Literautas - Tu escuela de escritura

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Impunidad - por Saldivia+18

El anciano encontró la llave en un tarro de galletas. Limpio las boronas y la miró largamente, fascinado por su tono plateado, por su brillo. ¿Para que la estaba buscando? hizo un esfuerzo, frunciendo el ceño…. Nada. No recordaba el motivo que lo llevó a buscar la llave. Entretanto, el golpeteo sobre la puerta continuaba. Sonaba con cierta síncopa, con algo de ritmo, similar a aquella ocasión en que…

La negra Asunta movía sus caderas como ninguna en la víspera de San Juan. Todo el pueblo bebía ron y bailaba al son del quitiplás, del culo ‘e puya, de todos los tambores, de todo lo que sonase placa ta placa ta placa ta placa al ser percutido, golpeado o sacudido. Asunta lo seducía con su cintura cimbreante, con su blanquísima sonrisa que hendía las mejillas gordezuelas color petróleo. “¿Yo como que no te gusto puej, Tomás?” le dijo entre giro y giro, dándole la señal que él esperaba para llevársela al bosquecito que bordeaba la playa y luego de desfogar el ardor mutuo, reir juntos inventando nombre y buscando forma a las constelaciones mientras a lo lejos el placa ta placa ta placa continuaba sonando, apagado y cómplice.

Los golpes se intensificaban, y ya se escuchaban algunos murmullos desde el exterior. El anciano instintivamente se encogió en su sillón y apretó la llave entre sus dedos. Fuerte. Casi tanto como cuando…

Sostuvo la mano de Asunta todo el rato mientras paría. La comadrona, parca y eficaz, mezcló emplastos, aplico menjunjes, y cortó el cordón umbilical de un robusto varón. Su heredero. Su retoño. Tomás alcanzó nuevas cotas de felicidad, y para él fue el mayor privilegio ser su mentor, su amigo y su compañero de juegos, además de su padre.

Su hijo… ¿este muchacho que había aparecido súbitamente ante su vista no sería su hijo? Lo miró fijamente, tratando de evocar su imagen ¿Y quién sería el otro? ¿Su nieto? ¿Tenía nietos? Una vez más el anciano se esforzó en recordar y apretó con más fuerza la llave hasta que le hizo daño en la mano. Pero solo el vacío pobló su mente.

– ¿Qué me miras tanto, viejo becerro? Que lacreo, menol, en la casa vive un loco…
– Ve chigüire, yo creo que este viejo nos va es a sapear. Mosca con ese beta
– Vamos a quemarlo, menol, saca el hierro de una

¡Bang! Sonó un único disparo que abrió un vórtice hacia el infinito en la mente y en la frente del viejo Tomás, por donde escaparon los jirones de recuerdos que habían sobrevivido al poder destructivo del Alzheimer, y po donde escapó también la vida de Don Tomás Acosta, exitoso empresario del cacao surgido desde la pobreza a fuerza de trabajo duro y hábitos frugales, según relató la esquela mortuoria.

Mientras que “El Chigüire” y “El Menol” fueron finalmente aceptados en la banda delictiva de “Los Zamuros” luego de comprobar su autoría en el asesinato de un ser humano en su propio hogar, asegurándose así por un buen tiempo, el acceso a drogas, alcohol, mujeres y poder, casi con perfecta impunidad.

Comentarios (20):

Saldivia

18/06/2016 a las 13:34

Pido disculpas desde ya a los lectores por el quizá excesivo uso de localismos, el relato fue escrito de un tirón al darme cuenta que faltaban menos de 2 horas para la caducidad de la recepción, sin revisión posterior. Aclaro algunos términos:

Quitiplás y Culo ‘ e puya son dos tipos de tambores que se usan para la interpretación de ritmos afrocaribeños en la costa venezolana, referencias en http://mitamboryyo.blogspot.com/2008_03_01_archive.html

La palabra “puej” no es un error de escritura, corresponde a la s aspirada al final de las palabras usual en algunas zonas de las costas caribeñas en Venezuela y otros paises.

Becerro es un insulto en la jerga que hablan algunos sectores de la población venezolana (usualmente de origen carcelario), mientras que beta podría traducirse como “asunto” en esta misma jerga, en la que “sapear” es delatar, y “hierro”, un arma de fuego corta, “mosca” traducuría “¡ojo! o ¡atento! y 2quemar” equivale a matar a alguien de un disparo.

