Literautas - Tu escuela de escritura

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Entre los recuerdos - por GrumeteR.

Me llamo Naima tengo trece años y voy a contaros como cambió mi vida. Todo empezó rebuscando en el trastero de la vieja casa de mi abuela, no podía creer la cantidad de cosas interesantes que había. Encontré muñecas de porcelana, una maleta de cuero llena de fotos de mis antepasados, una máquina de escribir que sería de principios del siglo veinte y hasta un gramófono en perfecto estado. Pero lo que me maravilló fue una caja. Una caja llena de cosas extrañas, como un tablero de ouija, muñecos de trapo con alfileres clavados, cartas de tarot.
Aunque lo que me dejo horas sentada en un rincón del oscuro trastero, solamente con una luz tenue de una bombilla, dejándome la vista. Fue un libro de recetas, pero no un libro de un gran maestro de cocina. Era un libro con todo tipo de recetas mágicas para conseguir lo que quisieras.

Después de estar horas leyendo, al final di con la que necesitaba. Era justo lo que andaba buscando para vengarme de Carla. Es la líder de un grupo de chicas de mi instituto de secundaria, que me hacen la vida imposible. La receta se titulaba "Controla a la persona que quieras”, con esto podría manejar a mi antojo a esa mala pécora.

Empecé a revisar que necesitaba para conseguir los ingredientes secretos, el primero era un trapo rojo de lino. Fue fácil conseguirlo, solo tuve que destrozar un vestido de cuando tenía cinco años. El siguiente componente era un puñado de arena de playa, así que fui a dar un paseo por la playa de Torrevieja y a otra cosa mariposa. El tercer elemento era una cadena de oro, no era de tener joyas, pero una cadena si tenía de mi primera comunión. Así que solo me quedaba lo último y lo más difícil, un pelo de la persona que quieres controlar.

Barajé varias posibilidades para arrebatarle un cabello, pero al final me decanté por arrancárselo yendo a hurtadillas cuando estuviera despistada. Como si fuera un maestro ninja, me agazapé entre los arbustos del patio del instituto, esperando que mi presa se despistara. Ella y sus amigas las hienas estaban sentadas en un banco, enganchadas a sus móviles, era el momento perfecto. Todo hay que decirlo me maravillaba esa melena negra, era brillante y sedosa, me recordaba a una cola de un pura sangre.
Con mi arma de última generación, una pinza de mi abuela para quitarse el entrecejo, me lancé a por mi objetivo. Rápida como una gacela y con precisión de cirujano, enganché un cabello con las pinzas y con un estirón firme, decidido y fuerte lo arranqué. Me quedé un rato parada y al ver que no reaccionaba me volví con el sigilo de un lince, Pero para mi sorpresa una llamada de mi “amiga” Carla, me dejó como una liebre cuando le haces las largas, parada y con los ojos como platos. El momento fue bastante complicado y tenso, como solían ser todos nuestros encuentros. Que si yo no podía estar aquí, que si volvía a verme por allí iba a tener problemas, etc. Lo cierto que salí bastante airosa de la situación.

Fui a casa y con todos los ingredientes seguí la receta con toda meticulosidad. Después tenía que esperar una luna llena y dejarlo a la luz de la luna toda una noche y ya sería controlada por mí.

Pues bien, me gustaría decir que funcionó y que a partir de ahí fue una balsa de aceite. Pero lo cierto es que estoy en el hospital con dos costillas rotas y un brazo en cabestrillo. Aunque si es cierto que estoy magullada y dolorida, no me duele tanto como irme humillada todos los días a mi casa. Me siento optimista del futuro que me espera, nunca más me va a intimidar.
Saqué una conclusión clara, si quieres cambiar algo hazlo tú o pide que te ayuden. No creas que un libro de recetas mágicas te va funcionar.

Comentarios (10):

J. Colmarias

18/10/2016 a las 14:42

Muy buenas Grumete.

Mi consejo para el futuro es que cuides más la forma del relato. Hay varios signos de puntuación mal situados. En cuanto a la historia, no entiendo porque la protagonista acaba con dos costillas rotas y un brazo en cabestrillo.

El relato en líneas generales está bien y deja un mensaje al sacrificio en el último párrafo.

Mi texto es el número 168, por si quieres leerlo.

Un saludo!

Tatei Jautze Kupuri

19/10/2016 a las 19:20

Hola Grumete:
Me gusta que tu historia tiene el brillo de un adolescente, lo cual corresponde al personaje principal.
El comentario de J. Colmarias es cierto en el sentido de que es necesario que nos brindes más información para entender por qué Naima terminó tan lastimada. Puedo suponer que no funcionó la receta no funcionó y terminaron peleando físicamente hadta que Carla se rindió, pero me gustaría más una opción alternativa, por ejemplo: que tal si la receta hace explosión, por decir algo.

drow_jack

19/10/2016 a las 19:30

Hola Grumete.
Se nota la gracia infantil en el estilo de la narración, es acertado.
En cuanto el contenido, me ha parecido interesante y divertido, pero no he acabado de entender el final. Entiendo que funcionó el hechizo, pero los resultados no fueron buenos. Hay lesiones físicas como prueba de ello. También menciona que vive en una humillación diaria, entonces, técnicamente, no le ha cambiado la vida como dice en la primera línea del relato, ¿no?
Saludos.

