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Gastados por los besos - por Jean Ives ThibautR.
Paquita, como me obliga a llamarla desde hace unos meses, se retocó coqueta el moño. Sus manos imprecisas recogieron un mechón de pelo y lo devolvieron a su sitio con la ayuda de una horquilla.
–«Y al fin, en un océano de irremediables huesos –recitaba con aire soñador–, tu corazón y el mío naufragarán, quedando una mujer y un hombre gastados por los besos».
–¡Tienes todo un poeta por novio! –exclamé con admiración.
Paquita asintió sin decir nada. Sus ojos claros irradiaban la inocencia del primer amor.
–En realidad creo que lo escribió Miguel Hernández –aclaró en tono confidente con el dedo índice sobre sus labios pidiendo complicidad.
Con unos delicados pasos de ballet se acercó a su cama. La vieja maleta aún estaba abierta. Metió su cajita azul para los dientes y la cerró.
–¿Guardaste el sobre con el dinero? –le pregunté.
Paquita se acercó con aire misterioso, a punto de echarse a reír.
–Lo he escondido aquí. –Y metió la mano en su generoso escote para enseñarme la esquina de un billete de cincuenta–. No creo que la bruja de Mercedes se atreva a registrarme por esta zona.
–¡Oh, vamos, sólo se preocupa por tí!
–¿Que se preocupa por mi? –Paquita de repente se enfadó conmigo–. ¿Sabes que le ha dicho al Doctor que estoy loca? Me persigue a todas partes con su bote de pastillas hasta que me las hace tragar. ¡Me manda a la cama a las nueve en punto!. Y si se entera de mi amor con Pedro seguro que me prohíbe también ir al colegio. Si ella supiera lo que ocurre nada más montar en el autocar…– Una sonrisa picarona se deslizó por la comisura de sus labios.
–¿Y qué vais a hacer cuando os escapéis del campamento?
–Escribirle una carta a Mercedes enviándole recuerdos –contestó desabrida.
De repente alguien picó con los nudillos a la puerta y antes de que pudiéramos preguntar, Mercedes irrumpió en el cuarto con la nariz erguida de quien busca el aroma de un vicio clandestino. Se quedó unos instantes en silencio, con el ceño fruncido, manteniendo tensa una goma imaginaria antes de decidirse a aflojarla o a lanzarla contra nosotras. Paseó inquisidora su mirada por la habitación hasta que reparó en la maleta. La sangre empezó a latir fuerte en mis sienes y tragué saliva. Paquita, por el contrario, sostenía su mirada con aplomo, desafiándola hasta con cada pestañeo.
–¿Ya has terminado?
–¡Por supuesto que sí! –contestó Paquita, esbozando una sonrisa que no pudo evitar.
–No pensé que fueras a estar tan contenta –dijo entonces Mercedes más como reflexión hecha hacia sí misma que como una incitación a la discusión. Por un momento sus ojos parecieron empañarse con una tristeza indescriptible–. La cena está lista –anunció por fin y cerró la puerta. A medida que sus pasos se alejaban también lo hacía la tensión.
–Si se cree que me voy a comer su brócoli va lista –susurró entonces Paquita y las dos estallamos en una amortiguada carcajada. Me levanté de mi asiento y me alisé el vestido con las manos.
–Habrá que bajar ya –concluí, y abrí la puerta.
–Voy enseguida –me indicó Paquita y vi que aplicaba un poco de colorete en una brocha.
«¡Qué mujer!», pensé para mis adentros al tiempo que sentí a Mercedes galopar por la casa mientras gritaba:
–¿¡Papa!? ¿¡Papá!? ¡Demonios de hombre! ¿Dónde se habrá metido ahora? En esta casa estáis todos decididos a ingresarme en un manicomio.
En ese momento, unos pequeños golpeteos contra los cristales hicieron que Paquita dejara caer la brocha y se abalanzara contra la ventana. La abrió con avidez y se asomó. Al cabo de unos instantes se giró extrañada hacia mí. Sus ojos, ahora sin brillo, volvían a estar grises y cansados.
–Paula, cariño, creo que tu abuelo ha perdido la cabeza. ¿No me está diciendo que nos fuguemos como cuando éramos jóvenes?.
Comentarios (37):
Romina Eleonora Mc Cormack
16/12/2016 a las 23:20
Me gustó. Es tierno. Por momentos, uno no sabe bien las edades, los planes y todo se resignifica al final.
SBMontero
17/12/2016 a las 20:08
Me ha encantado. Entiendo perfectamente lo que has querido hacer, pero aunque la historia y la arquitectura narrativa es muy buena coincido con Romina en que las edades por momentos crean confusión, incluso hay un momento, cuando Paquita habla del colegio, que llega a ser complicado de entender sino se tiene en cuenta el total del contexto de la línea argumental.