“menol” es pronunciación en lambdacismo de “menor” (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Lambdacismo), ese apelativo al igual que “cigüire” y “zamuro” (que aluden a animales) son comunes en el medio hamponil.

El relato no tiene nada de fantástico. ocurre por estas latitudes todos los días, generalmente más de una vez, en diferentes contextos.

María Kersimon

18/06/2016 a las 17:24

Hola Saldivia. Una palabra para tu relato: magistral. A nivel de ritmo, fondo, forma, poder descriptivo y sugerente, desde el placa ta de la música a los golpes en la puerta que desencadenan los recuerdos vívidos del amor, la paternidad… toda la película de una vida en un instante, traída por el ritmo. Dicen que la música es lo último que se olvida en el Alzheimer. Me hablas de un mundo espontáneo, sensual, amoroso… y feroz, despiadado, violento y cruel, que desconozco y que a la vez que me seduce me atemoriza. Me hablas de otra latitud, otras vivencias, otros olores, colores y ritmos que no conozco más que por las películas, las noticias y las novela. Por lo tanto, me resulta exótico. Pero aparte del exotismo que encuentro también en las novelas de García Márquez, Vargas llosa, Jorge Amado y otros, encuentro una mecánica certera de engarzar los recuerdos con el presente, combinar la melancolía del ayer con la crudeza de la calle, enfrentar vidas dispares que están a punto de colisionar y finalmente lo hacen en un desencuentro de pensamientos, intenciones, culturas…
Faltan un par de acentos y alguna letra final a una palabra pero esto no empaña para nada la intensidad, el ritmo, la profundidad de lo descrito. Puro ritmo e imágenes.
Gracias por una lectura tan grata.

Saldivia

18/06/2016 a las 19:53

María, gracias por tus elogios tal vez inmerecidos, me alegra haber propiciado en ti tales reflexiones y emociones a través del relato.

Yo había colocado un comentario aclarando algunos términos, sin embargo no aparece (eso me ha ocurrido ya un par de veces usando el gogle chrome), si mañana aun no los muestra, lo volveré a redactar.

El relato fue escrito directamente en el formulario de envío, con mucha prisa porque se acercaba la hora límite, fue una idea que me vino a la mente en el momento; quizás algunos errores y la falta de “pulimento” en el relato se deban a esa prisa. No obstante, me gustó y por eso me atreví a compartirlo.

Ese contraste entre lo bucólico y lo violento siempre me ha atraído, sin embargo debo decir que en este caso lamentablemente hay muy poco de imaginación, fuera de las elucubraciones sobre lo que piensa el anciano. La violencia y el asesinato están presentes en el día a día de todos los venezolanos, y termina uno acostumbrándose a ello al punto de convertirlo en fuente de inspiración. Una verdad aterradora.

Un gran saludo y gracias por comentarme!

charola

18/06/2016 a las 22:28

Hola Saldivia! Me gustó tu relato, encadenas bien las últimas frases del párrafo con las primeras. Genial!
Hay algunas palabras que no sé qué significan, sería bueno que aclares algunos términos.
Por lo demás, un buen relato.
Felicitaciones! Un abrazo.

Estoy en el 176 por si quieres leer el mío.

drow_jack

20/06/2016 a las 00:31

Hola Saldivia. Primero de todo, gracias por pasarte por mi relato y por comentar.
He de decir que me ha impresionado lo que he leído en el tuyo, es un relato generoso en contenidos. Como defecto destacaría el objetivo abierto que tenía la llave en la historia, supongo que carece de importancia.
Me impacta, o me saca de mi zona de confort, leer textos del otro lado del charco, por los localismos y estas cosas que te desubican y te hacen sentir un lector novel. Pero en esta historia era imprescindible usarlos, hace del leer una experiencia más inmersiva y sincroniza los sentidos a lo leído. Podríamos decir que ha sido un viaje para el lector.
Tomo nota de algún léxico y te felicito por ser capaz de escribir esto de una sentada.
Saludos.

Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia)

20/06/2016 a las 03:56

Hola Saldivia, como soy un lector geográficamente cercano, no me sonó exótico el vocabulario ni necesité el glosario para entender la historia. Coincido con todos en que es un buen relato y añado, que cobra mucho merito saber que lo has escrito cuando faltaban menos de dos horas para el cierre de la convocatoria. Esto habla muy bien de tu agilidad mental, tu creatividad y facilidad para redactar: destreza que he notado en tus anteriores participaciones.
Agradezco que hayas pasado por mi texto en este mes, para leer y dejar un comentario tan generoso e inmerecido de mi parte.
Un abrazo.

