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Una venganza no planeada - por Leonor Cuevas MartínR.+18

Web: http://leonorcuevasmartin.blogspot.com

Al amanecer, Javier ya estaba listo para ir a regar pero no quería despertar a su esposa y en el cuaderno de recetas que había en la cocina anotó: «Estoy en el campo. Vuelvo al mediodía».
Al llegar al campo regó a prisa antes de que llegara Juan, su primo, pues si llegaba más tarde que él nunca quedaba agua. Habían intentado pacíficamente encontrar una solución para que ninguno se viera perjudicado pero de nada había servido. Sin embargo, seguían hablándose.
Más tarde llegó Juan y saludó, aunque al ver que ya había regado Javier se quedó muy serio y comenzó con el riego.
Cerca del mediodía, Javier hizo gesto de despedirse de Juan pero este estaba enojado porque después de regar llenaba siempre la piscina y los bebederos de sus animales, pero ese día solo tuvo para regar y no con la abundancia con que solía.
─¡Hoy no me has dejado ni gota, capullo! ─dijo con muy mal genio.
─Solo he regado lo necesario para comer, porque si vengo por la tarde no dejas nada ─respondió Javier con calma pero un tanto molesto.
─¿No dirás que tengo yo la culpa?
─¿Y quién si no? Yo vengo cuando puedo y debería estar el agua ahí, ¿no crees?
─Pues madruga, ¿no te jodes?
─Mira mi huerta y mira la tuya que tiene cinco veces más plantas en igual terreno, los animales, la piscina…
─Yo puedo tener lo que me dé la gana, ¿no te digo?
─Sí, claro, con el agua de los demás. Tú lo que eres es un aprovechado.
─¿Aprovechado, yo?
─No, mejor ladrón. Porque a eso se le llama robar.
─No me calientes…
─Sí, robar.
─Hoy traes ganas de guerra, ¿eh? Pero si Pedro no siembra y tú apenas.
─Porque como no tenemos agua no podemos sembrar, ¿o es que no te das cuenta?
─Lo que tú digas.
─Le quitas el agua a él y a mí.
─Yo no le quito nada a nadie. Si vinierais temprano veríais si estaba.
─¿Quién te ha dado permiso para cogerla?
─Ni falta que hace, que yo tengo que dar de beber a mis animales, o es que los voy a dejar morir por cuatro lechugas mustias que tienes tú.
─Como estarían tus cosas si viniera yo antes y cuando llegaras no tuvieras ni gota.
─¡Pues ven tú antes!
─ Ahora tengo vacaciones y vendré antes que tú aunque no duerma.
─Pues como venga mañana y me quede la poca que había hoy, te vas a enterar. Que yo también puedo venir antes que tú, si quiero.
─Pues en estos días vas a tener que venir temprano porque yo regaré antes ─zanjó Javier mientras se daba la vuelta.
A Juan, que no se levantaba antes de las ocho, no le gustó escuchar eso y lo agarró del brazo con muy mal genio.
─Pero ¿tú qué te crees, que porque vengas cuatro días a regar temprano vas a arruinarme el trabajo de tanto tiempo?
─Las cosas están así porque tú lo has querido. No nos dejas otra opción y si queremos frutos tenemos que venir casi a medianoche. Pero me da igual, quizá me acostumbre ─respondió Javier con sorna e intentó soltarse de su primo.
─¿Encima, con cachondeo?
─Cada uno en lo suyo puede hacer lo que quiera, ¿no dices tú eso?
─¡Vete al cuerno!
─ Y el que llegue tarde que se hubiera espabilado. Aplícatelo también a ti.
Eso que tanto le decía Juan a ellos cuando habían intentado hablar del asunto, no le gustaba, sin embargo, cumplirlo a él, que si regaban los otros antes, él siempre se quejaba de que no tenía suficiente y se enfadaba mucho.
Javier se indignó tanto que decidió marcharse, pero, de pronto, Juan le agarró la hoz que llevaba en la mano y le dio un empujón. Javier se volvió y lo levantó por el cuello a la vez que agarró la hoz para darle un palo en el brazo y amedrentarlo, pero nada más que soltó Juan, este quiso agacharse a coger una pala que tenía en sus pies, seguramente con semejante intención y por el camino se encontró con un buen palo en la sien que le hizo caer al suelo entre un chorro de sangre.
Javier se puso muy nervioso, pero, de pronto, la indignación que le había provocado la pelea habló por él y dijo: «Nunca planeé vengarme de ti, pero ya está hecho. Mejor la vida que el agua aunque ninguno saldremos beneficiados de este suceso. Te lo aseguro, Juan».