Repito, me ha gustado mucho, eh.
Sigue escribiendo.
Un saludo.
Jean Ives Tibauth
17/12/2016 a las 20:27
Muchas gracias a los dos por pasaros por mi relato.
En realidad he jugado a propósito con la confusión en la edad de Paquita porque quería que fuera una sorpresa final, la pieza que hace encajar todo el engranaje de la historia.
Y mientras se entienda doy por resarcido el relato del mes pasado, jejeje.
M.L.Plaza
17/12/2016 a las 21:36
Muchas gracias por tus interesantes comentarios a mi relato.
Del tuyo, solo puedo decir que me ha parecido excelente:la historia es interesante y está muy bien escrito.
Espero que sigas escribiendo.
Saludos.
Campanilla86
17/12/2016 a las 23:04
Hola !
Todo perfecto , no puedo desmontar nada excepto por los <> que no se si yo me equivocaré o no pero se utilizan para expresar pensamiento, No se , a lo mejor me equivoco. ( eso fue lo que leí en las reglas ) ¿ Me estoy confundiendo ?
Wyrell
18/12/2016 a las 01:03
Hola Jean, ¿qué tal?
Antes de comenzar te agradezco por pasarte por mi historia, devuelvo la lectura.
Tenemos gustos diferentes con lo relacionado a la literatura, por lo general disfruto de las historias que te dejan pensando y que dan pie a la imaginación (no quiere decir que sea el únic tipo de historias que disfruto, me encanta Terry Pratchett y Isaac Asimov por ejemplo).
Ahora sí, con tu permiso desmembraré tu relato.
Tanto la cadencia del texto como la historia me gustaron, no tuve problema alguno y me enganchó fácilmente. Aunque debo decir que estoy algo desilusionado. No por la historia, me gustó mucho, sino por un punto en concreto:
¡Paquita no es lo que aparentaba!
Desde el principio me la imaginé como una hermosa, joven y alegre muchacha que estaba pasando por la adolescencia, de allí su actitud rebelde y su amor pasajero. El final fue un golpe bajo… por lo que comentas fue algo hecho a propósito, te felicito pues lograste engañarme. Al final acabé riéndome por la situación.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Paola
18/12/2016 a las 13:36
Hola, Jean
Un relato interesante.
Cuando empecé a leerlo había apuntado comentarte que me chirriaba la palabra “imprecisas” en “Sus manos imprecisas recogieron un mechón de pelo y lo devolvieron a su sitio con la ayuda de una horquilla.” pero luego me dí cuenta de que lo habías hecho a posta.
Estos relatos son muy interesantes para entender cuanto el lector es capaz de imaginarse cosas que no están escritas… me ha encantado. Enhorabuena
ciaociao Paola
Jean Ives Tibauth
18/12/2016 a las 14:01
M.L.Plaza: Muchas gracias por pasarte por mi relato. Me alegro de que te haya gustado.
Campanilla86: Muchas gracias por pasar y comentar. En realidad puse las comillas a propósito porque pensé que era lo correcto al ser un verso “robado”. Pero tienes razon con tu argumento. Ahora yo también estoy en duda de si sólo se deben poner para indicar que el personaje esta pensando.
Si alguno de los compañeros pudiera aclarar este punto esta chica y yo se lo agradeceríamos.
Wyrell: A mi también me gusta que los relatos den qué pensar y que hagan trabajar la imaginación, sobre todo cuando se termina de leer y lo continuamos en la cabeza. Eso me parece todo un arte al que todos debemos aspirar.
Me ha causado una gran carcajada tu desilusión porque tu también has conseguido engañarme. Pensaba que era algo malo que tendría que corregir y resultó ser que la chica despampanante de tu mente se transformo de golpe en lo que realmente era.
Lo curioso de todo es que cada palabra y cada giro están puestos de manera deliberada precisamente para eso, para separar esos dos momentos en la mente de Paquita,a pesar de que su físico y su edad son los que son.
Paola: Me encanta comprobar que has notado que la palabra “imprecisas” está puesta ahí por alguna razón. En realidad es la que mejor describía lo que quería contar.
También me llena de regocijo que digas que el lector es capaz de imaginarse cosas que no están escritas. Mi primer lector, el de mi casa, fue lo primero que me dijo, que se imaginaba la escena con total claridad, he incluso me hablaba de detalles que yo no había puesto.
Muchas gracias por leer y comentar.
Marazul
18/12/2016 a las 17:23
Hola Jean Ives, paso a “despellejar” tu relato jajajaja…..
