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El grito - por LadySR.
Se giró al escuchar el grito. Y sentí que, por un instante, todo se detenía.
…tic…
Las gotas se derramaban por mi cara, en esa mezcla agridulce de lágrimas y gotas de lluvia. Parecía que el cielo se iba a caer en cualquier momento, y todavía cabía la posibilidad de que algún rayo me partiese en mil pedazos. Mi aspecto no podía ser más deplorable, el rímel ya me llegaba por los tobillos y mi fabulosa melena había dejado de serlo hacía ya unas cuantas horas. Sería pedirle demasiado al karma que ese alisado japonés que había aguantado esta humedad infernal aguantase el monzón que nos estaba calando hasta los huesos. Ojala mis preciosos Jimmy Choo de 10cm fueran impermeables, dado que me había dejado casi un riñón para pagarlos, pero no, no lo eran. No hablo ya del Moschino negro de tachuelitas en el que cabía estratégicamente el móvil y la tarjeta de la habitación del hotel; ni de esa estupenda blazer negra que estará en manos de a saber quién en algún mercado callejero a estas horas. Pero ahí estaba él. Tan perfecto, tan jodidamente perfecto. Con la camisa empapada y pegada a su cuerpo, con el pelo revuelto. Con toda la clase que envuelve a un hombre como él, la elegancia en persona. Pero la odiosa humedad de la ciudad, el calor, mis prisas por llegar y su onda expansiva me colapsaban los pulmones y mi respiración iba tan rápido como las imágenes de mi cabeza.
…tac…
Y ahí estaba esa imagen, ese parásito de recuerdo que no había sido capaz de quitármelo de la cabeza durante meses. La primera mirada cruzada en el aeropuerto y el roce de nuestras manos al recoger mi maleta de la cinta. Su exquisito olor a cítrico suave y algo dulce que no he conseguido identificar todavía. El papel en mi bolsillo con un número y una calle de San Sebastián. Chas. Vuelven los pinchazos a mi estómago. La suavidad de su piel, el bello de su pecho y los besos cálidos; el calor de su respiración en mi cuello y las caricias en mi espalda. Ni el frio viento del norte me ayudo a pausar los sentimientos y a no engancharme. Los paseos por el Boulevard, las olas del Paseo Nuevo… todo. Buen vino, buena compañía y buenos besos. Muchos y de muchas formas. Una semana que inicialmente era de trabajo y reuniones que se convirtió en cuento de hadas, en el que solo me faltó la corona para sentirme princesa. El abrazo, el adiós y el beso más triste de todos los tiempos. Chas. Otro pinchazo.
…tic…
Que entre la vorágine de pensamientos te venga tu abuela a la cabeza no sé si es del todo normal, pienso. Pero agradezco llevar las bragas limpias y estar depilada al milímetro. Ojala me vea, por favor, ojalá. El sonido de los coches, los Tuk Tuk y de la lluvia contra el asfalto no me deja casi ni oírme a mí misma. Y ojalá me reconozca, ojalá. ¿Me reconocerá, no? Digo yo, fue, una semana perfecta… de película. Ya. ¿Y por qué no supiste más de él? ¿Y por qué no te llamó? Si ni si quiera sabes donde vive, ni qué hace. Ni de donde venía ni a donde iba. Solo que estaba de paso por Donostia. Por saber, ¿estas segura de que es él?
…tac…
Sé que me ha visto. Lo sé. Mi cuerpo acaba de desconectarse de la cabeza y no responde a ninguna orden. Estoy en medio de una carretera en plena estación de Hua Lampong y no soy capaz de moverme. Me pasan las motos muy cerca y oigo a mi alrededor mucho ruido, gotas en el asfalto y percibo que me gritan en un idioma que no es el mío. Siento un líquido caliente en la planta del pie. He perdido un Jimmy Choo y estoy sobre el charco con más mierda de todo Bangkok. Joder Lidia, este no es aspecto para ponerte delante de tu puto príncipe azul.
…tic…
Siento un tirón en el brazo y caigo sobre alguien grande, fuerte, cálido y con un olor dulzón y cítrico que me hace despertar y conectarme con el medio.
