Literautas - Tu escuela de escritura

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El último tango - por Paola

Web: http://papan3.blogspot.com.es

Estaba de pie, descalza y alzaba la pierna estirada sin esfuerzo aparente. Su peso en la otra que acababa apoyada en la punta del pie. Su pelo moreno, encerrado en un moño apretado, tensaba la piel de su rostro aportando exotismo a su esbelta figura. Un mechón insumiso ondulaba en el aire retando las reglas marcadas. Los ojos cerrados mostraban su ausencia y sus manos giraban al son de una música muda captada tan solo por ella.

Detrás, de escenario, la pared que acababa en un rollo de espino exhibiendo un mural de flamencos rosados volando, pintados por las compañeras del grupo de arte.
Las presas del patio fumaban mirando a Manuela bailar.

—Al verla tan dulce resulta imposible olvidar las palabras que dijo el día en el que entró. Desde entonces, Manuela no ha vuelto a hablar más —expliqué a la doctora del centro que estaba tomando contacto con su nuevo puesto.

Llegamos al despacho en silencio, la señora había quedado fascinada por la escena del patio.

—¿Qué ha hecho una mujer como ella para estar en la cárcel?
—Cuando la conocí, su serenidad me llamó la atención, se enfrentaba a una condena muy larga y parecía no sentir pena alguna. Le pregunté los motivos —dije buscando la cinta de audio del caso en cuestión —. Esta es la grabación, quisiera que usted la escuchara con las mismas palabras que usó.

La voz de Manuela empezó a relatar:
—Esa noche, en la gala, Miguel presentía la derrota. El nivel del concurso había sido muy alto y el jurado seguía dividido. El premio, un talón sustancioso y una copa de museo, se estaba esfumando entre sus dedos como lo hace un puñado de arena.
Quedaba el último baile. Un tango.
Le miré temerosa de ver en sus ojos la chispa y estaba en lo cierto, la vi.
Su cuerpo en tensión parecía anclado al suelo, las manos cerradas en puños y en la cara la mueca de un hombre dispuesto a ganar.
La última vez que bailamos de esa manera me había prometido que nunca más volveríamos a hacerlo.

Palabras al viento, se volvía a repetir.

El aviso y un minuto de tiempo.

—¡No me toques el pelo, Miguel, ya sabes que no lo soporto!
Agarró mis muñecas atrayendo mi cuerpo hacia sí, notaba la fuerza de agarre, dolía.
Su cara rozaba la mía, tan cerca que su aliento entraba en mi cuerpo directo, respiraba su anhelo y su afán. En ese momento entendí que todo estaba perdido y que, con el tiempo, se iba a poder repetir.
Se apagaron las luces de fondo y salimos a pista, yo vestía de negro con peineta dorada y él llevaba camisa de manga copiosa y chaleco ajustado.

El violín empezó su llanto muy lento y yo giré a izquierdas con las manos al aire y movimientos sinuosos. Él paró mi giro de golpe y me obligó a voltear a derechas, en un desafío. Me frenó, me agarró y me besó doblando mi cuerpo hacia atrás y haciéndome suya.
Siguiendo el compás intenté alejarme de él. Aprovechando el momento agarró mi espalda pegándose a mí, giramos y al tiempo gritaba mi nombre lanzándome en alto. Al bajar, quedé en ovillo en el suelo, el silencio total invadió aquella sala y los ojos de todos estaban posados en mí.
Levanté una mano implorante y noté un dolor en el brazo al sentirme elevar en el aire y caer en el cuarto compás. Otro grito, un desmán y se alejó de mí. Me miraba con ira y las lágrimas no tardaron en brotar de mis ojos y empañarme la visión. Acarició mi pelo con gesto seguro, ladeé la cabeza, dolida, acercó su boca a la mía tirando del moño y dejando caer en cascada mi pelo hacia atrás.
Levanté la cabeza y leí el reto en sus ojos. La rabia corrió por mis venas al verme burlada, estaba dispuesto a jugárselo todo para ganar.

