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Traición en ascenso - por Marcelo KisiR.+18
Web: http://www.contarelcuento.wordpress.com
Entro al ascensor con incertidumbre. Ahí voy, con traje de oficina, corbata azul que tapa apenas la panza, calvicie irreparable, anteojos, enamorado de Xenia, mi vecina, tan parecida a Marilyn. Ella también está aquí conmigo, la esperé agazapado en la planta baja para que subiéramos juntos. Yo hasta el piso ciento veintisiete, ella hasta el cincuenta y ocho. Tengo tiempo para decirle algo esta vez. Si no lo hago, llegaré de nuevo a mi casa y les daré un beso en la frente a mis hijos sin que levanten la vista de sus pantallas. Creo que me odian. Después seguiré a la sala y moveré la mano saludando a Cristina, que levantará la suya pero seguirá leyendo su libro sin mirarme a los ojos. Ella tampoco me soporta.
Mañana iré al trabajo y me despedirán, porque han conspirado en mi contra, los malditos. No seré nada si otra vez fracaso en mi intento de hacer contacto con Xenia.
Traje mi diccionario, porque ella es rusa. Practiqué la frase mil veces en el coche: "Maródjene yá priglashayu tbyá výiti so mnói nasvidánie", "Me gustas con locura y quiero invitarte a salir". Pero si me contesta no podré comprenderla, por eso tengo este libro gordísimo conmigo. Podría darme ventaja si lo ve, provocaría curiosidad y sería tema de conversación.
Pero Xenia, con su vestido rojo, cabello ondulado rubio, ese lunar encima de la boca y perfume de mar, ni siquiera me registra.
—Maródjene… —me animo por fin. Estoy orgulloso de mí mismo.
—¿Da? —contesta ella. No necesito el diccionario. "Da" quiere decir sí. Me está preguntando si es cierto que me gusta.
—Da —le contesto. Me tira una frase incomprensible. Abro el diccionario, no sé por dónde empezar a buscar, y eso le provoca la risa más dulce que yo haya escuchado jamás. Creo que voy a morir de amor aquí mismo.
Ella cambia de idioma.
—¿Sabes que has invitado a mí un helado? ¿Sí?
Su español deficiente y sensual me da ganas de desgarrarle el vestido, darla vuelta contra la pared y poseerla allí mismo escuchando sus gemidos rusos, celestiales.
Ella vuelve a reír. Voy bien, aunque me haya salido todo mal: iremos a tomar un helado, qué más da. Tengo una cita con Xenia. Da.
Suena su celular. La escucho en su ruso embriagador. Es una charla romántica, demonios. Se lleva un dedo a los labios, recorriéndolos, moja el dedo con su lengua para que siga su recorrido lubricado, lo pasa por el lunar de Marilyn mientras escucha. Entonces contesta, y se lleva el dedo mojado al escote. Yo siento celos, y una erección insoportable. Niet.
Llegamos al cincuenta y ocho, ella no ha terminado de hablar, y todavía no combinamos nuestra cita. Le hago señas, toco mi reloj y muevo la mano preguntándole cuándo y dónde. "El helado", le dicen mano y lengua, haciendo la mímica de lamer un cucurucho. Me mira y frunce el ceño. No me salió bien la imitación, creo que entendió otra cosa. Se abre la puerta. Ella, sin dejar de hablar con mi enemigo, sale y se va sin mirar atrás.
No esperaba esa traición. Ciertas mujeres no saben lo que es un verdadero hombre. El ascensor sigue su rumbo impasible hacia el ciento veintisiete. Llevo hacia allí mi diccionario y mi humillación. ¿Cómo entraré ahora a casa? ¿Cuándo fue mi último logro en la vida? ¿Podré mirar a mis hijos a los ojos? Para mi esposa soy un fracasado y un paranoico, esta semana por poco me golpea cuando le conté que en la oficina me tenían rodeado. Ni siquiera ponerle los cuernos me sale bien. Me quiero morir, y ya no de amor.
