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Los engranajes de la máquina imperfecta - por Pato MenudencioR.
Web: http://menudencio.wordpress.com/
Si pudiera ver en retrospectiva todos los hechos que acontecieron en el último tiempo, todos fueron producto del azar, y las consecuencias de mis pequeñas decisiones quedarán para siempre grabadas en mi cabeza.
Cuando esos pequeños detalles cobran cierto peso en la vida de quien los padece, uno empieza a reflexionar acerca de ellos. Sin ir más lejos, todos de una u otra manera estamos atados a pequeñas acciones que marcan nuestras existencias; como engranajes que se van ajustando hasta desencadenar la asombrosa máquina del destino.
Por ejemplo ¿Alguna vez se han preguntado qué habría pasado si en vez de tomar cierto taxi tomasen el siguiente? Parece rebuscado, incluso es probable que no afecte mucho en sus vidas, pero puede ser determinante para el futuro. Sin ir más lejos; si mi madre hubiese elegido estudiar arquitectura en vez de pedagogía como pensó por una fracción de segundo mientras hacía las postulaciones para la universidad, yo no estaría escribiendo estas palabras; sin embargo, nadie lo notaría, porque en ese preciso momento yo sería borrado de toda línea temporal. O como el caso de palomo, un compañero de colegio, que en su segundo año de universidad mientras cruzaba la calle, olvidó sus libros y se devolvió, sin percatarse del camión que pasaba por ahí, muriendo atropellado de inmediato.
Ahora que he ejemplificado como cosas que en aspecto insignificante pueden cambiar por completo el destino de quien las experimenta, quiero relatarles mi historia y las elecciones que fueron tomadas para llegar a donde estoy ahora. Porque bastó una situación en concreto para que uno de los momentos más extraños que he tenido que pasar se desplegara ante mis ojos.
En aquellos tiempos vivía solo en un departamento de dos ambientes, de esos que abundan en el centro de cualquier ciudad. Un edificio miserable en el que los especuladores inmobiliarios creen que puedes meter tu vida en menos de cuarenta metros cuadrados. Estaba cesante, tratando de hacer durar los pocos ahorros que tenía y cobrando el seguro de desempleo que apenas rendía. Llevaba la pobreza como estandarte. El tiempo me había hecho pensar acerca de mi futuro, y nada era auspicioso. Lo único que en ese momento me relajaba era escribir por las tardes.
Era viernes y mi semana fue una porquería. De las siete entrevistas que tuve, en ninguna tuve suerte. Las excusas ya las conocía de memoria: que falta experiencia, que lo llamaremos. O sea, las típicas explicaciones que dan a los que nunca obtendrán algo.
Echado en un sillón, con la cerveza más barata que podía comprar como única compañía, pensaba en las pocas opciones que aún me quedaban. Podía aceptar ese trabajo de Barney el dinosaurio, o limpiar las cacas del baño de un bar. Ninguna era una opción plausible.
Aún no sabía que esa noche empezaría todo, de haberlo sabido, me habría puesto una ropa más decente, pero eso es lo que tienen las oportunidades, te llegan cuando menos preparado estás, con el único objetivo de ponerte a prueba.
Estaba bebiendo una cerveza, y ni siquiera los Simpsons me levantaban el ánimo, cuando llaman a la puerta. Nunca recibía visitas. Tal vez era alguien que se equivocó de puerta. Decidí no abrir, tarde o temprano aquella persona se cansaría o llamaría por el móvil a la persona que estaba buscando y ahí daría cuenta de su error.
Me equivoqué por completo, los golpes se hacían más intensos. Y no me refiero a que estuvieran a punto de botar la puerta a golpes, sino que el ritmo de los golpes había aumentado, como si la persona detrás estuviera desesperada.
Me levanté y fui a atender. Si buscaba a algún vecino, le ayudaría con la dirección. Abrí la puerta y había una mujer que al verme, una ligera sensación de alivio se dibujó en su rostro. Era morena, con unos lentes gruesos que mostraban muy poco aumento y se podría decir que era atractiva. Cuando mi boca se disponía a preguntarle qué buscaba, ella interrumpió:
― Braulio, que bueno que te encontré. No sabía a quién recurrir y me acordé de ti. Te lo suplico.
