<< Volver a la lista de textos
El mentiroso - por María JuliaR.
La costa de ese pueblecillo blanco era sencilla y simple. Casitas de dos o tres pisos, pintadas a la cal, y hechas con adobe y cemento. Calles de piedra y caminos de arena y ripio, subían por las lomas cubiertas de vegetación verde brillante y reluciente. Era verano y hacía mucho calor. Un pueblo de tantos del Este, con pescadores, y gente paseando por la costa. Un pueblo pequeño, ignoto, con un nombre descolorido, en contraste con su gente y su belleza.
En una de esas casas blancas con ventanas y terraza al mar, vivía Laura. Era una mujer hermosa aunque ya pasaba los cincuenta años. Alta y esbelta. Aún tenía el glamour de su juventud. Sus ojos profundos y grandes aleteaban con sensualidad frente a cada bocanada de brisa que entraba por la ventana abierta. Era hermosa y sexi. Estaba en una edad en que las mujeres son casi diosas, y saben que son capaces de cualquier hechizo y con solo desearlo, hacen que se cumplan.
Ese caluroso medio día, Laura leía con fruición con su diccionario de latín cerca para consultar cualquier vocablo que no entendiera, las notas del notario, que escribió el Testamento. Miró hacia la mesa y vio un papel. Humberto había dejado una entrada de cine, de la noche anterior. Ella no sabía nada, porque desde hacía años no se dirigían la palabra, ni se tocaban, ni se acercaban uno al otro. Esa era su vida desde hacía mucho tiempo, en el más ignoto silencio. Humberto era un manipulador y mentiroso. Por muchos años la había tenido sometida en silencio, pero ya no. Tiempo atrás se había despertado de su largo letargo de una manera imperceptible. Horacio no lo había notado aún. Lentamente recordó lo sucedido. Pero estaba débil y debía fortalecerse para lograr vencer y afrontar lo que vendría con la fuerza que heredó de su familia, ya desaparecida.
Ella tenía que descifrar ese secreto que la tenía insomne por las noches y somnolienta durante el caluroso día de ese verano singular.
Una mosca la cautivó repentinamente. Brillaba junto a un antifaz con lentejuelas azules que la dejaban enjoyada como para el carnaval que pronto se acercaba. Su mente, rápida para huir de cuestiones tediosas, se lanzó a imaginar a esa mosca con caireles azules, desfilando en el corsódromo de la ciudad. Casi sin darse cuenta se quedó ensimismada con esos pensamientos con disfraces y colores resplandecientes, y se olvidó de su búsqueda incesante para descifrar lo que debía comprender. El calor apretaba y se hacía sentir en todo su entorno. Las cortinas livianas de voile, flotaban con esa brisa caliente que entraba por la ventana. El viento del Norte era muy caluroso y se hacía sentir ese febrero. Entrecerró sus ojos en un gesto de modorra y se quedó dormida. Soñó con tanta intensidad que siempre pensó que era una verdad consagrada. Ella que se dejaba llevar al pozo de agua detrás de la casa y Humberto que la empujaba dentro, y caía rozando apenas las paredes de ladrillos con musgos suaves y frescos por el agua que pronto sintió en todo su cuerpo al chocar con ella. Estaba fría, pero no la molestaba, se dejó flotar y estiró los brazos y las piernas en ese shock mientras se hundía sin dejar de respirar, y con sus ojos bien abiertos mirando todo a su alrededor.
La mente parecía en suspenso y sus ojos abiertos veían pasar las imágenes como en una película, pero en cámara lenta, y sin sonido. El fondo era de un color borroso y fuera de foco, con lo cual sólo podía ver su imagen flotar y caer sin estridencias.
El secreto era ese, él la había empujado a ese largo viajes sin fin y del cual nunca pudo volver a salir. Su mente se quedó en ese pozo irrecuperable de musgos y lagartijas, de agua dulce y fresca y de ladrillos húmedos y enmohecidos. Y nadie lo sabía, sólo ella y estaba allí, sin poder expresarse como un ánima en vida, sin reacción, muerta, penando por esa casa frente a la mar, sola y en silencio. Perturbada pero consciente tomó la decisión de hacer conocer la verdad de lo sucedido, y sin más se paró y comenzó a caminar hacia afuera y gritar a los cuatro vientos su verdad.
Comentarios (10):
Vespasiano
19/03/2017 a las 11:24
Estimada María Julia:
Muchas gracias por pasarte por mi relato y dejar tu amable comentario.
Tu relato me ha parecido bien escrito,tiene un fondo misterioso que atrapa y te deja cavilando.
Entiendo que el tal Horacio la mató por causa de una herencia. Lo que no me cuadra aquí es la introducción del diccionario de latín para entender una escritura.
Hace tiempo que su espíritu está vagando por la casa, por eso no se comunica con su marido ni sabe que éste haya ido al cine.
Por otro lado veo imaginativa la escena del disfraz y la mosca.
La descripción de la caída al pozo me parece muy lograda.
Como crítica, veo repetida oraciones como:
“Era verano y hacía mucho calor”. “Ese caluroso medio día”. “…somnolienta durante el caluroso día de ese verano singular”. “El calor apretaba y se hacía sentir en todo su entorno”. “flotaban con esa brisa caliente…”. “El viento del Norte era muy caluroso…”.
