Literautas - Tu escuela de escritura

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INRI - por ortzaizeR.

INRI.
Susana esperaba en el número ocho de la gran avenida que la vio nacer, allí había vivido muy feliz durante muchos años, guardaba unos bonitos recuerdos de su infancia. En aquella avenida que antes era el comienzo de su ciudad, por entonces había casas derruidas y montañas de ladrillos y tierra que creaban cuando era niña, las delicias de todos los chavales.
Hacían de tenderas valiéndose de las hierbas silvestres, preparaban la mesa para todos con azulejos y ladrillos rotos de color rojo. Antes había sido un palacete, que por algún bombardeo había quedado en ruinas, muchas personas se habían adueñado de puertas, cuadros, escaleras y maderas que servían para otros domicilios cercanos. Recordaba que entonces siempre había alguien rebuscando entre las ruinas.
A Susana, su médico le había diagnosticado una enfermedad incurable, y después de valorar lo que tenía en el lugar donde había vivido hasta su jubilación, decidió regalar vender y despedirse de sus pocos amigos para volver a la casa de sus padres que hacía poco tiempo se había quedado libre, según su hermano (el único que le quedaba), ya que él no iba a ir por allí. Le dejaba la casa para ella en propiedad con la condición de que la reparase y la pusiera acogedora por si algún día le apetecía pasarse por ella.
Así que, Susana estaba en el portal del número ocho esperando a su primo que vivía en el mismo edificio. El primer día cuando llego subió Juan a saludarla y a recordar viejas historias que a ella no le interesaban demasiado. Susana abrió la puerta y en la entrada de la casa, se abrazó a ella como si se hubieran visto ayer. Un hombre calvo, gordo, pequeño y con cachaba, ella lo recordaba muy alto con el pelo castaño y bien parecido.
Le reconoció porque los ojos de Juan eran como los recordaba, no habían perdido el brillo que siempre habían tenido con ese color negro profundo. Seguían siendo esos ojos que a ella le impresionaban.
Cuando entraba en su casa, él siempre se dirigía hacia la cocina sin mirar a nadie donde su madre preparaba una suculenta comida para toda la familia haciéndose el mayor, ya que cinco años de diferencia eran un abismo para tropezar su mirada con aquella muchacha más jovencita. Le gustaba quedarse a comer, y se comportaba muy amable con su hermana mayor.
Juan hoy, se había brindado para dar un recorrido por el cementerio y visitar la tumba de sus padres. Susana no podía caminar demasiado ya que su corazón no se lo permitía a Juan su médico le tenía prohibido caminar más de una hora. Así que los dos se acercaron al cementerio con su coche, un vehículo de los ochenta que estaba como el dueño, pero que para andar por la ciudad marchaba fenomenal.
Juan, después de la muerte de sus padres, y de poner el nombre en la lápida, no había vuelto por allí. A Susana le pasaba lo mismo, no era un lugar que a ninguno de los dos les gustase. Buscaban el 1028 de la calle C para depositar un gran ramo de flores en la tumba
Hacia sol y se estaba muy agradable sentados en aquella lapida, en la inscripción con los nombres de sus padres y una palabras de recuerdo de sus hijos con unas letras al final que decían INRI.
Comenzaron a hablar, y sin darse cuenta se encendieron las luces del cementerio y la luz solar se fue. Se levantaron lo más rápido que pudieron y caminaron hacia la puerta de entrada que hallaron cerrada. Sin pensarlo mucho y agarrados de la mano, volvieron a la calle C número 1028. Se tumbaron juntos encima del nicho con una temperatura de varios grados bajo cero. Susana, con su gran mantón, abrigó a Juan hasta donde pudo.
Al cabo de varios días el jardinero de la calle C en el número 1028, encontró una pareja dormida con el sueño de los justos en la losa donde hubiesen querido que les enterrasen. Nadie les echó en falta.
Habían vuelto a encontrarse, esta vez se habían mirado tanto, que los ojos penetrantes de Juan llenaron eternamente los de Susana.

