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Una revelación inesperada - por Jean Ives ThibautR.+18

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Se giró al escuchar el grito y le entró un miedo que le apretujó el corazón como si fuera una bolsa de patatas fritas vacía a la que había que tirar a la basura.
Todo había ocurrido muy deprisa y, sin embargo, el tiempo parecía haberse detenido. Sus manos aún agarraban los pechos de la mujer que tenía a su izquierda y el sudor perlaba su frente por el esfuerzo y la expectación. Era una pelirroja imponente, de pecas hasta en los muslos y boca jadeante. Cada vez que le daba un pellizco en sus rosáceos pezones se mordía los labios con la precisión de una actriz porno. Además manejaba con maestría las manos hundiendo sus dedos en zonas oscuras que Mario acababa de descubrir.

La había conocido esa misma noche, en aquel tugurio oscuro de gruesos cortinones en las ventanas al que había acudido por recomendación de Candela.
–Allí encontrarás lo que buscas -le había dicho.

Y ciertamente así había sido. Un par de rondas y algo de bachata caliente habían obrado el milagro. En menos de media hora una habitación reservada solo para ellos ardía con las llamas del sexo más atrevido.

Mario era un novato en estos mundos, pero Candela era toda una experta. Y qué mejor que aprender con tu mejor amiga, la que no te traicionaría nunca, aquella que sólo desea tu felicidad.
Había conocido a Candela en los tiempos en los que solos se preocupaban de sacar un cinco pelado para poder salir de borrachera al sábado siguiente. Y de aquello hacía ya unos cuantos años.
Ella era su ángel de pelo negro, de piel traslúcida y mirada fanfarrona. Para ser más exactos, su ángel de la guarda. Y es que ella le había pasado las chuletas de química por debajo de la mesa, le había llevado al hospital en todos y cada uno de sus comas etílicos, se había hecho pasar por su novia para librarse de las chicas plastas que lo querían cazar y le había aliviado los momentos de soledad como ninguna amiga lo habría hecho jamás.
Una gata salvaje, cariñosa al atardecer, huidiza por la mañana.

Y ahora allí estaban los dos. Desnudos, pegados a los restos de ginebra que dejaba cada beso, envueltos en los remolinos de humo de los cigarros prohibidos que de cuando en cuando se apresuraban a degustar.
A un lado la pelirroja, al otro Candela, y en medio sólo él.

Y Candela gritando, con ese timbre que tantas veces él mismo había tocado. Tan reconocible y a la vez tan lejano. Mario siempre supo que podía causarle más placer que ningún hombre pero que eso no la hacia mas suya. Y nunca le importó.
Pero si eso era verdad por qué sentía tanto miedo. Quizá porque sabía que el grito de Candela era irresistible para él y que entonces aquella primera incursión en el mundo de los tríos terminaría pronto.
Quizá.

En aquel preciso momento todo ocurrió a cámara lenta. Sus ojos se concentraron en una Candela retorciéndose entre sus propias manos, sin ayuda de nadie. El mundo se difumino a su alrededor. Parecía que sólo existieran ellos dos. La busco con urgencia y de un solo golpe la subió a horcajadas sobre su pubis erecto. No hizo falta moverla más. De inmediato el latido de su corazón se puso a golpear contra sus sienes, contra su pecho, contra su ingle. Bombeó un millón de impulsos eléctricos que recorrieron su cuerpo erizando hasta los pulgares de sus pies. Y entonces su existencia se paralizó en una eternidad ingrávida donde sólo estaban ellos dos. Ni siquiera sus cuerpos eran tangibles ahora. Se habían convertido en esencia, en pura energía.

Nunca antes un orgasmo había sido tan especial.

Y al fin, cuando el mundo volvió al girar con ellos dentro, y la magia hubo desaparecido de los ojos de candela, Mario sintió de nuevo aquel miedo atroz, aquel que le aplastaba el corazón como si fuera una bolsa de patatas fritas crujiente y fría que hubiera que tirar a la basura. El mismo terror que no dejaba salir las únicas palabras que no había pronunciado nunca.

