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Recaída - por Alejandro Moreno
Web: https://loszusammen.wordpress.com/
—¡Espere! Gracias.
—De nada ¿piso?
—Diecisiete.
—¿Trabajando en fin de semana?
—No, que va. Un encargo de mi jefe de última hora, recoger una cosa y llevársela a casa ¿usted sí?
—Sí. Tengo un trabajillo que hacer y no puede esperar.
—Seremos los únicos.
—Seguro. Desde que pusieron la puerta automática ya no hay ni portero.
—¿Había portero antes?
—Las 24 horas.
—Interesante… ¿Cuánto hace que trabaja aquí?
—Bastante.
—Yo llevo poco más de un mes.
—Ya decía yo que no me sonaba su cara.
—Hay mucha gente por aquí, sería raro que conociera a todo el mundo ¿no?
—No crea, soy muy bueno con las caras. Mi trabajo depende de ello, no me puedo permitir equivocarme.
—Yo soy pésimo. Por curiosidad ¿qué trabajo… ¡Hostia! ¿Qué ha pasado?
—Se ha parado ¿está usted bien?
—Sí, sí.
—No se preocupe, no es la primera vez que pasa.
—No estoy preocupado, es que tengo prisa. He dejado al taxi esperando fuera.
—Enseguida se encenderá la luz de emergencia y en un momento estaremos en marcha.
—Eso espero…
—¿Ve? Le dije que la luz volvería.
—A ver si también empezamos a movernos.
…
—Toque otra vez.
—He pulsado hace menos de un minuto, no creo que cambie nada.
—¡Socorro! ¡Ayuda!
—Déjelo, no hay nadie. Estamos solos. Tendremos que esperar.
—¡Joder! Son ya… y veinte. Llevamos casi media hora aquí encerrados.
—Intente calmarse, no podemos hacer nada más.
—Si por lo menos hubiera cobertura.
—No hay, me he asegurado de ello ¿Quiere uno?
—No, gracias. Lo dejé.
—¿Le importa?
—Preferiría que no, pero si le va a hacer sentir mejor, adelante.
—Esperaré un poco, sé lo difícil que es dejarlo, no quisiera ser el responsable de que vuelva a caer.
—Tuve que ir a terapia.
—¿Y funcionó?
—Llevo ya 9 meses, 14 días… 7 horas y seis minutos sin probar uno.
—¿Y qué tal?
—¿Usted qué cree? Llevo la cuenta hasta de los minutos…
—Ya veo. Entonces definitivamente esperaré.
—Se lo agradezco. Volver sería como traicionarme a mí mismo… No sé si me explico.
—Perfectamente. La traición es una de mis especialidades ¿Qué mira?
—El espejo… siempre me he preguntado por qué poner aquí un espejo.
—Para que la gente se mire en él, supongo.
—Sí, claro ¿pero por qué lo ponen siempre en esta parte?
—Quizás lo hagan para compensar la sensación de claustrofobia al entrar y olvidar que estamos colgados de un cable en el vacío.
—No lo había pensado de ese modo. Una vez… ¡¿Qué ha sido eso?!
—No lo sé.
—¿Nos movemos?
—No parece.
—Suena como a metal…
—Venga, no sea alarmista ¿Me echa una mano?
—¿Qué va a hacer?
—Abrir la trampilla.
—¿Pero eso es seguro?
—No tengo ni idea, pero algo habrá que hacer. ¿Puede poner las manos así?
—Espere que me quite el abrigo.
—Yo también me lo quitaré. Vamos, una, dos y ¡tres!… Espere que empuje… ¡Mierda!
—¿Se encuentra bien?
—Sí, por suerte. Voy a necesitar algo que sujete la trampilla mientras intento subir. ¿Me presta su maletín?
—¿El maletín? no creo que sea buena idea… Espere, quizás esto sirva.
—¿Un diccionario?
—Sí… soy un nostálgico. Úselo, no pasa nada si se estropea un poco.
—Creo que servirá. Vamos de nuevo, a la de tres.
—¿Puede?
—Sí, espere que lo sujete…
—Un poco más a la derecha. Justo ahí.
—¡Empújeme! voy a subir.
—No sea loco, puede ser peligroso.
—¡Veo la puerta del piso de arriba! Quizás pueda abrirla.
—Pero no me deje aquí solo.
—Vuelvo enseguida. Páseme mi abrigo que aquí hace frío.
—Tenga. Se le ha caído algo…su tabaco y un papel.
—Déjelo ahí. Cierro la trampilla por si me caigo.