El final me ha parecido un deseo anhelado, pero la incógnita es:
¿Cómo un alma en pena podría comunicarse con los demás?.
Bueno, aquellos que profesan la doctrina filosófica del espiritismo creen en la posibilidad de comunicarse con personas fallecidas y que estas se dejan oír a través de los médium.
Resumiendo, tu historia me ha gustado. Por ello te felicito.
María Julia
19/03/2017 a las 13:13
Hola Vespasiano, gracias por todos estos aportes que ayudan a mejorar la escritura. Escribir en Literautas me ha estimulado a aprender cada día más. Gracias desde este sur argento que continua cálido como de verano aun que ya estemos en otoño.
Abrazo
María Julia
Marula
19/03/2017 a las 18:58
Hola Maria Julia! Me gusto ese algo fantastico del cuento, entre realidad y ficcion; con una historia siniestra y misteriosa. La narracion muy lograda detallando las sensaciones de la protagonista Al principio me confundi con lo del diccionario y el testamento, pero creo que era el objetivo crear esa confusion sobre si estaba viva o no. Me ha gustado mucho. Felicidaded!
María Julia
19/03/2017 a las 21:50
Hola Marula, gracias por leer mi relato y hacerme esas aportaciones que me agradan y me permiten ver desde otro ángulo el texto.
Un abrazo grande.
María Julia
Pablo Arbáizar
21/03/2017 a las 10:35
Hola María Julia,
Me gustan mucho las descripciones que haces. Están llenas de detalles y verdaderamente muestran en vez de contar. Pero creo que en este texto abusas un poco de ellas. Hace que se resienta un poco la acción y que pierda un poco de ritmo.
La historia está bien. Es bastante inesperado el final. Está bastante logrado como creas esa atmósfera de misterio hasta descubrir lo que en realidad le sucedió a Laura.
En un momento dado hablas de un tal Horacio, mientras que el resto de veces hablas de Humberto. No sé si es un errata o hay dos personajes. Si es lo primero recuerda repasar varias veces el texto, si es lo segundo procuraría presentar más claramnete al tal Horacio que no queda claro quién es.
Lo dicho, muy bien el misterio y cómo lo cuenta y acaba descubriendo.
V. N. @. Oliver
23/03/2017 a las 05:19
Gracias por tu comentario yo poco puedo decirte solo que me gustó
Un saludo seguimos leyéndonos
María Julia
23/03/2017 a las 14:11
V.N.@.Oliver, si creo que de eso se trata el arte en cualquiera de sus expresiones, que nos guste o no.
Gracias por tu lectura, y por tomarte el tiempo de escribir una opinión.
Saludos otoñales desde Patagonia.
María Julia
María Kersimon
24/03/2017 a las 17:39
Hola María Julia,
Gracias por la visita y el comentario. Pones mucho misterio en tu relato y navegas entre diversos “mundos” de diversas naturalezas. A mi me falta definición para poderme situar. Hay muchas cosas que no entiendo y me dificulta un poco la lectura. Tampoco explicas en tus comentarios, así que no tenemos opción a saber qué te proponías realmente, si hay dos personajes masculinos o uno, si la protagonista es asesinada o no, si la caída que experimenta en el pozo es una caída interna hacia un estado de estupor tras un maltrato psicológico. Pienso que en un relato puedes jugar con todas las fantasías pero hay que dar pistas al lector y tienen que tener coherencia interna. De lo contrario el acto de comunicación que es la lectura no cumple con su cometido.
En la forma, cuidado con las repeticiones, hay unas cuantas al principio, de las palabras “casa” y “pueblo”, “costa”, me aprecce recordar. Si usas un adjetivo poco habitual como “ignoto/a”, es mejor que no lo repitas dos renglones más abajo. ¡Ojo, que a mí también me puede pasar!
No puedes decir “Humberto era un manipulador y mentiroso” porque está poniendo un sustantivo y un adjetivo en contacto en el mismo nivel. O tienes que repetir el artículo,o tienes que omitirlo “era manipulador y mentiroso”. “Cualquier hechizo… se cumplan”, ¿falta de relectura?
Hay mucha imaginación en el texto, descripciones profusas, pero personalmente me ha faltado sentir una firmeza en el trazo de la trama.
Un saludo.
Laura
24/03/2017 a las 22:04
Hola María Julia.
Tu relato me ha gustado, pero me ha dejado bastante confusa con respecto a tu personaje, que al principio se encuentra como muy real y luego está la escena del pozo y la verdad.
Se me produjo una especie de corte entre el inicio donde describes a la protagonista, y el final, donde parece una sucesión de hechos.
Tal vez puedas haber modificado algunas palabras, que aunque no se repiten, suenan muy semejantes en “notas del notario”.
De todos modos, me ha gustado.
Espero tus próximos relatos
Maria Jesús
25/03/2017 a las 13:43
Hola Maria Julia, mi opinión como lectora es que la historia es confusa, aunque el tema es interesante y muy bien descrito, al final cuesta trabajo entenderlo, al menos para mí, que quizá tenga falta de comprensión lectora. Pero las descripciones que haces son geniales, te imaginas perfectamente el paisaje y la fisonomía del personaje. Pese a todo, tienes madera de escritora. Un saludo.
Yo estoy en el 101 por si te interesa.