Entonces Candela, su ángel de la guarda, acudió de nuevo para salvarle.
–Yo también te quiero –le susurró al oído.

Comentarios (36):

Jean Ives Tibauth

17/01/2017 a las 21:53

Buff… Y eso es lo que pasa cuando la impaciencia te puede y envías tu relato sin dejarlo enfriar y con apenas un par de repasos.

Así que no me queda otra que pediros disculpas por los errores de ortografía y las letras de más que se han colado. Además, os confieso que el resultado no es el que me hubiera gustado, y creo que eso tiene que ver con el estado de ánimo de los últimos días. Se ve que escribir tiene mucho que ver con la vida interior del autor.

Sirvase de ejemplo para aprender en el futuro.

Saludos compañeros.

Lorkiano

18/01/2017 a las 13:50

Hola Jean Ives Tibauth:

Pues a mí me ha gustado mucho tu relato, y salvo los fallos que tú mismo has notado, lo encuentro muy bien narrado.

¡Ánimo! y espero poder seguir leyendo cosas tuyas pronto.

Un saludo

Lorkiano

18/01/2017 a las 13:58

Y por cierto, la sensación que tengo yo con mi relato es más o menos parecida, aunque en mi caso es la primera vez que escribo algo y releyéndome ahora cambiaría muchas cosas.

Intenté escribir algo para el reto del mes pasado, pero al final pensé que lo que había escrito no daba el nivel que estaba viendo en el blog. Luego me arrepentí, pero ya era tarde.

Este mes estuve a punto de no mandar nada tampoco, porque al final lo terminé un poco con prisas y casi sin poder revisarlo, pero bueno…

Estoy en el 86, por si te interesa leerme.

Un saludo

Marcos Sebastiá

18/01/2017 a las 19:09

Hola Jean, la historia es entretenido, sí que debería haber repasado el texto hay bastantes errores. Esta frase: “… y le entró un miedo que le apretujó el corazón …” el “le” lo repites, con que hubieses suprimido la segunda “le” hubiese bastado. En la frase: “…Pero si eso era verdad por qué sentía tanto miedo…” seguro hubiese quedado bien: “Pero si eso era verdad, ¿por qué sentía tanto miedo?, ahora sí tiene sentido la frase. El uso de la acentuación y comas tienes que refinarlo. Al principio me he confundido, no sabía si Candela había ido al tugurio con Mario, luego a mitad del relato he visto que si.
El relato está bien desarrollado, es ameno y consigue que el lector imagine cada momento por los detalles. Me ha gustado la historia.
La próxima propuesta también la leeré.
Ánimo y a seguir escribiendo.

Saludos.

Yoli

19/01/2017 a las 12:55

Hola, Jean.
Pues no está tan mal como decías. Es verdad que hay faltas de ortografía, pero a mi me ha gustado tu relato, me gusta como has descrito la relación de amistad entre Candela y él. Te seguiré leyendo.
Si quieres leer el mio, soy el 229.
Saludos.

Anael

19/01/2017 a las 14:16

¡Hola Jean!

El relato me parece bueno, y la historia es tierna. Yo creo que está bien, no sé por qué estás tan disgustado 🙂 Es cierto que mejoraría con una revisión, pero bueno, si eres capaz de dart cuenta tú ya es mucho. Es cierto que a los escritores nos afecta mucho lo que está pasando al rededor, y si encima no tenemos tiempo para corregir la historia esto se nota.

1. Una pequeña sugerencia sobre la primera frase: “Se giró al escuchar el grito y le entró un miedo que le apretujó el corazón como si fuera una bolsa de patatas fritas vacía a la que había que tirar a la basura.”
Pondría una coma entre grito e y para preparar al lector para una frase tan larga, o es más fácilperderse. En cuanto a estilo, eliminaría la frase final que es innecesaria y creo provaca pérdida de fluidez. La dejaría así:
Se giró al escuchar el grito, y le entró un miedo que le apretujó el corazón como si fuera una bolsa de patatas fritas vacía.

