<< Volver a la lista de textos
El grito - por RayenR.
El grito
Se giró el escuchar el grito — “¡Orada du!” — ¡Alto ahí! Que un hombre bramaba con un arma en sus manos. El yihadista detuvo su carrera y con ella su corazón y el tiempo. Con los brazos en alto lentamente comenzó a darse vuelta hasta quedar frente a frente al policía. Pero su mirada iba más allá, su rostro esbozó una sonrisa de satisfacción, la escena era espantosa, sangre, cuerpos, gritos, carreras.
Minutos antes una multitud celebraba el año nuevo en el prestigioso club La Reina en Estambul, la música, las luces, el baile. Los disfraces y los fuegos artificiales, se apagó. Una sombra diabólica con ametralladora en mano, terminó con los festejos. Ahí estaba frente al caos del que era autor. Su corazón volvió a latir regocijado, lo había logrado.
No podía creer, había atravesado todo el recinto camuflado entre la gente que huía y ahora que ya estaba en el aparcadero, un policía imbécil lo detenía.
Pasó la lengua por sus labios y sintió el dulce sabor de los besos de su amada, quién ya había desaparecido del lugar. Como no recordar sus movimientos sensuales, la suavidad de sus cabellos negros o la dulzura de sus palabras cuando hacían el amor.
Pero nuevamente la misma voz anterior que le grita.
—¡Al suelo, al suelo!
Lo saca bruscamente del espejismo, entonces abrió su abrigo y tirando el cable para activar la bomba gritó.
—¡ Alá es el más grande!
Comentarios (4):
Rayen
18/01/2017 a las 02:12
Hola a todos, tengo una equivocación ” Los disfraces y los fuegos artificiales, se apagó” puse el punto donde no correspondía “los disfraces y los fuegos artificiales.Se apagó”
Beverly Matos
18/01/2017 a las 13:37
Hola Rayen
Tu relato está bien escrito pero creo que deberías explicar un poco más las sensaciones que siente el malo, en el momento en que ve los cadáveres y eso, a mi parecer creo k se queda corto.
Me gusta la parte que pone que detuvo su carrera, el corazón y el tiempo. Eso mola.
Auxi Morata Alegre
19/01/2017 a las 09:42
Hola Rayen!
Me ha gustado la idea y como está escrito pero creo que podrías desarrollarlo más, poner más descripción y meterte dentro de la cabeza del terrorista que al fin y al cabo es el protagonista de esta historia.
Un beso! Nos leemos
Vespasiano
27/01/2017 a las 18:36
Hola Rayen:
Tu historia me ha gustado porque has tratado un tema muy actual y desgraciadamente muy repetido en cualquier parte del planeta.
Ese fanatismo religioso y ese odio a la humanidad es una enfermedad arraigada en los cerebros vacíos y manipulados por líderes sin corazón.
“…la escena era espantosa, sangre, cuerpos, gritos, carreras”. Aquí yo colocaría dos puntos después de espantosa y añadiría, para dar más dramatismo a la escena: “cuerpos mutilados” o “cuerpos acribillados”.
“la escena era espantosa: sangre, “cuerpos acribillados”, gritos, carreras”.
“Minutos antes una multitud celebraba el año nuevo en el prestigioso club La Reina en Estambul, la música, las luces, el baile. Los disfraces y los fuegos artificiales, se apagó.
En esta larga oración me parece que falta algo para redondearla y que quede más explícita. No sé, pero algo así tal vez te parezca oportuno:
“Minutos antes una multitud celebraba el Año Nuevo en el prestigioso club La Reina en Estambul. El esplendor de las luces, la elegancia de los disfraces, la música vibrante y la belleza de los bailes amenizaban una noche espléndida. De repente las luces se apagaron y cesaron los fuegos artificiales”.
Los nombres de las festividades se escriben con mayúscula:
Navidad, Navidades, Nochebuena, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes se escriben con mayúscula inicial, por tratarse de nombres propios de festividades, según indica la Ortografía académica.
“No podía creer”. Pienso que sería más correcto: “No podía creerlo”.
“Como no recordar sus movimientos sensuales, la suavidad de sus cabellos negros o la dulzura de sus palabras cuando hacían el amor”.
Aquí no puedo estar de acuerdo cuando dices: “…cuando hacían el amor”.
Bastaría, tratándose de un terrorista asesino, con decir: “…cuando practicaban el sexo”. Porque no creo que haya un mínimo de amor en el diccionario de una criatura tan sanguinaria como esa.
Felicidades.