Comentarios (9):

drow_jack

18/04/2017 a las 02:49

Buenas.
Durante la lectura no he podido evitar salirme del texto debido a discrepancias con la puntuación. No pongo nada porque sería largo y complicado. También he tenido un tropiezo en la frase que Juan y Susana se encuentran y se abrazan.
Pero sinceramente, al final me he dejado llevar y me ha parecido muy emotivo. Acabo de descubrir la expresión “el sueño de los justos” y me ha dejado muerto (nunca mejor dicho) lo descriptivo y poético que queda.
Le daría una revisión al texto, pero muy bonito, muy buena intención.

Daniel Calleja

18/04/2017 a las 18:11

Hola. Me pasa lo mismo que a Drow_Jack; la puntuación me resulta algo confusa y dificulta la lectura. La historia me parece buena,y creo que la ayudaría evitar algunas repeticiones.
Por ejemplo, si en lugar de “el jardinero de la calle C en el número 1028, encontró una pareja dormida “, quizá quedaría mejor con “el jardinero encontró la pareja dormida” o “el jardinero los encontró durmiendo el sueño..”
Simples sugerencias de un ávido lector, Un abrazo.

Edu SC

18/04/2017 a las 21:22

Hola Ortzaize,

Gracias por tu comentario a mi texto. Te me has adelantado.

Me he leído tu texto un par de veces. Estoy de acuerdo con los compañeros en el tema de la puntuación. Una revisión concienzuda del texto en este sentido le daría otra forma y esta, al final, es muy importante para poder disfrutar del cuento.

Además de esto, creo que si tienes en cuenta lo de “menos es más”, verás que puedes mejorar el texto. Por ejemplo:

«A Susana, su médico le había diagnosticado una enfermedad incurable, y después de valorar lo que tenía en el lugar donde había vivido hasta su jubilación, decidió regalar vender y despedirse de sus pocos amigos para volver a la casa de sus padres que hacía poco tiempo se había quedado libre, según su hermano (el único que le quedaba), ya que él no iba a ir por allí. Le dejaba la casa para ella en propiedad con la condición de que la reparase y la pusiera acogedora por si algún día le apetecía pasarse por ella.»

Este párrafo, para mi gusto, es demasiado largo. Tratas de aportar mucha información cuando en realidad, es muy posible que no toda sea necesaria. Si hicieras un ejercicio de poda estoy seguro de que conseguirías transmitir la información pertinente para tu cuento (que al final, si lo entiendo bien, es que Susana está en la fase final de su vida y que regresa a su antiguo hogar), consiguiendo más espacio para explicar otras cosas y al mismo tiempo te podría quedar una frase más llevadera. Lo de “menos es más” es un buen consejo que trato de aplicarme aunque me cuesta, mucho, y cuando mi lector beta me tumba alguna frase que a mi me encantaba, aunque en verdad no aportaba gran cosa a la historia…cuesta. Pero al final, si se quita, el resultado suele ser positivo.

Luego alguna expresión yo la cambiaría, como:

«Le gustaba quedarse a comer, y se comportaba muy amable con su hermana mayor.»

Por lo demás, una historia entrañable, con bonitas imágenes que consigues transmitir y mostrar . Con un pulido en la forma se disfrutaría mucho.

Espero que te sirvan las aportaciones, hechas con la mejor de las intenciones.

Edu SC

Edu SC

18/04/2017 a las 21:24

Perdón, me comí una frase:

Luego alguna expresión yo la cambiaría, como:

«Le gustaba quedarse a comer, y se comportaba muy amable con su hermana mayor.»

Mejor “se comportaba con amabilidad” o de “manera muy amable”.

beba

19/04/2017 a las 23:41

Hola, Ortzaize: has creado un relato muy original y tierno; muy entrañable.
En orden al comentario constructivo, comparto las opiniones anteriores. Sobre todo hay que tratar de n o divagar; el texto te da poco margen de palabras, de modo que es necesario fijar bien el eje del relato y ceñirse a él: no hace falta dar tantos detalles; no importa si resulta corto; la fuerza que concentras sintetizando es más eficaz que la expansión de explicaciones.
Muchas gracias por tu visita y amable comentario.
Un saludo.