2. Sólo una cosa que decir respecto al reto: a mí no me da la sensación de que pase en cinco segundos, porque cuando empieza la acción estamos con la pelirroja y acabamos con Candela, y parece que pasan demasiadas cosas en medio, no termino de verlo… El caso es que hay mucho movimiento en la escena y eso siempre causa sensación de que el tiempo se alarga.O a lo mejor es que está frase no la he entenddido ” Sus ojos se concentraron en una Candela retorciéndose entre sus propias manos” ¿Qué manos son esas, las de CAndela o las de Mario? Como lectora no lo he podido descifrar. Si son las de Mario considero que no se cumple el reto porque me da la sensación de que pasa más tiempo. Si son las de Candela mismas, creo qe sí se cumple. Creo que arreglando esa frasese entendería mejor.

La historia me ha gustado (soy fan de los finales finales aunque sean los más predecibles) y creo que los personajes estaban bien construidos. Podemos entender perfectamente por qué Candela quiere a Mario, casi incluso cuesta entender que él tega tanto miedo de confesar su amor cuando parece todo tan claro, pero así son las cosas en estas materias… Todos tenemos miedo.

Espero que las sugerencias te sirvan de ayuda. Mi relato es el 131 (he de decir que he he intentado seguir tu consejo principal del taller anterior 😉 )y me encataría que te pasaras a repartir las collejas literarias que consideres necesarias: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-40/7023

¡Un abrazo!

Jean Ives Thibauth

19/01/2017 a las 22:58

Hola Lorkiano.

Muchas gracias por pasarte y por tus ánimos. Me alegro de que te haya gustado.

Nos seguimos leyendo.

Jean Ives Tibauth

21/01/2017 a las 22:06

Lorkiano, se me olvido decirte que pase lo que pase, sigue escribiendo y, aunque no estés satisfecho con tu trabajo, envialo igual. Aquí hay grandes escritores dispuestos a arrojar luz donde sólo vemos tinieblas, algo que nos ayuda sin duda a hacer madurar nuestro estilo.

Además, una vez que lo mandas pasan unos días en volverlo a leer, lo que ayuda a dejarlo reposar y ver con los propios ojos todos aquellos fallos que nos chirriaban en un principio pero que no acabábamos de visualizar… ¿De que me sonara esto…jejejej ;)?

Lo dicho, que te espero en el siguiente reto.

Jean Ives Tibauth

21/01/2017 a las 22:10

Marcos Sebastià, gracias por pasarte y comentar.
Con tus aportaciones me he dado cuenta de que abuso de los “les”, estoy pensando si no será que se me va la forma de hablar.
Muy correcto también que debo corregir el uso de las comas. So. Esas cosas que hay que revisar bien grasa primera escritura.

Me alegro de que te halla parecido ameno y que te imagines la escena con claridad, son cosas que siempre de intentan cuando se escribe.

También he participado en los últimos dos talleres por si te quieres pasar.

Nos seguimos leyendo.

Jean Ives Tibauth

21/01/2017 a las 22:14

Yoli, muchas gracias por pasarte y comentar. Me alegro de que te guste.
Cuando el trabajo realizado no te parece que está a la altura es una agradable sorpresa que a otros si se lo parezca. Hace que nos obliguemos a confiar un poquito más en nosotros mismos.

Nos seguimos leyendo.

Jean Ives Tibauth

21/01/2017 a las 22:20

Anael muchas gracias por pasarte y comentar.

Tus aportaciones son muy certeras.

En cuanto a si cumple o no el reto es una cosa que me planteaba ya que para unos el orgasmo durará cinco segundos y para otros mas. La verdad es que yo nunca he cronometrado los mios y veo que es algo completamente subjetivo jijiji.
La verdad ed que creí que se entendía que Candela usaba sus propias manos porque a continuación explico “sin ayuda de nadie”. Precisamente buscaba evitar la confusión, pero está claro que no lo conseguí.

Me ha encantado tu expresión ” collejas literarias”, es muy grafico y resume muy bien el papel de todos nosotros cuando tratamos de ayudar a los compañeros. Genial.

Nos seguimos leyendo.