Mi baile ya no era sumiso y en la pista quedábamos solo los dos.

Con ritmo de tango la lucha avanzaba cargada de furia creciente, su fuerza, mis uñas, su abrazo, un beso mordido. Su risa malvada cegaba mí mente y con rabia impotente blandí la peineta de alpaca con todas mis fuerzas, marqué los tres pasos restantes cerrando ese tango de sangre, con muerte. El pobre Miguel dejó de reír.

Comentarios (24):

El Sr. Pimienta

17/05/2016 a las 15:49

Hola Paola, ¿cómo estás?

Quiero empezar por el final si no te importa, a ver si me puedes solventar ese par de dudas que me han surgido.

Manuela utiliza la peineta para matar a Miguel, ¿se la clava, no?. ¿Pero, dónde?
Y otra cosa que no entiendo, ¿era Miguel la pareja de Manuela? Es que no me queda claro el porqué de ese gen competitivo entre ambos si son pareja.

El relato me ha gustado, y usas muchas palabras muy representativas para describir los movimientos y sentimientos que están experimentando, cosa que me ha agradado mucho. El antepenúltimo párrafo, en concreto, el que más.

Hay algunos errores de transcripción, y en los primeros párrafos siento como que cambiando/quitando algunas comas podría mejorarse, pero eso ya es cosa de cada uno y, yo no soy para nada el más indicarlo para hacerlo.

En el segundo, eso sí, cuando dice “Detrás, de escenario”, qué querias decir, ¿”Detrás del escenario”, o “Detrás, el escenario”?
Otro fallo ortográfico sería, en el último párrafo, el acento de “mí mente”, que al ser un posesivo con un sustantivo detrás no llevaría.

En todo caso, buen trabajo y nos seguimos leyendo.

¡Un abrazo!

Victor Hugo Montenegro

17/05/2016 a las 15:49

¡Hola Paola!

Creo que es la primera vez que leo algo tuyo y me ha encantado. Realmente me llevaste por lo que es un tango. Tu narrativa esta en vuelta con una prosa poética que en algunas líneas se vuelve una delicia leerte, una completa alusión a lo que es una de las siete bellas artes: la danza, combinado con esa sensualidad del tango, pero al mismo tiempo con ese tinte de tragedia que logra captar la atención del lector.

¡Enhorabuena por tu relato!

¡Un abrazo!

narranacion

18/05/2016 a las 11:31

Hola Paola.

Antes de nada, felicidades por el relato.

La verdad es que el principio me ha ido introduciendo poco a poco en la historia, sin llegar a engancharme de una manera directa. Seguramente por la incertidumbre que vas generando en los diferentes párrafos, en los que no sabes hasta que has avanzado un poco, si estás en una escuela de baile o en algún otro sitio. Creo que está hecho así expresamente y una vez finalizada la lectura, creo que sí funciona a modo de introducción, aunque he tenido que leer un par de veces la frase “Las presas del patio fumaban mirando a Manuela bailar.” para entender que estaba en prisión.

Ahora bien, la parte del tango es excelente. Impresionante como he visualizado perfectamente al público, en silencio, viendo la ejecución más pasional posible de un tango, sin ser conscientes de la realidad de la pareja que lo está llevando a cabo. Ella tiene la sensación casi de una “violación” mientras los pasos van transcurriendo uno tras otro, muy bien enlazados. Otra vez, felicidades porque me ha encantado. Desde mi humilde punto de vista, esta parte “se come” al resto.

Un abrazo y un placer leerte!

