Literautas - Tu escuela de escritura

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¿SUBE? - por PaolaR.+18

Web: http://papan3.blogspot.com.es

Desde mi puesto y a través de los cristales la veo saborear el café en el bar de la esquina, con su blusa morada y la falda negra apretada. Nerviosa, como si fuera su primera vez.
Él pasa delante del bar, mirando de frente. Recto, elegante en su traje de sastre, con el aire que se daría un ministro en la audiencia de un rey.

Ella posa la taza y sale tras él con su diccionario de francés bajo el brazo, no es fácil seguirle el paso pero es consciente de que lo tiene que hacer.
En la puerta giratoria cada uno en un gajo distinto, un saludo al conserje y directos hacia mí.
—Buenos días, señor. Señorita…
—Hola Pedro —dice ella guiñándome el ojo.
Él mira al suelo y calla.

Las viejas puertas de nogal rematadas con cantos de bronce se cierran tras ellos y yo dirijo la mirada al techo en un intento de abstracción del mundo real.
Con un golpe de palanca mantengo el ascensor suspendido en el aire, accionando el mando cuanto a penas, a traición, para que el motor no acabe de entender lo que le estoy pidiendo y espere, indeciso, ulteriores instrucciones.
Hace falta práctica, créeme, no es fácil engañar al motor y conseguir que coma de tu mano. Así, durante unos minutos, no existimos para nadie, estamos en una tercera dimensión.

Intento controlar mis emociones concentrándome en un punto imaginario como en los reportajes de los monjes budistas, pero esto, amigo mío, es más difícil de lo que parece. Además, ignorar la explosión de la blusa ajustada y el clamor de libertad que se intuye tras soltarse el botón que mantiene todo aquello en su sitio, sacaría de su eterno silencio hasta una estatua de mármol.

Desearía pensar en una playa lejana, pero la imagen se diluye en el aire y no puedo evitar figurarme una mano serpenteando ávida bajo esa falda ceñida.
Quisiera ser capaz de convertirme en piedra como los hombres del desierto y no escuchar así los gemidos de placer que percibo a mis espaldas.
Noto como los cuerpos enroscados entre ellos oscilan de un lado al otro produciendo balanceos y llenando, seguro, el espejo de vaho.
Luego me tocará limpiarlo.

El tiempo se acaba, el momento de lujuria está llegando a su fin y doy un golpe de tos como aviso.
El motor no está dispuesto a esperar ni un momento más y el pequeño habitáculo tiembla. Pulso el botón rojo con todas mis fuerzas y acciono la palanca.
Subimos y un gran ajetreo en la parte de atrás.

Sonrío, siempre me ha hecho gracia esta parte, cremalleras que cierran, cinturones que aprietan, zapatos que entran y dignidades que vuelven a ocupar su lugar. ¡Aquí no ha pasado nada!
La campana avisa y ya está todo en orden perfecto.
Un billete se desliza inconsciente en mi bolsillo izquierdo mientras el vicepresidente de la A.U.T. sale en la planta seis, ajustando el peluquín en el centro de su calva.

Ella permanece de espaldas a mí y se arregla el peinado mirando su reflejo en el espejo, lo sé, no hace falta que me gire, ya son muchos años de carrera. Pero será inútil porque el color de sus mejillas la delatará, seguro, ante todo aquel que se cruce con ella.
—Gracias, Pedro, te debo una — dice saliendo en la planta diez. La miro alejarse en equilibrio perfecto sobre unos finos tacones de aguja con ese particular movimiento de cadera que hará suspirar, sin duda, a más de un empleado.

Si sumara todas las que me debe ya sería millonario, pero no se lo tengo en cuenta, después de todo los sabe elegir… billete tras billete y la jubilación pagada.

Comentarios (19):

Tavi Oyarce

18/03/2016 a las 00:50

Hola Paola:
¡Que personaje el ascensorista!
Sin nombre ni descripción igual lo haces tan real que logré configurarlo en mi mente.

La situación tragicómica, a veces causa ternura, aveces, hilaridad. Consigues con mucha facilidad tu objetivo, lástima que el máximo de palabras, no permita adentrase más en el relato.
Como siempre, nada que reprochar, manejas muy bien los tiempos, el tono, y el mundo de los instintos de los seres humanos.
Te felicito.

Un alcance Paola,en mi opinión la expresión “mirando de frente”, estaría dicha en la palabra que sigue “Recto”

Eso sería todo y esperar una nuevo cuento tuyo.

Saludos

narranacion

18/03/2016 a las 11:41

Hola Paola.

Me ha encantado y tiene una lectura magnífica. Controlas muy bien el ritmo de cada parte. Pese a ser un relato corto, consigues que la intensidad vaya en aumento de la misma manera que lo hacen las acciones de los protagonistas. Me encanta como introduces al personaje ascensorista, narrador desde el principio pese a estar en otro lugar.