Comentarios (13):

Amilcar Barça

18/10/2016 a las 09:57

No puedo ser crítico “literauta”; soy un desertor del arado con la manía, funesta a veces, de juntar letras. Y creo que, por eso, es más meritorio el esfuerzo nuestro que el de los “licenciados Vidriera” que en el mundo son. Escribo, luego existo (existimos)

Meca, cómo como…

Marcelo Kisi

18/10/2016 a las 11:40

Hola Leonor!
Es la primera vez que te leo, no sé si sos nueva por acá, en todo caso mucho gusto! Soy tu vecino en el relato 181.
Me gustó tu estilo y tu modo de llevar el relato y el diálogo. No es nada fácil basar todo un relato a través del diálogo, y solo por eso ya te mereces las felicitaciones del caso.
Como punto para mejorar, dado que se trata de un diálogo que buena parte del relato, yo le agregaría acción, puesto que se torna repetitivo y no progresa, si solo se trata de acusaciones mutuas por el agua. Está perfecta la escalada de tono y las herramientas que aparecen al final, yo solo agregaría cosas como “No me toques”, o “¿Por qué coges esa pala, adónde crees que vas?” o cosas así, de modo de integrar diálogo y acción.
Como elemento técnico para aportarte, si las palabras dichas en voz alta están precedidas de guion de diálogo, no es recomendable colocar otro parlamento con comillas, sino mantener la constancia, es decir en este caso, volver a colocar guion. Si no, parece que fuera un pensamiento de Javier.
De nuevo, felicitaciones, lo disfruté!

Leonor Cuevas Martín

18/10/2016 a las 19:46

Hola, Marcelo:
Muy acertadas tus sugerencias. Casi siempre me falta acción en los relatos y lo tendré en cuenta.
En cuanto a las comillas últimas, tienes razón.
El curso pasado también estuve por aquí y en el libro que ha salido se ha incluido un relato mío: Un detective diferente.

Pasaré por tu relato.

Yolanda Tovar

19/10/2016 a las 19:04

Hola Leonor:
Una propuesta muy valiente la tuya al presentar un texto donde prácticamente todo es diálogo. No todo el mundo es capaz de hacerlo, yo incluida (lo confieso, me da pánico escribir diálogos).
Aunque el relato en general me ha gustado, lo he encontrado algo repetitiva al principio, sobretodo porque mencionas mucho la palabra “regar”. Y, como dice Marcelo, yo también he echado de menos algo más de acción o de acotaciones donde se describan los movimientos, gestos o pensamientos de los personajes. Así conseguirías darle más emoción e intriga a la historia.
Nos leemos.

Melisa

19/10/2016 a las 22:14

Hola Leonor! Soy tu vecina del 182.
Tu relato me parece muy original: el tópico, la estructura, el papel que juega el cuaderno de recetas en la historia… Me gusta mucho tu estilo!
Como sugerencia, yo también le agregaría acción al diálogo para permitir una lectura más fluida. 😉
Un gusto leerte!
Saludos!

Leonor Cuevas Martín

20/10/2016 a las 10:20

Gracias por pasaros por mi relato y por vuestros comentarios constructivos.
Es muy cierto que le falta acción al texto pero tuve que reducirlo por el límite de palabras y quité los movimientos e incluso los evité intentando que con las palabras se pudieran imaginar los hechos. Para hacerlo definitivo le incluiré esa parte de acción que necesita todo relato corto y es que hay que mostrarlo todo y no contarlo. Esa es la clave, ¿no?

Un saludo.