Don Kendall

18/05/2016 a las 16:16

Hola Paola,
He demorado unos días el comentario y he repetido la lectura. He leído también los tres comentarios que preceden al mío.
En conclusión es un texto que me gusta, tiene miga eso que cuentas. Peeero , 😉 , creo que la forma que elegiste para contarlo puede ser más obstáculo que las posibles ventajas que puedas obtener a primera vista. Me explico:
*********
1 – Utilizas el recurso de tener alguien en presente que “recuerda” algo que alguien le contó. Es un recurso que puede funcionar bien. En mi opinión (ya sabes totalmente despreciable como cualquier otra) para poder funcionar bien , ese recurso debe tener alguna función narrativa en el relato que ofreces y que vaya más allá de lo puramente estructural. Tal como está ahora mismo parecen dos cuentos intercalados.
1 – Relevo en la institución 2 – Duelo a garrotazos

1 – Por un lado, alguien (narrador) que no sabemos que hace en el escenario (bastante impreciso) en el que está hace partícipe a una doctora de un centro (¿nosocomio?, ¿prisión?…) de algo en lo que tiene interés pero que no sabemos el por qué ¿Por qué al narrador/a le interesa la historia? ¿qué significan para él/ella?¿por qué le tocan personalmente?. No lo sabemos, ni siquiera lo intuimos.
Primera cosa a tener en cuenta : Nada es casual en una historia ( o no debería serlo;-).
Segunda cosa a tenr en cuenta : Antes de armar la historia conviene dar respuesta a dos preguntas claves : ¿por qué este personaje? y ¿por qué ahora?.
En resumen, para esta parte del relato , o si quieres para esta primera historia [narradora-doctora-Manuela] en mi opinión el lector no encuentra respuesta a esas preguntas que se pueden (y quizá se deban) plantear.
*******
2 – En la segunda o tercera lectura del relato, percibí que la segunda parte (el segundo cuento según mi división) me funciona mejor como lector ávido de emociones ;-). Está más vivo más próximo es más verosímil aunque esté muy precipitado. Tomado de forma aislada , su anécdota coincide con un conflicto potente y desgarrador : los individuos de una pareja de baile “condenados” a estar unidos para vencer, se machacan y se destruyen como la imagen goyesca

Duelo a garrotazos

Con estas premisas entenderás que a esta historia (Duelo a garrotazos) quizá le falte un clímax emocional más intenso. Se cuenta algo muy terrible de una manera excesivamente breve. Las “750 palabras” no son excusa dado que el primer relato “Relevo en la institución” tal como está es prescindible o meramente intrumental. En cualquier caso es decisión de la autora.
En resumen, buena historia que merece un replanteamiento, si crees que puede dar de sí. Yo creo que por debajo de este texto hay un mundo narrativo fuerte y potente, pero que tal como está presentado no se llega a percibir.
No tengo necesidad de explicar que todo lo escrito hasta ahora está hecho desde el respeto, cariño y admiración por tu trabajo y esfuerzo encomiable, que de algún modo me has hecho partícipe. Un abrazo

Paola

18/05/2016 a las 17:09

Gracias señor Pimienta, Víctor, Narración y Don por vuestros acertados comentarios.

Me doy cuenta de que la imagen de la bailarina del principio y el duelo a garrotazos del final no han dejado espacio para contar de forma suficientemente clara que estamos en una cárcel y que la directora del centro está guiando a la nueva doctora por la estructura. Tampoco he logrado hacer notar que tanto las presas como la doctora quedan “hipnotizadas” por el porte y el estilo de la mujer. Por este motivo la directora, en vez de contarle el asunto, decide poner la grabación de las palabras de Manuela.

Ya estoy poniéndome manos a la obra.

Don Kendall

18/05/2016 a las 17:32

Solo una precisión Paola, estamos hablando de una escena, no de una novela o sucesión de escenas. En la respuesta que nos das a tus comentaristas, propones “tropecientas” escenas. Además te sugiero que leas en voz alta y comprobarás como la forma de hablar de la narradora-personaje-directora se parece sospechosamente a la forma de hablar de Manuela. Más delicado sería si además se pareciese a la “voz” de la autora ;-)). Espero por tu revisión 😉
Un abrazo

Tavi Oyarce

18/05/2016 a las 18:30

Hola Paola.

Me encanta mirar a los que cultivan el tango los viejos y los nuevos sobretodo Piazzolla.