¿No tengo carácter? Miro el diccionario, tan patético sobre mi panza de oficina. Levanto la vista y veo el caño que cruza el ascensor cerca del techo. Nunca entendí para qué servía. Ahora lo sé. Coloco el libro sobre el piso. Me subo, me desato la corbata y la paso por encima del caño. Alcanza justo para el nudo.
Entonces bajo y me masturbo por última vez sin siquiera bajarme los pantalones. Lo merezco, es mi último grito. Y además, qué me importa. Es el carácter que sí tengo. Cristina, Ludmila, chúpenme esta y váyanse ambas a la mierda. Ahora sí, trepo otra vez al diccionario, me pongo el nudo al cuello y pateo el libro.
El ascensor se detiene en mi piso, sigue luego hasta el último y para del todo. Yo, en cambio, sigo de largo.
Comentarios (36):
Marcelo Kisi
17/03/2016 a las 11:57
Hola a todos!
Gracias y disculpas:
Gracias a Cryssta, que se tomó la molestia 2 veces de leer mi relato antes de enviarlo y realizar sublimes correcciones. Gracias Cryssta!
Gracias también a mi amiga Ira, que me ayudó con el ruso, incluyendo traducción y trasliteración a letras latinas.
Las disculpas son para mi personaje, porque, cual dios del Olimpo que se divierte con los humanos, le metí esa primera palabra de más a su frase de amor. Dondequiera que haya ido a parar, espero que nunca se entere que fui yo.
Marcelo Kisi
17/03/2016 a las 12:12
Uf, fe de erratas. Al final, donde dice “Ludmila”, debe decir “Xenia”, el nombre de la muchacha en la versión definitiva. Esto de corregir no tiene fin 😛
Jemel Davalillo
17/03/2016 a las 14:18
Me gustó mucho esta historia. Tanto que se me hizo particularmente corta y muy amena la narrativa. En cuanto a la forma, no tengo nada que decir. La disfruté mucho de verdad. Gracias y felicidades
María Esther
18/03/2016 a las 03:22
Sinceramente no puedo decir que me gustó.Encontré un personaje desolado,vacío.Dice estar muy enamorado de esa chica, pero creo que confunde amor con una fuerte atracción sexual.
De todos modos logra el reto,
Caritobel
18/03/2016 a las 06:17
Hola Marcelo.
Me he dado cuenta que me gustan mucho tus personajes así sean de los más simples porque le agregas el peso de la emoción que están viviendo de manera muy eficaz. Logro de alguna manera empatizar aunque ni de lejos me pase algo igual, o ni siquiera este de acuerdo con sus decisiones.
No tiene que ser una historia feliz para gustar. Es verdad, el personaje es un ser desolado, triste, frustrado ¿y qué? Todos los personajes no pueden ser ideales.
En algunas partes es tragicómico y me encanta.
Es crudo pero a la misma vez lo encontré fascinante.
Con tus historias soy muy subjetiva. Me pierdo en el relato y me olvido de lo demás.
Ya decía yo que Ludmila me parecía demás, gracias por la aclaración.
Felicitaciones por tu trabajo.
Si tenes ganas de leerme soy el relato 196.
Nos leemos.
Caritobel
18/03/2016 a las 06:18
El relato 194 soy, jajaja ya ni se que número soy.
Sergio Mesa
18/03/2016 a las 11:21
Hola marcelo!
Coincido con Caritobel en que el tono tragicómico (y un poco psicópata) del protagonista me ha emcantado. Me resultó algo exagerada la reacción de ella a la llamada que recibe, pero entiendo que hacia falta “algo fuerte” para llevar al personaje al límite.
En cuanto a la ejecución no puedo tachar nada mas que esa cunfusión final que me obligó a repasar todo el relato para ver donde me había saltado a Ludmila 😉
Un saludo, nos leemos
Sergio Mesa
http://miesquinadelring.com
Demetrio Vert
18/03/2016 a las 13:22
Saludos Marcelo.
Sabes que no suelo entrar en la gramática ni en la puntuación; tampoco contigo hace falta.
