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La momia número nueve - por El Graffo
Aunque se trataba de una región muy fría, el sol de la tarde arreciaba sobre mi espalda, dificultando el trayecto hacia las cuevas y haciendo de mí el último en un grupo de unas doce personas. Luego de una caminata de casi cuarenta minutos, el grupo giró hacia la derecha y se detuvo frente a una cueva rodeada de árboles que proveían una sombra fresca.
-¡Bienvenidos al Museo de Momias de San Pedro de Iguaque! -resonó la voz del guía-. Lo que ustedes están a punto de ver hoy es el museo con las momias mejor conservadas, no solo del país, sino quizá del mundo entero, según muchos arqueólogos.
Se escuchó el obturador de una cámara y de manera simultánea un relámpago iluminó la penumbra que teníamos justo al frente.
-Les recuerdo que de aquí en adelante se prohíben todo tipo de fotografías -dijo el guía mientras esbozaba una sonrisa-. Factores como la luz, la temperatura corporal de los visitantes y la humedad alteran el proceso de momificación. Por eso mismo, este recorrido se hace solo una vez a la semana. Por favor, colóquense sus cascos, síganme y sean ustedes bienvenidos.
El grupo murmuró "gracias" casi al unísono antes de dar los primeros pasos. Me refresqué con algo de agua y esperé a que todos hicieran su ingreso. Una vez adentro, atravesamos un estrecho camino entre dos paredes de roca, húmedas en algunas secciones, al igual que el suelo, que en parte era lodo y en otras zonas era roca firme.
-Esta es la primera cámara, aquí castigaban a los indígenas que habitaban la región y los encerraban durante días enteros… Tenemos la buena fortuna de que no ha llovido en días y podemos entrar para ver sus dimensiones.
-¿Aquí no hay momias? -preguntó una señora de unos cuarenta años.
-No las encontraremos sino hasta el final, donde espero que los caballeros no recuerden a sus suegras…
Las risas no se hicieron esperar, aunque lo único que pensé era en el pobre tipo contando ese mismo chiste todas las semanas. Con todo, era muy carismático y respondía con amabilidad a cada pregunta de los turistas. Veinte minutos y varias cámaras después, llegamos a lo que podría denominarse la galería central. Todos estábamos cubiertos de lodo hasta los tobillos y rastros de barro en varias zonas del tronco.
-Están a punto de ver los cuerpos embalsamados de cuerpos que datan de hace más de doscientos años. Como les indiqué al inicio, la luz afecta su conservación, así que solo voy a encender las lámparas por un espacio de quince minutos.
Cinco luces amarillentas ubicadas arriba iluminaron la sección de la cueva. Se trataba de un espacio circular que tenía en las paredes una veintena de momias, todas con los brazos pegados a los lados el cuerpo y la cabeza en alto. La mayoría tenía ropaje indígena corroído, en contraste con el extraordinario aspecto de la piel.
-¿Por qué esa postura en las momias? -pregunté.
-Excelente pregunta. No sabemos el significado de esa postura, pero todas las momias fueron encontradas así. Algunos creen que se trata de una posición de sumo respeto para encontrarse con las deidades después de la muerte. Desafortunadamente, en el pueblo no contamos con muchos registros de la época colonial.
-¿Y esa zona vacía? -señalé un espacio que correspondía a la momia número ocho o nueve.
-Es una momia que está en restauración -explicó sonriendo-. Ese trabajo de conservación es muy importante para nosotros porque sin este museo, el pueblo no sería más que arena y desolación. Salvo algunos cultivos, el turismo es lo único que nos mantiene vivos.
Al finalizar los quince minutos, el guía señaló la salida y esperó a que todo saliéramos. Tan pronto se apagaron las luces sentí un golpe seco en la cabeza y perdí el conocimiento.
Cuando desperté todo seguía en absoluta oscuridad, tanto así, que no supe si mis ojos se movían en esta o aquella dirección. Tenía la boca muy seca, con los labios partidos, pero no pude abrirla o siquiera pasar la lengua, que en segundos reconocí como ausente.