M.L.Plaza

22/01/2017 a las 03:26

Hola Jean Ives.
Gracias por leer mi relato y por tu opinión, oportuna como siempre.
Tu texto es mucho mejor de lo que dices. Solo hay unas cosas que no me cuadran mucho. El miedo que siente el protagonista que al final aumenta a terror, me parece desproporcionado a la historia que cuentas.
Y, por otro lado, el segundo párrafo, cuando Candela le recomienda el tugurio:”Ahí encontrarás…” yo pondría “ahí encontraremos…” o, incluso, quitaría la frase. Es que se lía mucho con la pelirroja, Candela,que no se sabe quién es, que parece que no va, pero que luego resulta que sí.
Pero, de cualquier manera, me ha parecido un relato muy interesante.
Saludos

Osvaldo Mario Vela Sáenz

22/01/2017 a las 05:01

Hola Jean Ives, siguiendo en parte los comentarios que te hacen mas los tuyos propios, me doy cuenta de lo apresurado de tu presentación. Pero, no por ello, tu escritura deja de tener el encanto de lo prohibido lo cual describes con viveza. Lo que no cuadra en el relato es el miedo de las papas fritas.

Al parecer Mario tiene miedo que aquel encuentro forzado en parte por la recomendación de Candela con la pelirroja sea la forma de terminar la relación, que por temor nunca quiso formalizar con ella, sin dejar a alguien más en su lugar. Por eso al final de un encuentro tan calenturiento vuelve a sentir el miedo de las papas pero ella como lo haría su mejor amigo viene al rescate y le responde a lo que siempre tuvo pavor de decir: Yo también te quiero.

Te Felicito.

Jean Ives Tibauth

22/01/2017 a las 10:03

M.L. Plaza.
Gracias por pasarte por el relato y comentar.
La verdad es que había planteado aquel miedo tan terrorífico porque Mario es un tipo que descubre en ese momento que esta enamorado de Candela. Aunque no lo quiere admitir. Ella es una mujer libre de ataduras morales y lleva una vida un tanto salvaje. Mucho más que él, que parece que le llaman la atención ciertas practicas, pero que no se atreve solo.

Por eso ella es su maestra en estos lides, la que le enseña el camino.
Cuando entran en el tugurio ella le dice “ahí encontradas lo que buscas” precisamente porque ella ya ha estado allí y ya lo ha probado. Y esta cargada de intención, porque así como parece que pueda buscar aquel sexo prohibido, en realidad lo que encuentra es lo que de manera subconsciente necesita encontrar. (Recomendación de Iría para hacer los personajes más redondos. Intento seguirlos a pies juntillas, jejeje).
Asimismo jugue un poco al despiste y no introduje que Candela era participante hasta la mitad para hacer un pequeño giro (de esos que también recomienda Iría).

En fin, que me alegro de que te halla resultado tan interesante.

Nos seguimos leyendo.

Jean Ives Tibauth

22/01/2017 a las 10:27

Osvaldo, gracias por pasarte y comentar.

La verdad que el recurso de las patatas fritas no me acababa de convencer pero no se me ocurrió otra cosa.
Es lo que pasa cuando uno quiere participar a toda costa en el reto y no hace bien su trabajo.

Nos seguimos leyendo.

Marisa

22/01/2017 a las 15:06

Hola Jean. Gracias por tus comentarios de mi relato. Las devoluciones siempre son bien recibidas!

Respecto de tu relato, comparto que le falta revisión para pulir algunas frases que ya te han dicho los compañeros. Sin embargo, resalto las buenas imágenes y construcción de los personajes.
La participación de Candela o la formación del trío bien se puede entender como un sueño vivido en su masturbación.
Buena historia y a seguir escribiendo
Saludos

Wyrell

22/01/2017 a las 22:06

Hola Jean, cómo va?

Primero que nada te agradezco por comentar mi relato y, a la vez, me disculpo por demorarme en el tuyo. La verdad es que lo leí hace un par de días y no recuerdo por qué no lo comenté, supongo que estaba apurado o distraído y se me pasó. Disculpas.

