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«El mentiroso» - por Alonso García-RissoR.
Mi hermano me dijo tiempo atrás que los mineros no eran dignos de crédito; porque todos ellos eran mentirosos. Me aclaró que la razón, se debía al oro: “El minero miente y fantasea, engañando para protegerse. “Así oculta sus hallazgos”, concluyó. Agregó que, “el oro envilecía el alma del hombre, arrastrándolo a la falsía y en muchos casos al crimen”:
“En campos auríferos, no es raro encontrar, en piques abandonados cadáveres de infortunados buscadores de oro”, dijo.
Me miró, escrutándome, mientras se tomaba un respiro. Luego se hecho un trago.
“Aquí se viene una de esas historias”, me dije, pues lo conocía muy bien.
—Te acuerdas de Rufus, el minero que se perdía por temporadas enteras en la Cordillera de la Costa, internándose por la misteriosa Quebrada de D’Aransazzo.
—Si —contesté.
—Pues bien, no hace mucho me crucé con él, en una cantina de mala muerte en el poblado de Aurora. Entre trago y trago, me contó una historia increíble: “Seguía un curso de agua tratando de localizar, una que otra bolsa de oro, en los saltos de la corriente… De pronto, tras unos matorrales espesos di con la entrada disimulada de una cueva. La curiosidad me acicateó, y me interné por la oquedad un buen trecho. El haz de luz de la linterna, se perdía en las paredes de la caverna que se ensanchaba, dando lugar a un espacio con trazas de haber sido habitado.
En varios lugares, en orificios practicados en la roca, se guardaban objetos de uso corriente y ordinario, propios de un habitáculo humano. Pero también hallé cosas o elementos que no logré dar con su uso real y sentido en esos momentos.
Un antifaz diseñado para cubrir gran parte del rostro. Lo que me hizo pensar que sería parte del atuendo de un asaltante que uso la cueva. Lo más desconcertante fue encontrar unos libros antiguos escritos en un idioma desconocido. Luego deduje que el idioma era el latín; pues encontré un diccionario de latín. Hasta el momento no he logrado desentrañar el misterio completamente”, dijo Rufus. Pero, mi hermano no le creyó; porque siempre, lo tuvo por mentiroso.
Escuché a mi hermano con atención, me intrigaba la historia. También con igual interés, seguí cada detalle del relato entregado por Rufus, el minero. Compartía con mi hermano la reticencia que me hacía dudar de la veracidad del relato narrado por el buscador de oro, con fama de mentiroso.
Hace más de un mes, a la sazón fallecido Rufus de muerte natural, mi hermano recibió —por mano—, un misterioso paquete. El portador dijo ser deudo de Rufus y agregó que también traía un mensaje: “Dile al colorín, en persona, que siempre lo he tenido presente”, lo dijo poco antes de morir, en su lecho de muerte. Sin más el emisario se retiró.
El paquete, prolijamente envuelto, contenía un frasco que no dejaba ver su interior y tenía mucho peso con respecto al volumen. Por el brillo que cruzó la mirada de mi hermano supe que sabía con certeza el contenido del frasco…
Post scriptum: Me acuso, en el texto no hice, oportunamente, mención de la amistad que unía a mi hermano con Rufus: “Se habían pasado toda una vida, codo a codo, tras la huella del oro”, puedo asegurar. Otra cosa, no menos importante, el frasco contenía quinientos o más granos de oro en pepas y polvo.
Cogitatio: “Si bien el minero tiene sus razones para mentir, eso no da lugar, a pensar que es ajeno a la verdad (a lo menos de la verdad objetiva); pues, para mentir debe negarla”, digo,reflexionando.
Comentarios (10):
Arnia
17/03/2017 a las 18:33
Hola
Bueno ante todo quiero que sepas que mi intención es hacer una crítica constructiva.
El relato me parece enrrevesado al principio, me explico. Cuenta una historia dentro de otra historia. Pasamos por varios niveles hasta llegar a la historia que cuenta Rufus y eso desconcierta, me deja la sensación de demasiados preliminares o muchos rodeos para llegar a lo que debería ser la trama.
Pero en realidad la trama no es tal historia, sino el encuentro del narrador con su hermano. El cual, le cuenta una historia que me parece forzada para meter los requisitos del reto y que no aporta nada. El final o desenlace poco tiene que ver con la trama, me parecen acontecimientos sin ninguna conexión, salvo el propio Rufus.
Y el final aunque de una manera original por la introducción de esos incisos; no veo que aporte nada interesante a la trama.
Creo que no está muy bien puntuado. Revisa el uso de a coma.
En fin, que no quiero desánimarte, sino todo lo contrario. Desconozco el tiempo que le dedicaste al relato, así como el grado de revisión que sueles utilizar. Si quieres cualquier aclaración a mi argumentación no dudes en preguntarme. Aquí estamos para ayudarnos.
Uff, siento ser demasiado crítica, pero repito, mis comentarios pretenden ser criticas constructivas y no debes tomarlas al pie de la letra, es mi opinión personal.
Saludos.
M.L.Plaza
19/03/2017 a las 20:34
Hola Alonso.
Me ha parecido un texto muy original e interesante. A mí me parece bien cómo has introducido las palabras del reto.