Ni siquiera me dio oportunidad de hablar. Tomó mi mano y decidí acompañarla como un acto reflejo, o quizás hipnotizado por su particular belleza. ¿Qué es lo raro de todo aquello? A esa joven no la conocía de nada, y de partida, mi nombre no es Braulio. Aún así continué. Tal vez las manchas de sangre que apenas se notaban en su sudadera despertaron mi curiosidad…
Comentarios (19):
Osvaldo Mario Vela Sáenz
18/02/2016 a las 13:58
Hola Pato, como siempre que me deleité con tu forma de escribir. Un trabajo muy elaborado con muchas facetas que nos sirven para entender la justificación de un personaje en los eventos que esta por contar. Los dramas entretejidos para llegar al desenlace me parecieron algo largos pero estan tan bien escritos que no mermaron mi interes. En cuanto a cumplir el reto quiero decirte que de antemano ya estoy atrapado por tu historia; me gustaria saber que va a pasar con el personaje de una mujer tan atractiva.
beba
18/02/2016 a las 17:39
Muy bueno, Pato. Me gustó el vademécum de posibilidades que tiene el Azar. También el cuadro de situación del protagonista. Creo que es una excelente historia.
Revisa, que por ahí hay algunos detalles que corregir: reemplazar el “que” antes de “al verme”, por punto y coma. También, varias comas que están marcando espacios que debieran de ser mayores, en el episodio en que el protagonista deja que llamen.
Luciano Sívori
18/02/2016 a las 17:56
“Si pudiera ver en retrospectiva todos los hechos que acontecieron en el último tiempo, todos fueron producto del azar, y las consecuencias de mis pequeñas decisiones quedarán para siempre grabadas en mi cabeza.”
Impecable el comienzo.
Che, está muy bien el texto. Me recordó en parte al mío. Introduce el tema de forma maravillosa. Quizás se desenvuelva como una suerte de policial negro y la mujer es la femme-fatale de la historia.
Brillante. Mis felicitaciones.
Vespasiano
18/02/2016 a las 19:05
Hola Pato:
De tu historia destaco el giro final que da lugar a infinitas especulaciones.
En el plano formal te señalo algunas cosas que me han parecido necesarias de apuntar.
“…todos los hechos que acontecieron en el último tiempo”.
Esto me suena un poco raro, yo diría: “…en los últimos tiempos”.
“…decisiones quedarán”. Si estamos hablando en tiempo pasado, debería ser: “…decisiones quedaron”
“…cuando llaman a la puerta”, creo que debe ser por aquello de los tiempos verbales: “…cuando llamaron a la puerta”
“Tal vez era alguien”, por el mismo motivo creo que debe ser: “Tal vez sería alguien”.
“Cuando mi boca se disponía a preguntarle qué buscaba, ella interrumpió”. Aquí no me cuadra lo de interrumpió, ya que él no había abierto la boca todavía.
“…ese trabajo de Barney el dinosaurio…”. El “dinosaurio”, por tratarse de un apodo debería ir entrecomillado.
Al principio la historia, me pareció un pensamiento filosófico del protagonista.
De cualquier manera me ha gustado tu relato y me deja intrigado para saber que le ha sucedido a la chica.
Enhorabuena.
Juana Medina
18/02/2016 a las 21:19
Hola Pato, la entrada me pareció un poco lenta pero luego quedé absolutamente enganchada en tu historia. Lo mejor, la cantidad de posibilidades en la intriga final. Estupendo. Las cosas a corregir te laas han señalado Beba y Vespasiano. Nada grave. A seguir la historia, por favor!
Un saludo
Coral Mané
19/02/2016 a las 08:06
¡Hola Pato!
Creo que has cumplido perfectamente con el reto opcional, esas ultimas manchas de sangre me han hecho tener ganas de más. ¿Existe continuación? Al contrario que a mis compañeros, a mi el ritmo me parece el apropiado, a principio no importa que sea más lento, ya tendrás tiempo de acelerar en próximos capítulos.