Por ser un poco puntilloso y sin que sea para nada importante según mi opinión, el concepto “diccionario” es muy anecdótico. Pero al final sólo es el disparador creativo y lo que importa es que la historia es muy buena.

Felicidades por tu relato.

Un saludo.

Don Kendall

18/03/2016 a las 13:57

Hola Paola,
Me gusta tu relato. Por eso sabes que soy muy “tiquismiquis” con lo que me gusta ;-). Tiene una hermosa estructura , pero ese narrador que metes por un momento en segunda persona te obliga a meter más carne en el asador para que el lector se sienta emocionado. Tal vez el lector necesita más chicha a prpósito de la relación de Pedro con la Señorita. En fin, es tu relato y hablo por hablar, pero ahí hay materia para más tema ynseguromque lo harás perfectamente. Gracias por compartir tu trabajo y enseñar los recursos que utilizas. Un abrazo

Paola

18/03/2016 a las 18:41

Gracias Tavi, me alegra saber que te guste el personaje, a mí también me cae bien el pobre, lo que tiene que aguantar!

Gracias Narranación, sí, ya sé que lo del diccionario no lo he encajado del todo bien, tú lo has hecho de maravilla.

Gracias Don, entiendo lo que me quieres decir y sé que tu lo harías de maravilla,es justo lo que le hace falta para darle vida al personaje que de momento es un mero espectador. Yo lo voy a intentar y si me sale algo decente lo pondré en el blog y te avisaré. Me gustaría que me dieras tu opinión.

María Kersimon

19/03/2016 a las 00:42

Buenísimo. ¡Me ha encantado! sobre todo detalles como estos.
“Con un golpe de palanca mantengo el ascensor suspendido en el aire, accionando el mando cuanto a penas, a traición, para que el motor no acabe de entender lo que le estoy pidiendo y espere, indeciso, ulteriores instrucciones.
Hace falta práctica, créeme, no es fácil engañar al motor y conseguir que coma de tu mano. Así, durante unos minutos, no existimos para nadie, estamos en una tercera dimensión”.
¡Una bocanada de aire fresco!

Pepe ILLARGUIA

19/03/2016 a las 13:01

Hola Paola, sorprendente tu relato. A mí tampoco me cuadra el título ni ese diccionario de francés, la expresión cuanto a penas no creo que sea acertada, pena es un castigo y apenas es adverbio de cantidad por lo que al meterlo en el mismo corsé que cuanto se pierde el significado. Por lo demás nada que objetar, es un relato original, con un lenguaje fresco, a veces usas muchos verbos en tus frases y en otras los elides, por lo que hay que encontrar el punto justo, y creo que lo estás consiguiendo. Pedro es el ascensorista ideal, para un espectador necesario, en un ménage à trois, así que es difícil imaginarlo como una estatua impávida.
Enhorabuena, un abrazo.

Bastián Robinson

19/03/2016 a las 21:50

Hola Paola!
En primer lugar, gracia por pasarte por mi caótico relato. Yo ficho aquí también por puro “vicio”, ya que te tengo entre mis lecturas fijas. Gracias por mostrarnos tus historias.
Guau, guau, guau, cómo hemos pasado de los piratas al tórrido ascensor… Excelente relato, me ha encantado por varios motivos:
-El inicio, con ese narrador distante que lo domina todo, y al que poco a poco le llega la acción. El hecho de que sea la acción la que viene a él, que está ahí, como en una atalaya, ya adelanta su dominio de la escena: “yo estoy aquí, y esto pasa así y ahora porque yo quiero”. Muy cinematográfico y fluye con gracilidad.
– Algunas frases magistrales, “Las viejas puertas de nogal rematadas con cantos de bronce se cierran tras ellos y yo dirijo la mirada al techo en un intento de abstracción del mundo real”. Tiene un ritmo mágico, una suave aliteración casi imperceptible que la hace tan sencilla como bella. Y esa belleza formal se respira en general en todo el relato.
-El tratamiento del personaje del ascensorista está muy logrado, estoico, fiel, pero a la vez humano. El control de sus emociones le hace superior.
En fin, enhorabuena. Estupendísimo relato, caliente en su justa medida, insinuante, con un erotismo muy dulce. Felicidades y gracias por ofrecernos tu talento.
Nos leemos!

Caritobel

21/03/2016 a las 01:32

Hola Paola.
No tengo ninguna queja en cuanto a tu manera de escribir, como dijeron otros compañeros, hay frases que simplemente son magistrales, meten tanto en la historia que todo lo demás se olvida.
Creo que llevaste a otro nivel la típica fantasía sexual en un ascensor, y dirigiste toda la atención en ese ascensorista que esta ahí medio presenciando todo lo que ocurre allí.
Creo que todo crea un efecto muy equilibrado. Sobre todo la manera en que expresas todo eso que le pasa al ascensorista.