Bueno yo también me confundí, no entendía la rivalidad si eran pareja. También me detuve unos segundos en la palabra “presa”, pero creo que debe ser por los diferentes significados que tiene esa palabrita.

No obstante en tu relato hay fuerza, ímpetu, fiereza que es lo que entre otras cosas, encarna el tango. Ojalá pudiera saber cuando lo subirás a tu blog, para leerlo.
En el relato hay dinamita.
Gracias por tus comentarios
Saludos

Vespasiano

19/05/2016 a las 19:51

Hola Paula:
Creo que es la primera vez que te comento. Ahora tengo la oportunidad al estar tres relatos por debajo del mío.
Muy bonita y poética la frase siguiente:
“Los ojos cerrados mostraban su ausencia y sus manos giraban al son de una música muda captada tan solo por ella”.
Tu relato me ha parecido muy bien escrito, y por medio de él he podido seguir el baile sensual de la pareja.
Una excelente descripción del tango, bailado por una pareja que intuyo se aman y se odian a partes iguales. Se soportan como pareja de baile pero no se aguantan como amantes.
Porque a mi entender, esos malos modos que muestran en las distintas fases del baile, están arraigados en los sentimientos de odio de cada uno. No se explica de otra manera, cómo se puede llegar a ese desenlace fatal.
Siguiendo el espíritu del taller (para eso estamos aquí) te comento, sin ánimo de crítica, algunas cosas que he visto y que podrías tener en cuenta si te parecen oportunas.
“Detrás, de escenario, la pared…”. Esta oración me resulta un tanto extraña. Tal vez debería ser: Al fondo del escenario, la pared…”
“Las presas del patio fumaban mirando a Manuela bailar”. Aquí también no me suena bien, las presas no son del patio, están en el patio. Podría ser: “Las presas, en el patio, fumaban mirando a Manuela bailar”.
La voz de Manuela empezó a relatar:
—Esa noche, en la gala, Miguel presentía la derrota. Aquí al ser un monólogo de Manuela no debería tenerla raya de diálogo. Creo que debería estar escrito con comillas: “Esa noche, en la gala, Miguel presentía la derrota…”
“Al bajar, quedé en ovillo en el suelo”. También podría ser: Al bajar, quedé como un ovillo en el suelo.
“…ladeé la cabeza, dolida, acercó su boca…”. Aquí al tratarse de dos acciones diferentes, llevadas a cabo por cada uno de ellos. Yo pondría punto y seguido en vez de coma después de dolida. “…ladeé la cabeza, dolida. Acercó su boca…” Creo que suena mejor al leerlo en voz alta.
“La rabia corrió por mis venas al verme burlada, estaba dispuesto a jugárselo todo para ganar”. Lo mismo que en el párrafo anterior, yo hubiera puesto también un punto y seguido después de burlada: “La rabia corrió por mis venas al verme burlada. Estaba dispuesto a jugárselo todo para ganar”
“Con ritmo de tango la lucha avanzaba cargada de furia creciente”. Aquí para dar más énfasis, a mi entender, yo pondría una coma después de tango: “Con ritmo de tango, la lucha avanzaba cargada de furia creciente”.
“…blandí la peineta de alpaca con todas mis fuerzas, marqué los tres pasos restantes…”. Aquí también colocaría un punto y seguido después de mis fuerzas. “…blandí la peineta de alpaca con todas mis fuerzas. Marqué los tres pasos restantes…”
Felicidades.

Rayen

19/05/2016 a las 21:30

Hola Paola:Me encantó como fuiste desarrollando tu tema, no esperaba este final, me encantó el baile,como contaste la violencia que sentían los personajes y el término; con la peineta y la muerte. He leído las críticas que tienes y me parece que se preocupan mucho de la forma buscando el detalle, pero no son capaces de leer entre líneas o entender lo implicito. Me gustó es un relato ágil, entretenido y sorprendente.