Leonor Cuevas Martín

20/10/2016 a las 10:23

Hola, Yolanda:

Gracias por leerme y tendré en cuenta esas modificaciones que me haces. Es cierto que aunque juega en contra el espacio y en la palabra regar se condensa la acción de la que quiero hablar podría haber buscado otra, pero me he centrado demasiado en el hecho y la forma de hablar de los hortelanos y se me ha pasado que estoy aspirando a escritora. Eso sí es un error. Me ocurre muchas veces que no me doy cuenta de que las palabras repetidas en poco espacio provocan cacofonía.
Un saludo.

julieta blanco

24/10/2016 a las 17:29

Hola Leonor! Me gusta cómo escribiste los diálogos. Tal vez me pareció un poco larga su discusión, pero fue sencillo seguir el “lio”. Sólo una recomendación: fijate que, al principio, repetía mucho “juan”, “Javier” y “regar”.
El resto está bien (: Te invito a leerme en el 202. Saludos!!

Leonor Cuevas Martín

25/10/2016 a las 19:50

Hola, Leonor:
Gracias por pasarte por mi relato y por tus comentarios. Tendré en cuenta tus recomendaciones a la hora de modificarlo.
Prometo pasarme en cuanto pueda por los que me quedan por leer.
Un saludo

LUIS

26/10/2016 a las 14:49

Hola Leonor Cuevas Martín, Soy Luis (72). La discusión entre primos está bien, solo que es demasiado reiterativa; aunque al hablar lo hacemos, es mejor simplificarlo al escribir.
Me ha costado seguir quien es quien en el diálogo, ya que en alguno de ellos hubiese ido bien aclarar que personaje habla.
Al cuaderno lo veo puesto ahí para que haya de todo, no tiene ninguna relevancia en la historia. Si lo anotara en un papel también serviría. De todas formas la idea me gusta. Saludos y nos seguimos leyendo

Leonor Cuevas Martín

27/10/2016 a las 13:40

Hola, Luis:
Gracias por leerme. Lo del cuaderno es solo porque era obligado que apareciera y si lo anota en un papel no cumplo con el objetivo del ejercicio. En algún sitio había que anotarlo y la gente de campo no suele llevar cuaderno de cocina. Sería imposible pensar en una historia distinta a algo que sucede en la cocina de no poderlo incluir en otro contexto de paso.
Por lo demás, es cierto que hablamos así y en un relato debe simplificarse.
En cuanto a seguir a los personajes, lo siento, pero estar siempre diciendo quién habla, he intentado suplirlo por vocativos y no he querido utilizarlo demasiado.
Intentaré pasar por el tuyo.

Un saludo.

Caritobel (Bs.As - Argentina)

15/11/2016 a las 01:29

Hola, Leonor. Gracias por haber pasado por mi relato, agradezco tus palabras. Ando muy atrasada devolviendo visitas, pero mejor tarde que nunca.
Mi primera observación es que el titulo anticipa demasiado el final de la historia, y eso le quita un poco de suspenso. Me gusta mucho prestarle atención al titulo y su relación con el contenido del relato, generalmente dejo mis comentarios sobre eso.
Como otros ya te han dicho, trabajar solo con diálogos es muy difícil, pero hace las cosas más dinámicas, aunque en este caso, se hace algo chato, no por el tema que remite a algo cotidiano sino por lo que Marcelo te dijo, es necesario mezclar palabra y acción (mostrar que pasa algo, aunque no lo aclares a parte, que las mismas palabras te lleven a percibirlo).
Me pareció una historia, que en lo particular, no atrapa, pero no es por problemas de escritura, sino por tal vez faltarle una vuelta de rosca al asunto para hacerlo más llevadero.
La estructura del texto tampoco es la más adecuada. Separar en párrafos más definidos aligera la lectura y mejora el aspecto del texto, evitando esa sensación de “chorizo” interminable (no encuentro una mejor forma de decirlo).
Creo que es bueno que no haya problemas de escritura, y en general sos clara con las ideas que presentás. A veces ésto llega a ser un gran problema en los relatos. Yo era bastante enredada a veces. Es un relato sencillo que necesita un poco más de dinamismo, pero vas por buen camino. Te animo a seguir trabajando, gracias por compartir tu escritura, y nos leemos la próxima.
Te mando saludos.

Leonor Cuevas Marín

26/01/2017 a las 20:19

Hola, Caritobel:

Gracias por tus comentarios que me ayudarán a darle una buena vuelta al relato. Lo único es que no entiendo qué quieres decir con los párrafos más definidos, no sé si en vez de que todo sea diálogo, el narrador hable un poco más y haya alguna descripción o pincelada que aparte el diálogo un momento.
Muchas gracias y un saludo.

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