Ahora sí, comienzo:

En lo relacionado con el escrito no puedo decir mucho más sin caer en la redundancia, es tan agradable como el último que leí y, quitando algunas cosas que ya te han marcado los compañeros, se sigue casi sin dificultad.

La historia es interesante pero, como veo que ya te han marcado, no parece y transcurrir en cinco segundos (si tomamos como punto de partida uno de los últimos párrafos, lo anterior intuyo que es una descripción que sirve para ponernos en la escena)

Si tengo que marcar algo que no me gustó fue la primera metáfora: “Se giró al escuchar el grito y le entró un miedo que le apretujó el corazón como si fuera una bolsa de patatas fritas vacía a la que había que tirar a la basura.” La noto rara y extremadamente forzada. Por lo demás, nada que aportar.

En conclusión, el relato me entretuvo y acabó gustándome.

Un saludo.

María Kersimon

22/01/2017 a las 23:14

Hola, Jean ives Tibauth,
Gracias por tu comentario tan positivo a mi relato. Tu escena en general fluye bien y resulta suficientemente gráfica para que el lector se pueda imaginar los movimientos y las sensaciones de los personajes. Hasta el tercer o cuarto párrafo no dices que en la habitación hay tres personas. Resulta un poco confuso. Luego ya entendemos que se trata de un trío amoroso y todo fluye. El miedo tan intenso que siente el protagonista me hizo esperar un desenlace fuera de lo común, que la pelirroja le estaba amenazando con una navaja… no sé. Al final se entiende que es un miedo visceral a la proximidad emocional y todo queda bien. Quizás el efecto que te cuento sea debido a una descripción demasiado extrema delos síntomas del miedo. Este miedo que describes sería terror, iría acompañado de una huida o de parálisis y muy probablemente impotencia sexual. Como no es el caso, entendemos que se trata de un temor más interno, más sutil y quizás la solución sería modular y matizar la expresión de ese miedo. Más allá de esto, lo demás fluye, está bien contado y de verdad que la historia se lee bien.Tienes imaginación y buena pluma.
Vi que habías hecho incursión en mi blog y que habías dejado unas palabras de aliento. Muchas gracias. Nos leemos.

lectora70

23/01/2017 a las 16:58

Hola Jean Ives Tibauth,

Gracias por pasar por mi relato y comentarlo!

El tuyo me ha gustado mucho. Muestras muy bien los personajes y sus sentimientos y eso hace que se perciba toda la fuerza de la historia, que a mi modo de ver, es muy potente.

Te felicito! Te seguiré leyendo.

Saludos!

Verso suelto

23/01/2017 a las 18:21

Hola Jean Ives,

Yo soy incapaz de describir este tipo de situaciones así que desde ya me rindo a tu capacidad para expresar estos sentimientos.
Tu relato tiene muy buenos apuntes que, sin duda, en una versión mas depurada lo terminarán de redondear.

Buen trabajo.

Gracias por haberte pasado por el mio.

Paola

23/01/2017 a las 20:48

Hola Jean

El caso, amigo mío, es que mi senda es la del humor y ahí donde no pueda haberlo,sigo un camino apto para todos los públicos por lo cual no puedo opinar con la objetividad necesaria sobre tu relato.

Además reconozco que soy un poco chapada a la antigua y ciertos temas me gusta ver que se tratan con tiento. Pero no quisiera que me malinterpretaras ¡qué yo también soy de carne y hueso como tú y no pertenezco a la orden de las Clarisas!

El asunto es que se me arrugan las orejas cuando se trata a la mujer como si fuera un objeto que elegir, coger (en el sentido español de la palabra) apretar y aparcar.

¡Sé que en esta vida del Señor hay de todo, querido Jean, pero no te dejes llevar por la tentación y repasa los relatos antes de publicarlos!