—¡Espere!… ¿Va todo bien? Diga algo por Dios. Lleva casi cinco minutos ahí… ¡A la mierda! ¡Le cojo un cigarro!…qué gusto. ¡Me guardo su papel en el bolsillo!… parece una fotografía… ¡mía!
…
—Buenos días, Alberto ¿qué haces aquí?
—Hola, Javier. Pues esperando para subir.
—¿Y esta cola?
—Sólo dejan usar los ascensores de la izquierda.
— ¿Y los otros?
—¿No te has enterado?
—¿De qué?
—El sábado se desplomó un ascensor de los de la derecha, con un tío dentro.
—¡No jodas! ¿Murió?
—Sí.
—¿Se sabe quién era?
—Uno de arriba, del banco.
—Joder, qué mala suerte…
—Dicen que podría no ser un accidente, hablan incluso de sabotaje…
—Joder… ¿Tomamos un café y me cuentas?
—Vamos.
Comentarios (6):
Zelfus
17/03/2016 a las 17:53
Empezaré por la forma: usar el diálogo como única herramienta narrativa es una tarea grande. Me parece que se consigue bien el objetivo aunque hay algunas cosas que suenan un poco innaturales.
La trama me parece bien dibujada, me gusta la estructura y los momentos están bien elegidos. Me parece que engancha muy bien con el giro final.
En cuanto a contenido: la historia no es carente de emociones no de sorpresa. Eso es agradable. Me parece un poco inverosímil la situación, y me parece necesario contar un poco más para emitir un juicio sobre el crimen: ¿merecía que lo asesinaran? Eso ayudaría al lector.
En general me entretuvo y me mantuvo enganchado hasta el final y para mí, de eso se trata.
Alejandro Moreno
17/03/2016 a las 20:14
Gracias por tus comentarios Zelfus. Mi intención era experimentar un poco con el formato, así de paso lo practicaba. Quería mostrarlo como si hubiera alguien escuchando lo que pasaba dentro, sin ver nada. No sé si lo he conseguido, pero seguro que algo he aprendido. El problema al final es el límite de palabras, que me ha hecho recortar bastante el contenido, ya que el final no podía recortarlo más.
Lo dicho, gracias por los comentarios, sirven para mejorar.
Caritobel
18/03/2016 a las 08:14
Hola Alejandro.
Pienso como Zelfus, es toda una hazaña solo utilizar el diálogo, sin descripciones ni nada más que lo dicho, para contar la historia. Pero creo que has hecho un buen trabajo.
Sí tal vez darle más consistencia a lo dicho, pues en verdad a mi me gustaría saber por qué lo mataron, algo más sustancial que una típica charla de gente atascada en un ascensor, o sea agregarle un poco más de intriga.
Pero me gustó. Experimentar esta bueno porque nos ayuda, y si ese era el objetivo, te queda mucha enseñanza.
Te felicito.
Si tenes ganas, te invito a pasar por mi relato, es el número 194. Espero tu comentario.
Saludos.
CARMELILLA
18/03/2016 a las 20:50
Hola Alejandro, gracias por leerme y comentarme.
Ahora con lo tuyo. ¡Me gustaaaa! y mucho. Me ha divertido. Ágil. Avanza y te engancha. Que todo sea un diálogo ¡muy bueno! y además un diálogo nada aburrido, estaba viendo lo que contabas perfectamente.
Sobre el título “recaída” tengo intriga porque aunque pueda parecer que “se lo han cargao” por “vicioso reincidente”, yo también pienso que eso de que fuera un “empleado del banco o quizá director porque eso no lo especificas” también puede haber tenido que ver en su muerte…conforme están las cosas.
Bueno decirte que todo me ha gustado, no le encuentro nada que tuvieras que mejorar.
¡Muy bien hecho!
Saluditos.
Saulo
28/03/2016 a las 16:42
Hola, enhorabuena. Tu relato te mantiene atento todo el rato. Es verdad que es difícil escribir con diálogos. Y lo has hecho. Es un relato corto y creo que consigues que el lector empiece y acabe. Y encima entreteniendo.
Muy bien.
Isabel
03/04/2016 a las 00:06
Hola Alejandro;
Gracias por comentar mi relato.
Respecto a tu relato, me ha gustado la historia que cuentas , es intrigante aunque cuesta creer que algo así pueda suceder. No hay nada imposible desde luego, pero el final es bastante cinematográfico jeje. Yo también hubiese descrito un poco el lugar o hubiese ubicado a los personajes.
También hubiera descrito un poco lo que ocurre con el que se queda en el ascensor cuando encuentra la fotografía para crear más angustia al lector.
Pero no está mal el formato que has utilizado y como tú dices hay que experimentar. En resumen, me ha divertido la lectura. Saludos