Lo que menos me ha convencido es la voz de Rufus, me ha parecido excesivamente literaria para ser un minero.
Saludos
Amilcar Barça
20/03/2017 a las 23:34
¡¡Arnia!! De cara a la pared cinco minutos…. o más. NUNCA se escribe doble erre tras una ene. Enrrevesado, no está en el diccionario de la RAE. Alonsillo, tú a lo tuyo. Intenta averiguar donde está la mina……
Alonso García-Risso
21/03/2017 a las 18:38
Saludos Amilcar: Es un agrado volver a encontrarte. Me caíste del cielo; pues hasta tu llegada me he mordido la lengua.
En estos momentos encontré tu trabajo, lo estoy analizando. Espero hacer el comentario adecuado a tus habilidades escriturales y que te sea útil.
Chao, hasta pronto.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
22/03/2017 a las 02:46
Hola Alonso, para mi toda historia tiene algo que contar. Puede ser perpleja, enredosa o puede ser clara, exquisita y excelsa. pero debe de contar algo.
Para mi tu texto me llevó a una época de mi juventud en una región plasmada de ríos y arroyos de agua cristalina donde las mujeres llegaban con sus bandejas de metal para colar de aquellas corrientes el fango de piedras y arena de sus cauces mientras los maridos con un detector de metales les gritaban “por acá vieja por acá”. Tan lejano y escucho su vociferar.
Tu contar es mas certero que el mio pues ahí comunicas lo que era para esos personajes ya idos el poder atesorar sus conocimientos de los regalos de la naturaleza.
Felicidades
Arnia
22/03/2017 a las 11:11
Hola Amilcar,
¿Ya puedo quitarme de la pared? jo, llevo bastante más de cinco minutos…
Perdón por el fallo, se me escapó…
Muchas gracias por hacérmelo notar, no se volverá a repetir.
Edu SC
22/03/2017 a las 22:48
Hola Alonso Garcia-Risso, aquí estoy devolviéndote la visita como mandan las buenas costumbres y con mucho gusto.
Lo que más me ha gustado de tu historia es el tono y la visualización de los hechos y lugares. Creo que están muy bien presentados, de manera que no nos los cuentas, sino que los enseñas. Me gusta también los relatos en los que hay una historia dentro de una historia, aunque aquí concuerdo con Arnia en que quizás podrías haber ahorrado espacio, sobre todo al principio. A pesar de ser una introducción, no aporta demasiado a la historia a mi parecer. Si empiezas en :
—Te acuerdas de Rufus,…
, verás que el cuento en sí no se resiente demasiado y puedes ganar palabras para ampliar por otro sitio.
Por otro lado, en lo formal, yo también he visto el tema de la puntuación. Esto es siempre algo menor, ya que es fácilmente subsanable, pero en mi opinión resiente la lectura de una buena historia.
Ya por último, te hago un apunte creo un poco más sutil, que me han hecho a mi también, y es la caracterización del personaje mediante su forma de hablar. A mi parecer, Rufus usa un lenguaje demasiado culto para ser un minero, vamos, que no le pega demasiado. O esa es mi percepción, a ver tu que opinas.
Espero que no te siente nada de esto mal, ten en cuenta que son sólo opiniones y que yo tampoco soy ningún experto. En todo caso siempre prefiero ser sincero y aportar lo que buenamente puedo, con el ánimo de servir de ayuda.
Un abrazo.
Laura
27/03/2017 a las 10:30
Hola Alonso.
Ya algunas indicaciones se te han hecho. Trataré de ayudarte a aclarar el panorama que nos pintas.
Encuentro muy enredada el uso de la palabra hermano, demasiado utilizada. Tal vez si le ponías nombre simplificaba un poco la tarea.
Con respecto al uso de las comillas en el primer párrafo, te faltan algunas y te sobran otras: “El minero miente y fantasea, engañando para protegerse, así oculta sus hallazgos”, concluyó. Agregó que: “El oro envilece el alma del hombre, arrastrándolo a la falsía y en muchos casos al crimen.
En campos auríferos no es raro encontrar, en piques abandonados, cadáveres de infortunados buscadores de oro”.
Fíjate que te lo he modificado un poco. incluyendo signos de puntuación, a mi criterio, que puede no ser el tuyo o de otro más versado al respecto. Te eliminé un verbo del habla, cambié alguna coma, y eliminé algunos signos.
Me resultaron muy buenas las reflexiones sobre la mentira para protegerse de los mineros y la reflexión final.
Esperando haber sido de alguna ayuda, nos encontramos el próximo mes
Alycia
31/03/2017 a las 12:03
Hola, Alonso:
Una historia dentro de otra historia que enlaza con otra al final. Interesante.
Lo que más me ha sacado de la historia es el lenguaje, como ya te señalaba antes otro compañero. Creo que utilizas un lenguaje demasiado refinado para dar voz a los mineros, y que quedaría muy bien si se pudiese diferenciar la voz de estos de la del narrador en su forma de hablar.
Saludos,
Alycia
Pato Menudencio
05/04/2017 a las 21:21
Interesante el relato, más bien parece una anecdota que un cuento, lo que le da el real encanto.
Saludos.