Luego intenté moverme, pero ni mis brazos ni piernas respondían. Podía sentirlos, pero estaban firmemente pegados a los lados de mi cuerpo. No tarde mucho en darme cuenta de mi realidad, al tiempo que los infinitos dolores consumían todo mi cuerpo y se hacían más intensos a medida que recobraba la conciencia.
-¡Bienvenidos al Museo de Momias de San Pedro de Iguaque! -se oyó una voz que venía desde afuera.
Comentarios (27):
Caciba
18/05/2016 a las 10:33
Uf…, ¡qué angustia! Muy buen relato. Has conseguido ir creando tensión poco a poco. En la presentación me parece muy importante dos elementos que has introducido para el desarrollo de la historia: que el museo esté ubicado en una cueva (si ya es tétrico que sea de momias todavía más el que se encuentre en una cueva) y que ésta sea de difícil acceso (los museos suelen ser muy accesibles al público, lógicamente). Después sigues creando tensión describiendo el interior de la cueva y el poco tiempo que pueden permanecer con luz (¡yo no entraba a esa cueva ni loca!). Y el final ni me lo esperaba, me ha sorprendido. Ademas has presentado muy bien al guía, con el tipo de chistecillos que suelen contar para hacernos amena la visita.
Creo que es un relato muy coherente y que has ido introduciendo acertadamente elementos muy importantes para lograr el clima que pretendes.
Una cosilla solo para mejorar:
“Están a punto de ver los cuerpos embalsamados de cuerpos que datan…”. Te sobra la repetición de “cuerpos”. Te habrías ahorrado dos palabras 🙂
En definitiva, me ha gustado mucho tu relato, tanto la historia como la redacción.
Enhorabuena, un saludo
Ophelie
18/05/2016 a las 18:18
Hola El Graffo
Me ha gustado mucho tu relato. Es muy interesante. Vas creando tensión poco a poco “No tarde” te has dejado el acento “No tardé”
El Graffo
19/05/2016 a las 03:38
Para Caciba,
Gracias por tu comentario sobre el error en la palabra “cuerpos”. Es una lástima no poder corregirlo acá, pero ya lo hice en mi web. La historia está basada en unas cuevas donde hice espeleología y donde efectivamente encerraban a los indios.
Saludos!
El Graffo
19/05/2016 a las 03:39
Para Ophelie,
Gracias por dejar tu comentario. Ya corregí el error del acento en mi web.
Saludos!
Manoli VF
19/05/2016 a las 15:49
Hola El Graffo:
Es una buena historia, en la que los elementos se dan cita para añadir misterio e intriga a partes iguales. Asimismo, el final es sorprendente y revelador.
Te señalo un error que he visto: ” el guía señaló la salida y esperó a que todo saliéramos” te falta el plural en la palabra “todos”. Asimismo, he visto que pones guión corto para los diálogos, que son con guion largo.
Por lo demás tu estilo es fluido y con buena redacción.
Nos seguimos leyendo. Un saludo.
Graffo
19/05/2016 a las 16:05
Hola Manoli,
Gracias por señalar ese error, de hecho, ahora que me fijo no solo es en “todo” sino en la cacofonía salida-saliéramos. El tiempo me jugó en contra porque escribí el cuento faltando una hora para la fecha límite, pero no es excusa.
Con lo del guión corto tuve problema porque primero lo escribí en WordPress (tú que tienes blog me entenderás) y ahí no me da la opción del guión largo. La próxima vez lo pasaré por un documento en Word.
Los errores los corregí en mi web. Gracias y en breve comentaré tu relato.
Saludos!
IAN Pellicer
19/05/2016 a las 16:07
Que horrible seria morir de esa forma: inmóvil, sumergido en la oscuridad y la soledad.. . Un relato muy pero muy perverso y eso me gusta 🙂
Yo el único pero que encontré fue la repetición de la palabra cuerpo, de hay en fuera todo para mi esta bien.
Saludos y gracias por tus recomendaciones.
Laura
21/05/2016 a las 11:17
Hola El Graffo
Magistral relato, aunque me quedo pensando…¿la gente con la que trabaja el guía ya sabía que la última persona estaba sola y nadie iba a echarla en falta?
Por lo demás, magnífico.
Te sigo leyendo.
Luna Pintacielos
21/05/2016 a las 15:40
Hola Graffo,
Como ya se ha mencionado tu relato está lleno de tensión e intriga. Es muy bueno, me creaste una sensación de angustia, desde el ir por una cueva, la obscuridad, la pregunta sobre la posición de las momias, que me hizo tensarme más, pues me imaginé que serían indígenas torturados y encerrados… Además apretaste el interruptor de mi imaginación. todo el tiempo. El final es lo mejor, ¡qué desesperación! Una vez que corrijas los detalles de ortografía que los compañeros te han señalado y estará perfecto. Buen fin de semana
L.M.Mateo
21/05/2016 a las 16:21
Hola, Graffo:
Magnífico relato, y con un final sorprendente. Tienes un estilo muy depurado en tus letras.
A parte de los dos detalles que te han comentado los compañeros, he encontrado un tercero.
“todas con los brazos pegados a los lados el cuerpo y la cabeza en alto”. Falta una “d” en ” a los lados del cuerpo”.
Por lo demás, no he conseguido encontrar más erratas o errores de consistencia, así que te doy mi más sincera enhorabuena. Ten por seguro que tienes una seguidora más.
Un abrazo.
Amanda Quintana
21/05/2016 a las 17:29
Hola Graffo.
Tu cuento es muy impresionante, nunca sospeché el final, me sorprendió “de pies a cabeza” 😛
No solo la idea es buena, sino que más allá de los detalles que ya te señalaron arriba en la forma, también tiene dinamismo a la hora de leerlo.
Gracias por comentar mi relato #45.
Saludos
El Graffo
21/05/2016 a las 18:37
Para Laura,
Ese es uno de los huecos en la historia que también me pican la conciencia. Tuve un par de limitantes: la extensión y el tiempo, porque escribí el relato faltando una hora para el plazo límite.
Gracias por hacer tu observación, me parece muy válida.
Solo encontré una “Laura” con el relato Amada Mía, espero que seas tú para dejar el comentario jejeje.
Saludos!
El Graffo
21/05/2016 a las 18:40
Para Luna Pintacielos,
Sí, lo de la cueva es terrible. Como lo mencioné en otro comentario, está basado en un pueblo afuera de Bogotá, Colombia donde cuentan una historia muy similar sobre el encierro de los indígenas.
Gracias por dejar tu comentario!
Saludos!
El Graffo
21/05/2016 a las 18:46
Para L.M. Mateo,
Qué buen ojo para encontrar ese error. Al igual que los otros, lo he corregido de inmediato.
Nos leemos en Junio!
Edu SC
21/05/2016 a las 20:08
Hola El Graffo,
Me ha gustado tu historia. Está muy bien escrita y gracias a ello se lee con fluidez. Consigues crear el ambiente del interior de la cueva y la falta del la momia en el círculo en conjunto con el título del relato abre la intriga y la tensión que ya ha ido cocinándose lentamente gracias a, como decía, una buena ambientación.
Lo mejor en todo caso, el final. Una manera redonda y, como decía algún compañero, angustiosa, de cerrar el cuento. Yo nunca he podido soportar la idea de estar en un lugar cerrado y sin poder moverme. De hecho, cuando duermo estiro los pies para levantar la sábana que los cubre, necesito tenerlos libres, jeje. Así que tu final me ha producido angustia. Perfecto.
Quizás no he acabado de visualizar del todo el momento en el que recibe el golpe y queda inconsciente. Como queda precedido con el momento de la salida, me imaginaba al protagonista ya fuera. Pero tal vez es mi percepción.
En cuanto a fallitos en la escritura yo había visto los que te comentaban los compañeros, en especial los de repetición de cuerpos y el de salida / saliéramos. También he visto uno en la frase « encerraban durante días enteros… Tenemos la buena fortuna de que no ha llovido en días y…», donde se repiten días, aunque no me parece tan llamativos como los otros.
En «Una vez adentro», creo que sería más correcto “Una vez dentro”, pero dudo.
Lo dicho, un placer leerte y si tienes tiempo y ganas me encantaría recibir tu visita. Estoy en el 51.
Edu,
Cara
21/05/2016 a las 20:49
Hola graffo, muy bueno tu relato, bien construido, bien en intensidad y bien en trama. Sobre estilo no digo nada, no soy una experta y ya te han comentado.
El Graffo
21/05/2016 a las 21:57
Para Edu SC,
Gracias por tu comentario. Ambos errores que mencionas son cacofónicos, al leerlos en voz alta se notan un poco más, así que también he decidido hacer ese par de cambios.
En breve comentaré tu texto.
Saludos!
El Graffo
21/05/2016 a las 22:23
Cara,
Me alegra que te haya gustado. No sé si eres Cara Rolin, pero en todo caso allá dejaré un comentario.
Saludos!
Victor Hugo Montenegro
23/05/2016 a las 17:46
¡Hola Graffo!
En primer lugar gracias por haberte pasado por mí relato y dejar tus observaciones. En cuanto al tuyo, si te soy sincero me gustó. Hubo algunos elementos de la trama que fueron construyendo una atmosfera de intriga. El final también fue de mi agrado, me hizo recordar el primer cuento que le publicaron a Gabo “La tercera resignación”, donde el protagonista se ve inmerso en una experiencia similar.
En cuanto a las observaciones que yo te pueda sugerir, lo primero es dejar en claro que son “mis apreciaciones”, estoy no es ley ni mucho menos, así que te pido que no me creas por favor, solo toma lo que te sirva, lo que tú compartas y lo que no deséchalo.
Hubo unas líneas que me llamaron la atención:
Trata de cuidar el “muy” para que realmente valga su significado cuando sea necesario. Lo digo porque lo vi en algunas líneas como:
“…una región muy fría…” Le quitaría el “muy” no se pierde lo frío.
“…todo, era muy carismático…” Quizá aquí sí lo dejaría como caracterización del personaje.
“…trabajo de conservación es muy importante para nosotros…” Igual lo dejaría porque va con el tema que señalaste de los ingresos que recibe el pueblo por el turismo.
“…Tenía la boca muy seca…” Le quitaría el “muy” no se pierde lo seco.
Te hago esta observación porque de pronto se te está volviendo una muletilla en tus escritos y no te has dado cuenta. Revisa también “todo” que me sonó bastante.
“…durante días enteros… Tenemos la buena…” Entiendo la intención que tenías con los puntos suspensivos, pero me inclino más por el punto seguido: “…durante días enteros. Tenemos la buena…”
“Veinte minutos y varias cámaras después” Quizá le quitaría “cámaras”, porque nos habías dicho que: “…de aquí en adelante se prohíben todo tipo de fotografías…” y también creo que estaría bien dejar solo los minutos: “Después de veinte minutos llegamos a lo que…”
“…pero ni mis brazos ni piernas respondían…” Creo que en esta línea hace falta algo de puntuación, no sé si le falta una coma después de brazos, o una “y” como conector de brazos y piernas, o dejarla como: “Luego intenté moverme, pero mis extremidades no respondían.” Para que la palabra “extremidad” abarque el conjunto del cuerpo.
“…Una vez adentro, atravesamos un estrecho camino entre dos paredes de roca, húmedas en algunas secciones, al igual que el suelo, que en parte era lodo y en otras zonas era roca firme…” Quise hacer la observación de esta línea para resaltar la buena descripción del lugar, donde se gesta la atmosfera del relato, excelente ambientación.
Creo que fueron sólo estas líneas las que me llamaron la atención. Leí algo de un cabo suelto en el comentario de Laura, válido por cierto. Es también posible preguntarse si fue el guía el que lo golpeó, no es claro, o si es un plan por parte de los organizadores del museo y las verdaderas momias sean realmente los turistas, es decir, podría pensar en varias cosas, pero esto para mí es como buscarle cinco patas al gato. Desde mi perspectiva lo realmente importante es percibir qué es exactamente lo que quiere transmitir el escritor con su relato con base en el planteamiento de la historia. A partir de allí, no tengo objeción con tu historia, porque has logrado el cometido de crear esta atmosfera de intriga para alcanzar un final expectante. Te felicito por tu trabajo y espero seguirte leyendo en próximas escenas.
¡Un fuerte abrazo!
El Graffo
23/05/2016 a las 18:27
Hola Víctor,
Excelentes observaciones las que has mencionado. Me agrada que a la gente le haya gustado el relato, pero venía esperando apuntes más certeros.
Lo primero es que me sorprende el “muy”. Siempre reviso “mente” para evitar caer en el uso de los adverbios, pero añadiré “muy” y “todo” a la lista para comprobar esas muletillas. Esa observación vale oro.
Con respecto a las “cámaras” porque me refiero a “secciones” de la cueva, pero en parte creo que debí buscar sinónimos.
El cabo suelto que menciona Laura me parece muy válido. Tú aciertas con la interpretación: el guía lo golpeó, es un plan de los organizadores y las momias son realmente turistas. Sin embargo, no debe quedar duda y eso lo puedo resolver con una línea extra aprovechando que en mi blog no tengo líos con pasarme unas cuantas palabras jejejeje.
Por otro lado, acabo de leer el cuento de Gabo. Aunque he leído varias cosas, curiosamente había pasado ese por alto. Excelente apunte también.
Saludos!
juanjohigadillo
25/05/2016 a las 07:52
Buenos días, Graffo. En primer lugar quería darte las gracias por pasarte por mi relato. En segundo, y esto es lo que importa, felicitarte por haber conseguido crear un inquietante relato inspirándote en un lugar real: las cuevas en las que hiciste espeleología. Al igual que a Laura, el final me provoca alguna que otra duda. ¿Porqué precisamente él? ¿Nadie le echó en falta…? Porque al principio del relato dice que se quedó el último, pero en ningún sitio creo recordar que se mencionara que el protagonista iba solo. En fin, supongo que habrá sido cosa de las prisas. De todos modos, lo considero un buen relato. Saludos desde Pucela.
Cryssta
25/05/2016 a las 07:56
Hola El Graffo, disculpa mi tardanza en devolverte la visita, tengo mucho lío y voy por orden.
Tu relato me ha gustado mucho y también la forma que tienes de escribir con párrafos cortos que dan mucha claridad al texto. También resalto en ti la forma en que te tomas las críticas, como un modo de aprendizaje, estoy segura de que tus próximos relatos serán muy buenos.
Te señalaré lo poco que yo he visto mejorable y no te han dicho:
– una coma tras “y la humedad”
– “en parte era lodo y en parte roca firme” o bien “que en algunas zonas era lodo y en otras roca firme”
– “llegamos a la galería central” eso de “a lo que podría denominarse” es un gasto de palabras que te puedes ahorrar, se supone que el guía del museo les dice que es “la galería central”, es lo que hacen los guías
– “y teníamos rastros de barro en varias zonas del cuerpo” mejor decir “cuerpo” que “tronco”, seguramente algo caería en piernas, manos y brazos
– “correspondía a la momia número nueve” el título deja claro que es la momia número nueve así que no vale la duda en el protagonista
– la frase “no supe si mis ojos se movían en esta o aquella dirección” no va muy bien, uno sabe en qué dirección mueve los ojos, hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha, hacia la izquierda o al centro, otra cosa es que no sepa hacia qué punto del lugar en el que se encuentra está orientada su mirada ¿al sur, al norte, a la parte de arriba de un sitio…?
– “ni los brazos ni las piernas respondían” ya se sabe que son los suyos
– creo que quedaría mejor decir: “al tiempo que infinitos dolores consumían mi cuerpo creciendo en intensidad a medida que recobraba la conciencia”, de todas formas dale una vuelta a esto porque se supone que él ya ha recobrado la conciencia del todo si se ha preguntado para dónde mira, se ha dado cuenta de que tiene la boca seca y le falta la lengua y ha visto que no puede moverse porque tiene las extremidades pegadas al cuerpo. Quizás podías poner las cosas en otro orden. Despierta sintiendo los dolores que crecen en intensidad y luego ya se da cuenta de todo.
Espero haberte ayudado y leerte en próximos talleres. Felicidades por tu relato.
El Graffo
25/05/2016 a las 15:49
Para Juanjohigadillo,
Estoy preparando una corrección de ese detalle, pero no creo que sea sino hasta el fin de semana. En parte no la incluí por la extensión del relato, pero en su lugar pude haber sacrificado otros detalles y ahí estuvo el error.
Gracias por el comentario!
El Graffo
25/05/2016 a las 15:55
Para Cryssta,
No hay lío por la espera, además tienes un montón de comentarios en tu propio relato y eso también requiere tiempo.
Las correcciones que mencionas son muy válidas, sobre todo la última por la forma en que recobra la conciencia y experimenta el dolor. Haré el ajuste con esos detalles este fin de semana.
Gracias por tomar nota de esos baches, tienes un ojo muy fino.
Saludos!
Laura
29/05/2016 a las 12:31
Hola de nuevo.
Si, soy yo la del 9.
Te agradezco la crítica. Es lo que hace que podamos mejorar.
Sigue escribiendo.
Isolina R
31/05/2016 a las 22:36
Hola, Graffo:
Llevo tiempo pensando y pensando sobre tu historia. Te cuento por qué.
Me he planteado dos preguntas.
La primera es si está bien elegida la persona de la narración. Has narrado en 1ª, en un discurso lógico, como si los lectores pudiéramos recibir lo contado por el pobre turista en proceso de momificación. Pero todos sabemos que eso no es posible. Si ese turista ocupa para siempre el lugar de la momia número nueve es porque no puede hablar. Si pudiera comunicarse, dejaría de ser momia, o al menos crearía problemas a las autoridades. Es decir, en el caso de que quisieras mantener a toda costa la 1ª persona debería ser un monólogo interior. El personaje piensa lo que le ha ocurrido hasta darse cuenta de la cruda realidad, de dónde está y por qué. Y ahí puedes transmitir todo el horror del pobre turista, que puede pensar, pero no comunicarse con los demás. Podías haber utilizado también la 3ª persona, bien desde la omnisciencia o bien desde el narrador testigo (el guía, por ejemplo, que puede saber desde el principio lo que le espera al desgraciado turista que acabará embalsamado). ¿Qué ventajas e inconvenientes presenta cada una? La angustia del protagonista puede mostrarse mejor desde el monólogo interior, pero la tensión tal vez se logre mejor con la 3ª omnisciente o testigo. No lo sé.
La segunda pregunta que me he hecho tiene que ver con los cabos sueltos de la trama. Para que el relato no haga aguas se necesitan varios requisitos: que nadie sepa que ese turista está visitando el museo o que tenía la intención de hacerlo siquiera, que sea un solitario al que nadie eche de menos y que como momia no se le vea la cara. Dices que las momias tienen la piel con un aspecto extraordinario. Deberías señalar que se trata de la piel de los pies o de las manos. La postura debería ser de tal manera que no se les viera el rostro (de pie con la cabeza inclinada hacia abajo, o de espaldas, o tumbadas con la cara contra el suelo…). O decir que se les somete a alguna operación para desfigurarlas y no puedan ser identificadas.
La idea de que el turista acabe como momia en el museo me parece buenísima, pero creo que debiste trabajarla un pelín más para evitar estos agujerillos.
Espero que mis reflexiones te sirvan.
Saludos.
El Graffo
01/06/2016 a las 02:55
Para Isolina,
Gracias por tus dos apuntes. La primera observación sobre el narrador me parece válida, pero ambos coincidimos en que la mejor forma de narrar la angustia es en primera persona. Lo que podría mejorar sería el tiempo: he utilizado el pasado, pero creo que en tiempo presente funcionaría mejor.
Sobre los cabos sueltos hay muchas salidas. Veo importante resolverlos por el género en particular del relato, así que tomo nota de esta observación.
Gracias por comentar y ya me paso por tu relato.
Saludos!