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Confesiones - por Alejandro UrdialesR.

Laura me considera su compañero de trabajo favorito, y eso me concede el privilegio de conocer de primera mano sus avatares sentimentales. Por eso puedo decir que, en lo referente a las cosas del amor, la vida de Laura es como un tango. Los hombres significan para ella una especie de fatalidad, un misterio indescifrable.

Cada mañana desayunamos en la cafetería que está al lado de nuesta oficina. Nos sentamos siempre en la misma mesa, la más apartada de todas, la que está justo debajo de la escalera que sube al comedor. Así, entre suspiros, lágrimas, zumos de naranja y cafés con leche, soy testigo de cómo una hermosa mujer en sus mejores años, no es capaz de encontrar la serenidad afectiva.

Suele ser ella la que toma la iniciativa de acabar con las relaciones; unas veces porque le falta el interés, y otras muchas, porque le sobran las ganas, es decir, porque siente que su desbordante pasión no es correspondida.

Lo peor de todo esto, es que doce amoríos fallidos en cuatro años (sin contar los breves intercambios físicos entre medias) le borran el buen humor a cualquiera.

A Laura ya no le provoca la sonrisa encontrarse en el bolso un viejo frasco de colonia, regalo de algún noviazgo pasado; o ya no le hace gracia aquella ocurrencia : dada su mala suerte con los hombres, si alguna vez consigue casarse, no iba a tardar mucho en quedarse viuda.

Su optimismo galopante de los primeros tiempos ha dado paso a una rabia incontenible. Incluso me ha confesado que, tras un ataque de frustración, un sonoro martillazo acabó con aquella figurita que adoraba. Era una porcelana, mitad pájaro y mitad roedor, y se la vendieron en un mercadillo asiático como un talismán amoroso.

Si Laura fuese una olla a presión, la válvula de seguridad estaría a punto de ponerse a bailar al ritmo del vapor. A su edad, dice ella, no puede permitirse más descalabros. Es ahora o nunca.

Por eso debo decidirme de una vez. Tengo que sacar la valentía de donde sea. Enseñarle esa alianza que lleva tanto tiempo esperando en casa y revelarle el secreto de mi amor.

¿Quién la conoce mejor que yo? ¿Quién, si no yo, puede hacerla feliz?

Comentarios (6):

Earendil

18/02/2017 a las 19:48

Hola, Alejandro.
Me ha gustado mucho tu relato de amor inconfesado. A juzgar por ser el paño de lágrimas de Laura, bien se merece el protagonista una oportunidad por su parte. ¿Quién mejor que él, que conoce los recovecos de su alma?
Tu texto, pese a su brevedad, no le falta ni le sobra nada. Las palabras exigidas están muy bien integradas en el contexto, tienen su protagonismo, y toda la historia parece girar a su alrededor, y no al revés.
No he visto ninguna falta de ortografía, ni nada que merezca una revisión o mejora.
Te felicito por tu trabajo.
Nos leemos.

Javier López

19/02/2017 a las 23:01

Hola Alejandro, me gusta como describes la forma en que el protagonista ama a su compañera, mediante el conocimiento pormenorizado de todas sus desventuras sentimentales, pero echo en falta saber algo más que su secreto anhelo por contarle lo que siente, un poco más de lo que pasa por el corazón del muchacho. Por lo demás, retos cumplidos y texto que entra con facilidad. Buen trabajo. Nos leemos. Un abrazo.

novel_madriles

22/02/2017 a las 18:08

Hola. Has escrito un texto serio, por lo menos eso me parece a mi, donde las palabras del reto van encajando bastante bien. Por poner algún reparo, la palabra que menos encaje le veo es la de “una porcelana, mitad pájaro y mitad roedor”. Otra cosa que me ha sonado algo raro es el principio de la frase: “Suele ser ella la que toma la iniciativa de acabar “, pero vamos, son mis humildes impresiones. Te felicito, tu relato me ha gustado. Un saludo y a seguir escribiendo.

Jésica

28/02/2017 a las 02:39

Hola, Alejandro! Qué bien armaste la atmósfera de tu relato; ese narrador en primera persona fluye con total natiralidad, me resulta muy creíble, sincero.
Es tu relato de una sencillez admirable. Felicitaciones, muy bien logrado!
Soy la vecina del 205 por si te interesa comentar .
Saludos, te seguiré leyendo!

Jésica

28/02/2017 a las 02:40

Naturalidad, quise escribir!

María Esther

28/02/2017 a las 03:33

Hola Alejandro, tu relato se lee fluidamente,y al través de las confesiones de Laura vemos que no son solo compañeros ,sino muy amigos.Igual que el compañero anterior, me quedo con ganas de saber más de ese muchacho tan tímido, que ha esperado tanto y aún tiene dudas.
¿Por qué no dejó alguna señal , alguna pista, a lo mejor a ella lo que le pasa es que también está enamorada de él y por eso le cuenta todo a ver si le dan celos y se resuelve. En fin lo sabremos en el próximo capítulo.
Saludos .
Maritel en el 3

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