<< Volver a la lista de textos
En la hora de la siesta - por Guiomar de ZaharaR.
Se giró al escuchar el grito. Yo estaba en mi terraza, al abrigo de la sombra, tranquilamente leyendo. Acababa de levantar la vista del libro y vi a la mujer que llevaba un carrito de la compra, atravesando un paso de peatones en rojo y al hombre que estaba a unos pasos por delante de ella, cuando ocurrió.
Era la hora de la siesta de una tarde de agosto. Las calles estaban solitarias y no había apenas tráfico en una ciudad tan calurosa, como cualquier otra de Castilla.
Oí el terrible alarido de la mujer y vi al hombre volver la cabeza y quedarse quieto –como una estatua de piedra– al ver aquello.
La pobre mujer se cayó al suelo y su cabeza al chocar contra el pavimento sonó a hueco: un sonido seco, sin eco, sin llanto.
Con mi móvil y sin quitar la mirada de lo que acababa de suceder, llamé a la policía:
– Por favor acudan enseguida con los bomberos a la Gran Vía, esquina con la calle Cervantes ¡¡¡Hay un cocodrilo!!! Ha levantado la tapa de una de las alcantarillas y ha salido a la carretera ¡¡¡Les juro que es verdad!!!
Comentarios (13):
Bea
18/01/2017 a las 15:21
Hola Guiomar:
Tu relato aunque corto me ha gustado mucho. Mantiene la incertidumbre de lo que pasa hasta el último momento y el grito de integra perfectamente, en ese sentido objetivo cumplido.
El final me ha gustado especialmente. Lo del cocodrilo me ha parecido una idea muy imaginativa y divertido.
Si te apetece pasarte soy tu vecina de arriba.
¡Buen trabajo! Nos leemos.
Noemi
18/01/2017 a las 20:01
Hola Guiomar, esta vez te has pasado realmente ¡Un cocodrilo en Castilla! Buenísimo, el tono genial, el ritmo lo mismo, todo muy bien logrado. Un pequeña observación ” hueco: un sonido seco, sin eco, sin llanto” demasiado sonsonete quita algún “-eco”, “– al ver aquello.” está demás y te corta el hilo , si lo quitas refuerzas el impacto.Un relato estupendo que deja huella.Gracia por la visita y nos seguimos leyendo.
Vespasiano
19/01/2017 a las 16:03
Hola Guiomar:
Gracias por pasarte por mi relato y dejar tus palabras de apoyo.
Mi comentario de acuerdo a la extensión de tu relato sería: “Lo bueno y breve dos veces bueno”.
El final es sorprendente y ocurrente.
Felicidades
guiomar de zahara
19/01/2017 a las 17:12
Gracias Bea por tu comentario.
Noemi, tienes razón el lo de tanto eco. No tengo excusa, aunque anduviera escasa de tiempo para poder madurar un poco más el relato.
Vespasiano ¿qué te voy a decir? gracias, gracias y gracias, por hacerme un hueco en tus ocupaciones,
marazul
19/01/2017 a las 18:47
Hola Guiomar por respeto a la señora del carrito que se dió un buen “leñazo” no debería reirme. Lo siento, tu relato me ha hecho gracia y me rio jajajajajaj…… ¡Qué susto!
Comienzas en un ambiente tranquilo: terracita, libro, calor… El lector se puede imaginar un atropello pero la aparición del cocodrilo es realmente sorprendente. La señora más que del golpe tendría que haber muerto de un infarto.
Un relato amable, divertido y con final inesperado.
Un abrazo, Guiomar
guiomar de zahara
19/01/2017 a las 20:02
Marazul
eres un encanto, casi siempre lo que escribo, lo encuentras ameno y divertido ¡Gracias!
Hasta la próxima.
Marián
19/01/2017 a las 21:10
Hola Guiomar. Tu relato me ha parecido simpático y resulta que no lo es. El final, tan sorprendente, lo convierte en muy imaginativo. Me ha gustado. Bravo.
Saludos, (103)
Juana Medina
19/01/2017 a las 21:32
Hola Guimar,
Espléndido relato. Como ya te han dicho, entras despacio en tema, nos tienes leyendo en la terraza a la sombra, supongo que bajo un calor de aquellos y de pronto, zas! un cocodrilo asomando por una alcantarilla. Como para no reír. Es una genialidad y dan ganas de festejarla.