La verdad es que es una historia encantadora y muy bien escrita. Presentas muy bien a cada personaje y nos vas dando pistas, dosificándolas: la palabra “imprecisas”, refiriéndose a las manos, la cajita azul para los dientes que muy bien se podría confundir con la cajita del aparato que llevan las adolescentes, el bote de pastillas…Me gusta que lo pongas en boca de Paula, la nieta, y que la pobre Mercedes tenga que hacer de mala, aunque seguramente resulte ser víctima de la situación. Un relato real y trágico, escrito con mucha ternura y con un ligero humor que suaviza la situación.
Son historias en donde el lector puede imaginar diferentes situaciones. Yo me imagino que el viaje de Paquita y Pedro será a la Residencia de Mayores. No sé si esa fue tu intención.
Ya ves, Jean Ives, imposible hacer una mala crítica a tu relato.
¡Que pases unas felices fiestas!
el chaval
18/12/2016 a las 18:03
Hola jean ives thibaut, de ninguna manera me “despellejas” como dices, pero me gusta que me leas y des tu opinión tan necesaria y profesional. Estoy de acuerdo con Marazul, así me lo imagino yo después de leerlo párrafo a párrafo y volver a leer. Es dificil dar una opinión cuando el texto se merece buscar realmente que se quiere expresar. Me ha gustado y espero volver a leerte.
Baltasar
18/12/2016 a las 19:42
Hola, Jean Ives Tibauth:
Gracias por tu lectura y comentarios. Prometo hacer el tuyo, pero me dejarás unos días, hasta que me desembarace un poco de un sinfín de cosas.
Si ahora lo hago es para satisfacer tu petición sobre el uso de las comillas. Busca en el DPD la palabra «comillas» y verás qué bien te explica todo.
¡Ay! mis erres de Londres, y mi «x» de escaso, si es que no hay más…
Y tu «he incluso» en tu contestación a tus lectores. Conste que no es revancha. Es que mira que es fácil ver las de los demás y las nuestras ─yo soy de los que releen─, lo que cuesta verlas.
Hasta pronto. Un cordial saludo.
Jean Ives Tibauth
18/12/2016 a las 23:33
MARAZUL: Muchas gracias por pasarte a leer y dejar tu comentario.
Me hace gracia que te guste la frase con la que termino mis comentarios a los compañeros porque había decidido dejarla como marca personal. Así que reafirmado, ¡me la quedo! jejeje.
No sabes como me alegra que te haya gustado tanto la historia, que pienses que es un relato tierno. Mi anterior historia me había dejado un sabor agridulce porque no llegue a hacerlo entender, y además la antagonista se veía un poco hombruna. Cambiar de registro y que fuera algo tierno fue lo que buscaba.
Además, tienes razón en pensar que se iban a la residencia.
Siento como un exito haber conseguido un texto menos confuso que, al parecer se entiende muy bien.
CHAVAL: Muchas gracias por pasarte y comentar. ¿Opinión profesional? Por Dios me has subido los colores. Nada mas lejos de la realidad. Pero gracias de todas formas.
BALTASAR: Muchas gracias por pasarte y ayudarnos con la duda de las comillas. Lo estudiaré con detenimiento.
Qué gracia…tienes razón en que se me ha colado esa h atrevida. En mi defensa diré que con el móvil y el autocorrector hay que tener una lucha constante, aunque el darle al intro sin revisar no tiene perdón…
Esperaré impaciente tus aportaciones.
Manuel Pla Martí
19/12/2016 a las 11:48
Hola, Ives Tibauth:
Al fin llego a tu relato y he de decir que me ha impresionado gratamente. Has sabido crear un aire de intriga doméstica y deseos en el lector de saber qué está pasando. Vas dando datos pero no se alcanza a vislumbrar el final, tienes que ir leyendo, y se hace con interés, para descubrir poco a poco hacia dónde diriges la historia. Se supone que hay una ligazón familiar entre los personajes, aunque no lo menciones. Paquita y Paula, ¿son hermanas?, ¿son hijas de Mercedes? Con Paula está claro porque su abuelo es el padre de Mercedes. Paquita, sometida al control y vigilancia de Mercedes, se adivina que también, pero claro, la forma como se refiere a ella despista y te deja en la duda. Y al final la sorpresa contundente. El abuelo, que anda por ahí perdido, apareciendo en escena con sus amagos, o no, de demencia. Con una hija como Mercedes me imagino que hasta el abuelo querrá largarse. Muy buena la historia, deja volar la imaginación y bien podría haberse titulado: De tal palo tal astilla. La forma la veo muy correcta y el contenido tragicómico.