Amen

Paola

23/01/2017 a las 21:25

Jean

Todo lo anterior está dicho con humor.
No sigo la senda de nadie y no me ofendo por nada!! Lo de que repases el relato antes de publicarlo lo digo por esa premura que tuviste en enviarlo.

ciaociao

Laura

23/01/2017 a las 21:42

Hola Jean.
Muchas gracias por tu comentario tan atento sobre mi relato.
Con respecto al tuyo, me enredé un poco al principio hasta que identifiqué tres personas.
Bastante has criticado tu propia obra, y otro poco han agregado quienes me anteceden. Lo único que incorporo es que me pareció un poco forzado el ingreso del nombre del personaje masculino, Mario, en el principio. Tal vez con algo más de tiempo lo hubieses podido incorporar de una manera más fluida. ( es mi única opinión al respecto. Me pareció muy acertado el nombre de Candela. Pura llama!!!Nada de timidez.
Me encantó el final, por no decir la hermosa relación entre Candela Y Mario. Sigue escribiendo.

beba

24/01/2017 a las 01:28

Hola,Jean:
Un cuento bien logrado y muy vívido. Para nada, el relato sencillo que dices “es lo tuyo”; tiene sus vericuetos sorprendentes que ha costado desenredar.
Me invitaste a despellejar tu cuento; no da para hacerlo; es un texto muy bien logrado.
Gracias por la visita y comentarios.

K. Marce

24/01/2017 a las 05:04

Saludos Jean Ives:

Muchas gracias por leer y comentar mi relato, muy agradecida.

Al igual que Beba, no me he atrevido a despellejar tu relato, y ya lo objetable te lo han hecho ver los demás compañeros, así que no tengo nada que agregar. Pese a que a temática no es para nada de mi agrado (sí, puedes llamarme mojigata si te place), me costó comprender que era un trío, sino avanzado el relato. En fín que la lectura la complete por el respeto que merece tu texto. Aunque confieso que no soy para nada de nada, de lecturas eróticas, y creo que el tuyo caería sin dudas en esa clasificación. Pero si valoro que pese a lo gráfico no ha sido soez, ni nada para sacarse los ojos para mojigatas como yo. (Sorprendete, pero tampoco me gustan los textos de romance… soy rara).
Si bien no encaja entre mis generos favoritos, que quedo con lo “literario”, por ello no descarto la destreza que usaste para bien en tu relato, y aunque sí percibí lo mismo acerca de las “famosa bolsa de papas fritas”, lo atribuiré a que seguro tenías deseos de un snack. 😛
¡Nos leemos!

Manuel Pla Martí

24/01/2017 a las 16:43

Hola, Jean Ives Thibaut:
Acabo de leer tu relato y te puedo asegurar que he quedado un poco pasmado. No por el contenido, pues en literatura cualquier tema tiene derecho a ser narrado. Grandes maestros han abordado el tema de la narración erótica o porno. La literatura es buena o mala, independientemente del tema tratado.
Dicho esto veamos la forma:
He leído doce «había» y creo que es excesivo.
Faltan varias tildes
«Pero si eso era verdad por qué sentía tanto miedo»
Debería ser:
«Pero si eso era verdad, ¿por qué sentía tanto miedo?»
«Y ahora allí estaban los dos»
Los dos no, estaban los tres
«A un lado la pelirroja, al otro Candela, y en medio sólo él».
Es evidente que no hay nadie más.
«…horcajadas sobre su pubis erecto.»
Me imagino que debe ser sobre su pene erecto.
Desde un principio se sabe que Mario tiene miedo, pero no se sabe de qué. Al final de la narración se hace de nuevo referencia a ese miedo y se puede deducir, aunque de una forma no muy clara, que es miedo a enamorarse de la joya de Candela. Aunque para joyas, los dos, o los tres, de acuerdo con las descripciones.
En la habitación de los cortinones se sabe que está la pelirroja, pero Candela aparece sin saber cómo. El narrador recurre a los recuerdos de Mario para presentarnos a Candela, una Candela experta en artes amatorias que por estar enamorada de Mario actúa como su protectora y alcahueta, sin embargo la pelirroja, motivo por el que se encuentran en esa habitación desaparece por completo. Candela la eclipsa. A esa fuerza de la naturaleza es a lo que debe tener miedo Mario, a eso y a su libertad, a la de Candela me refiero..
Una narración que tiene su punto álgido en el momento del orgasmo pero con un entramado un poco confuso.
Las descripciones, por separado, están muy bien; se te nota garra literaria, pero creo que debes de poner un poco de orden a ese desbordamiento de ideas; ordenar el relato y darle lógica. Tampoco es conveniente poner a adivinar tanto a los lectores, que por cierto es una cuestión que se repite mucho en ese taller, parece que cuanto más confusa sea la narración y más enredado sea para el lector entenderla más calidad ha de alcanzar, y no así.
Puedo resumir mi comentario diciendo que las partes me han gustado, pero el conjunto ha salido regular.
Felicidades. Saludos y nos seguimos leyendo.

