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Alegría en otoño - por AndreaR.

El anciano encontró la llave en un cajón del armario. Saco el cofre oculto bajo su cama y lo abrió con aquella llave dorada. Dentro se encontraba una carta y una pequeña tela bordada con hilo de plata y oro. Saco la tela y lo extendió frente sus ojos, era justo como lo recordaba, la silueta de un león dorado en el centro de un bosque de perlas.
Su memoria poco a poco iba regresando y aquel recuerdo se iba siendo cada vez más claro. El viejo sentía como su corazón se ablandaba y se transformaba en uno más cálido.
Aparto la tela antes de que el recuerdo fuera más claro y los sentimientos más intensos.
Entonces tragando saliva agarro la carta y con una cierta tristeza lo abrió. Después de leer unas cuantas líneas sus ojos se abrieron como platos y sus sentimientos lo traicionaron. Evoco con melancolía la noche que cambiaría su vida. Aquella noche lluviosa que encontraría a un pequeño niño fuera de su casa hace ya 17 años.La lluvia era feroz y los truenos retumbaban en los cielos, sin embargo, alcanzo a escuchar que alguien tocaba su puerta. Al abrirla encontró a un bebé en una canasta, envuelto en una manta algo extraña junto una carta mojada. En aquella ocasión poco sentido le hallaba a la carta, con un mensaje difuso y nada claro, sin embargo, ahora comprendía con detalle aquellas palabras que en su tiempo no le interesaron.
“Esta es la mejor bendición, no la dejes ir”
El viejo estrujó la carta entre sus manos y rompió en llanto, su cuerpo débil y cansado se agitaba con cada aliento de tristeza. Lloro como un pequeño niño hasta dejar la carta empapada de lágrimas. Solo entonces acepto que aquel niño que había criado como su hijo no regresaría jamás. Se había ido para siempre.

Comentarios (8):

Anna Trejo M

18/06/2016 a las 04:14

Andrea:
Tu historia me ha parecido ampliamente conmovedora.

Respecto a la ortografía y redacción, llevas un lenguaje apto y un seguimiento suave, tranquilo.

Suerte con tus escritos, que lo haces muy bien.

Nos leemos.

gaia

19/06/2016 a las 19:03

Opino igual que Anna, te felicito! Estoy en el 202

El Graffo

20/06/2016 a las 05:49

Hola Andrea,

Hay varios fallos de ortografía, es lo que más se nota y le quita muchos puntos al cuento. Las palabras entre comillas van mejor en el mismo párrafo precedidas de dos puntos.

Con respecto a la historia, tienes un buen uso de los recursos, sobre todo en la escena del final con la agitación del cuerpo del anciano. Ahí te sobra la palabra “tristeza” porque ya la has mostrado muy bien con todos sus elementos.

Te aconsejo que repases el concepto “mostrar vs contar”. Veo que eres muy buena en eso y te va a ayudar a mejorar mucho la carga dramática de cualquier cuento.

Vivo tres pisos más arriba. Mi relato es el 166 por si quieres pasar a leerlo: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-36/5927

¡Saludos!

paola panzieri

21/06/2016 a las 17:01

Hola Andrés
Debería hacerte comentario pero de momento imposible,no tengo internet. El 1 julio cumplo. Lo siento

Jess Zyan

22/06/2016 a las 22:24

La estructura de tu cuento esta bien, pero hay uno que otro error de tiempos dentro de la narración.
También pude detectar que tienes un par de fallos ortográficos.

En si, creo que si pules un poco más tu texto le podrás sacar mucho brillo.

beba

30/06/2016 a las 19:31

Hola, Andrés:
Tu relato es muy emotivo.
Como ya te han comentado, presenta varios errores en la acentuación, puntuación, y en la coherencia de los tiempos verbales:(noche lluviosa que encontraría—–noche lluviosa en la que encontró)
Revisa estas oraciones, que presentan fallos en la construcción:
-aquel recuerdo se iba siendo cada vez más claro (sin “se”, o “se iba haciendo”)
– junto una carta (a una carta)
Repites el concepto de “recuerdo más claro”, en oraciones muy próximas entre sí.
Como el argumento es muy tierno, seguramente lo dejarás a punto con los ajustes sugeridos.
Saludos.
(203)

beba

30/06/2016 a las 19:40

Perdón, Andrea (no Andrés). Leí ese nombre en un comentario anterior y de puro vaga no fui a corroborarlo al inicio del relato.

Paola

01/07/2016 a las 17:11

Perdona por lo de Andrés
Hola Andrea
Me ha gustado el relato, tiene una carga de sensibilidad especial.
Ya te han comentado los compañeros posibles mejoras”técnicas” con las que estoy de acuerdo.
En cuanto al argumento creo que deberías dar explicaciones sobre el trozo de tela tan particular, quizás al final del relato como broche de cierre.
Cambiaría “abrió los ojos como platos” “la lluvia era feroz” por ser tópicos conocidos creando así tus propias metáforas.

Nos leemos Saludos

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