Felicidades por tu texto y deseos de felicidad en esas fechas que se aproximan. Saludos.
Manuel Pla Martí
19/12/2016 a las 12:02
No acostumbro a leer los comentarios de los participantes en el taller hasta después de enviar el mío, lo hago para no dejarme influenciar con las distintas opiniones. En este caso creo que no he entendido la historia. Si de veras el final consistía en mandarlos a la residencia no he entendido nada. Aunque claro, ahora veo mejor ese desafecto de Paquita para con Mercedes.
Más saludos.
J. Colmarias
19/12/2016 a las 13:33
Hola compañero, te agradezco la visita y las palabras en mi relato y con gusto te devuelvo la visita.
Respecto a tu relato, me ha gustado mucho. Aquello de las manos imprecisas me dibujo a una anciana y sabía que ese era el camino del texto. Al final descubrí que efectivamente intuí bien. Te felicito porque entretiene y se deja leer con facilidad. No es fácil ir dejando pistas camufladas en el texto y que el engaño siga en pie, por eso este es el tipo de relatos que me gusta leer y escribir. Un saludo!
Ismael Tomas Perez
19/12/2016 a las 17:31
Hola Jean
Muchas gracias por pasarte por mi relato, es muy de agradecer siempre los comentarios de los compañeros.
Respecto a tu relato coincido con varios de los compañeros. Por dar alguna opinión te diré que se te coló un gazapo referente al reto opcional “no pensé que fueras a estar contenta(pretérito imperfecto del verbo ser). La historia es muy bonita, aunque yo personalmente al principio andé un poco despistado. No se si os puedo ayudar a ti y a Campanilla86 respecto a la duda de las comillas. En el blog de Literautas hay una entrada titulada “Como señalar cuando piensa un personaje”
https://www.literautas.com/es/blog/post-11231/como-senalar-cuando-piensa-un-personaje/
Os deseo Muy Felices Fiestas y nos seguimos leyendo
beba
19/12/2016 a las 20:10
Hola, Jean:
Felicitaciones por el excelente manejo de la intriga y el súper desenlace.
Me encantaron tanto el argumento como tu trabajo de construcción en todos los planos.
Hermoso.
Amilcar Barça
20/12/2016 a las 00:13
Bueno, esperaba despellejarte pero siento que he llegado tarde. Interesante lectura. Como diría yo, sé tu mismo y sé feliz. salu2
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/12/2016 a las 06:41
Hola Jean, Al igual que Amicar, llego ante un trabajo despellejado. Veamos que se puede hacer.
Considero un buen escritor a aquel, que puede mantener un engaño hasta el desenlace a pesar de los muchos indicadores que están plasmados en pequeñas dosis a través de la historia.
los “Pointers” que le dan vida al engaño: que la llamara Paquita, manos imprecisas, la vieja maleta y la cajita de los dientes y el amplio escondrijo del dinero.
Las señales que mantenían viva la equivocación: me manda a la cama a las nueve en punto, me hace tragar las pastillas a fuerza, si se entera me va a prohibir ir a la escuela y el uso del colorete para verse como una niña de mas años.
Que cuadro tan parejo para mantenerme inocente hasta el desenlace. Excelente. Te felicito y sigue permitiendo futuros despellejes. No dejes de participar.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/12/2016 a las 06:48
Jean, en el comentario donde digo “le dan vida al engaño:” quise dar a entender “tratan de desenmascarar el engaño:”Aprovecho esta vuelta para agradecer tu visita a mi texto y para desearte una Feliz navidad en compañía de los tuyos.
lectora70
20/12/2016 a las 09:05
Hola Jean Ives! Muchas gracias por comentar mi texto.
El tuyo me ha encantado! Ese toque de humor y esa ternura me han gustado mucho. Has jugado muy bien con las edades de la protagonista. Felicidades!
Nos seguimos leyendo! Felices fiestas!
Javier López
20/12/2016 a las 12:17
Hola Jean Ives, tengo que decir que me ha gustado esa incertidumbre que inunda el relato. Una historia dulce de amor en el invierno de la vida, al final, es una recompensa para el lector, que se queda con buen sabor de boca.
En cuanto a la técnica poco que decir, salvo algo que a mi también me pasa. Una costumbre de escritor novel, que ya me han remarcado algunas veces en el taller, y son los verbos “dicendi”. Creo que en todo el texto solo hay un “dijo”, y parece ser que eso desvirtúa un poco el esfuerzo creativo. Aunque sin duda, somos capaces de perdonarlo, no somos tan puristas, ni escribimos best-sellers.
En fin, seguiré leyendote.
Un saludo.
Anael
21/12/2016 a las 00:22
¡Hola Jean Ives!