Un excelente relato muy bien estructurado. Presentación, nudo y desenlace. Una historia. Hay que contar historias, como insistía Malamud.
Los personajes los veo clarísimos, tanto su físico como su psique; son solidos. Y sus acciones coherentes. Nunca defraudas.
Menos mal que te equivocaste con Xenis (Ludmila) y no con “traición”, como yo hice, ya que escribí “traidor” en su lugar. Lo digo porque el mío no sale este mes debido a ese error.
Si deseas leerlo te lo mando con placer. Me faltan tus opiniones.
demetriovert@gmail.com
Nos leemos.
Escritores Anónimos
18/03/2016 a las 14:41
¡Hola Marcelo! ¡Es un gusto volver a leerte! El personaje que describes es muy sólido, le conoces, le compadeces e incluso puedes odiarle. En apenas una hoja has conseguido resumirnos toda la vida de tu pobre protagonista.
Yo creo que la adjetivación es la justa (cosa que yo nunca consigo), gramaticalmente tu relato es impecable, y tu forma de narrarlo hace que sea ameno.
Como han comentado otros compañeros, me ha gustado que hayas escogido a una especie de “antihéroe” como protagonista, ya que tendemos ha hacer protagonista a una víctima, alguien a quien todos adoren o alguien que tenga una vida perfecta, y esto, señores, hace que nuestro relato sea un aburrimiento, predecible.
El tuyo es lo contrario, completamente impredecible.
¡Ánimo continúa escribiendo y sorprendiendo a aprendices como yo!
Besos
Luciano Sívori
18/03/2016 a las 15:40
Divertido y sorprendente. Como dijo Escritores Anónimos: completamente impredecible.
Me gustó ese énfasis en el uso del diccionario que le sirve de timón al relato. Otro relatos apenas lo usaron como un elemento que forma parte del paisaje. En tu caso, es un personaje más de la historia.
Tuve que leer para encontrar el error de tipeo (“Ludmila”) porque tampoco me cerraba. ¡Saludos!
charola
18/03/2016 a las 17:59
¡Hola Marcelo! Un excelente relato, el protagonista frustrado, no tomado en cuenta por las personas queridas ni por las amistades tratando de agradar a la chica que le echó el ojo, sin conseguirlo. No sé si es exagerado el suicidio en este caso, creo que faltó un pelito para convencer. Lo del diccionario sí me pareció un acierto, muy bien utilizado como protagonista en tu relato (a mí me costó ponerlo entre líneas).
Acerca del nombre de la rusa, me hubiese gustado Ludmila, pues tengo una amiga rusa con ese nombre, aunque Xenia suena más encantador.
Felicitaciones Marcelo. Si tienes un tiempo, pasa por mi relato, estoy en el # 186
Un abrazo.
Isolina R
18/03/2016 a las 22:23
Hola, Marcelo:
Me ha encantado tu relato aunque le voy a poner un pequeño pero: la primera persona en presente sin narratario explícito queda un poco artificiosa. Si el narrador protagonista no le dice a nadie sus pensamientos, si solo se habla a sí mismo, algunas de las oraciones deberían ser distintas. A sí mismo no se dice uno: “Entro al ascensor con incertidumbre”. Si el tiempo de todo el texto fuera el futuro, como lo es de algunas de las acciones (“llegaré de nuevo a mi casa y les daré un beso en la frente a mis hijos sin que levanten la vista de sus pantallas.”, “Después seguiré a la sala y moveré la mano saludando a Cristina, que levantará la suya pero seguirá leyendo su libro sin mirarme a los ojos”…) quedaría bien. También quedaría perfecto si en lugar de usar la 1ª persona usases la 2ª, desdoblamiento del protagonista, o utilizases el tiempo en pasado. Si quieres mantener la primera y el presente sin interlocutor deberías revisar oración por oración para que la información llegue al lector a través del pensamiento del protagonista, tal como pensamos. Oraciones con informaciones a palo seco no se dan en nuestros pensamientos. Caben dudas, preguntas, expresiones de emociones…
En primera persona con el tiempo en pasado ya no tiene por qué ser pensamiento del protagonista, conque ya puede aparecer información a secas.
