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Menudo día. - por MardusR.
¡HIJO PUTA! Con ese alarido proferido por el maldito loro de la vecina, que resonaba por todo el patio comunal, Pedro despertó de su sueño. Maldijo por lo bajo, tanto al pájaro como a su dueña y se levantó lentamente de la incómoda cama.
Debido a su trabajo nocturno Pedro hacía meses que no dormía a pierna suelta. Y no es que la mascota de la vecina fuese de gran ayuda, parecía conocer sus horarios e importunarle en los momentos más inoportunos y aunque cerrase la ventana, su voz parecía atravesar las paredes.
Llevaba desde hacía una semana planeando ir ese día durante un rato a la playa y disfrutar acostado en la cálida arena, escuchando el sonido de las olas, pero el tiempo también parecía haberse puesto en su contra. La ciudad estaba siendo azotada por la peor tormenta que se recordaba desde hacía años, lo que también descartaba poder disfrutar de las pocas horas que tenía libres fuera de su piso. Por tanto se dispuso a prepararse un desayuno tardío (eran ya las dos de la tarde) a base de lo que encontró por ahí, que básicamente era un cartón de leche que ya empezaba a oler raro y unos pocos cereales.
Tras su poco deliciosa comida bajó al buzón a ver si el cartero le había dejado por fin el aviso para recoger un libro que había pedido hace mucho (su cartero no era muy dado a entregarle los paquetes en mano). No encontró el aviso por supuesto, en vez de eso, además de la publicidad habitual, había un sobre muy elegante y enviado por su ex novia Sonia. Lo abrió allí mismo, en la escalera, sin esperar a subir a su casa. Era una invitación de boda, al parecer Sonia pensaba que era buena idea, cosa que tampoco era de extrañar conociéndola…
Nada más entrar por la puerta, arrugó la invitación y la tiró a la basura, pero ya no pudo pensar en otra cosa el resto de la tarde. Se pasó el tiempo que le quedaba antes de entrar a trabajar refunfuñando, quejándose y sin poder concentrarse en nada concreto. Ni la lectura, ni la televisión lograba alejar su mente del mal día que estaba teniendo.
La hora de ir a su trabajo como vigilante llegó por fin y, como siempre, el loro le despidió con un: -¡ADIÓS, HIJO PUTA!-. Pasó todo el recorrido en autobús hasta su trabajo en el museo pensando la manera de eliminar a la diabólica criatura y que pareciera un accidente.
Se empapó en el camino desde la parada hasta la puerta del museo de bellas artes y al llegar vio el cartel de la nueva exposición que se había estrenado ese mismo día. Una exposición sobre un artista muy conocido por sus innovadores cuadros sobre… loros.
Comentarios (6):
KMarce
18/05/2016 a las 10:16
Saludos Mardus:
He decidido escoger a personas a quien no he leído antes, no sé desde caundo participas en el taller. Te invito a seguir la iniciativa de leer y comentar a los tres que siguen a tu relato. Si visitas, ten por seguro que te visitaran.
A lo tuyo, en cuanto a la forma, hay frase que creo que puede mjorarse: “e importunarle en los momentos más inoportunos”, ya que cuentas con dos palabras muy similares, quizá como “momentos inadecuados”, te aconsejo que siempre mantengas un diccionario de sinónimos, ante la duda.
Es una historia muy irónica, pobre personaje, pero en fin ha sido una lectura entretenida. Hay algunas frases, que creo que merecen una puntuación. Algunas con comas que son necesarias, o separación de las ideas. Te aconsejo a leer tu texto en voz alta (preferible otra persona, o mucho mejor con un lector electrónico, que esos no te hacen trampa).
Y a mi parecer, separar el párrafo, de la despedida del loro. Para que no se consideré como inciso narrativo.
Me ha divertido el final, el botón de oro al pobre vigilante, creo que ese loro no pasa de esa noche.
Saludos, ¡nos leemos!
Leosinprisa
19/05/2016 a las 07:03
Hola Mardus,
cuando empecé a leerte, me di cuenta, en las primeras palabras, del tono irónico del escrito, asi que me dispuse a dejar que tu historia transcurriese con calma mientras la disfrutaba.
Me encantan las historias irónicas y he de reconocer, me he divertido con las tristes andanzas de tan desventurado vigilante. Pudiera parecer algo irreal, pero me temo que la vida es tan ingeniosa que el relato, puede muy bien ser superado por la cruda realidad.
En cuanto a las correcciones, tan solo destacaría el uso del guión corto que has puesto. Los guiones de los diálogos son largos, pulsando sin soltar, las teclas Alt y 0151 los podrás poner sin problema. Al menos, es como yo los suelo poner.
Un saludo y encantado de leerte.
Guiomar de zahara
21/05/2016 a las 15:52
Hola Mardus: No sé quien me produce más lástima, el loro o el vigilante. Mira que la ex novia mandarle la invitación a su boda…
has descrito muy bien una vida anodina y sin perspectivas de mejorar.
Si era eso lo que querías transmitir: lo has logrado ¡enhorabuena!
Beatriz
22/05/2016 a las 02:10
Hola Puta?
jejejeje
Muy bueno el artilugio literario…
O te leen o salen corriendo.
Namasté
Victoria
22/05/2016 a las 09:44
Hola Mardus,
Me ha gustado mucho tu relato, se me ha quedado corto pensando en la vida de Pedro.
Creo que en pocas palabras has creado a todo el personaje y es muy fácil que te suene familiar.
Me hubiese gustado seguir leyendo sobre su día a día. Nada complejo en su vida, situación cotidiana, lo cual me lo ha hecho más verosímil.
Felicitaciones 🙂
Menta
30/05/2016 a las 20:17
Hola Mardus: Como faltan solo dos días para que termine el mes y no me has visitado todavía (soy el número 21), he pensado que no conoces la costumbre del taller de visitar a los tres relatos siguientes al tuyo, es decir, como tu relato es el número 18, debes leer y comentar los relatos 19, 20 y 21. Esta norma facilita que todos los relatos tengan por lo menos 3 comentarios.
Tu narración me ha gustado mucho porque has sabido retratar a tu protagonista que encarna un personaje al que todo le sale mal. Es divertido enumerar los hechos:
1. Pedro duerme en una cama incómoda.
2. Le despierta el alarido de un loro.
3. Piensa ir a la playa y se pone a llover.
4. Va a desayunar y la leche está agria.
5. Espera un libro y no llega, pero sí llega la invitación a la boda de su ex novia.
6. El loro le despide con un improperio
7. Para remate del día, en el museo donde trabaja hay una exposición de cuadros de loros.
Este personaje gafe y absurdo me ha recordado al protagonista de El extranjero de Albert Camus. Muy bueno.
He visto algunas cosas que puedes mejorar y te las digo a continuación:
1. Incómoda cama; cálida arena; diabólica criatura. Los adjetivos es mejor que los pongas detrás del sustantivo cuando escribas prosa.
2. Dices: Por tanto se dispuso… Creo que después de – Por tanto- hay que poner una coma. Por tanto, se dispuso…
3. Escribes: Un libro que había pedido hace mucho tiempo. Creo que es – hacía mucho tiempo – Los dos verbos en pasado.
4. Pones: museo de bellas artes. Mejor con mayúsculas: Museo de Bellas Artes.
Y por hoy nada más, solo agradecerte que hayas compartido tu relato. Hasta pronto, Menta