Muchas gracias por pasarte por mi texto y por tu acertado comentario. Aquí venía yo, dispuesta a despellejar el tuyo, cuando, ¡oh, agradable sorpresa! Veo que en realidad no hay nada que despellejar. Cuidas mucho el lenguaje y la puntuación, tu texto se lee de forma fluida, tiene buen ritmo y tú sabes engañar al lector hasta el final. Consigues un relato tierno y haces que el lector tenga ganas de releer y pueda disfrutar de una rica segunda lectura, todo un logro. Mi enhorabuena.
En cuanto a la duda de las comillas voy a tratar de resolverla. Las comillas latinas no sólo se usan para pensamiento, se usan también para citas. Como tú estás citando un poema, creo que sus uso es adecuado, pero no del todo tal y como tú lo has puesto. La cita sólo es el poema, no cómo lo recita Paquita, por lo que hay que cerrar las comillas antes de la intervención del narrador y volver a ponerlas después.
Creo que esta sería la forma correcta:
–«Y al fin, en un océano de irremediables huesos» –recitaba con aire soñador–, «tu corazón y el mío naufragarán, quedando una mujer y un hombre gastados por los besos».
De todas formas creo que en este caso las comillas no son estrictamente necesarias ya que luego la misma Paquita aclara de quién es el poema y creo que se podría poner como diálogo simplemente sin necesidad de poner las comillas, que yo creo que entorpecen la lectura más que la facilitan, poruqe despistan al lector.
He disfrutado mucho de tu relato y de ver cómo al final se destruía toda la imagen que tenía construida en la mente para tener que reconstruir y resignificar toda la historia. Esto es lo que yo quiero aprender a hacer en mis relatos, que de mometno mñás que relatos considero escenas. Un 10 para tu historia.
¡Un abrazo y sigue escribiendo!
Anael
Isan
21/12/2016 a las 00:43
Hola Jean Ives:
Creo que debo ser el tonto de la clase. Reconozco que, después de la primera lectura no entendí de qué iba el relato y al final aparece el abuelo. Las interpretaciones de otros comentaristas han aclarado mi incertidumbre inicial. Quizás debería haberlo releído para sacar mi propia conclusión sin esperar el comodín del público, pero no lo he podido resistir. El día hoy ha sido muy duro y mi mente a estas horas flaquea (más).
De cualquier forma te comento un par de cosillas sin importancia que he detectado, porque el FUERAS, que hace que incumplas el reto opcional, ya te lo han comentado.
En esta frase: Paquita de repente se enfadó conmigo” sería mejor acotar entre comas DE REPENTE.
El punto final sobra por ir después de interrogación como ya lo has hecho anteriormente.
Quiero aclarar que ha gustado y mucho cómo escribes. Llevas bien el ritmo, los diálogos son abundantes e importantes en la narración, el lenguaje es muy adecuado y has sabido crear una expectativa casi hasta el final.
Procuraré estar más despierto en el próximo reto.
Un abrazo.
Esteban LR
21/12/2016 a las 16:37
¡Hola Jean!
A mi me ha gustado mucho tu relato. Lo único que se me escapa es cuando Paula se pone nerviosa al entrar Mercedes en el cuarto. No lo entiendo.
Gracias por tu texto.
A_T
21/12/2016 a las 19:08
Buen cuento! Me recordó a la novela gráfica de Paco Roca “Arrugas”, que si no has leído te recomiendo…
Me gusta como utilizas los signos de puntuación que le dan más valor a la historia y hacen que cada papel cobre la importancia que tiene… También dejas paso a la imaginación del lector y para mí eso es importante.
Baltasar
21/12/2016 a las 22:30
Hola, Jean Ives:
Lo prometido es deuda, y aqui me tienes.
Lo primero de todo: FELICITARTE. Pero así, com mayúsculas. Me ha encantado no solo tu modo de narrar; también cómo has trabajado la trama del relato. Ahora bien, hay que tener el razonamiento deductivo de un Sherlock Holmes para llegar a una deducción lógica de tu relato, y vamos a ver si después de innumerables lecturas, lo he conseguido.
Después de leer, releer y volver a leer y releer temninaba siempre preguntándome: ¿ Pero quién es la persona que se pasa hablando con Paquita durante la totalidad de la historia? Y Mercedes, ¿quién es? ¿ Una criada desagadable y gruñona?
A mí no me llamaron la atención «sus manos imprecisas», como he leído luego por ahí. ¿No puede tenerlas una niña de quince años? Sí. A mí, lo que después de muchas vueltas, como digo, lo que me pusieron en la pista fueron las palabras «papá» y «abuelo». O eso creo.