Nicolás Falcón

19/05/2016 a las 21:56

Hola Paola:
es la primera vez que tengo el gusto de leerte.
Pocas cosas puedo decirte que no te hayan dicho ya los compañeros.
A rasgos generales coincido un poquito con todos ellos en sus apreciaciones. Pero sobre todo, con Don Kendall y el Sr. Pimienta.
En el final de la historia, coincido con el Sr. Pimienta. no me queda claro el desenlace. En mi humilde opinión, me parece precipitado. Felicito tu esfuerzo Y ese lenguaje poético.
Todos los comentarios que te he dejado,siempre desde el respeto a tu trabajo. Y meramente son apreciaciones de un aprendiz. Con todo el cariño.¡Un abrazo!

Oda a la cebolla

22/05/2016 a las 14:43

¡Hola, Paola! A mí me parece que hiciste un buen trabajo, interesante e imaginativo. Me ha gustado, a pesar de que el error más importante sea el montaje, como ya te apuntaron los compañeros; la manera de contarlo le resta chispa, pues se estructuran pensamientos como diálogos. Aparece, sin quererlo, mucha confusión.
¡Seguimos leyéndonos! Buen fin de semana. ¡Saludos!

Vespasiano

22/05/2016 a las 16:20

Hola Paula:
Aunque ya he comentado tu relato, esta observación va dirigida a Rayen, que se preocupa más en criticar los comentarios de los demás que en profundizar el suyo, aportando cosas que los demás compañeros no hayamos podido ver, porque así aprenderíamos todos. No podemos obviar que estamos en un taller y que si no nos mojamos no avanzamos.
Yo que tú seguiría los buenos consejos que Paula te ha dejado en los comentarios que te ha hecho en tu propio relato. Aquí lo transcribo textualmente: “Sigue trabajando y que no te sienten mal los comentarios porque se puede aprender mucho con ellos aunque de momento sepan a cuerno quemada, te lo digo por propia experiencia”.
Muchas felicidades para las dos.

Paola

22/05/2016 a las 17:28

Hola a todos

No sé que está sucediendo en este taller, creo que la primavera nos está afectando un poco a todos.

Yo agradezco siempre mucho los comentarios porque SIEMPRE parto de la idea de que quién los hace tiene interés en ayudar.

De hecho estoy reescribiendo mi relato teniendo en cuenta todo lo que se me ha comentado.

Creo que lo primero que deberíamos de pensar es en qué pasaría si desapareciera esta página. Para mí sería una gran pena porque aquí he aprendido mucho y me gustaría seguir haciéndolo.

Nadie intenta echar por tierra el relato de otro, ¿Qué sentido tendría eso?
A veces hay que saber reírse de sí mismos y de los fallos que hacemos en un relato que a nosotros nos ha parecido fantástico.

Cuando publiqué este, que COMO A TODOS ME HA COSTADO MUCHO TRABAJO creía que era de “Nobel” pero en seguida me dí cuenta de los fallos enormes por el comentario jocoso de varios participantes a los que les doy las gracias. A los que les ha gustado también porque han sabido captar lo que yo quería transmitir y eso da ánimos para retocarlo y dejarlo perfecto para el blog

Así que GRACIAS A TODOS Y ESPERO NO HABER MOLESTADO A NADIE CON LOS MÍOS, HAN SIDO HECHOS CON LA MEJOR INTENCIÓN.

Demetrio Vert

22/05/2016 a las 19:10

Saludos Paola. Gracias por leerme y por tu opinión.

Yo lo entendí todo. Prisión, pared (con alambre de espinos en su coronación) “a modo de escenario”, patio etc. Yo no he tenido ninguna duda para entender el relato.

