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El reloj de arena - por AlexR.

El reloj de arena

No era frecuente ver en ese estado al Sr. Dupont. Su carácter jovial era bien conocido por todas las enfermeras de aquella vieja residencia. Andaba siempre con su vieja bata a cuadros, cerrada y bien anudada sobre un limpio y bien planchado pijama de color azul. Aunque los achaques de la edad pasaban factura, seguía considerándose un galán. Sin embargo, aquella tarde de tormenta, con el inpertinente repiqueteo del granizo contra el cristal y los espeluznantes relámpagos, su comportamiento era algo distante, arisco, incluso en algunos momentos, como rozando la locura. Caminaba murmurando de un lado a otro de la habitación. Parecía darle vueltas a algo. Repetía como un loro algunas frases incomprensibles, como si estuviera conjurando a los espíritus en alguna suerte de sortilegio del cual no tengo conocimento.

A ciertas edades, es bien sabido, que los sobresaltos pueden causar graves alteraciones en la conducta. Sin duda alguna, cuando el Sr. Pendelton, el cartero que cada mañana nos traía el correo, le entregó la carta procedente del Museo Británico, ninguno de nosotros se esperaba una reacción así.

Aunque no es frecuente que conozcamos el contenido de la correspondencia de los pacientes, mi labor como director es tener el mayor control posible sobre lo que aquí dentro sucede. Así que dado el estado de enajenación al que se había abocado el Sr. Dupont, consideré lícito echar un vistazo. Para mi sorpresa, en el sobre tan sólo había una pequeña cantidad de una fina arena de color ocre. ¿Cuál sería su significado? ¿Por qué había afectado de aquella forma al Sr. Dupont?

A última hora de la tarde, cuando las nubes parecía que al fin iban a darnos una trégua, la jefa de enfermeras, Eleonor Martins, llamó a la puerta de mi despacho y entró sin esperar.

– Es el Sr. Dupont. Se ha desplomado. El médico está tratando de reanimarlo, pero creo que se nos va.

Comentarios (11):

Kein V. Raad

17/05/2016 a las 19:40

Hola Alex, me ha gustado tu relato. Principalmente porque mantuvo el suspenso hasta el final y los retos los cumpliste sin ningún problema. Aunque debo confesar que no sé que tanto capté, pues quedo con dudas acerca de los detalles de lo que pudo haber pasado en realidad.
En cuanto a la forma, sólo debo comentar que se coló la tilde en la palabra “tregua” y que las frases “No era frecuente” y “Aunque no es frecuente” en los inicios de los párrafos 1 y 3, respectivamente, son muy parecidas y por lo tanto valdría la pena cambiar alguna de ellas.
Buen trabajo, Saludos.

El Recreo

17/05/2016 a las 21:47

Buenas tardes Alex,
En la parte formal coincido con Kein se repite “no es frecuente”. En el primer párrafo yo eliminaría la frase “del cual no tengo conocimento”. No sabría decirte porqué pero me saca un poco del relato. Si no quieres eliminarla yo modificaría el tiempo verbal por “del cual no tenía conocimiento” pues estás hablando en pasado relatando el narrador-observador.En el último párrafo creo que hay error de concordancia “las nubes parecía(n) que…”
Respecto a la historia en sí me ha enganchado desde el minuto cero, el tiempo y la utilización de los recursos son muy buenos. Ahora bien al igual que a Kein y tras releerlo un par de veces más sigo sin encontrar la explicación. Más allá de la metáfora entre el reloj de arena que se va y la muerte…
Ya nos dirás.
Enhorabuena!

Alex

18/05/2016 a las 01:20

Hola Kein V. Raad y El Recreo.

Lo primero, gracias por leer y comentar.

Respecto a lo de <> casi repetido, no me había dado cuenta. Así que tenéis toda la razón del mundo. En un texto tan cortito debo revisar esas posibles repeticiones. Anotado.

Referente a la frase <> También debo daros la razón. A veces vale la pena sacar la tijera y recortar aquello que es innecesario. El hecho de hablar de “alguna suerte de…” ya indica que es algo desconocido para el narrador.

Sobre la tilde… ¡Es que van más rápidos los dedos que la mente! No lleva tilde. Se escapó al teclear. Revisé la ortografía, pero debo ser más meticuloso. Apuntado también.

Sobre la frase cerca del final <>

Cuando la leí después de haber subido el texto, me dí cuenta de que estaba mal redactada. Debería ser:

<>

Error de novato. Debo repasar más a fondo las estructuras de las frases antes de enviar el texto. Anotado.

Y… sobre la historia en sí:
Se trataba de “montar una escena”. Utilicé la metáfora obvia del reloj de arena, con el paso del tiempo de la vida del protagonista. Es bastante obvia, pero me daba pie a iniciar una historia y dejarla abierta para que quienes la leáis os quedéis con ganas de más. Ese es el objetivo del inicio de una buena historia (según he leído por ahí…)

Tal vez algún día escriba la continuación. ¡Se me ocurren unos cuantos argumentos!