-Lidia, ¿eres tú?- Su voz es inconfundible. ¿Qué haces en Bangkok?
Quiero contestar pero no puedo. Siento sus labios sobre los míos, su mano en mi cuello y la otra en la cintura. Y por fin, Héctor. Y por fin, el beso.
Comentarios (6):
LAMAGA
18/01/2017 a las 23:40
Hola LadyS.
Sorpresa, tras sorpresa… me gusta mucho la forma en que conseguis hacer que siga leyendo contra todos mis prejuicios.
You did it!!
Me gusto mucho el detalle, la descripcion y el ritmo de tu texto. Tambien rescato el toque de humor que filtras cada tanto y que hace tanto bien.
te seguire leyendo.
despertaste mi curiosidad.
gracias
La MAGA (Julieta)
Jelly Bangster
19/01/2017 a las 02:52
¡Uy! Super enganchadora la historia. Mi parte favorita ha sido la detallada descripcion de ambos personajes, realmente me parece delicioso.
Leosinprisa
19/01/2017 a las 21:11
Hola LadyS
Un relato expresado de una forma curiosa y con sentido del humor, como a mi me gustan. Me ha gustado el efecto de ese cambio de pensamiento, como si fuera el tic-tac (que supongo que lo es) de un reloj.
Solo hacerte una pequeña corrección: vello es la forma correcta de poner la frase «el bello de su pecho… »
Gracias por tus comentarios en mi texto. Un placer leerte y un saludo.
Raymond Carr
20/01/2017 a las 22:19
Hola LadyS.
Ya te dije que tu texto me había gustado. Pero sobre todo, has aceptado el reto y lo has resuelto de una forma muy original, muy visual. Yo hubiera explorado más en la puntuación es “…tic…” no me gusta mucho; no me gustan esos puntos suspensivos por delante y por detrás. Cuando digo que lo has resuelto de una forma visual me refiero a la distribución del texto en la pantalla, los tic tac dan una información muy interesante al lector. No sé qué opinarán de esto los académicos, la verdad es que no me importa mucho.
Por otra parte hay dos detalles formales a los que no le encuentro justificación.
El primero.
“Y ahí estaba esa imagen, ese parásito de recuerdo que no había sido capaz de quitármelo de la cabeza durante meses”
En esta frase la palabra “parásito” yo la hubiera sustituido por otra.
El segundo.
“los Tuk Tuk y de la lluvia contra el asfalto”
No estoy de acuerdo en que las gotas de lluvia suenen como tuc tuc, ni siquiera en Babilonia, esto es algo muy subjetivo, lo reconozco. Pero no veo por qué tienes que ponerlo con mayúscula, que lo pongas con k vale por que está de moda.
Hablando de otra cosa, del ambiente y de los personajes. No se sabe muy bien si hablas en serio o en broma. El conjunto no es verosímil desde el punto de vista narrativo, por que se mantiene un tono muy exagerado desde el primer momento
“Parecía que el cielo se iba a caer en cualquier momento, y todavía cabía la posibilidad de que algún rayo me partiese en mil pedazos”
y se mantiene así hasta el final.
Y para terminar; no he conseguido descifrar ni quién, ni cuándo, ni por qué da el grito.
Hasta pronto.
LadyS
21/01/2017 a las 20:08
Muchas gracias Raymond Carr por tu comentario y por todas las aportaciones, las tendré muy en cuenta para la próxima.
Solo una aclaración: El Tuk Tuk es el medio de transporte típico de Bangkok (una especie de moto-taxi). Quiza debí especificarlo más para evitar confusiones.
Me anoto todo lo comentado para ir mejorando poco a poco.
Un saludo 🙂
Luis Ponce
24/01/2017 a las 01:31
Hola Lady S:
un relato muy bien llevado, muy ágil, claro, bien escrito.
Me ha gustado, tiene estilo, es tuyo y puedes reconocerlo.
Un solo pero, el grito no tiene ninguna relación con el trabajo. Te falta una oración que sirva de justificación.
Te seguiré leyendo.