Sin embargo coincido bastante con Don Kendall. Aparte de las cositas gramaticales que todos erramos (cuestiones técnicas fáciles de revisar), lo que no me cuadra es la voz narrativa de Manuela. ¿Te imaginas a tí hablándole de esa forma a una grabadora? ¿Que pretende Manuela cuándo hizo la grabación? ¿Una bailaora contaría así su historia de amor y muerte? Lo dudo. El soliloquio de Manuela tiene que ser más íntimo; una confesión. No la veo grabando como una escritora, usando las técnicas de escritura. Manuela, a pesar de la pasión que intentas ponerle al drama con las palabras escritas, no me ha llegado dentro. Mas bien me ha parecido la voz de un locutor vehemente describiendo una corrida de toros, narrando enardecido una danza que el ve apasionada y dramática.

En cuanto a la estructura, en mi opinión, una presentación demasiado extensa, justificando cada cosa para que el lector la entienda, cuando entenderá mejor cada cosa, seguramente con más sencillez. El nudo, es el drama de Manuela, un combate a pecho descubierto que no esta mal, salvo porque falla la voz narrativa, como te he dicho. El desenlace correcto, pero se ve venir. Manuela, hoy, presa y danzando. Manuela, antes, bailando y rivalizando, combatiendo. Final cantado. No existe otra opción que matar a Miguel.

Mas, eso no sería un mal desenlace si, mientras se acerca el momento culminante, surgiera la duda, el odio-amor. ¿Lo matará? ¿No lo matará?
La peineta, un buen recurso técnico, y por supuesto e la clava donde debe, donde inexcusablemente lo mata. No importa decirlo.

Paola, sabes muy bien que pongo el corazón cuando comento. Es mi opinión, que puede estar errada, por supuesto. Pero hecho con respeto y devoción.

Hasta el siguiente cuento.

Bueno Paola

Paola

23/05/2016 a las 10:21

Hola Vespasiano y Demetrio
Me gusta lo de los puntos y las comas que dan énfasis a los conceptos y tienes razón en separar las acciones de los dos con un punto. Las presas del patio reconozco que suena mal, nunca se acaba de aprender!

Tendré en cuenta lo de sembrar la duda de si lo mata o no lo mata para aumentar la tensión y ya estoy pensando en poner la descripción del tango en boca de otro personaje.

Creo que esta vez sí que quedará de Nobel!!!

Gracias a todos

Demetrio Vert

23/05/2016 a las 10:33

Hola Paola.

No te sugerí que no fuese manuela quien cuente sus penas. A mí me parece un buen recurso. Sino que las cuente como lo contaría alguién al que le hubier pasado ese hecho. Como lo contarías tú, poniendote en la piel de Manuela. Yo hablo del tono narrativo empleado en el soliloquio de Manuela.

Es mi visión.

Saludos.

Wolfdux

24/05/2016 a las 09:14

Me ha resultado un poco confuso: primero estamos con Manuela en el escenario, luego pasamos a la directora poniendo la grabación y por último a la historia del baile. Creo que hay demasiados cambios en un relato tan breve, además, en la última parte introduces un diálogo de Manuela “—¡No me toques el pelo, Miguel, ya sabes que no lo soporto!” que rompe el ritmo, no me cuadra que mientras este explicando como ocurrió todo introduzca un diálogo directo. Por lo demás, ¡muy buen baile!

Alonso García-Risso

24/05/2016 a las 21:47

Hola Paola: Gracias por tu visita y disculpa mi atraso.
He leído varias veces tu escrito, también he leído las críticas que le han hecho. Creo que estas últimas no se ajustan del todo al texto, enredadas en precisiones formales del lenguaje. No perciben la fuerza y pasión que has puesto en las palabras, para hacer de ‘El último Tango’ un estremecedor relato desarrollado en una atmósfera sombría y siniestra de un penal. Al que se suma el atropello a la dignidad de una mujer y su expresión estética en el baile…
Paola, el tuyo es un estilo inigualable en el que aflora, magistral, la fuerza emergente de la mujer. ¡Persiste, no abandones la ruta!
Es un excelente trabajo, tanto en la forma y contenido. Ha sido, nuevamente, un agrado leerte.
Me he tomado un tiempo para leer tu trabajo; y, las críticas que ha generado, a fin de entenderlas en su justa medida.
Tienes mi aliento y recuerda que las normas están hechas para someterlas a tensión: “Mientras más las violamos, más somos nosotros mismos”, así las cosas se transforman en una cuestión propia del SER.