En fin, una historia sencilla, bien llevada, con fluidez, insinuante pero en su medida justa, con un buen principio y cierre, que a la misma vez nos regala descripciones muy nítidas y nos acerca al relator.

Te felicito.

Si tenés ganas de leerme soy el relato 194.

Saludos

Mariaje

21/03/2016 a las 15:50

Hola Paola,
gracias por visitar mi texto y por tus amables comentarios. Tu relato me ha gustado mucho. El personaje del ascensorista está muy bien dibujado.
Lo único que no me ha gustado es el tercer párrafo, con la descripción que hace el ascensorista sobre su dominio sobre la máquina. A mí me ha sacado de la historia. Después el relato es mucho más fluido, pero bueno, es cuestión de gustos, yo es que prefiero limitar al mínimo las descripciones.
En fin, enhorabuena por tu relato, está muy bien narrado y es muy ameno de leer. Un saludo

Werchy lam

21/03/2016 a las 16:23

Hola Paula,
Escribiste en mi relato, como comentario, que te robé el número dos. ¿Qué quieres decir, cariño? Es que no lo entiendo. Y otra cosa, gracias por lo de “hostias”. No me había dado cuenta. ¡Vaya fallo!
Va, a por el tuyo.
Es cierto lo que dice alguien, que llevaste a otro nivel la típica fantasía sexual en un ascensor. Y eso es estupendo. Nos dice a todos que por muy usado que sea un tema el planteamiento lo puede variar todo. Enhorabuena en ese sentido.
Fallitos: Ese “cuanto a penas” que te para en seco, que tienes que volver a leer para entenderlo, y que yo al menos sigo sin entender.
Al principio me pasó que como lo leí rápido no sabía quién era él. Es cierto que el ascensorista presenta, pero muy rápido. No queda del todo claro hasta que lo lees una segunda vez más despacio. No sé, algo así como “Desde mi puesto tras los cristales los veo a los dos. A ella…. y él sin embargo pasa delante del bar, seguro, recto…”
De esa forma ya sabemos que son tres y que quién nos va a contar la historia es el que está tras los cristales.
Veo aquí que eso pasa mucho, al empezar no solemos posicionar bien cuántos, quienes, y de qué sexo, pero bueno, ya lo iremos aprendiendo.
“Hace falta practica…” No veo que sea necesario que lo pongas punto y aparte. Al fin y al cabo está asociado al funcionamiento al que se refiere el párrafo anterior, y de esa forma da continuidad antes de saltar, ya no al mecanismo del ascensor sino al de sus propios pensamientos.
Por lo demás muy bien. Una idea valiente y muy bien ejecutada. Te buscaré en próximos talleres.
Por cierto. Resoplar, echar aire por la boca, no es verbo de habla pero ahí, mirando todo con detalle.
Un placer conocerte

Sergio Mesa

21/03/2016 a las 21:38

hola Paola!
sinceramente, creo que es el mejor relato tuyo que he leído. me ha encantado lo sencillo de la historia y lo evocadora que resulta. felicidades!
por apuntar algunas cosillas, coincido con el comentario general de que hay algunas redundancias (de frente/recto -aunque sé que en ese caso se refiere a cosas diferentes, son cocepto muy parecidos colocados justo a continuación-, abstracción del mundo real..). también veo algún problema en la puntuación (esas frases enormes partidas con comas donde podrían ir puntos y seguido). y sobretodo el uso de alguna palabras demasiado “cultas”; “posar” por “dejar” y sobretodo “ulteriores”, que a mi en particular me resultó una puñalada en un ojo. 😉
pese a todo, como te decía arriba, el relato me ha encantado. tiene una ambientación cautivadora. felicidades de nuevo.
un abrazo, nos leemos!
Sergio Mesa

Diana Arnau

22/03/2016 a las 12:26

Buenas Paola!

Me he pasado a leer tu relato y la verdad es que me ha encantado. Es una idea común tratada desde un punto de vista diferente y me ha gustado mucho.

Enhorabuena!

Un saludo!

CARMELILLA

23/03/2016 a las 18:52

Hola Paola:
sobre todo, gracias por pasarte por mi relato y por tus comentarios.
Tu trabajo:¡muy bueno! con las apreciaciones que otros compañeros y compañeras te han hecho sobre alguna “cosilla” que en absoluto desmejora tu trabajo, me parece que has conseguido, con un lenguaje muy bien utilizado, con descripciones muy acertadas y con unos personajes muy bien elaborados, crear una escena muy visual según la vas leyendo.
Creo que el que mejor se lo monta, desde luego, es el ascensorista, que se ha sabido “sacar un sobre sueldo” realizando un humilde trabajo y además por lo que parece, también disfrutando.
Paola, enhorabuena, ¡muy buen trabajo! seguimos por aquí participando y leyéndonos.
Saluditos.