En cuanto a la historia, no puedo decir con seguridad si me gusta o no, ya que solo nos la has presentado, pero tiene buena pinta.
Un fallito que he visto, Palomo sería con mayúscula, ya que es un apodo.
Te invito a pasarte por mi relato, el 189.
¡Un saludo!
M. H. Heels
19/02/2016 a las 09:24
Esta historia que nos has mostrado tiene una delicadeza y un buen gusto exquisito, tanto, que hasta se hacen “normales” las manchas de sangre de la chica. Me ha precisó, sin duda, lo más elegante que has escrito de todo lo que he leído tuyo. Con esa finura y elegancia podrías estar contándonos que ella es una asesina en serie que, aún así, tendríamos empatía con ella. Es impresionante lo que has hecho con las palabras. Felicidades.
No te voy a hablar del abanico de posibilidades ni de todos los giros que puede dar esta historia porque sería repetirme con lo que te han dicho antes. En lo que sí me repito es que yo también me he quedado con ganas de leer más. Fantástico.
Nos leemos
Wanda Reyes
19/02/2016 a las 14:48
Hola Pato nuevamente me he pasado a leerte y no me has defraudado el relato esta muy bien desarrollado y te atrapa. La novela que yo empece a escribir lo habia hecho en primera persona pero no se, me entro algo de temor al no saber si podria dar voz de manera correcta a otros personajes asi que me puse a buscar alguna novela que me diera una idea. Te cuento esto porque encontre una y la manera en que esta relatada la tuya y que te reitero me gusto mucho, se parece a la que estoy leyendo en el tono de la trama la novela es 22/11/63 de Stephen King. Bueno espero te pases por mi relato que es el 232.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/4972
CARMELILLA
20/02/2016 a las 11:12
Hola:
¡Muy bueno!, has conseguido situar la personalidad o más bien, las circunstancias que rodean al personaje y que le hacen sentirse de una manera determinada y creo que determinante para la historia. A la misma vez, logras crear una trama que engancha mientras la lees y tiende el puente para continuar leyendo.
Un lenguaje sencillo y muy bien utilizado. Buen ritmo en la lectura y buena dosis de intriga.
¡Muy buen trabajo!
Saluditos
DavidRubio
20/02/2016 a las 15:01
Muy bien,
El ritmo es adecuado. Estamos hablando del inicio de una novela y, por eso, debe ser más pausado para ir cogiendo al personaje. Las notas biográficas del personaje están bien metidas, no se hacen pesadas y son significativas.
El cliffhanger, soberbio. Me encanta la pausa y la naturalidad con la que introduces el detonante.
A nivel formal, te han comentado lo más reseñable. Como aporte te recalco esta frase:
Las excusas ya las conocía de memoria: que falta experiencia, que lo llamaremos. O sea, las típicas explicaciones que dan a los que nunca obtendrán algo.
Si te fijas solo mencionas una típica excusa “que falta experiencia”. Dado que se busca algo más explicito, quitaría el que lo llamaremos y añadiría dos excusas más, no sé, necesidades organizativas, perspectiva de negocio, algo así.
Un gusto leerte
Diego Manresa Bilbao
20/02/2016 a las 18:15
Buen trabajo Pato, como siempre.
Un primer capitulo redondo, te deja queriendo saber mucho mas de lo que te han mostrado.
Buena reflexion inicial sobre las decisiones que tomamos y como afectan. Es un buen leit motiv para el libro.
Nos leemos!
Un saludo
charola
20/02/2016 a las 21:30
Hola Pato, me gusta como escribes, con tanta naturalidad, como que tus pensamientos fluyen y vas escribiendo todo sin hacer un borrador. Muy bueno el inicio del relato para luego engancharnos y quedarnos con esa gran interrogante que hace necesariamente pedirte explicaciones. Las fallas ya te las dijeron. La raya de diálogo debe ir pegada a la primera letra, sin espacio: “―Braulio,…”
Felicitaciones. Ojalá puedas comentar el mío #5
Cryssta
21/02/2016 a las 11:15
Hola Pato, tu relato me ha gustado y cumple lo que se pedía en el taller y en el reto adicional.