KMarce

25/05/2016 a las 20:01

Saludos Paola:

Busqué tu relato, porque te he venido leyendo en los retos anteriores.
Antes que nada, como siempre las mejoras que te han dado, creo que como dices, te ayudan a pulir tu trabajo. Siempre en buena onda y ser conscientes que todo trabajo, venga de donde venga (leáse hasta los publicados por editoriales), pueden mejorarse. Y para eso estamos, aprendiendo unos de otros.
Aunque sea confuso, por la variación de escenarios, creo que como dice Wolfdux, celebramos los que es bueno, y he encontrado lineas muy sutiles y bonitas, así como la fuerza del movimiento, la ira y las ganas de marcar la diferencia a cualquier costa.
Me entusiasma ver tu madurez y aceptación a las limitantes que todos tenemos en el taller; y esperamos de verdad que siempre podamos mejorar en este proyecto tan lindo que es la escritura.
Siempre he dicho algunos argumentos que los diré de continúo porque de verdad lo creo: Las reglas se aprenden, pero la creatividad es propia; hay que desarrollarla y no ahogarla. Todos encontraremos nuestro nicho, el lector que ame tanto lo que escribimos, como nosotros al hacerlo, y quien no acepta una crítica, tampoco merece un elogío.

He aprendido con tu relato, y eso es lo enriquecedor del taller. ¡Nos leemos!

María Kersimon

26/05/2016 a las 14:23

Hola Paola,
Es la primera vez que te leo y encuentro tu relato de una gran intensidad. Amén de los pequeños errores que pueda haber (no detienen en absoluto el flujo intenso y concentrado de la lectura), hay una movimiento constante y una fuerza expresiva que va “in crescendo” y te atrapa, obligándote a seguir leyendo haciendo caso omiso de lo que pasa a tu alrededor, y te molesta que te hablen y te interrumpan. Esta ha sido mi experiencia. Te dejas llevar por el ritmo y el movimiento, sientes cada sacudida y cada aliento. A mi me impresionó y no sabría buscar razones lógicas dentro de un texto que es pura pasión, puro fuego. ¡Es buenísimo!

Lemo

26/05/2016 a las 16:40

Hola Paola,

Muchas gracias por pasarte por mi relato, perdona la tardanza pero llevo dos meses en donde el tiempo vuela.
En general todo está dicho así que simplemente dejar mi opinión.
El relato me parece interesante, sobretodo la descripción del baile, por lo que coincido con otros compañeros en obviar la parte de la cárcel (la cual se entiende perfectamente) y traer el baile desde otro punto de vista. No acabo de encajar en la estructura del relato la introducción carcelaria. Pero al final la descripción del baile es estupenda.

Felicidades

Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia)

30/05/2016 a las 04:33

Hola, he venido a leerte en esta ocasión porque me han gustado tus relatos. La descripción del baile me ha parecido musical, creí escuchar una melodía porteña de Astor Piazzolla o Goyeneche.
Saludos.

Inma Calvo (Inma Cg)

31/05/2016 a las 11:25

Madre mía, madre mía. Has creado una tensión interna en el relato con mucha potencia, Paola. Se percibe tanto la fiereza del bailarín que no duda en someter a su compañera para conseguir el premio, como la angustia de ella que termina transformándose en violencia letal. Esta parte del relato es tan fuerte que creo que ganaría y brillaría más si suprimieses la primera parte, que sólo sirve de preámbulo a la historia principal. Por lo demás, perfecto. Me ha gustado mucho.

Paola

04/06/2016 a las 15:43

Gracias: Wolfdux Alonso, KMarce, María Persimon, Lemo,Leonardo e Inma por vuestros comentarios.
Ya todos inmersos en el siguiente reto…ya veremos lo que sale.

Leonardo te he buscado sin éxito, espero encontrarte en la próxima convocatoria.

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