Isan

20/06/2016 a las 16:21

Hola Saldivia:

Te puedo asegurar que me ha costado leerlo y entenderlo. Pero igual que me ha costado, me ha gustado. Magnífico relato. El lenguaje del lugar se hace difícil de seguir, pero no por ello me ha dejado de gustar, al contrario, me ha parecido muy natural. Además está bien resaltar los valores y peculiaridades de cada sitio como el lenguaje o los instrumentos de percusión. Recuerdo que no es la primera vez que lo haces, si no es una constante.

Por ejemplo en este diálogo:

“– Ve chigüire, yo creo que este viejo nos va es a sapear. Mosca con ese beta
– Vamos a quemarlo, menol, saca el hierro de una”

He deducido que se lo van a liquidar aunque alguna cosilla se me ha escapado, al igual que los puntos que cierran los diálogos y las tildes en “limpió”, “aplicó” y “reír”.

También me ha parecido muy original la forma en que has enlazado distintos tiempos.

Una vez más debo felicitarte por haber cumplido con creces.

Después de escribir el comentario, leo tu explicación y prefiero no cambiarlo. Internet es un buen lugar para buscar información como los tambores. Es lo primero que hice.
Un abrazo.

Saldivia

21/06/2016 a las 01:02

charola, drow, leonardo, isan; gracias por sus comentarios, sugerencias y valoraciones. al final todo ello redunda en aprebdizaje y en estímulo al empeño de escribir mejor. Me esyoy atreviendo a tocar temas de mi realidad cercana, y eso me ha funcionado muy bien para hacer catársis, así que por los momentos el psicoanalista tendrá que esperar. Para mi es un honor y un gustazo participar ene sta comunidad. Abrazos!

Fonta

21/06/2016 a las 05:24

Me encantó, me fue difícil pero google ayudó jaja, me intriga ver anteriores cosas tuyas, digo por la forma del relato que tiene este, sueles usar esta forma?.
Soy nuevo acá así que si queres pasar por el mio (nro 125), un saludo

amparo rouanet moscardó

22/06/2016 a las 00:38

No hace falta conocer el significado de muchas de tus palabras para sentir la fuera de tu relato.He disfrutado leyéndolo

José Luis Jaimes

22/06/2016 a las 01:54

Salud hermanito Saldivia. La majestad del caribe aparece en tus letras y propone un viaje embriagador. José del 128.

Caciba (Valladolid - España)

22/06/2016 a las 17:21

Hola, Saldivia.

Una vez más has escrito un relato genial.
Solo me di cuenta de la verdadera historia cuando hablaron los dos desalmados. En un principio pensé que venían a buscarle para ingresarle en una residencia… (me monté la historia yo sola…). Pero, por supuesto, es mucho más intensa, se queda el corazón encogido, y mucho mas cuando he leído que en tu país no es un hecho raro.

Nos has mostrado momentos muy bonitos de la vida de Tomás y los has enlazado perfectamente con el presente amenazador.

Resaltaría el párrafo: “Su hijo…, ¿este muchacho…”, me parece el más triste y donde se encuentra la llave de la historia.

Los localismos casi me ha costado leerlos 😉 pero son necesarios y no hay problema, ya los has explicado y si no, se buscan.

Me ha encantado tu historia.

Un saludo, espero que sigas participando después del verano.

(Yo no he escrito ninguna historia esta vez)

Thelma López Lara

22/06/2016 a las 18:03

Hola, Saldivia.

Te cuento, no soy de Venezuela, pero entendí perfectamente el vocabulario utilizado en el relato. En 750 palabras nos regalaste una imagen de la cruda realidad.

Gracias por leer mi relato. Te dejé un comentario en mi espacio.

Saludos.