Para mi gusto has usado más determinantes posesivos de la cuenta:
“seguirá leyendo su libro sin mirarme a los ojos” (yo quitaría “su” y pondría “un”), “fracaso en mi intento” (“el”), “Traje mi diccionario” (“el”), “moja el dedo con su lengua para que siga su recorrido lubricado” (“la”)…
El uso del diccionario en la trama me ha parecido genial. Eres un grandísimo creador de historias. Enhorabuena.
Espero que estas sugerencias te sirvan.
Saludos.
Manoli VF
18/03/2016 a las 22:48
Hola Marcelo.
Complicado he visto tu relato este mes, por decirlo de algún modo. Me ha gustado y a la vez lo he encontrado contradictorio. Al leer los comentarios he visto que coincido con Charola en que el suicidio del personaje por la reacción de la chica no acaba de convencer. Yo lo dejaría en la masturbación, porque el análisis del personaje sí está muy bien hasta ahí. Metes demasiadas cosas en 750 palabras y creo que se ve algo forzado.
Respecto al tema del diccionario, pues pasa un poco lo mismos no parece muy práctico ponerse a buscar lo que se escucha cuando no se sabe como se escribe. Lo que sí está genial es el efecto tragicómico que logras, tanto con este texto como con otros tuyos.
Un placer leerte y aprender haciéndolo.
Un abrazo.
Melisa
19/03/2016 a las 16:31
Hola, Marcelo!
Wow! No sé si quisiste darle un aire tragicómico al relato, pero que lo conseguiste, lo conseguiste. Da! 😉
La historia me gustó. Es clara, entretenida y se lee rápido.
Hilando fino sobre el argumento, me resultó extraña la decisión que toma el protagonista ante la indiferencia de una mujer con la que nunca había hablado antes. Es como si hubiese andado por el mundo buscando una excusa para suicidarse. En realidad, creo que sorprende porque así como lo describís, el tipo no tiene pinta de haber creído alguna vez que la rusa le iba a dar bolilla.
El protagonismo final que toma el diccionario me pareció impactante y original, sobre todo después de haberme imaginado tantas situaciones sosas con diccionarios este mes. 🙂
Como siempre, un placer leerte.
Hasta la próxima!
Cryssta
19/03/2016 a las 16:46
Pues yo creo que no se suicida porque la rusa no le haga caso, simplemente es la gota que colma el vaso ¿o es que no habéis leído lo mal que le va a este hombre en el trabajo y con la familia?
Ratopin Johnson
19/03/2016 a las 19:33
Hola Marcelo,
A mí me ha gustado mucho. Como me pasa con tus relatos, me lo he leído de un tirón. Párrafos cortos, con un lenguaje fluido, mucho vocabulario. Transcurre la historia en un tono cómico, pero según se va acercando el final, el relato se vuelve trágico, y justo esa conclusión del cuento, es un tortazo en la cara en toda regla.
Hay algo que nunca me ha sonado bien:
“…la esperé agazapado en la planta baja para que subiéramos juntos”. Es ese “para que + verbo”. Supongo que es correcto, pero amí siempre me ha caído mejor “para subir juntos” o quizá “para poder subir juntos”
Saludos
Wanda Reyes
19/03/2016 a las 21:33
Hola Marcelo, muy bien realizada tu historia. Me gusto mucho y fue muy clara. Te felicito te invito a que leas el mio es el numero 54
Coral Mané
19/03/2016 a las 21:54
Hola Marcelo, difiero con algunos de mis compañeros, a mi si me ha gustado la historia. Como ya te han dicho, no todos los personajes tienen que ser idílicos, también pueden ser gordos, calvos y salidos. Si que me parece exagerado el suicidio, también lo habría dejado en masturbación solo. Este tipo de personaje me pega ser un cobarde y un inseguro, y que hay ser valiente y estar muy seguro para suicidarse, creo yo. También me choca un poco cuando Xenia pasa su dedo por el escote, no creo que la gente haga eso de normal en un ascensor jejeje.
