Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

¿Eran otros tiempos? - por Claudia Bellini

Amandine siempre vestía de negro. No era la única. Una falda de pana gruesa y un jersey calcetado con lana usada. La guerra la dejó viuda y en la miseria. Guardó la alianza hasta que el hambre fue más fuerte que el recuerdo.

Convirtió su casa en una pequeña pensión que apenas le daba para sobrevivir. Me hablaron de ella durante el trayecto en barco desde Argentina. Cuando llegué, tenía disponible un pequeño cuarto al final de la escalera. Por supuesto, lo acepté.

Ya habían pasado seis meses y mi única compañía era un pequeño roedor que apenas se dejaba ver pero que oía cada mañana al despertarme.

Desde mi infancia siempre había soñado con Paris. Aunque no fueron esos sueños los que me llevaron hasta allí, sino el enamoramiento que sufrí hacia un hombre al que apenas conocía y con el que había coincidido un par de veces en Buenos Aires.

La postguerra sin duda no era un tiempo fácil. El tango y un talismán de plata, herencia de mi abuela, que guardaba en un frasco de cristal a modo de joyero, eran junto a mis añoranzas lo más valioso que había traído.

Estaba prohibido llevar a otras personas a la pensión, mucho menos si eran del sexo contrario. Cuando por fin lo encontré y concerté con él una cita en mi cuarto para el día siguiente a las doce, tuve que convencer a la sobrina de Amandine para que me ayudase a mantener la reunión en secreto. Una naranja que compré en el mercado sirvió como regalo, ¡tal era la necesidad!

Apareció puntual, con esa sonrisa y mirada que me habían hecho viajar a más de diez mil kilómetros de distancia de mi hogar. Se quedó y me hizo sentir que él también me había estado esperando.

Cuando mi pequeño roedor comenzó a caminar sobre el techo de madera, me desperté, al igual que los otros días, sola. Se había marchado sin hacer ruido. Nunca volvería a verlo. Ni a él, ni al talismán que desapareció aquella misma noche.

Comentarios (17):

Francis

18/02/2017 a las 17:52

Hola Claudia!
Me ha gustado mucho tu relato. Juegas bien con la forma y el contenido. Da gusto leer cuando la gramática es perfecta y la acción, fluida. Has encajado bien el reto, pues las palabras están bien posicionadas. Sigue escribiendo. Nos leemos.

Paola

18/02/2017 a las 20:02

Hola Claudia

Un relato muy bueno. Vas avanzando a pasos de gigante!

Los primeros dos párrafos me han encantado, son de 10!!!. Con pocas palabras has transmitido vivencias, sentimientos, heridas, dolor, lucha y supervivenvia.

Siguiendo adelante, creo que ella tiene que conocer al hombre un poco más de lo que nos cuentas. Me parece poco probable que se ponga en viaje desde Argentina hasta París si solo le ha visto 2 veces, además puedes dar el toque dramático si por ejemplo acaba de saber que está embarazada(es una idea).

Seguimos, dices que el tango y un frasco eran lo más valioso que había llevado consigo. Lo del tango hay que explicarlo más porque no es un objeto como el frasco. Por ejemplo ella es bailarina de tango de profesión y pretende ganarse la vida en París con eso. Así se convierte en un tesoro, pero no el tango sino su arte al bailarlo ( es otra idea, lo más seguro es que a ti se te ocurra una mucho mejor que esta!)

Los dos últimos párrafos también me encantan, dicen sin decir, como al principio y justamente por eso no me gusta el párrafo en el que cuentas que no se podía llevar visitantes de otro sexo a la habitación. A ese párrafo le falta la gracia que le has dado a todo lo demás. Nos lo cuentas en cambio de hacerlo ver. Tienes que cambiarlo, seguro que se te ocurre algo genial, una imagen con gracia, una historia un poco picante de un anterior inquilino…

Enhorabuena por el relato.

Saludos

Paola

18/02/2017 a las 20:09

Se me había olvidado…el título no le hace justicia! Busca algo más profundo porque las locuras hechas por amor no tienen fecha de caducidad.
¿Se convierte, con el tiempo, en la bailarina de tango más famosa de París?
Esta es su historia…

Claudia Bellini

19/02/2017 a las 10:10

Hola Francis,
Muchas gracias por tu comentario. Palabras así siempre animan a seguir escribiendo.
Gracias!
Saludos,

Claudia Bellini

19/02/2017 a las 10:15

Hola Paola,
Agradezco mucho que pases a leer mi relato y tu comentario, que como siempre es muy acertado y enriquecedor.
Cada sugerencia que ne planteas creo que es completamente oportuna, así que no dudes de que aunque solo sea para mí, volveré a reescribir el texto con esos cambios y comprobar el resultado.
El título… No sé si el que me propones pero el que yo utilicé, la verdad, es que ni cuando lo escribí me gustó, no entiendo cómo lo dejé.
En fin, de ésto se trata, de ver errores e ir mejorando.
Muchas gracias!
Saludos,

Henar Tejero

19/02/2017 a las 10:48

Hola Claudia,
El ritmo de tu relato es fluido y es fácil de leer. La descripción es buena y nos sabes situar en el ambiente.
Quizás lo que menos me convence, como ya han señalado, es que ese hombre viaje desde tan lejos sin apenas conocerse. Aunque en el amor todo vale.
Por lo demás, me ha parecido un relato muy ameno. Me ha gustado.
Nos leemos!!!
Estoy en el 177

Paola

19/02/2017 a las 11:46

Hola Claudia, lo que te he comentado al final no era el titulo en si mismo sino el lugar donde tenías que buscarlo 🙂

Me gustaría leer el relato corregido, ¿tienes algún blog dónde los cuelgas?