Leosinprisa

24/03/2016 a las 12:03

Hola Paola,

dime cuando se jubila ese ascensorista, que quiero su puesto 🙂

Me ha gustado mucho este escrito, tiene un tono picante, de comedia de enredos y de explosivas descripciones, que lo hace especial. La verdad es que se lee con sumo interes, desde el principio al final. Un buen trabajo, lleno de imaginación y buen hacer.

Perdona que te insista: ¿cuando se jubila el ascensorista?

🙂

Ha sido un placer leerte, gracias por tus comentarios y un saludo.

Don Kendall

24/03/2016 a las 18:34

Hola Paola,
He leído la versión blog. Me gusta mucho ese final. Algo así me sospechaba que debía de haber entre esos dos,personajes Pedro y ella. Peroooo, el perooooo que merece la pena y que una autora como tú puede sacar es la relación entre ella y el vicepresidente, que a mí me resulta falsa y manida. Como me pides opinión te la cuento, si puedes olvídate de la lujuria (que así como está suena a falso de necesidad , jeje) . Hay una historia potente, ahora que ya sabemos el nuevo final. Saca la perversión a tope y juega con ella . ¿Qué es lo que (no) hacen el vice y ella? ¿Cuál es el,juego perverso? ¿De qué tipo es ese triángulo, equilátero, isósceles o,escaleno? Y sobre todo en ese triángulo que esbozas , ¿quién es la,hipotenusa y quiénes los catetos?. Disculpa las metáforas pero es para evitar meterme en tu obra que la escribes como te da la gana y mejor que yo ;-). En esta sinfonía de manos bajo faldas y botones que revientan para mi gusto sobran los cuerpos oscilantes y quizá falte algo más de sentidos y sobre la lujuria forzada. La imagen de manos susurrantes, faldas, vahos, y etc son sugerentes , la de los cuerpos balanceantes pienso,que echa fuera a un lector erotómano (como somos casi todos en mayor o menor grado).
Lo dejo aquí, si te parece seguir algún comentario más sobre esto,mquizá tendríamos que buscar otro medio. No utilizo mucho lo de escrites, no sé si allí hay algún modo más directo entre autores sin aburrir al resto,que puede ser que no tengan mucho interés.
! Ah! Y ¿por qué es para mayores de 18 años? ¡!

Paola

24/03/2016 a las 19:42

Hola Don

Te agradezco enormemente el tiempo que me has dedicado y nada podría hacerme más feliz que saber que estás dispuesto a seguir ayudándome con este relato.
La única forma que se me ocurre para hacerlo por una via más privada es por e-mail. Por motivos profesionales lo tengo puesto en todas mis publicidades en la red por lo que no tengo problema de ponerlo aquí: papan_val@hotmail.com
Si te parece bien me envías el tuyo y en cuanto tenga los arreglos te los mando.
Estás a tiempo de negarte, es tu última oportunidad…

Necesitaré algo de tiempo para plasmar todo lo que me indicas pero estos días de fiestas lo haré.

Con la última pregunta me has matado! No te voy a contestar, sé que lo sabes!!

Leonardo Ossa

25/03/2016 a las 00:23

Hola Paola, muy entretenida tu historia. Me hiciste recordar esos ascensores con ascensorista, palanca y botón rojo que ya no se ven por ningún lado, al menos por acá todos fueron reemplazados. Ahora por lo general esos aparatos vienen equipados con cámaras de vídeo y teléfono. Ha sido muy entretenido leerte. Hasta pronto.
En esta oportunidad no pude participar.
Saludos.

earendil

25/03/2016 a las 21:18

Hola Paola.
Hace días que leí tu relato, pero por falta de tiempo no había podido dedicarle un comentario.
Me ha gustado mucho el aire erótico que ha cogido el tema. Después de tantos relatos leídos, me esperaba muchos más de este estilo, y me ha sorprendido no encontrar demasiados (el tuyo es el segundo).
Un triángulo muy poco al uso, donde un vértice no entra en el juego, y que a la vez, es casi la parte más importante del entramado.
Me alegro mucho de haber pasado por aquí y disfrutar con tu relato. Enhorabuena.
Muchas gracias por tu aportación en mi escrito.
Nos leemos.

Wolfdux Anathema Chimaera

06/04/2016 a las 09:10

Un relato muy divertido y bien llevado. Me ha gustado como has plasmado al protagonista. Solo mencionar que “diccionario” esta cogido con pinzas, ya que no tiene relevancia alguna, y el uso de la palabra “ulteriores” me ha sacado un ojo como a Sergio, jejeje.

Felicidades, coincido con quien ha dicho que es uno de tus mejores relatos. ¡Nos leemos!

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