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EL CAJON DE LOS RECUERDOS - por ShantiR.
El anciano encontró la llave en la repisa, de forma accidental, así a lo lejos, observó entre sus pertenencias desordenadas, un brillo como una luciérnaga en la oscuridad. Acudió a ese encuentro, que por mucho tiempo había postergado.
La vida se encargó de presentarle las circunstancias para que sacara algún provecho, sin embargo, no valoró los momentos. Aquí en medio de la nada y, a poca distancia de partir; quizás a un lugar donde la quietud, el hambre, la desesperanza no tengan presencia. Sino, la creación, lo sutil y la iluminación.
Agarró la llave y, la apretó contra su pecho, sintiendo muy adentro la sensación de poder buscar, respuestas a hechos que le habían acontecido, pero por cuestiones propias del ser humano, no había captado el significado.
A casi un siglo de vida, las facturas de los años le dejaron huellas; sabiduría o desgaste, son interpretaciones intrínsecas. Lo cierto, es su estado de postración, y deteriorado de su cuerpo.
Al despegar la llave de su pecho, fue hasta el cajón de los olvidos, allí estaba la intolerancia, la venganza, el pasado y el futuro. Como pudo, se sentó, con mucha dificultad, la introdujo en el hoyo y giró; un chasquido dio la apertura.
El abuelo, sintió la emanación de la energía contenida por tantos años; fue mucha la intolerancia que mantuvo con las personas de su alrededor, aislándose del resto; por no soportar los pensamientos diferentes a los suyos.
Se le asomó una lágrima, intentando caer, pero fue más fuerte su autocontrol emocional; desechando todo vestigio de sensibilidad. Quien pensara contrario, fue su mayor enemigo, viviendo en función de cobrarse la ofensa. Yendo con frecuencia al pasado, para recordar los momentos tristes y dolorosos.
Así, como viajar al futuro para soñar con alcanzar las metas, obviando el disfrutar el presente; este carecía de valor para sus propósitos. Sara, su único recuerdo, por quien podría sentir arrepentimiento, ya no estaba; cuando a unos pasos de la felicidad, la dejó pasar por la soberbia.
Sacó la foto, ya tamizada por el efecto del tiempo, aparecía ella, sonriendo, con un ramillete de flores y, en el dedo anular de su mano derecha, el anillo de compromiso. Rememorar le producía un dolor agudo, e incontenidas lágrimas que empezaron a brotar de sus ojos.
Ya es muy tarde, para echar atrás las malas experiencias, fruto de las decisiones emocionales irracionales. Sin duda, Sara fue su único amor, y por quien hubiese tenido bellos recuerdos; tan necesarios para poder soportar la soledad que siempre lo acompañó.
Comentarios (5):
María Esther
18/06/2016 a las 06:30
Que tal Shanti,soy Maritel, que con gusto cumplo con el reglamento, haciendo un comentario de tu trabajo.
Creo que el hablar de recuerdos y ancianos nos lleva irremediablemente a la melancolía y a la tristeza.Máxime cuando esa persona se siente arrepentida y lamenta lo que perdió.Todo estaría en cambiar un poco el tono y el color de las cosas.
Saludos y nos leemos!
Shanti
18/06/2016 a las 20:46
Gracias Maria Esther, pronto te visitaré
José Luis Jaimes
20/06/2016 a las 13:54
Hola Shanti, soy José Luis del 128. He leído varias veces tu texto y espero devolverte algo que te sea útil. Tu trabajo logra acercarnos al mundo de éste anciano. En el comienzo siento algo de ambigueda, como si hubieses dudado el camino a tomar:”El anciano encontró la llave en la repisa,de forma accidental, así a lo lejos, observando entre sus pertenencias desordenadas,…”, mas adelante, “A casi un siglo de vida,(…) lo cierto, es su estado de postración y deteriorado de su cuerpo”. Y revisaría alguna puntuación aue tal vez interrumpe mas que definir la idea. Es mi observación para el comienzo porque luego la historia se acomoda. Gracias por tu texto. Saludos.
Luis Rivas V
21/06/2016 a las 07:11
Hola Shanti, Soy Luis Rivas V del 130. Me gusta tu texto, solo te podría comentar algo como dice “Jose Luis Jaimes” hay signos de puntuación, que se sienten forzados a la lectura.(Digo yo en lo personal, no soy bueno en ese tema, pero para eso pedimos apoyo en esta pagina y con conocidos). Espero seguir leyendo tus textos
Gracias por tu comentario
luis
25/06/2016 a las 17:12
Hola Shanti, soy Luis tu vecino del 127. Te has ido a un relato fácil. Recuerdos de antaño que no aportan nada a la historia. Bien narrado, pero falta de contenido. Saludos.