Las palabras obligatorias, genialmente metidas en la escena, tienen mucho protagonismo y eso es importante.
En definitiva, creo que hay algunos aspectos que podrias mejorar, pero en general, me ha gustado.
Si quieres pasarte, mi relato es el 162.
¡Abrazos!
Nic-Is
20/03/2016 a las 07:08
Hola Marcelo.
Después de 18 comentarios poco queda para decir.
Coincido con Cryssta respecto a la razón de su suicidio. De hecho creo que es el perfecto final para un personaje como ese. En mi muy particular punto de vista, enfrentar la vida y los problemas es lo que requiere verdadero valor.
Y después de una opinión que seguramente no venía al caso, aquí viene lo importante: Me gustó, me encantó. Es muy bueno.
Habiendo leído tres relatos tuyos, me declaro oficialmente tu fan.
CARMELILLA
20/03/2016 a las 10:10
Hola Marcelo,
relato contundente y ejemplo perfecto de la expresión de “la miseria” en la que vive tu personaje.
Muy buen avance, muy bien escrito, sitúa perfectamente el estar de cada personaje.
Buena dosis de ironía que parece, en algún momento, que el relato será cómico, ya vemos que no.
Reto más que cumplido, y el uso y la relación y el papel que cada una de las palabras obligatorias ha tenido, me parece un acierto total
Haber si aprendo algo.
¡Encantada con tu trabajo!, seguimos participando y leyéndonos.
Saluditos.
Cryssta
20/03/2016 a las 12:54
CARMELILLA, te has confundido, es “A ver si aprendo algo”, utilizando el verbo VER, no el verbo HABER, ándate con ojo que esa es una falta de las gordas, la RAE explica muy bien cuándo se utiliza “A VER” y cuándo “HABER”, te sugiero que le eches un vistazo, te será muy útil como escritora. Besos.
CARMELILLA
20/03/2016 a las 14:57
Cryssta gracias, se me ha vuelto a escapar si no estoy muy pendiente es una falta que puedo cometer con facilidad.
Mi super esforzaré gracias otra vez
Lemo
21/03/2016 a las 18:59
Hola Marcelo,
En mi caso si me ha gustado el relato, con final incluido. Y la verdad le has hecho un favor, para vivir esa misera vida y sin nada o nadie que le anime a seguir, aunque yo hubiese mandado todo y a todos a la mierda, pero cada cual con su carácter.
Felicidades.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
21/03/2016 a las 20:23
Que tal Marcelo, que forma la tuya de manejar la redacción en primera persona: navegas entre divagares y acciones en respuesta al sentir hormonal del personaje que nos conduce entre laberintos hasta un desenlace fatal. Era tal mi concentración que al final podía visualizar la energía del auto sacrificado elevarse a las alturas por encima del edificio hasta llegar a lo que sería el piso 137, aposento de ángeles, quienes con ademanes de rechazo le obligaban a echarse un clavado directo al fuego de su destino eterno. Amen. Te felicito.
Verso suelto
22/03/2016 a las 23:40
Hola Marcelo. Yo lo he leido sin pararme a analizar y he disfrutado, lo que ya es mucho. Luego se le pueden buscar las vueltas a todo, pero creo que aqui hay un personaje con un pasado y un presente que están muy por encima de la “pequeña” historia del cuento. Creo sinceramente que es un buen relato.
Si puedes pasarte pir el mio estoy en el 182.
Juana Medina
23/03/2016 a las 02:11
Hola compañero
Como siempre buena estructura, buen relato. Lo que más me ha gustado sin embargo, es el final. Conocés mi predilección por los finales ambiguos, así es que no te extrañará que: “…sigue luego hasta el último y para del todo. Yo, en cambio, sigo de largo”, pueda entender el suicidio, pero también leer quw en este “sigo de largo” quedan otras posibilidades.
Un abrazo
Marcelo Kisi
23/03/2016 a las 17:36
Quiero agradecer a todos y cada uno de ustedes, compañer@s queridos, por sus cálidos y sinceros comentarios, tanto los positivos, como los aportes para mejorar. Hacen bien al alma y me construyen, como que la mirada de los otros también son elementos que nos van definiendo y haciendo crecer.
