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Fidelidad - por Thelma López Lara
Fidelidad
Lloviera, tronara, enferma o no, Luisa Ávila, una mujer humilde de cincuenta años de edad, era la primera en llegar y la última en retirarse de la fábrica de chocolates de la familia Montalvo. Ahí trabajaba, desde los veinte años de edad. A ella le correspondía dar el visto bueno de los productos, desde la cosecha del cacao hasta ser exportados en confiterías. La dueña de la empresa, era la señora Esmeralda Santamaría viuda de Montalvo, quién estaba a cargo de la empresa, hacía treinta años. Ella conocía a Luisa desde que esta joven era una niña, su madre trabajaba de cocinera en la familia.
Un día, al finalizar la jornada de trabajo, Luisa se disponía a cerrar la última puerta, cuando escuchó que el mayordomo de la familia la llamaba.
—¿Me buscaba, señor? —dijo Luisa.
—Sí, mi patrona le urge hablar con usted, me ha dado la orden de que la lleve ya a la mansión. —Por la urgencia de la situación, Luisa se llenó de angustia.
El mayordomo la condujo hacia la casa de los Montalvo. La señora se encontraba acostada en su lujosa cama. Luisa, toca la puerta con suavidad.
—Señora, permiso.
—¡Pasa, pasa!, mujer, no te quedes ahí. Siéntate junto a mi cama —le indicó doña Esmeralda.
—No, patrona, cómo voy a sentarme en su cama, eso para mí, es una falta de respeto.
—No seas necia. Yo soy la que debo de respetarte. Llevas treinta años de ser una trabajadora fiel. No te has dado cuenta, pero tú eres el pilar de la empresa. Ni mis hijos, ni mis nietos, han trabajado como lo has hecho tú. ¡Ya es hora de cumplir una promesa!
—¿De qué habla, doñita?
—Luisa, yo pronto me… —dijo doña Esmeralda.
—¿Va de viaje, mi señora? —la interrumpió Luisa.
—¡No!, yo no estoy para viajes, lo que quiero decir es que pronto me moriré.
—¡No me diga eso!, no piense así. Sólo el de arriba, es el único que sabe el día y la hora de nuestra partida.
—Lo sé, pero ya no tengo fuerzas, ni ganas para seguir al mando de la fábrica. Mi familia no me ayuda, sólo problemas me dan. Por eso debo entregarte algo que te pertenece. Por favor, alcánzame ese cofrecillo —señalando hacia la cómoda.
—Sí, mi señora, con mucho gusto se lo paso.
La viuda de Montalvo, sacó una llave del pequeño cofre y dijo en voz baja y volviendo a ver para todos lados:
—Esta llave es de la casa de campo. Busca dentro del sótano, un retrato grande con la imagen de mi difunto esposo. Dentro de ese cuadro hay una llave pequeña, y con ella abres la única gaveta que tiene un escritorio viejo de madera. Ahí está el cuaderno de recetas de chocolates. Sé que tú te las sabes de memoria, pero necesito que ese recetario pase a tus manos. También te pido que antes de que tú te vayas de este mundo, debes entregárselo al trabajador más fiel.
—Señora, no es necesario que me de ese cuaderno de recetas —dijo Luisa.
—Toma la llave, quiero que además… —Doña Esmeralda hace una pausa y Luisa la interrumpe.
—Además, ¡qué patroncita!, esto no me está gustando, mi señora.
—Quiero Luisa, mi querida y fiel trabajadora, seas la única dueña de la fábrica.
—Señora, descanse, no diga esas cosas. —A Luisa, no le gustaba para nada ese ofrecimiento. Se le arrodilló para pedirle que no lo hiciera.
—Doñita, entréguesela a sus hijos o a sus nietos. Yo le prometo que trabajaré más duro, para que la empresa no quiebre.
—Déjame cumplir la promesa y mi venganza. Todos estos años, ellos siempre me vieron como una proveedora y no como su progenitora. Llegó la hora de poner orden a la familia Montalvo, sé que aún no es tarde. Mi abogado, tiene preparado todos los documentos. Te pido que aceptes la fábrica, quiero morir en paz y saber que el trabajo de muchos años no fue en vano.
