo sola en casa pero ya no se sentía sola. Se acarició el vientre.
Susana esperaba una hija.
Un domingo su marido la recogió del cementerio, se acababa de comprar un coche nuevecito, un Seat que a Susana no le gustaba un pelo.
—El viernes mi madre nos ha invitado a comer paella en casa —dijo él.
—¿Sigue tan obsesionada con el nombre del bebé? —rió Susana.
—Ella cree que va a ser otro niño —sonrió su marido animado.
Susana miró su incipiente barriga.
—Es una niña y se llamará Susana —sentenció ella.
—No hombre no, ¿como tú? ¿No sería mejor como tu abuela? —murmuró algo confundido el hombre, Susana negó con la cabeza.
Susana esperaba, vivía esperando. Esta niña tiene la paciencia de Job, decía su madre.
Susana esperaba una oportunidad, esperaba una palabra de cariño, esperaba el amor, esperaba y esperaba.
Con quince años, como cada domingo desde que tenía uso de razón, fue a limpiar la tumba de sus abuelos y familia lejana con su madre, eran tumbas solitarias en las que estaba enterrada gente a la que no conocía ni por la que sentía nada.
—Mamá —preguntó la joven frotando con un cepillo la tumba fría que simbolizaba a su abuela— ¿y yo que voy a hacer?
Su madre, doña Susana, la miró con ternura.
—¿Tú de qué? —contestó la mujer dulcemente.
—Qué sí, ¿que qué voy a hacer con mi vida? —dijo Susana dejando el cepillo en el cubo de agua con jabón.
—Pues lo que tú quieras, no esperes ni te conformes porque no te he criado para eso, cabeza bien alta hija y a comerte el mundo.
Susana sonrió a su madre y ella le devolvió la sonrisa.
—Ahora una cosa te digo, los domingos no te comprometas que me estoy haciendo vieja para venir sola al cementerio —Doña Susana bromeó, la joven rió a carcajadas.
Y así, entre tumbas, Doña Susana vio en su hija como toda esa espera había valido la pena.
Comentarios (6):
Marisa
18/04/2017 a las 14:02
Hola Auxi Morata Alegre, he leido tu historia y me ha gustado. Me gusta la estructura, la tensión, el cansino esperar. Quizás buscaría acortar algunas oraciones para darle más ritmo de monotonía sin necesidad de repetir palabras.
Buen final.
Soy el relato nº 86.
Saludos
Vagabundo DeMente
19/04/2017 a las 00:50
Buen giro y buen final, la historia de una vida en unas pocas líneas. Susana tuvo una vida tranquila y la sabiduría de transmitirle a su hija lecciones diferentes de las que a ella le fueron dadas. Supo romper las viejas normas y darle alas a su hija, y al final encuentra que toda una vida de espera rindió buen fruto.
Una lectura tranquila y que deja un agradable sabor de boca.
Auxi Morata Alegre
19/04/2017 a las 17:37
Hola, muchas gracias por vuestros comentarios y en cuanto pueda me paso por los vuestros para devolver el favor.
Me alegra que os haya gustado! Nos leemos!
Laura
23/04/2017 a las 12:50
Hola Auxi Morata AAlegre.
Me ha gustado muchísimo tu relato. Por suerte está la posibilidad del cambio de la historia a pesar de la repetición en la vida de Susana madre.
Sigue esribiendo
Luxus Zigard
26/04/2017 a las 09:07
Hola Auxi Morata,
una historia bonita y con moraleja incluida. Ha valido la pena la larga espera de doña Susana para trasmitirle a su hija lo que le enseño su abuela. Además, modifica estas enseñanzas para que la pequeña Susana tenga una vida aún mejor.
Lo único que no me hace mucha gracia es que se dé por hecho que sólo son las mujeres las que se encargan de limpiar la tumba, creo que doña Susana debería haberle inculcado a su hijo Toni esta tarea para romper con ese ‘micromachismo’.
En definitiva, una buena historia que describe la vida de tres generaciones en muy poco espacio, enhorabuena. Espero seguir leyéndote por aquí.
Un saludo y hasta pronto.
Luxus Zigard
Auxi Morata Alegre
26/04/2017 a las 09:35
Hola a todos!
Laura: gracias por tu comentario, me alegro que te haya gustado.
Luxus: sobre el micromachismo, el relato está situado unos años atrás, la adolescencia de Susana sería los años 50 y la de su hija 60-70 y como dije tiré de tradición y yo me he criado toda la vida con cuentos de mi abuela de cuando iban a limpiar, es machista? Sí pero es lo que pasaba en esa época, yo tampoco estoy de acuerdo y creo que si el relato estuviera situado en la actualidad los personajes masculinos, en este caso Toni, les habría ayudado
claro. Supongo que tal vez deberia haber aclarado eso al principio del relato.
Muchas gracias por vuestros comentarios!
Un beso! Nos leemos!