Veamos: Paquita y Pedro son los padres de Mercedes. Y Paula, hija de Mercedes y nieta de Paquita y Pedro, parece que en estado senil, o similar.
No me queda tan claro ese brillo de los ojos de Paquita al principio con el final: «Sus ojos, ahora sin brillo, volvían a estar grises y cansados»..
Bueno, en cualquier caso, aun no siendo partidario de camuflajes, perfecto. Mis felicitaciones.
Para terminar, permíteme un par de cosillas: –¡Oh, vamos, sólo se preocupa por tí!
–¿Que se preocupa por mi? –Paquita de repente se enfadó conmigo–. ¿Sabes que le ha dicho al Doctor…
Ti no se acentúa. Mi,mí, si me permites, recomendarte un repaso por la acentuación diacrítica de monosilabos.
Y doctor, como sustantivo que designa una profesión, siempre minúscula.
No sé si conoces la magníficaa obra teatral de nuestro insigne Enrique Jardiel Poncela: Cuatro corazones con freno y marcha atrás. Es, cuasi cuasi, tu relato. Te la recomiendo
Mi más cordial sañudo.
Verso suelto
22/12/2016 a las 20:22
Hermosa historia. Agridulce como la vida misma. Bien narrada intrigando desde el principio.
¡Muy buen trabajo!
María Kersimon
23/12/2016 a las 01:09
Hola Jean, me gustó mucho tu trabajo esta vez, tanto a nivel de construcción de los personajes como de ela ora ión de la trama del relato. Te he de reconocer que me perdí un poco en la primera lectura. Pensé por un momento que se trataba de una anciana con una demencia que estaba en una residencia con otra anciana y que Mercedes es la cuidadora. Pero en la segunda lectura ví que eran miembros de la misma familia. El hecho de que iban a la residencia me fue revelado por el comentario de un compañero, reconozco que no me había dado cuenta. No soy muy rápida, cierto, pero quizás también ocultaste mucho. Lo mismo que le dije a Kmarce: para crear buen suspense tienes que mantener la ocultación todo lo que puedas con el fin de tensar el ansia de saber del lector. Pero si ocultas demasiado, se dificulta la comprensión.
En cualquier caso hay calidad en la redacción, en la ideación de los personajes, cohesióñ interna y profundidad, que es lo que te critiqué la otra vez. Este relato es un 10. Un gusto haberte leído. Agradezco tu paso por mi escrito.
Felices fiestas y hasta la próxima lectura.
Demetrio Vert
26/12/2016 a las 12:44
Hola Jean Ives. Te devuelvo la visita.
Nada que objetar. Un cuento precioso y muy bien estructurado. Todo muy bien llevado para el desenlace final, sorprendente e inesperado, como deben de ser en los cuentos. Me ha hecho sonreir.
Solo una cosa porque al principio me ha despistado un poco. Hasta que no aparece “y las dos estallamos en carcajadas”, no sabía a ciencia cierta si Paquita hablaba con un chico o una chica. tal vez solo me haya pasado a mí. En saber desde el principio que habla con Paula no hubiese quitado un apice a la trama del relato. Es más, estoy seguro de que en tu mente lo tenías claro, pero el lector…
He disfrutado un rato y sobre todo me ha sacado la sonrisa al final.
Don Kendall
28/12/2016 a las 16:08
Hola Jean,
Un texto muy interesante el que propones. Me gusta la narradora/personaje en primera persona con un toque de omnisciencia. Da agilidad al relato aunque quizá le reste fuerza dramática.Como lector empedernido hubiese disfrutado con esa relación apenas esbozada entre Paula y Paquita, aún a costa de deslavazar el personaje de Mercedes.
Como es obvio, es tu texto y su arquitectura la plantea el autor, no el lector je je…
Gracias por tu trabajo y por la oprtunidad de poder hacer comentario.
Isolina R
30/12/2016 a las 16:06
Hola, Jean:
En varios de mis textos más de un compañero me ha comentado que no se entienden, que me paso de críptica. Pues bien, ahora me pongo en lugar de los que no han comprendido mis historias porque yo no he comprendido esta tuya. Le he dado vueltas y más vueltas, he leído los comentarios de los compañeros…
Creo que hay dos trampitas:
Primera trampita:
Si quien narra es Paula, y si Paula es hija de Mercedes y nieta de Paquita, no me cuadra que llame por su nombre a esas dos mujeres y no por la relación familiar. No conozco a nadie que hable de su madre, de su hija o de su abuela a otra persona denominándolas por el nombre de pila. Todos diremos: “mi madre”, “mi hija” a secas (si solo tenemos una) o “mi hija Mercedes” si tenemos más, “mi abuela Paquita”… Parece que la abuela obliga a la nieta a llamarla últimamente “Paquita”. ¿Pero eso también vale para cuando hable de ella? ¿También su madre la obliga a llamarla “Mercedes”? ¿Por qué no llama Paquita a Mercedes “mi hija” o “tu madre”, que sería lo normal? Extraña familia en la que se llaman todos por el nombre de pila sin más.