Vespasiano

22/04/2017 a las 17:04

Hola Ortzaize:

Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

El tuyo me ha parecido una historia entrañable. Me ha gustado la idea; he andado por esas calles llenas de escombros, propia de una ciudad bombardeada y me he subido a esos montones de ladrillos destrozados a falta de otros cachivaches con los que jugar con los amigos.

Pero desde el punto de vista del taller y como te he señalado alguna que otra vez (siempre con la intención de ayudar) debes repasar mejor tus textos y emplear comas donde sea necesario:

“En aquella avenida que antes era el comienzo de su ciudad, por entonces había casas derruidas y montañas de ladrillos…”.

Esta oración podría quedar mejor así:

“En aquella avenida que antes era el comienzo de su ciudad, por entonces, había casas derruidas y montañas de ladrillos…”.

“…decidió regalar vender y despedirse de sus pocos amigos”.

Mejoraría así:

“…decidió regalar, vender y despedirse de sus pocos amigos”.

Utiliza puntos donde sea necesario para separar párrafos:

“Susana no podía caminar demasiado ya que su corazón no se lo permitía a Juan su médico le tenía prohibido…”

Aquí un punto y seguido después de: “no se lo permitía”, vendría bien:

“Susana no podía caminar demasiado ya que su corazón no se lo permitía. A Juan su médico le tenía prohibido…”

“Un hombre calvo, gordo, pequeño y con cachaba, ella lo recordaba muy alto con el pelo castaño y bien parecido”.

Aquí ocurre lo mismo. Un punto y seguido después de “cachaba”, creo que ayuda a la lectura.

“Un hombre calvo, gordo, pequeño y con cachaba. Ella lo recordaba muy alto con el pelo castaño y bien parecido”.

“Se tumbaron juntos encima del nicho”. Debes revisar lo que escribes. Resulta muy difícil tumbarse en un nicho.

Nicho:
1. m. Concavidad en el espesor de un muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa.

2. m. Hueco practicado en un muro para alojar algo dentro, especialmente el que sirve para depositar cadáveres o sus cenizas en un cementerio.

Quizá sería mejor en este caso utilizar la palabra “tumba”.

Tumba:
1. f. Lugar en el que está enterrado un cadáver.

Bueno, repito que tu historia me ha gustado, pero léela siempre en voz alta y repásala antes de enviarla.

Felicidades.

Gantros

22/04/2017 a las 22:54

Hola, Ortzaize:

En primer lugar, gracias por tu amable comentario en mi texto. En segundo, coincido con los demás en que la puntuación y la ortografía constantemente incomodan al lector.

Y por último, te comento algo que creo que nadie más lo ha hecho: El cuento «informa» mucho, como si fuera un noticiero. En mi opinión debería «mostrar» más, como un relato.

Mejorando esos aspectos, puedes pulirlo mucho más.

¡Gracias y saludos!

~Gantros

ortzaize

24/04/2017 a las 21:33

muchisimas graciasa todos DROW-JACK-DANIEL CALLEJA-EDU SC-BEBA- VESPASIANO-GANTROS
TENEIS TODA LA RAZON LAS PRISAS ME TRAEN LOCA.
ME LIO TANTO QUE LO MANDO SIN PENSAR DEMASIADO.
PERO GRACIAS A TODOS A PESAR DE QUE NO LO PAREZCA TOMO NOTA Y APRENDO MUCHISIMO. MUCHAS GRACIAS Y SALUDOS..

Laura

30/04/2017 a las 01:03

Hola Ortzaize.
Concuerdo con quienes han llegado antes que yo.
No desesperes. Con práctica se van eliminando los detalles de los que no nos damos cuenta pero que otros ven. Aprendemos entre todos. Ls historia es buena, aunque los detalles de escritura la afectan.
Hasta el próximo mes

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