Juana Medina

23/06/2016 a las 21:29

Hola Saldivia,
Amí no me molestaron para nada los localismos, al contrario me sirvieron para entrar en clima, lugar, situación y ritmo. Me gustan muchas cosas: el gesto del viejo de apretar la llave con fuerza para llegar a un recuerdo, por ejemplo. Otra es la continuidad entre la tremenda realidad inmediata y sus recuerdos. Hay más seguramente. Si esto lo lograste dos horas antes de que venciera el plazo de entrega, cuantas con mi mayor admiración.
Un saludo, (si quieres búscame en el 106)

Manoli VF

24/06/2016 a las 16:57

Hola, Saldivia:

Impactante escena, Saldivia. Contraste absoluto de un mundo, el del anciano desvaneciéndose y el de la deshumanización y violencia de los que aparecen en su hogar, arrasando con todo.

Es un relato muy bueno.

Te sugiero revisar la puntuación y los diálogos ( sin espacio) así como alguna que otra
omisión de palabras como ese: ” Saca el hierro de una”

Un saludo y feliz descanso del taller.

Jordi Lafuente

25/06/2016 a las 12:06

Hola Saldivia.

Disiento con la mayoría de mis compañeros porque el relato, en general, no me ha gustado.

*No veo la relación de la llave con el relato
*No entiendo porqué los dos “pandilleros” matan al viejo.
*No entiendo la relación de los recuerdos del anciano con el resto del relato

Dicho esto hay varias cosas concretas que si me han gustado:

*El uso de localismos. El sentido de las palabras se infirere del contexto y no hace falta conocerlas (como es mi caso)aportando esa cotidianía de los hechos que buscas.
*Como enlazas los hechos actuales con los recuerdos haciendo uso de la repetición

Por otra parte, si esto lo hiciste en dos horas, felicidades, porque tiene cosas interesantes.

Jordi Lafuente

25/06/2016 a las 12:08

Otro comentario sin importancia. No veo nada en el texto que requiera de la etiqueta de “+18” que le has puesto…

Candi Fuentes Arroyo

26/06/2016 a las 19:06

Hola, Saldivia:
Me ha costado mucho leer tu relato, porque supongo que serás de América y tu lenguaje marcado lo impregna todo. La historia es bonita y está bien hilada, pero si evitaras entrar tantas palabras de tu zona sería un relato que se entienda bien para toda la comunidad hispanohablante.
Yo vivo en una zona en que se habla un castellano muy cerrado y con muchos matices pero no escribimos así, y casi ni hablamos así fuera de nuestra zona para intentar que nos entiendan en todos sitios, aunque tenemos nuestro vocabulario en cada zona como es normal, pero al escribir procuro no utilizar palabras que sean específicas de utilización aquí, si lo sé. Es una opinión personal.
Un saludo.

Saldivia

27/06/2016 a las 15:42

Saludos cordiales a todos quienes se han tomado su tiempo para pasar por aqui y comentar, cosa que agradezco. Este ejercicio en mi caso tuvo la particularidad de incluir a dos maleantes en un diálogo. Ese tipo de personas utiliza metalenguajes muy difíciles de comprender si se sacan de su entorno geográfico y temporal (con excepciones como el lunfardo argentino). Probablemente dentro de diez años ni siquiera mis connacionales entiendan el lenguaje utilizado por dichos personajes.

Por otra parte, poner a los maleantes a hablar en lenguaje universal sonaría antinatural, y peor sería ponerlos a hablar en la jerigonza o germanía hamponil de otro país.

De modo que es bastante lógico el hecho de que mucha gente no entendió el texto, aunque en ocasiones la mera sonoridad de las palabras puede transmitir una intención aunque no se comprendan, como en el famoso ejemplo de maluma y takete, que los anglosajones conocen como el efecto bouba/kiki y que otros investigadores han dado en llamar fonoestesia. (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_bouba/kiki y http://www.rinconpsicologia.com/2010/07/maluma-o-takete-las-relaciones-ocultas.html)

Así que finalmente itero mi gratitud a todos, ya nos encontraremos aleatoria o voluntariamente en siguientes retos

beba

03/07/2016 a las 02:16

Hoaldivia:
Tu relato me resultó impactante; el doble juego de planos, excelente; en cuanto a la llave, creo que es una metáfora de algún resquicio de luz en la memoria del hombre; muy significativa esa metáfora porque cobra vida con el repiqueteo; parece que el hombre apretara a su mujer, a su hijo en esos espasmos de la mano sobre la llave; abre la puerta de los recuerdos.
Muy bueno el efecto del lenguaje: el registro propio de una clase social sin códigos y que sólo busca llegar a placeres aunque cuesten la vida.
Mis aplausos.
(203)

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