Segunda trampita:
Colegio y campamento. Si la mujer está hablando de épocas pasadas creyendo que aún está en aquellos años por un trastorno mental, hay que hacérselo ver al lector. No vale jugar al ratón y al gato para dar la sorpresa final.
Usas demasiado la preposición “con” (dieciséis veces). En alguna ocasión sobra. Dices: “me alisé el vestido con las manos.” ¿Con qué, si no es con las manos, podría alisarlo?, ¿con la plancha?, ¿con los pies?, ¿con los codos?
Hay alguna otra cosilla que para mí sobra. Cuando dices: “Paquita asintió sin decir nada”, yo quitaría “sin decir nada”, sobre todo porque acto seguido sí dice algo.
Varios de los posesivos que usas yo los cambiaría por artículos determinados. Por ejemplo: “sobre los labios”, “la cama”…
En: “!. Y si se entera de mi amor con Pedro seguro que me prohíbe también ir al colegio. Si ella supiera lo que ocurre nada más montar en el autocar…– Una sonrisa picarona se deslizó por la comisura de sus labios”, hay que quitar el punto tras la exclamación, riman “Pedro” y “colegio” y “montar” y “autocar”, tras los puntos suspensivos tienes que dar espacio y luego pegar la raya a “Una”.
En: “–Si se cree que me voy a comer su brócoli va lista”, hay que poner “–Si se cree que me voy a comer su brócoli, va lista”, porque la subordinada condicional va delante.
En “Estallamos en una amortiguada carcajada” no me cuadra el adjetivo con el verbo y con el sustantivo.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.
K. Marce
31/12/2016 a las 15:45
Saludos Jean Ives:
Muchas gracias por pasar a leer y comentar mi relato del mes, disculpas por llegar al tuyo en forma tardía; pero prefería hacerlo con tiempo para leer y opinar con calma.
Me ha gustado mucho la historia, tenemos a una Paquita coqueta que no es sino una señora anciana, que es cuidada quizá por su ¿hija? Mercedes y otra chica (o señora) sin nombre y que presumo que puede ser una nieta o alguien cercano. Y me ha encantado la personalidad de Paquita.
También las pistas que nos das, el autocar, las pastillas, me hacían pensar qué tan cuerda era el personaje.
Ya te han mencionado algunos aspectos formales, y cómo he llegado tarde (no he leído todos los comentarios), creo que todo se te ha dicho. Algunas comas, tíldes faltantes, y algunos aspectos más de redacción, que no le restan a la inocencia de los recuerdos de Paquita y lo que ella revive.
En cuanto a la duda de «» si se usan para pensamientos, no es de uso exclusivo para los mismos. Sirven para marcar textos/frases literales: «Ser o no ser ser…»; resaltar una palabra: «El chapo» Gúzman; para pensamientos: «No tengo deseos de ir a trabajar», pensó mientras se deslizaba peresozo de la cama; y hasta textos extensos, como lo es por ejemplo remarcar un carta, un artículo escrito o un flashback.
La RAE recomienda hacer uso de las «» antes que las “” inglesas, y si hay necesidad de usar varias, usarán en este orden: «» primero, “” secundarias y ” de último. Por ejemplo:
«Por tanto, se indica que el señor “Joaquin ‘El Chapo’ Guzmán Loera”, guardará prisión nuevamente en la cárcel, “El Antiplano”, donde fue recluído anteriormente».
Espero que culmines a bien este año y que el 2017 te traiga muchas satisfacciones literarias.
¡Nos leemos!
Jean Ives Thibaut
31/12/2016 a las 21:15
MANUEL PLA MARTÍ: Muchas gracias por comentar. Me quedo con aquello que dice “la primera impresión lo que cuenta”, ¿no?. Je je je.
J. COLMARIAS: Muchas gracias por pasar y comentar. Me alegro de que te halla gustado. Nos seguimos leyendo.
ISMAEL TOMAS PÉREZ: Muchas gracias por pasar y comentar. Hasta que no dijiste lo del verbo no me había percatado que incumplía el reto. Y eso que lo repasé un montón de veces.
Muchas gracias por aportar el enlace con las dudas planteadas.
BEBA: Muchas gracias por tus bellas palabras. Me alegro que te halla gustado.
ALMILCAR BARSA: Gracias por tu intención de despellejar, je je je, es lo que cuenta.