Alex

18/05/2016 a las 01:21

¡Uy! No le han gustado las comillas <>

L.M.Mateo

19/05/2016 a las 19:14

Hola, Alex:

Gracias por pasar por mi relato.

Y ahora, al lío con el tuyo.

Sé que has querido crear una metáfora, pero la arena ha quedado tan sutil que tal vez a muchos les pase desapercibido el verdadero significado de esa carta.

Respecto al aspecto formal, ya te han comentado alguna cosa. Añado lo siguiente:

-“Sr.”. Este tipo de abreviaturas están muy bien en cartas administrativas, personales y demás. No así en literatura, donde se debe escribir el tratamiento completo y en minúscula (señor).

-” Aunque los achaques de la edad pasaban factura”. Es cierto que la edad nos pasa factura a todos, pero haces referencia a Dupont. Falta un “le”: “…le pasaban factura”.

-“inpertinente”. Delante de “p” se escribe “m”: “impertinente”.

-“comportamiento era algo distante, arisco, incluso en algunos momentos, como rozando…”. Incluso en algunos momentos… ¿qué? Aquí el error es de situación de la coma. La frase puntuada de modo correcto es: “comportamiento era algo distante, arisco incluso en algunos momentos, como rozando…”.

-“A ciertas edades, es bien sabido, que los sobresaltos pueden causar graves alteraciones en la conducta”. De nuevo problema con la situación de la coma. ¿Qué es bien sabido?. En este caso hay dos soluciones posibles:
1. Eliminar la segunda coma: “A ciertas edades, es bien sabido que los sobresaltos pueden causar graves alteraciones en la conducta”.

2. Eliminar “que”: “A ciertas edades, es bien sabido, los sobresaltos pueden causar graves alteraciones en la conducta”.

Y dicho esto, espero volver a leerte en el próximo taller.

Un abrazo.

Jorge Luis Acosta Torres

21/05/2016 a las 03:22

Gracias por pasarte por mi relato, he leído el tuyo y me parece interesante. ¡Aunque no entiendo porque tantos usaron la metafora del reloj de arena! ¡A mí ni siquiera me pasó por la cabeza!

Si alguien más le interesa leer mi relato es el 107

AleO

22/05/2016 a las 00:15

Buenas noches, Alex. Me gustó mucho mucho tu relato, me gusta el ritmo con el que contás la historia. Esto es muy subjetivo, pero adoro el aire de siglo XIX que huelo en tu relato. Crecí leyendo a Conan Doyle, Stevenson y Dickens, y me recuerda a ellos 🙂

Me quedé con ganas de encontrar más explicaciones de por qué el Sr. Dupont se alteró tanto por un poco de arena. Leí más arriba tu explicación sobre que has escrito solo una escena, así que espero lo completes y pueda leerlo 🙂

En cuanto a algunas observaciones, creo que, mirando (literalmente) el relato, se ve desbalanceado. La introducción es mucho más larga que el final, los párrafos van acortándose a medida que avanza la historia. Personalmente, dividiría la introducción (pondría punto aparte después del “sin embargo”), para pulir este detalle.

Siguiendo en la introducción, el “bien anudadada” y “bien planchada” están muy cerca, lo que hace que esta construcción suene repetitiva.

Por lo corto del relato, quitaría los nombres propios del cartero y la enfermera porque eso les da una prominencia que (creo) no merecen, debido a su participación secundaria en la historia. Eso distrae un poco la atención. Ahora bien, si tu intención es continuar con este relato y, en el mismo, dichos personajes adquieren importancia, los nombres estarían bien incluidos.

Solo un último detallito. En mi opinión, simplificaría esto: “Así que dado el estado de enajenación al que se había abocado el Sr. Dupont, consideré lícito echar un vistazo”. Creo que enajenación, abocado y lícito hacen que la oración suene enrevesada y entorpezca el ritmo.

Nada más. Disfruté leyéndote, la historia tiene un gran potencial y espero la continúes. Te invito a pasar por el mío, es el 102.

¡Saludos! 🙂

@jaiarus

22/05/2016 a las 18:57

Aupa Alex,

Gracias por pasarte por mi relato. El tuyo me ha encantado, mantienes el suspense hasta el final, y la verdad que el desenlace de la historia me ha encantado y sorprendido. Por mi parte me encanta que nos dejes con ganas de mas, si continuas la historia bien, y si no, dejar volar la imaginación del lector me parece una muy buena opción.

En lo que a forma se refiere, por mi parte un par de cosillas. La primera me sonado mal en este momento la utilización del presente “como si estuviera conjurando a los espíritus en alguna suerte de sortilegio del cual no tengo conocimento. ”
Y por otro lado las preguntas que se formula el director sobre la arena, quizá las plantearía de un modo mas sutil y no de forma tan clara, a mi personalmente me sacan de la historia.

