Literautas - Tu escuela de escritura

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Después de Navidad - por Lucas

Se giró al escuchar el grito de dolor de su compañero de calvario. Elevó su mirada al cielo para entablar un diálogo con el Padre y a continuación miró con una mirada de amor al buen ladrón, que a su derecha estaba crucificado como Él. Al que acababan de quebrar las piernas. Hace treinta y tres años que nací y entonces me vinieron a adorar unos reyes de oriente y me trajeron regalos y hasta hubo otro rey que intentó matarme siendo un bebe y aquí me ves ahora, pleno. No te preocupes, te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso. Le dijo Jesús.
El dolor es inmenso, le respondió el buen ladrón. Mientras, Jesús observaba como los gritos de dolor de su compañero se iban tornando en una amplía sonrisa de Paz.

Y el buen ladrón comenzó a hablar de sus primeros recuerdos de infancia, de aquellas primaveras infantiles junto a su familia, de su padre, al que al morir le prometió cuidar a su esposa y a su hermana. Promesa que cumplió hasta que un conocido le denunció por robar unos corderos y matar al pastor, hecho del cual era inocente y por el que había sido juzgado y condenado. Y le vino a la memoria la imagen de aquel día en el que, un muchacho se le acercó cuando estaba envuelto en una pelea con varios chicos mayores que él y le salvó de aquella reyerta y le ofreció su amistad, sin conocerlo. Se acordó también de otro joven que le ayudó a excavar aquel pozo que estaba medio seco y del que manó agua abundante, y al que nunca más volvió a ver. También se acordó de aquel hombre que sanó a su tío, que estaba ciego, y al que devolvió la vista. No se porque me acuerdo de esto ahora. En la vida te encuentras con buena gente, concluyó.

No serás tú ese hombre y aquel niño de mi infancia, ¿verdad?. Quizás si seas tú. Tú rostro no me es conocido. Pero tu mirada sí lo es.

Si eres tú, gracias. Hiciste mi camino y el de los míos más fácil en este mundo y nos regalaste momentos de felicidad que siempre quedarán en mi alma. De no ser tú. No importa, siempre queda alguien que de manera mágica se aparece o trae suerte en los momentos menos esperados y más necesitados.

Mientras el otro compañero de cruz, también comenzó a contarle a Jesús sus primeros años de vida, su infancia, y como alguien, había devuelto a la vida a su primo Lázaro y aquel día que acudió a una boda en la que faltaba comida y de pronto todo el mundo tuvo algo que comer y beber. Mientras comenzaba a llover torrencialmente, los tres crucificados comenzaron a sonreír a carcajadas, ante la asombrada mirada de los romanos que los contemplaban. Y así estuvieron riendo y charlando hasta que le clavaron en el costado la lanza a Jesús, minutos después la guasa se tornó en silencio y lágrimas de algún romano, mientras en los rostros de los crucificados se reflejaban bellas sonrisas.

Y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio (Jn. 19, 18).

Comentarios (5):

J. Colmarias

18/01/2017 a las 09:37

Hola Lucas,

Es curioso ver un texto “religioso” en el taller. La historia es entretenida e incluso didáctica. Me has hecho recordar a mis lejanos años de catequesis.

En cuanto a gramática no he apreciado ningún fallo gordo, pero si debes vigilar los signos de puntuación y los diálogos.

Yo te animo a seguir participando en el taller.

Un saludo!

Cynthia

18/01/2017 a las 17:58

Me ha parecido un relato interesante, como ya se dijo antes no es común ver aquí temáticas como esta.
Sin embargo todavía podrías mejorar varias cosas, estre ellas la ortografía y diálogos.
¡Espero que sigas progresando!

J. E. M. Celeste

20/01/2017 a las 09:19

Hola Lucas 🙂

Acabo de leer tu texto y me ha alegrado muchísimo leer un texto tan hermoso y encima religioso. La humanidad ha ido perdiendo muchos valores que en aquella época se respetaban y tenían, este texto es un buen ejemplo de compañerismo, de respeto y de amor. Es precioso a pesar del resultado que todos sabemos cómo acabó, la idea de que los tres falleciesen con una sonrisa en su rostro es un aspecto que esconde mucha información detras y es muy ingenioso. De verdad enhorabuena y por las faltas y puntuación, eso se aprende con la práctica, con los comentarios de tus lectores y sobre todo con la lectura 😉

Sigue así es hermosa tu escritura y llama al recuerdo a las almas perdidas 🙂

¡Mil besos! Espero leerte pronto de nuevo 😉

K. Marce

24/01/2017 a las 00:30

Saludos Lucas:

Muchas gracias por visitar mi texto y tu comentario, el cual aprecio mucho de verdad.
Me ha gustado el contenido de tu relato, lo veo muy atrevido porque has cambiado aún las propias escrituras, dándole humildad a esos dos ladrones, aún cuando sabemos que uno sí vio a Jesús como el redentor y el otro le rechazó. Pero, la idea me encanta, que cuando estamos con Dios, pese a todo tenemos paz.

Te han mencionado algunos puntos de mejora, y deseo comentarte sobre los diálogos. Aunque se comprenden mucho a la lectura, hay algunas reglas que el idioma nos pide y es marcarlos. Es muy usual, en la lengua inglesa, hacer uso de las comas para marcar diálogos en cuadros narrativos. En el español, es preferible marcarlos de las formas usuales.
Si está dentro de la narrativa, es a través de las flechas «» o comillas “”. O separandolos del texto y dándoles su espacio con rayas.
Te marco: Al que acababan de quebrar las piernas. «Hace treinta y tres años que nací y entonces me vinieron a adorar unos reyes de oriente y me trajeron regalos y hasta hubo otro rey que intentó matarme siendo un bebe y aquí me ves ahora, pleno. No te preocupes, te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.» Le dijo Jesús.
O,
Al que acababan de quebrar las piernas.
—Hace treinta y tres años que nací —le dijo Jesús— y entonces me vinieron a adorar unos reyes de oriente y me trajeron regalos y hasta hubo otro rey que intentó matarme siendo un bebe y aquí me ves ahora, pleno. No te preocupes, te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso.

Es elección del autor, la forma en como prefiere hacer uso de ambas reglas. Te recomiendo que revises lo que es narrativa y lo que es diálogo, a manera experimental usar las dos formas y determinar cuál de las dos le funciona mejor al texto.
En cuanto a la puntuación, te recomiendo la lectura en voz alta. Si puedes, usa a otra persona que lo lea por tí; aunque yo prefiero un lector electrónico porque esos no te hacen trampa y leen tal cual está puntuado. Algo que el lector modifica mentalmente o adrede para comprender mejor. Yo uso uno llamado Balabolka.

He disfrutado la lectura, y es esperanzador aunque el inicio no lo pareciera tanto. ¡Nos leemos!

Laura

31/01/2017 a las 21:01

Hola Lucas.
Hermoso relato en su contenido, con varios fallos en cuanto a su forma ya que varias veces me perdí con respecto al narrador ( O tal vez es un problema mío). Con esas mejoras, es imperdible.
No me gustó, y es mi personalísima opinión, que los tres pudieran “sonreir a carcajadas”. Una, creo que no se puede “sonreir a carcajadas”. Otra, no me parece un momento adecuado para las carcajadas. Pero atención, es mi muy personal opinión. Me chocó un poco, bastante por el momento.
No te pierdas las acotaciones de K. Marce.
Felicitaciones.
Sigue escibiendo. Buen 2017

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