Te felicito,
Un abrazo
Luis Ponce
20/01/2017 a las 16:22
Hola Guiomar:
¿Verdad o imaginación?.
Tu relato desata las dudas: ¿es la imaginación de la lectora afectada por el calor?
Parece que los cocodrilos no salen todos los días.
Te felicito. Me ha gustado mucho por breve y bien escrito.
Nos leemos.
Nora C.P.
21/01/2017 a las 11:15
Hola, buenos días!
Un relato muy divertido a la vez que ocurre una desgracia.
El final fascinante. No llego a saber si la aparición del cocodrilo es cierta o el señor de la terraza ha dado ese aviso para que vengan a ayudar a la mujer con mas rapidez.
Es genial.
Saludos
guiomar de zahara
21/01/2017 a las 12:22
!Gracias! a Marian me paso por el tuyo,
a Juana por tu animado comentario.
a Luis por decirme que seguirá leyéndome.
a Nora por que le ha gustado el final.
a todos, todos los que habéis comentado mi relato, os doy reiteradamente las gracias. Eso me anima a seguir escribiendo.
CARMELILLA
22/01/2017 a las 17:57
Hola Guiomar:
¡Siempre me sorprendes!
Me estabas colocando con tu relato en el momento en el que a la mujer o al hombre, o a los dos, les atropellaba o un coche o un camión…¡ y vas y sacas un cocodrilo (de la chistera no) de la alcantarillaaaa!
¡Qué bueno! me he reído, a veces los “sin sentido, dan sentido a todo.
¡Bien hecho Guiomar!
Saluditos y nos vemos en el próximo taller.
Saluditos.
Anael
08/02/2017 a las 11:41
¡Hola Guiomar!
Resulta que me había leído tu relato y se me había olvidado comentarlo. Y no sé por qué, me parece muy original y fresco. no todos los días se cruza una con un cocodrilo por las calles de Castilla 🙂
A continuación los detalles que me han gustado y alguna sugerencia, que como las lentejas, si las quieres las tomas y si nolas dejas:
1. Me gustan mucho los relatos cortos y tú logras sorprender al lector en 195 palabritas de nada. Enhorabuena.
2. Hay una frase en concreto que me chirría un poco y es esta:
“Acababa de levantar la vista del libro y vi a la mujer que llevaba un carrito de la compra, atravesando un paso de peatones en rojo y al hombre que estaba a unos pasos por delante de ella, cuando ocurrió.”
Me parece que “cuando ocurrió” queda muy lejos del acababa de levantar la vista (que es a lo que creo que querías pegarlo. Yo trataría de reordenar un poco el cuento para que el ritmo de la frase fluya mejor. Así por ejemplo:
Se giró al escuchar el grito. Yo estaba en mi terraza, al abrigo de la sombra, tranquilamente leyendo. Era la hora de la siesta de una tarde de agosto. Las calles estaban solitarias y no había apenas tráfico en una ciudad tan calurosa, como cualquier otra de Castilla.
Acababa de levantar la vista del libro cuando ocurrió. Vi a la mujer que llevaba un carrito de la compra atravesando un paso de peatones en rojo y al hombre que estaba a unos pasos por delante de ella. Oí el terrible alarido de ella y vi al señor volver la cabeza y quedarse quieto –como una estatua de piedra– al ver aquello.
Tal y como te la he reordenado queda toda la descripción en un sitio y toda la acción viene después. Es una opción de reordenar como muchas otras que puedes probar, pero así es cuando ocurrió no queda descolgado 😉 El resto del cuento no lo he tocado porque creo que está estupendo 🙂
3.”un sonido seco, sin eco, sin llanto.” Me ha gustado especialmente esta frase.
4. Tienes un espacio entre la raya de diálogo y el inicio del mismo. Aquí:
“– Por favor acudan enseguida con los bomberos a la Gran Vía”
Tienes que juntar la raya con la frase al ser inicio de diálogo. Seguro que es sólo una erratilla, pero te la marco y así no la tienes que buscar tú 😉
He disfrutado con tu relato, original y divertido. Si te quieres pasar por el mío, también es un micro (131). A estas alturas de la película no espero que comentes (ya estamos todos con la nueva historia) pero no lleva mucho tiempo de leer y sospecho que te va a gustar, aunque sea sólo porque también es cortito 😉
¡Un abrazo!