maria jesus hernando navas

24/01/2017 a las 18:26

Hola Jean Ives, me ha costado entender si Candela estaba fisicamente o no porque en un primer momento creí que era “un recuerdo” que le empujaba. Tu relato me parece muy potente, pero como te dicen algunos comentarios a mi tampoco me gusta lo de la bolsa de patatas fritas. Hasta el proximo relato!

Romina Eleonora Mc Cormack

24/01/2017 a las 22:50

Vengo a despellejar el texto. En realidad, poco queda por agregar. Es un relato muy interesante, con tintes eróticos pero también cierta ternura.
Y, en cuanto a lo técnico, considero que está bien narrado y los detalles ortógraficos no son errores sino distracciones.
Felicitaciones por tu cuento y continuaré leyéndote!
Saludos.

marazul

25/01/2017 a las 15:44

Hola Jean Ives: Había leído tu relato de los primeros pero lo he dejado madurar. Ahora lo vuelvo a leer y la sensación que me deja es diferente -creo que ahora mucho más acertada. Me explico: en una primera lectura me quedé solo con lo erótico, pero leyendo mejor tu relato encuentro que tiene un fondo muy interesante: la incapacidad que algunas personas tienen para amar. En el final esta idea está muy bien resumida cuando Candela le susurra “yo también te quiero”.
Que no todo el mundo quiere de la misma manera, es verdad. Que no podemos exigir recibir lo que deseamos…también.
Candela y Mario son tal para cual. Escribes una historia con muchos matices sicológicos bastante real.
Cambiando de tema, acabo de leer la sorpresa que Literautas nos ha preparado para el 2017.
¡Qué nervios!
Un saludito

Baltasar

26/01/2017 a las 12:33

Hola, Jean Ives:
Gracias por haberte acercado a mi microrrelato. Nudo, desenlace y giro final. Sí, es la norma. ¿Pero crees que de verdad muchos de los grandes relatos cumplen con la ortodoxia…? Ahí lo dejo.
Bien, bien, bien. Muy bien construido tu relato erótico-tremendo. De principio a fin. Te felicito. En un taller al que asistí, ante la lectura de un relato de aproximadas características, le preguntó al autor una compañera: ¡habrás disfrutado escribiéndolo!
Con el tuyo me asalta una duda. ¿En cinco segundos puede hacerse todo eso?
Y ahora, después de repetirte otra vez: ¡cómo me ha gustado!, permíteme un par de observaciones:
─«Allí encontrarás lo que buscas ─le había dicho.
Bueno, el inciso, si en él termina la frase no lleva cierre. Pero a lo que iba, esa frase, puesto que luego están allí los tres, no hubiera sido más correcta, «allí encontraremos lo que buscas». O buscamos.
Un par de cosillas más y termino: *sólo, desde la Ortografía de la lengua española de 2010, sabes que no se acentúa, pero fue tan larga la costumbre, ¿verdad? Y que delante de la adversativa pero siempre va coma. «hombre pero – escribes».
que eso
Pero si eso

Que escribes renglón sobre renglón y que son esas cosas que decíamos hace poco que por más que las repases, se te cuelan…

Mi más cordial saludo

Isan

28/01/2017 a las 16:22

Hola:

Vaya Jean Ives, nos has regalado un relato magnífico. Me ha gustado un montón esa manera de describir algo más que un polvo. Y las dos frases finales son estupendas. Cierran muy bien el relato.