Claudia Bellini

19/02/2017 a las 19:05

Hola Henar Tejero,
Muchas gracias por tu comentario.
Posiblemente yo tampoco viajaría en ese caso, pero ésto es lo bueno de la literatura, nos permite dejar volar la imaginación.
Gracias!
Saludos,

Claudia Bellini

19/02/2017 a las 19:08

Hola Paola,
Sea cual sea otro título le quedaría mejor.
Estos textos de momento no los estoy subiendo a ningún otro espacio.
Cuando lo modifique intentaré mostrártelo.
Muchas gracias!

Jose Luis

21/02/2017 a las 19:33

Hola Claudia
Creo que has creado un relato muy sobrio, diría que incluso melancólico. Es una historia agridulce, con un final que te deja un poco triste. La brevedad del texto juega a tu favor, con las descripciones justas para situar al lector. Buen trabajo.
Un saludo

Cesar Henen

22/02/2017 a las 01:06

Hola Claudia, me da gusto encontrarte de nuevo por aquí; pero si me extraña un poco que no hayas participado en el reto de hacerlo en tiempo presente; tú tan osada a esto de los retos; te lo digo con franqueza me fui con la idea de que habías participado en el reto y como tengo la costumbre de copiar y pegar los texto que leo, en Word para desmenuzarlos bien, comencé a ver que la historia no estaba en tiempo presente y ya te iba a remarcar cierto errores, hasta que atine a volver a ver tu titulo y vi que no tenía la R. No me vayas a tomar esto como una decepción, tu relato es fantástico y muy limpio por demás decir que me ha gustado bastante.

Mi relato es el 139 por si gustas comentarlo.

¡Saludos!

Claudia Bellini

24/02/2017 a las 22:05

Hola José Luis,
Muchas gracias por tu comentario. Ka verdad es que mi intención últimamente no es escribir historias tristes pero creo que tienes razón en que le he dado un punto melancólico.
Gracias por escribir y leer!
Saludos,

Claudia Bellini

24/02/2017 a las 22:08

Hola Cesar Henen,
Esta vez el reto ni me lo planteé, me parecía complicado por lo que simplemente me centré en buscarle sitio a las doce palabras obligatorias.
Muchas gracias por tu comentario. Esta semana he estado muy liada, voy con retraso pero me pasaré por tu relato.
Saludos,

Cryssta

27/02/2017 a las 09:41

Hola Claudia, la historia de tu relato me ha gustado aunque creo que debes pulirlo, empezando por el título, como te han dicho.

El primer párrafo da la sensación de que Amandine va a tener más protagonismo en la historia y luego no es así pues solo es la casera de la protagonista. Además la frase “Una falda de pana gruesa y un jersey calcetado con lana usada” no tiene mucho sentido donde la has puesto.

¿Qué te parece así?: “Me hablaron de Amandine durante el trayecto en barco desde Argentina. Ella siempre vestía de negro, una falda de pana gruesa y un jersey calcetado con lana usada. No era la única a la que la guerra dejó viuda y en la miseria. Guardó la alianza hasta que el hambre fue más fuerte que el recuerdo, después convirtió su casa en una pequeña pensión que apenas le daba para sobrevivir. Cuando llegué, tenía disponible un pequeño cuarto al final de la escalera. Por supuesto, lo acepté.

París lleva tilde.

Mejor poner “Cuando por fin encontré a mi enamorado”

“tuve que convencer a la sobrina de Amandine para que me ayudase a mantener la reunión en secreto con una naranja que compré en el mercado, ¡tal era la necesidad!” la naranja no es un regalo sino algo para convencerla

Espero haberte ayudado con mis sugerencias. Sigue escribiendo, lo haces bien.

Un beso.

Claudia Bellini

27/02/2017 a las 14:54

Hola Cryssta,
Muchas gracias por tu comentario. Al leer tus sugerencias me parece tan fácil y fluido, ya me gustaría tener esa facilidad! Pero es gracias a comentarios constructivos como los vuestros que podré mejorar.
Gracias y saludos,

Cryssta

27/02/2017 a las 15:31

Claudia tranquila, la tendrás, lo importante es que tienes buenas ideas y talento, el resto lo irás aprendiendo. Vas por buen camino.

Perla Preciosa

05/03/2017 a las 02:21

Hola, Claudia:
Hay cosas que no he entendido y desconozco a ciencia cierta si se debe a torpeza por mi parte o a poca explicación por la tuya. Por ejemplo, me hubiera encantado saber cómo consiguen meter al chico con una naranja de regalo. No sé, no lo tengo claro. Por otra parte, el final me ha resultado un poco soso, por ejemplo, podrías haber terminado sellando la historia con un abrazo o un beso de despedida. Creo que te hubiera quedado más animada que con una huida sigilosa, pero bueno, hay gustos para todo. No obstante, te animo a seguir escribiendo y a pasar por el mío si te apetece. estoy en el 37.

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *