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Balas en el muro - por tavi oyarce
Web: http://cuentos-tavioyarce.blogspot.cl/
Elena debió intuir que la despedida de Rafael era definitiva. Mi padre se negaba a llorar y Rafael era el único que mantenía la serenidad. Lo vimos tomar el autobús y dejarnos un vacío que no sabíamos cómo enfrentar. Esa noche mis padres no durmieron. Cuchucheaban en su dormitorio para no preocuparme; yo estaba despierta, no quería dormir.
Temprano fuimos a despedirlo a la Escuela de Artillería. Los muchachos se aprontaban a partir al puerto de Iquique. Cuando la caravana de buses enfiló hacia el norte mi padre se quebró. Elena lo acompañó hasta el museo de historia donde trabajaba y yo me fui a la universidad. Extrañaría a mi hermano. Él era mi amigo, mi confidente. Rogué que el desarraigo no fuera doloroso; aunque confiaba que el mar turquesa y la arena blanca de Cavancha le harían olvidar el ajetreo de la capital.
Esa noche cuando regresé a casa el ambiente era el que suponía. Mi madre afanaba en la cocina y mi padre frente al televisor aparentaba ver las noticias.
─Nada interesante ─dijo.
─No las veas, papá ─le reproché y me senté en sus rodillas.
Acaricié sus canas. Sabía que sufría y no encontraba la forma de animarlo. A la hora de la cena conversamos trivialidades, Rafael era nuestro único tema.
Por fin llegó una carta de Rafael. Nunca imaginé el consuelo que provocaría en ellos tener noticias de mi hermano. Parecían niños disputándose una chuchería.
Un año después todo cambió. Las cartas se hicieron esporádicas y solo encontrábamos bajo la puerta avisos de cobranza. Papá cayó en una depresión. Mi madre lloraba a escondidas; yo, dejé la universidad y entré a trabajar en una textil. Hice lo imposible por alegrar sus vidas, pero mi padre se veía muy débil. Una tarde, Elena lo encontró sentado frente al televisor, el rostro congestionado y el cuerpo torcido sobre un brazo del sofá. Supo que un infarto había concluido con su vida; yo desde mi ignorancia juraba que la pena se lo había llevado.
Hacía dos años que no sabíamos nada de Rafael y la muerte de mi padre ahondaba su ausencia.
Una mañana, cercana a la primavera, un aire enrarecido enturbiaba la ciudad. El flujo de la locomoción colectiva había disminuido. En la fábrica supe que al presidente le habían hecho una encerrona y una junta militar nos regiría a partir de ese momento. El interventor bajó de su oficina y nos reunió en los comedores:
─Todo está normal ─dijo─. Sigan en sus puestos.
Subí al segundo piso.Pensaba en Elena y me angustiaba saberla sola en el caserón preocupada por mi hermano. Mi compañera encendió una radio a pila y seguimos el curso de los acontecimientos.
A mediodía el lejano tableteo de las metralletas era insoportable. Un camión militar chirrió y se detuvo frente a la textil. Alguien tuvo la ocurrencia de disparar desde el entretecho del edificio y fue como si encendieran la mecha de un detonador. El camión arrancó de cuajo el portón de entrada. Al silbido de las balas siguieron los gritos. Algunos huían por los tejados, otros por los sitios baldíos que rodeaban la empresa. El miedo nos arrinconó
Sentí unos trancos subir la escalera. La puerta de la oficina golpeó contra el muro al recibir el zapatazo de un conscripto. Nos conminó a arrodillarnos. El arma temblaba en sus manos. Quise decir algo a mi favor pero mi voz no respondía. Mi compañera hizo un movimiento absurdo y el conscripto ante la sospecha de peligro gritó:
─¡Terroristas, mi sargento!
─¡Mátalos! ─Atronó una voz desde el exterior.
La descarga lanzó el cuerpo de mi compañera contra el muro. Él que había dado la orden entró en ese momento dando grandes zancadas. Al verme levantó la mano.
─¡Yo me encargo de ésta! ─amenazó.
El conscripto dio un paso atrás y escapó sigiloso.
El hombre, guiado por un impulso ciego avanzó hacia mí.El chorro de luz que entraba por el ventanal iluminó su rostro, tenía la mirada acerada. Me observó como si mi presencia le fastidiara. Yo estaba muda, de terror me paralizaba. Cogió las solapas de mi vestido y me dejó caer en un rincón. Arrastró el cuerpo de mi compañera y lo tiró sobre mí, su sangre escurrió tibia por mi rostro. Extrajo una pistola del cinto y disparó: dos balas quedaron incrustadas en el muro.
─¡Mantén los ojos cerrados! ─ordenó, como si yo no fuera su hermana pequeña
Le oí bajar los escalones y me di permiso para llorar.
Comentarios (16):
Escritores Anónimos
17/05/2016 a las 18:49
¡Hola Tavi! Soy el primer comentador (¿se dice así o me lo he inventado?). No sé que puedo decirte, porque te has convertido en uno de “mis imprescindibles” en Literautas. La historia evoca tiempos anteriores, y va hilando poco a poco con paciencia hasta el punto álgido (sí, el final), ya me venía venir que era Rafael pero no deja de ser chocante.
En cuanto a la forma tampoco puedo decir nada negativo: comas bien puestas, puntos, también. Adjetivación justa… Sólo un pequeño errorcillo pusiste “cuchucheaban” en vez de “cuchicheaban”.
El título al principio parece absurdo, sin sentido, pero llegas al final y es como una explosión de entendimiento.
No puedo decirte más porque de verdad, no cambiaría nada, se nota que escribir ES lo tuyo.
Muchos besos, felicidades y a seguir escribiendo!!!!
Salomón Lima
18/05/2016 a las 00:52
¡Hola!
El personaje principal está bien planteado, aunque no me queda claro cuántos años puede tener. Los secundarios no se quedan atrás en el planteamiento, el ambiente se siente y los detalles son agradables.
En mi primera lectura no me percaté de la época hasta pasada el primer tercio del relato. No molesta tanto porque el personaje principal es introspectivo y la época es solo parte el ambiente.
El giro, como dice el comentario anterior, se preveía. Lo importante fue como lo trataste.
Lo único que me incomoda es el tiempo transcurrido en el relato. Tres años transcurridos me parecen muy rápido para que la salud del padre (aunque no sé tampoco su salud anterior) se deteriorara tanto y que Rafael saliera como superior al conscripto asiq ue no sé si es soldado, sub-oficial u oficial (aunque no sé cómo es la educación en la Escuela de Artillería). Probablemente me falta más contexto, pero son las preguntas que se me presentan.
Tienes material y lo trabajas bien.
Hasta la siguiente oportunidad.
Paola
18/05/2016 a las 16:04
Hola Tavi
Muy buen relato. Me ha gustado mucho. Personalmente creo que no es importante el lugar ni el sitio pues esas cosas han pasado en todas la épocas y en casi todos los países del mundo aunque en teoría se debería de situar el relato en el tiempo y en el espacio.
Creo que lo has planteado bien y has ido acelerando el ritmo hasta el final, previsible, pero bien conseguido con el hecho de que los hermanos ni se hablen.
Enhorabuena y saludos Paola
Tavi Oyarce
18/05/2016 a las 17:07
Gracias Paola
En realidad quería dejar en evidencia la destrucción familiar que acarrea una dictadura de cualquier índole y en cualquier país del mundo. Basado en un hecho real.
Gracias nuevamente
Victor Hugo Montenegro
18/05/2016 a las 20:15
¡Hola Tavi!
De nuevo en esta escena con tu relato. Una historia estremecedora, y bien llevada. En cuanto a los giros pues aunque ya se veía venir, creo definitivamente que lo que se debe resaltar en la historia es el hecho en la forma como al final, aumentaste la velocidad del ritmo y en ese tramo estuve más enganchado a la historia. En cuanto al título, pues me parece congruente con el final. Del principio me gustó la forma en que situaste a los personajes en su drama, porque trasmites esa atmosfera de angustia familiar.
¡Felicidades por tu relato!
¡Un Abrazo!
Juana Medina
18/05/2016 a las 20:49
Hola compañera,
Gracias por pasar por mi relato y comentarlo con tu benevolencia de siempre.
Creo que lo que querías transmitir con el tuyo resulta perfectamente claro para cualquier lector y aunque en general lo que dice Paula en cuanto tiempo y espacio es válido, creo que aquí se puede asar perfectamente sin esas especificaciones porque el contenido es claro, contundente, doloroso y válido para cualquier lugar y cualquier época de un mundo cada vez más difícil.
Excelente trabajo. Muy logrado.
Un abrazo,
KMarce
19/05/2016 a las 10:24
Saludos Tavi,
Muchas gracias por pasar por mi relato. Ya te tenía en mi lista de lecturas voluntarias, así que doble obligada.
Te comento que encontré algunas minimiedades en el texto, error de dedo. Te las detallo:
Subí al segundo piso.Pensaba –espacio después de punto
El miedo nos arrinconó — falta punto y aparte
hacia mí.El chorro de luz —espacio después de punto
no fuera su hermana pequeña —falta punto y aparte
El título viene como #Crónica de una muerte anunciada, y creo que va bien con la historia.
Me alegra que aceptaras no seguir el reto de las cinco palabras, porque de haber sido así no tendríamos esta historia tan emotiva, triste e injusta. En mi país solo hubo una dictadura oficial (16 años en el poder), hace como sesenta y siete años; se supone que desde entonces vivimos en democracia, aunque algún torpe presidente ha aplicado la represión de la libre expresión… aunque los aires actuales huelen a otra cosa y el actual pretende continuar en el poder.
Me conmovió el final y la muerte del padre.
Saluditos, ¡nos leemos!
Oda a la cebolla
22/05/2016 a las 14:47
¡Hola, Tavi! Dramático relato, bien trabajado. Ya te apuntaron los compañeros errores como el “cuchucheaban” y laguna que otra cosilla. De cualquier modo, me pareció original e interesante. Seguimos leyéndonos. ¡Saludos y buen fin de semana!
Oda a la cebolla
22/05/2016 a las 14:49
Perdón, quise decir “alguna” en vez de “laguna”. ¡Buenas tardes!
Dianet (Cuba-España)
22/05/2016 a las 20:16
Hola tavi, encantada de leer una buena historia. Creo entender que es basada en hechos reales, eso lo hace más emocionante. A medida que iba leyendo me sorprendió el giró que dio, pues la esperaba más pasiva. ¡El tituló perfecto!
No se si entendí bien. ¿El soldado es su hermano?
Agradecida que te hayas acordado de mí y contenta que te gustara mi historia. Tomaré mucho en cuanta tu consejo y me alegra que notarás mís avances 😉
Saludos, nos leemos!!
lucrecia gordillo
23/05/2016 a las 01:05
¡Jesús, José y María! escenas como ésta, me hacen sentir miedo. MUY BIEN ESCRITA. Lo único es que de la pobre Elena se adivina que es la esposa de Rafael pero creo que sería mejor que aunque sea es una forma indirecta le des un claro lugar en el cuadro familiar. El papá de Rafael murió pero y la mamá ¿qué pasó con ella? dices que Elena estaba sola en el caserón…
Gracias por leer el mío. Tu comentario me anima a seguir adelante y ponerle un poquito más.
Hasta junio entonces.
lucrecia
Otilia
23/05/2016 a las 10:06
Hola Tavi,
Gracias por leer y comentar tan amablemente mi relato.
El tuyo me ha gustado. Has conseguido esa atmósfera de angustia en la familia y el drama de la población ante una dictadura militar.
Buen trabajo. Nos seguimos leyendo.
Saludos
Autor
23/05/2016 a las 18:06
Increible relato. Muy bien narrado. Una historia conmovedora de conflicto en un familia que refleja la situacion de todo un pais.
Felicidades, me ha gustado mucho.
Animo y a seguir escribiendo.
Inma Cg
26/05/2016 a las 15:14
Tavi, te comento sin leer las opiniones de los demás. No sé si lo que digo ya te lo han dicho otros; en esto no quiero influenciarme. Tengo la sensación de que has escrito MUCHO en muy poco: has realizado una narración que incluye mucha información sin acabarla por un lado, sin sacarle toda la punta que debieras (por otro lado) y dejando muchos datos inconclusos que creo debieras incluir. ¿Quién es Elena? (es la madre, la hermana, la novia de Rafael). ¿Existe una relación entre la marcha de Rafael y la llegada de los militares? ¿Por qué ante la ausencia de noticias del protagonista la familia no hace nada para ponerse en contacto con él? Creo que has empezado algo demasiado grande para ajustarlo al espacio de 750 palabras…
Inma Calvo
27/05/2016 a las 08:58
…Tavi, vuelvo a la carga sólo para puntualizar (porque igual ayer no lo dejé claro) que tu relato sí me gustó, eh? Y mucho. Puede ser el principio de una novela.
Wiccan
04/06/2016 a las 02:25
Buenas Tavi,
Creo que cuentas de una forma muy sentida y personal esta historia, en cierto modo por la forma de narrarla con ese personaje desde el punto de vista de sus sentimientos hace que se deje sentir que tiene una base real. En cuanto al contenido haces muy buen trabajo, partiendo de la marcha, finalizando con la “vuelta” y contando lo que esa separación genera para la familia. Creo que en este tipo de textos es normal que presientas lo que va a pasar, yo lo suponía, pero reconozco que no lo considero un error ya que uno de los alicientes de la lectura es precisamente que, suponiendo ese reencuentro, quieras seguir leyéndolo para ver como se desarrolla. En tu caso me ha encantado como lo has descrito, ya que una conversación haría que el texto perdiera fuerza y tal y como lo tratas mantienes esa sensación de ruptura que ha generado la guerra, no lo sientes como una reunión ya que en realidad el sentimiento para los protagonistas es que siguen separados.
A nivel formal poca cosa he visto. En cierto modo el que existiesen tantas frases cortas hizo que el texto se me hiciera un poco lento (sobretodo al principio), pero puede ser un tema de gusto mío. También, cuando se dice que la “madre afanaba” creo que debería ser “madre se afanaba” o “madre faenaba”, tal y como lo pones no me suena bien, aunque igual es cuestión geográfica.
En cualquier caso felicidades por el texto.
Un saludo!!!