Lamentablemente entré justo en una altísima temporada de trabajo y no tengo tiempo de contetar particularmente a cada uno, y no sé si voy a llegar a devolver todas vuestras visitas. Lo he hecho con algunos, muy de a poco, espero poder con todos, pero no lo puedo prometer.
Gracias y abrazosos!!!!!
Leonardo Ossa
25/03/2016 a las 00:03
Hola Marcelo. Estás lleno de historias por contar. Espero que tu temporada de trabajo termine pronto para beneficio de nosotros tus seguidores.
En esta oportunidad no participé.
Saludos.
Lionel Muñoz
25/03/2016 a las 05:05
Hola Marcelo, pasé por tu relato porque me pareció leer tu nombre en algún comentario y no me arrepiento. Es muy bueno. Me gustó porque tiene un protagonista diferente al usual.
Leí tantos comentarios sobre sexo en el ascensor y sumado a la clasificación +18 creí que este era uno más. Me sorprendió saber que no.
Saludos
Tavi Oyarce
27/03/2016 a las 08:19
Hola Marcelo
La historia de un fracasado muy bien descrita.
Tipos de personajes que uno encuentra a cada paso y que lleva a reflexionar del porqué existen. Tal vez frustración, una forma de alimentar el ego,bajo autoestima, en fin un cúmulo de tropiezos que la mente a veces no puede sobrellevar.
en todas esas cosas he pensado al leer tu cuento tan simple y con un final cuya redacción me ha encantado.
Saludos
Laurindiel
28/03/2016 a las 20:17
Hola Marcelo,
Estaba leyendo algunos relatos de los compañeros, y me he topado con el tuyo. Simplemente quería felicitarte. La verdad es que me ha sorprendido mucho la historia, y creo que transmites perfectamente tanto el deseo frustrado como la miseria del protagonista.
Te seguiré leyendo.
Un saludo!
PD.- Por si quieres pasarte, mi relato es el 156.
Vespasiano
29/03/2016 a las 21:00
Hola Marcelo:
Primero darte las gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.
Después de tantos comentarios poco podría añadir a tu historia que me ha parecido interesante y describe a la perfección el perfil de un individuo “paranoico”.
Principalmente quería dejar constancia de mi paso por el tuyo.
Felicidades.
Wolfdux Anathema Chimaera
31/03/2016 a las 20:46
¡Qué relato! Me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo.
KMarce
31/03/2016 a las 22:08
Marcelo…
Aunque se pase por colador, algo siempre queda pegado… pero si me pones a escoger, me agrada más el nombre Ludmila, es un nombre más típico ruso, aunque Xenia en apariencia sea más sensual. Y no la hubiera hecho la rubia de siempre, recuerda que la amada Norma Jeane era naturalmente marrón o castaño.
Y ese tipo, siendo sincera, no está a la altura de una mujer así… y creo que tampoco su esposa. Es un tipejo bastante deprimente.
Pero, como siempre, tu escritura si está a la altura de lo que esperamos de tí.
¡Nos leemos!
Peter Walley
02/04/2016 a las 17:23
Hola Marcelo,
Me ha gustado el relato, se lee de un tirón y no hay apenas cosas para mejorar en el aspecto formal. A lo que no le he acabado de pillar el punto es al protagonista, quizás habría que haberle dado un punto más de desesperación para justificar el suicidio al final de la historia…en cualquier caso tienes el suficiente oficio para que el relato se disfrute igualmente.
Saludos,
Peter
Julieta Blanco
10/04/2016 a las 00:55
Hola Marcelo! Hace muucho ya que no paso por acá. Lo extraño. Prometo volver. Hoy quise entrar a leer un poco y decidí leer tu relato, porque siempre me sorprende tu forma de escribir.
Qué personajes! Es extraño, no siempre son personajes agradables pero ¡qué bien moldeados!
Creo que ya te han dicho todo. Espero que nos leamos pronto!