Grumete

22/10/2016 a las 18:33

Hola muy buenas y gracias por pasaros por el relato.

Soy consciente que tiene numerosos fallos ,por falta de tiempo lo escribí el ultimo día y a ultima hora ,no estoy contento con el resultado final.Pero no quería perderme el taller,pido disculpas.

Sobre el final esta claro que no quedo claro mi intención.Lo que quería reflejar era que Naima sufría humillaciones diarias y pensaba que con un hechizo lo iba a solucionar y se dio cuenta cuando fue a comprobar el resultado del hechizo que no funcionaba.
Paso a la acción defendiéndose ,salio mal parada del enfrentamiento,pero mejor que agachar la cabeza toda su vida.

Debería haber escrito el enfrentamiento ,para que hubiera quedado claro.

Ahora me paso por vuestros relatos,saludos.

SBMontero

23/10/2016 a las 11:34

Podías haberle sacado más chicha a la historia. La idea es buena, pero me da la impresión de que estabas más preocupada por el límite de palabras que por redondear el relato.

Ah, acabo de leer lo de los tiempos.

A mi lo que me funciona es escribir toda la historia, sin importar la extensión, prestar atención a las escenas, los diálogos y la estructura argumental y, entonces, ver cómo lo encorseto entre el límite de palabras. Cosa curiosa, cuando lo hago el relato mejora, ya sabes, menos es más.

Eso sí, siempre hay que cuidar la puntuación y la forma.

Un saludo.

Osvaldo Mario Vela Sáenz

23/10/2016 a las 15:59

Hola Grumete, quiero agradecer tu visita a mi texto, el tuyo me parece digno de celebrarse por la sencillez. Tu escritura entre lineas me deja un sabor dulce. no tienes que explicar lo de las costillas rotas porque ese evento no tiene importancia. Lo que si tiene relevancia es que tu personaje le perdió el miedo y la enfrentó con esos resultados mencionados. Enhorabbuena.

DIASPORA

24/10/2016 a las 00:03

Hola, Grumete.
Bonita historia. No obstante, existen algunos detalles de forma y contenido que pudieran haberse mejorado. Como lo dices, lo escribiste a última hora y casi sin revisión. Sigue adelante. Aquí todos aprendemos.

Earendil

25/10/2016 a las 09:19

Hola, Grumete.
Agradezco sinceramente tu paso por mi relato y tu comentario, siempre bienvenido.
Me ha gustado mucho tu historia. El primer párrafo atrapa enseguida, sobre todo para aquellos lectores que les guste el tema fantástico y misterioso.
El enfoque de tu relato está muy bien plasmado, si tenemos en cuenta que lo cuenta una niña de trece años. Expresiones como “mala pécora”, o “a otra cosa mariposa”, dan fe de ello, adecuándose al lenguaje de una persona de su edad.
Si miramos el trasfondo de tu historia con más detenimiento, creo que acierto al pensar que has querido tocar el tema del “bullying”, por desgracia tan de moda en estos días. Pero lo has hecho de una forma muy agradable, con toques cómicos, que hacen de tu relato una historia simpática, grata de leer, y que además deja una especie de moraleja-consejo que da en el clavo del asunto.
He visto unas cosillas a mejorar:
* “Aunque lo que me dejo horas sentada en un rincón del oscuro trastero, solamente con una luz tenue de una bombilla, dejándome la vista. Fue un libro de recetas,…”___Esta frase empieza con un conjunción concesiva “aunque”. Sirve para unir una frase subordinada con otra principal. Si después de “vista” pones un punto, es como si la idea principal la dejaras inconclusa, cortada. Después de “vista” iría mejor una coma. Detrás de “recetas” sí podrías poner un punto, para que la frase no se alargara en exceso.
* “Empecé a revisar que necesitaba para conseguir los ingredientes secretos”___ “qué”, acentuado.
Bueno, me alegro mucho haber pasado por aquí y disfrutar de tu trabajo. Enhorabuena.
Un saludo.

Grumete

27/10/2016 a las 09:34

Muchísimas gracias por pasaros por mi relato y dedicarle un poco de vuestro tiempo.
Esperó el mes que viene poder dedicarle mas tiempo al relato y no tener tantos fallos.
Muchas gracias por vuestros consejos y apuntes .

Saludos .

C. martinez

05/11/2016 a las 20:37

Hola Grumete, me ha encantado el relato. Hay historias que tienen algo que te deja una buena sensacion despues de leerlo y para mi gusto, este relato lo tiene. Me parece genial los toques que le diste, y te atrapa desde el principio hasta el final. Quizas sea mejorable en algun aspecto, o en cuestiones ortograficas,que para mi gusto esta perfecto, ya que parece escrito por una niña. Hay relatos que tiene Punch y este relato lo tiene.

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