Hay dos frases que quiero destacar sobre el resto: “…en los tiempos en los que solos se preocupaban de sacar un cinco pelado…” y “…pegados a los restos de ginebra que dejaba cada beso,…” Muy buenas.

En cuanto al reto no sé si está cumplido. Hay gente rapidilla, pero Mario se lleva la palma. Jajaja. No lo tendré en cuenta.

Al principio del relato me preguntaba por qué diablos no se iba con Candela, y eso que me extraño eso de “la mujer que tenía a su izquierda” ¿por qué a la izquierda y no debajo o encima? Pensé que podía haber otra, pero no Candela.

Hay alguna cosilla y que he anotado y que tu corrección no ha detectado:

“–Allí encontrarás lo que buscas -le había dicho.” El guión que precede a LE debe ser como el que precede a Allí.
“…pero que eso no la hacia mas suya.” Hacía y más les falta la tilde.
“Pero si eso era verdad por qué sentía tanto miedo.” Yo en esta frase habría puesto una coma después de pero y de verdad y lo siguiente lo habría puesto entre interrogantes.

“El mundo se difumino a su alrededor.” Acentuar difuminó.

“…la magia hubo desaparecido de los ojos de candela.” Candela con mayúscula.

Después de estar un buen rato corrigiendo, leo tu disculpa y otros comentarios. No todos porque son muchos y ando justo de tiempo, así que seguro que tú habrías corregido lo que te apunto. También repito lo que otros ya te han comentado. Como no quiero quitar mi trabajo, lo dejo.

Ha sido un placer. Hasta el próximo.

Ismael Tomas Perez

28/01/2017 a las 16:41

Hola Jean Ives
Gracias por pasarte por mi relato. Tengo que decirte que es una historia que viví muy de cerca y me dejó muy impresionado. Siempre es de agradecer todos los comentarios porque nos ayudan a aprender. Respecto al tuyo me ha gustado mucho, aunque a veces lo veo confuso ¿Habia un trío o eran solo Candela y Mario?. Tampoco entiendo la frase “y le había aliviado los momentos de soledad” , creo que sería “habían”, pues habla de las chicas plasta plural). Tampoco veo el reto opcional no ser que fuera un “máquina” para hacerlo en cinco segundos. No obstante, te felicito, has hecho como siempre un buen trabajo.

Ismael Tomas Perez

28/01/2017 a las 16:46

Ah. se me ha olvidado, a mi personalmente no me gusta contestar a los comentario, ya que seguramente no vuelva a entrar en tu relato por lo que si me dices algo no lo voy a ver. Un saludo

RayMonday Carr

28/01/2017 a las 19:46

Hola Jean.

Veo que insistes en el sexo. Es una opción como otra cualquiera. Ahora bien, un relato no contiene más erotismo por que la peripecia del protagonista sea más original o descabellada. El sexo no tiene que ser siempre un número de circo, más difícil todavía. Todo esto es muy subjetivo y podíamos estar dándole vueltas mucho tiempo.

Desde otro punto de vista más formal, estoy convencido de que la frase/párrafo

Nunca antes un orgasmo había sido tan especial

sobra. Viene detrás de un párrafo en el que se había logrado un tono convincente y tú mismo dices que fue algo “especial”, un adjetivo muy adecuado tal vez para definir una cena o un regalo, pero no una experiencia trascendente como tú planteas.

Hasta pronto Jean.

Cryssta

30/01/2017 a las 13:51

Hola Jean Ives, a estas alturas del mes ya no corrijo relatos, solo me paso por el placer de la lectura.

Tu relato me ha gustado y me alegro de que lo hayas escrito pues agradezco encontrar literatura erótica por aquí. Ahora solo te queda pulirlo, te quedará bien, estoy segura.

Un beso.

Menta

30/01/2017 a las 20:33

Buenas noches Jean Ives Thibaut: Me ha gustado mucho tu relato. A veces me he perdido como ya te han comentado algunos de nuestros compañeros, pero en general lo he seguido bien.

He visto aflorar en los personajes muchas características humanas que lo hacen muy profundo.

Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros. Un saludo. Menta

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