OSVALDO: Muchas gracias por pasarte y comentar. Me encanta que enumeres los “pointers” y le señales. Nunca había pensado en ellos y es interesante. No dejes de despellejar, por favor.
LECTORA70: Muchas gracias por pasar y comentar. Me alegro que te halla gustado tanto el relato.
JAVIER: Muchas gracias por pasar y comentar. Es interesante tu apunte sobre el verbo dicendi en los dialogos. Precisamente estaba huyendo de poner muchos “dije”.
ANAEL: Muchas gracias por pasarte y comentar. Me sacas los colores con aquello de que no hay nada que despellejar. No creo que ser cierto ;). Muchas gracias asimismo por ti aporte sobre la duda de las comillas. Es muy útil.
ISAN: Muchas gracias por pasarte y comentar. Yo a veces también uso el comodín del público (que expresión más gracias). Gracias por apuntes, sin muy útiles.
ESTEBAN: Muchas gracias por pasar y comentar. La verdad es que con lo tenso del ambiente, cualquiera se pondría nervioso, ¿no crees?.
A_T: Muchas gracias por pasar y comentar. Me pasé por la novela gráfica que me recomendaste y la tengo en mi lista de pendientes. En cuanto esté disponible la biblioteca me lo cojo fijo.
BALTASAR: Muchas GRACIAS, asi, con mayúsculas. Me hace gracia que estimes las pistas muy escondidas porque al escribir tenía la impresion de dar demasiadas y muy obvias.
A Enrique Jardiel Poncela lo conocí este otoño de la mano de su primera novela “Amor se escribe sin h” y es espectacular. Estoy deseando poder leer la obra de teatro que me indicas.
VERSO SUELTO: Muchas gracias por pasar y comentar.
MARIA KERSIMON: Muchas gracias por pasar y comentar. Me haga que digas que hay una buena construcción de los personajes. La verdad es que este texto trabaje bastante en la fase de prescritura. Tendré que trabajar más nivel de ocultación para no crear confusión.
DEMETRIO: Muchas gracias por pasar y comentar. No había pensado en que también estaba ocultando sexo de Paula. Interesante tu observación. Me alegro de que te halla sacado una sonrisa.
DON KENDALL: Muchas gracias por pasar y comentar. Es curioso comprobar los diferentes puntos de vista de los lectores, lo que cada uno espera cuando lee una historia. Por cierto, puede que sea un motivo geografico, pero para mi “deslavazar” me parece un término rebuscado. Un placer.
ISOLINA: Muchas gracias por pasar y comentar. Me apena que no hallas entendido el relato. Uno de mis objetivos es precisamente hacerlo más transparente. Me gustan tus apuntes sobre las trampitas. Siempre es interesante conocer otros puntos de vista con lo que poder aprender. Muchas gracias por tu extensa ayuda.
K. MARCE: Muchas gracias por pasar y comentar. Me alegro de que te halla gustado la personalidad de Paquita. Muchas gracias por tus apuntes formales. Siempre es un placer poder seguir aprendiendo con vuestros consejos.
…y con esto doy por finalizado el reto de este mes y el año.
Solo me queda desearos a todos un 2017 cargado de inspiración y de tiempo para poder escribir.
Nos vemos en el siguiente reto.
Cryssta
03/01/2017 a las 14:15
Hola Jean Ives, muchas gracias por pasarte por mi relato y comentar.
Por falta de tiempo no he podido revisar el tuyo como me hubiera gustado pero sí he querido devolverte al menos la visita.
Tu relato me ha gustado mucho y está muy bien escrito. Espero tener más tiempo en el taller de este mes.
Un abrazo.
Jean Ives Thibauth
23/01/2017 a las 20:57
Cryssta, muchas gracias por acercarte aunque fuera un ratito y dejar constancia de ello.
Beth
03/02/2017 a las 09:57
Perdón por la tardanza, agradezco los comentarios hacia mi primer relato, si, hay fallas obvio, pero por eso voy a aprender y es genial que la gente siempre diga la verdad lo que gusta y lo que no.
Respecto a Paquita se me hace muy interesante iniciar una historia casi con un diálogo, pues le da un tono más cotidiano, natural, distinto a “Había una vez…”
Confuso, interesante, y muy creativo el lenguaje que usas para que los lectores dudemos de la edad de Paquita, del lugar donde está Paquita, de quien es Mercedes; permites que cada quien le de una interpretación a tu historia, haces que vuele nuestra imaginación cual pintura que se ve en un museo y cada quién forja su opinión y es libre de percibirla como lo desee, me gustó tu estilo
Va a ser muy interesante volver a leerte