Por lo demás me encantó, sigue así

Jelly Bangster

26/05/2016 a las 15:34

Hola Alex
Un poco tarde pero es mejor que nunca ¿no es crees?
Gracias por comentar mi relato y espero que te haya gustado tanto como a mí el tuyo.
El inicio y la descripción del señor Dupont me recordaron mucho Phileas Fogg de Verne lo cual en lo personal me encantó. A mí me gusta ese estilo, las historias que se desenvuelven en escenario ya sea británico o francés o que poseen personajes de estas nacionalidades pueden matarme. Lo menciono porque desde el inicio tu historia mantiene lo que yo llamaría “un suspenso sobrio” propio o que se da muy bien en estos escenarios; sin excesos pero tampoco sin lagunas. Perfecto en mi opinión de lectora aficionada.
No puedo decir mucho acerca de tu técnica ni mucho menos, pues soy una escritora novata (orgullosa de al menos intentarlo). Pero como lectora puedo decirte que si este fuera el primer capítulo de una novela, amigo, yo la compraría.
Espero te sirva mi comentario y nos leemos luego.

Isan

26/05/2016 a las 23:39

Saludos Alex:

Tengo que decir que he llegado a este texto porque me llamó la atención el comentario que hiciste el 18/5 cuando se publicaron todos los textos. Más bien fue el modo en el que estaba redactado lo que me indujo a pensar que tendría alguna relación con el mío, pero nada que ver.

Entrando directamente, puedo decirte que me ha gustado el estilo, la redacción y la historia y que no has necesitado 750 palabras para hacer un buen relato. Pero le pondría alguna pega que son únicamente mi perecer, por lo que no tiene gran importancia.

La palabra espeluznante está correctamente, pero para mi gusto, es excesiva.

Coincido con L.M.Mateo en que la arena del sobre es excesivamente sutil. Con ser lo más trascendental de la historia a mi me había pasado desapercibida hasta que El Recreo no lo ha advertido. Quizás el despiste lo cause que el reto era que apareciera la palabra arena. Yo he pensado “ya la ha metido con calzador” y no lo he relacionado con el paso del tiempo de los relojes (que no se mencionan). Así que pido disculpas por mi error.

Había apuntado como pega que el relato no estaba concluido, que podía ser la introducción de una novela, por lo que me parecía que, para ser un relato de estas características, debería tener un desenlace aunque fuera más o menos abierto. Pero después de conocer la simbología de la arena, me parece muy acertado.

Felicidades Alex.

Alex

23/11/2017 a las 14:47

Paso por aquí de nuevo, que aunque sea del mes pasado, vale la pena leer con atención y máximo interés todos vuestros comentarios.

Los tengo muy en cuenta, para ir mejorando y prometo tratar de no cometer los mismos errores en textos futuros.

L.M.Mateo, ¿En serio he escrito yo “inpertinente”?
¡Me sangran los ojos! Es error de escritura. Lo prometo.
Cada vez reviso más veces los textos. Es más, te escribo desde el futuro y puedo decirte que lo tengo más que superado. 😉

Las comas están mucho más trabajadas en mi siguiente texto.

Jorge Luis Acosta Torres, la asociación de arena con reoloj de arena me surge de forma espontánea. No sabría decirte por qué.

AleO, que buena observación sobre la relación de longitud entre introducción y desenlace. Me resulta bastante difícil adaptarme a tan sólo 750 palabras. Yo necesitaría añadirle un cero más. 😉

@jaiarus, a mi también me parece demasiado directo, pero una vez más es culpa de la limitación de 750 palabras. Si analizas el resto del texto, mi tendencia es precisamente la de irme por las ramas con las descripciones. No se como hubiera sido sin la limitación, pero tengo claro que más largo seguro.

Jelly Bangster, Que me digas “puedo decirte que si este fuera el primer capítulo de una novela, amigo, yo la compraría”, me da una fuerza ENORME para seguir escribiendo. Soy consciente de que aún hay muchas carencias como para ganar el Premio Planeta, pero pretendo superarlas poco a poco hasta alcanzar lo que yo llamo “un nivel altamente publicable”. Menos no me vale. Gracias por tus palabras.

Isan, si no se ha entendido a la primera, la culpa es del que escribe, no del que lee. Tenéis razón en que si la arena cobra tal relevancia, quizás debería haberlo plasmado de forma más clara.

Gracias a todos por vuestros comentarios, correcciones, y piropos. Hasta hace bien poco, me limitaba a escribir palabras desbocadas, surgidas del torrente de ideas descontroladas que salen de mi cabezota. Ahora hago más o menos lo mismo, pero intento poner algo de orden.

Gracias. Aprendo con cada paso que dais.

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