—Te espero el lunes a las ocho de la mañana. Mi abogado dará a conocer el testamento a toda la familia. Mujer, no me falles al final de la jornada —dijo doña Esmeralda, tomándole la mano fuertemente.
Luisa, salió de la habitación cabizbaja, con un sinfín de preguntas, pero sin respuestas. ¿Aceptará?
Comentarios (17):
Thelma López Lara
17/10/2016 a las 21:15
Hola, compañeros.
Mi relato si está participando con el reto opcional. No sale la letra (R), porque no la marqué.
Muchas gracias a todos aquellos que pasan por aquí y me dejan sus comentarios.
Saludes.
DIASPORA
18/10/2016 a las 03:56
THELMA
Buena historia. La narración aporta los elementos necesarios para definir a la protagonista. A partir de eso describes muy bien el premio a la fidelidad. Se capta fácilmente la trama.
Adelante
CARMELILLA
18/10/2016 a las 15:33
Hola Thelma, te agradezco que te hayas pasado por mi relato y lo hayas comentado.
Tu historia es muy emotiva, de las que en la vida real no suelen pasar.
La fidelidad, ese bien tan preciado y a veces tan escaso…
El final del primer párrafo me confunde: “ella conocía a Luisa desde que esta joven…”parece que no se refiere ni a Luisa ni a Esmeralda, por el contexto entiendo que es a Luisa a quien se refiere. Hubiera estado mejor expresado: ” conocía a Luisa desde que esta era una niña…”.
En “si, mi patrona le urge…” quizá mas correcto: “a mi patrona le urge…”
Estas contando algo que ocurrió ten cuidado con algún verbo que se ha colado en presente.
Relato sencillo, fácil de entender y emotivo.
!Buen trabajo thelma!
Saluditos
Thelma López Lara
18/10/2016 a las 21:15
Muchas gracias Carmelilla, por tus comentarios. Los tomaré en cuenta.
Saludes.
Wolfdux
19/10/2016 a las 09:42
En el primer párrafo escribes “cincuenta años de edad”, “desde los veinte años de edad” y “hacía treinta años”. Quitaría el primer “de edad” y mantendría el segundo, así armonizas el párrafo y evitas repetir.
La frase: “Llevas treinta años de ser una trabajadora fiel.” repite información dada más arriba, que en parte va bien para refrescar, pero no es necesaria en un relato de esta extensión, pero lo que más me chirría es la estructuración. Yo la escribiría “Llevas treinta años siendo una trabajadora fiel” o “Llevas muchos años siendo una trabajadora fiel”.
Para terminar, los dos últimos diálogos pertenecen a doña Esmeralda, pero están separados de tal forma que parece que sea otra persona la que habla, es en el inciso cuando descubres que es la misma persona.
Por lo demás una historia que me llena de esperanza al ver a una persona que sabe reconocer el trabajo de un trabajador y que ambos muestran amor y dedicación por lo que hacen.
Felicidades.
Amadeo
19/10/2016 a las 12:03
Thelma:De acuerdo con las observaciones de Wolfdux, a las que agrego las mías.
Demasiadas tareas para Luisa: control de la cosecha, preparaciones para exportar a (no en) confiterías y cocinar el cacao. ¡Mucho!
En el diálogo: Sí, mi patrona… hay una acotación que no es acotación (Revisar)
Encontré varios “mi” innecesarios.
La última pregunta está de más. Buen final abierto
Hay venganza
Saludos
Thelma Lóoez Lara
19/10/2016 a las 14:01
Hola, Wolfdux.
Tienes razón, en cuanto a los dos últimos diálogos, es la misma persona la que habla y los separé. Yo me cuido mucho de ese tipo de error, desde que un compañero me hizo la observación.
Y con respecto al primer párrafo, también tienes toda la razón, repito mucho las palabras “años y edad”.
Te cuento, estuve revisando ese tipo de error con otras palabras como: Luisa, señora, doñita y patrona.
Muchas gracias por tus observaciones. Serán tomadas en cuenta.
Saludes.
Marcelo Kisi
19/10/2016 a las 19:01
Hola Thelma!
Mil gracias por tu generoso comentario a mi relato!
Me gustó mucho el tuyo, lleno de un sentimiento de justicia, no solamente de venganza. Me gustó también la ambientación, me hizo pensar en un género cinematográfico de drama familiar histórico.
