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Lo que de vivo queda - por Nana MurianaR.
Hoy, doce de noviembre, he heredado el extraño roedor con el que convivía mi abuela. Mi madre me lo ha entregado esta mañana, las dos manos extendidas hacia mí, sujetándolo como si de un talismán se tratara, envolviendo en esa pequeña vida que sólo mi abuela quería toda la pena de su reciente orfandad.
Esa ardilla naranja que correteaba por la escalera de su madre viuda, que rompió el frasco que ella le había pintado de pequeña, que tanto asco le provocaba a la familia, simboliza ahora una alianza entre la vida y la muerte, como canta el tango, el movimiento ante la quietud de su hogar natal, el sonido ante el inquebrantable silencio de sus paredes.
Aún así, aún encarnando este travieso animalillo el espíritu envolvente de mi abuela, es un secreto a voces que nadie quiere recibirlo como regalo. Por eso lo tengo yo.
Comentarios (5):
Maria Jesús
17/02/2017 a las 21:56
Me ha gustado mucho el relato, bien escrito.Felicidades.
amadeo
18/02/2017 a las 15:08
Como lector opino: No comprendí lo que se quiso contar, tal vez por muy breve. No lo veo como un cuento, hay tres partes separadas.
ç
Lo lamento. No lo entendí
Invito a leerme en el 217
Marula
19/02/2017 a las 15:08
Me gusto tu cuento, cumple con la consigna y el reto. No siempre podemos dar lo que todos los lectores quieren. A mi particularmente me gusto la poesía con que describiste la situación. Felicitaciones!
Luis Oyor
21/02/2017 a las 10:51
Buenos días Nana Muriana,
La idea de tu relato es buena pero el texto me parece excesivamente corto como para que las palabras del reto no resulten forzadas. En la lectura en voz alta detecto algunos problemas de puntuaciones que dificulta su lectura: “envolviendo en esa pequeña vida que sólo mi abuela quería toda la pena de su reciente orfandad” Creo que hace la lectura más fácil: “envolviendo, en esa pequeña vida que sólo mi abuela quería, toda la pena de su reciente orfandad” o bien “envolviendo, en esa pequeña vida que sólo mi abuela quería, toda la pena de su reciente orfandad”. En el segundo párrafo, el polisíndeton que utilizas “que correteaba por la escalera de su madre viuda, que rompió el frasco que ella le había pintado de pequeña, que tanto asco le provocaba a la familia” no consigue dar más fuerza expresiva al pasaje.
Finalmente, tienes un muy buen final en la frase “Por eso lo tengo yo” pero el texto no me orienta a pensar el porqué es un secreto a voces que nadie quiera recibirlo como regalo.
Un saludo y te sigo leyendo.
Luis
Dante Tenet
21/02/2017 a las 16:23
Nana:
Me gusto el relato, tiene muy buenas imágenes.
Comparto con Luis, que algunas de las doce palabras a veces entran forzadas.
Nos seguimos leyendo
Estoy en el 214