Como elemento técnico a marcarte, además de lo ya dicho por los compañeros, está el uso excesivo de comas donde no corresponden. Te ocurre en: “Ahí trabajaba, desde los veinte años de edad.” Esa coma está de más. También sobra en: “La dueña de la empresa, era la señora Esmeralda Santamaría”, aquí sobra porque no va coma entre sujeto y predicado. Es más claro en: “Luisa, toca la puerta con suavidad”, donde tampoco va coma. Revisa el resto del texto por si hay otras.
De nuevo, me encantó tu relato, lo disfruté!
Thelma López Lara
20/10/2016 a las 01:38
Hola, Marcelo.
Gracias por tus palabras, definitivamente dan ganas de seguir escribiendo.
Tomaré en cuenta tus observaciones. Tienes razón, yo me excedo con el uso de las comas.
Saludes.
beba
20/10/2016 a las 01:58
Hola,Thelma:
Un buen relato, muy emotivo. Hoy, casi sería un cuento fantástico, en medio del consumismo y la subvaloración del trabajador.
Acuerdo con las observaciones de Woldfux, Amadeo, Marcelo y Carmelilla.
Muchas gracias por tu visita y amable comentario.
Thelma López Lara
20/10/2016 a las 05:42
Hola, Beba.
Muchas gracias por leer mi relato. Qué bueno, que te haya gustado. Eso me anima a seguir escribiendo.
Saludes.
Marikiya
21/10/2016 a las 05:15
Hola Thelma;
Bonito relato con una lectura amena, lleno de sentimiento donde se palpa el significado de fidelidad y compromiso. Un bien preciado, que por desgracia, hoy en día escasea.
En cuanto a la venganza, más bien diría que 9s una lección que quiere dar a sus descendientes.
Estoy de acuerdo con las apreciaciones lingüisticas de los compañeros.
Buen trabajo, sigue así.
Un saludo.
Thelma López Lara
21/10/2016 a las 20:28
Hola, Marikiya.
Muchas gracias por leer mi relato. ¡Qué bueno que te gustara!
En cuanto al reto opcional lo llamaría: dulce venganza o lección de vida como lo mencionas.
Pasaré por tu relato.
Saludes.
José Torma
24/10/2016 a las 16:43
Hola Thelma, gracias por tu visita.
A mi el texto me ha gustado, tal vez porque es mi estilo y me identifico mucho con los relatos mas del lado sensible que explosivos.
Lo unico que medio me molestaba, era el pavor de la empleada en aceptar el encargo. Muy lograda la sensacion de angustia que se permeo atraves de la pantalla y me tenia incomodo.
El final abierto es un arma de dos filos, porque, a menos que la pienses continuar, un bonito moño hubiera redondeado un buen relato.
De lo formal, ya te comentaron cosas, yo cometo el error de leer y justificar sin tomar nota, luego no encuentro los cambios que te puediera sugerir jaja
Un abrazo y felicidades.
José
p.d. no sigo los comentaios. Cualquier punto te ofrezco mi correo para dialogar.
Thelma López Lara
24/10/2016 a las 21:16
Muchas gracias José, me parece excelente que me envíes tu correo. Así podemos comentar un poco más sobre nuestros relatos.
La mayoría de mis relatos son de problemas cotidianos y valores. Yo escribo muy sencillo, llano y directo. Soy muy poca para estar adornando las escenas. Me cuido mucho de la ortografía.
Las veces que he leído tus relatos, me he dado cuenta que también van por la línea de temas familiares y sociales. Por eso me identifico con ellos.
Saludes.
Thelma López
LUIS
26/10/2016 a las 14:44
Hola Thelma López. Soy Luis (72) Bonito relato y muy bien definido, se entiende con claridad. Suscribo los apuntes de los compañeros. Respecto al calificativo de “necia” yo lo sustituiría por boba. Necio suena más a; estúpido, torpe, incapaz… y no encaja en ese personaje tan fiel. Un saludo y nos seguimos leyendo.
Thelma López Lara
26/10/2016 a las 15:31
Hola, Luis.
Qué bueno que te haya gustado mi relato. Gracias por la recomendación.
Pasaré por el tuyo.
Saludes.