Paso a decirte lo que yo he visto que es mejorable y no te han dicho:
– en el primer párrafo quita el primer “todos” porque así sigue teniendo sentido y no te repites
– en el segundo párrafo dices “Sin ir más lejos” y lo vuelves a decir en el tercero
– “de una u otra manera” va entre comas
– sería “poner en marcha la asombrosa máquina del destino” ya que las máquinas se ponen en marcha, no se desencadenan
– tras “Por ejemplo” irían bien dos puntos
– “que no afecte mucho a sus vidas”
– tras “pedagogía” va una coma porque vas a hacer una aclaración que terminará en “la universidad”, (yo pondría “Universidad”)
– no sé si tú piensas en varias líneas temporales, si es así lo has escrito bien, si solo es una tendrías que poner “borrado de la línea temporal”
– “el caso de Palomo, uno compañero de colegio que en su segundo año de universidad, mientras cruzaba…”
– “se volvió”
– “ejemplificado cómo” te olvidaste la tilde
– “uno de los momentos más extraños que he tenido que pasar” va entre comas
– “situación” y “momento” pueden considerarse sinónimos y “se desplegara ante mis ojos” no me cuadra, revisa ese párrafo
– puesto que ya has dicho que el protagonista estaba echado en el sillón con unca cerveza sería mejor sustituir “Estaba bebiendo una cerveza” por “Bebía mi cerveza” o “Bebía la cerveza”
– En el mismo párrafo repites “puerta” y en el siguiente la vuelves a nombrar
– “ahí se daría cuenta de su error”
– dices “golpes” tres veces en el mismo párrafo
– “como si la persona que había detrás”
– “Abrí la puerta a una mujer y, al verme, una ligera sensación de alivio se dibujó en su rostro”
– si los lentes eran gruesos probablemente tenían mucho aumento
– “Cuando me disponía a preguntarle” no es la boca la que dispone sino el cerebro
– “qué bueno”
– dice “Te lo suplico” pero no el qué suplica, podría ser “Te lo suplico, ven”
– “Tomó mi mano y la acompañé como un acto reflejo, o quizás lo hice hipnotizado por…” si “decide” ya no es un acto reflejo
– yo quitaría el “apenas” de la frase final, como mujer te digo que un hombre no se fija en algo tan nimio y menos si la mujer tiene esa belleza de la que hablas, ni siquiera se fijaría aunque las manchitas estuvieran en el pecho pues sería el propio pecho el que ocuparía toda su mente. Lo dicho, las manchas de sangre tienen que ser más evidentes para que él se fije
Espero haberte ayudado y también que te decidas a seguir la novela.
Un beso.
Peter Walley
22/02/2016 a las 22:05
Hola Pato,
Me ha encantado el final, eso es un cliffhanger y lo demás historias 🙂 ojalá que la continúes y que lo podamos leer.
En cuanto al resto, creo que está muy bien el principio pero que luego decae un poco en los párrafos que van desde ‘Ahora que he ejemplificado…’ hasta que empiezan a llamar a la puerta, quizás le podrías haber metido algún detalle más para que aumentara un poco la tensión.
En cualquier caso está muy bien hecho, cada mes lo haces mejor.
Un abrazo
Leonardo Ossa
24/02/2016 a las 00:40
Hola Pato, me identifiqué con aquella situación de no abrir la puerta cuando insisten en golpearla. Quizás la morena con lentes gruesos que muestran muy poco aumento y algo atractiva, ha estado aquí en mi puerta. Tampoco me llamo Braulio, así que encuentro varias cosas en común que me hacen pensar en el azar que describes. Muy buen relato. Yo leería esa novela.
Saludos.
Pato Menudencio
24/02/2016 a las 17:37
Gracias por sus comentarios. Pronto pasaré a comentarles.
Quiero confesar algo. Hay algunos detalles que pertenecen a la no ficción.
Palomo realmente existió, falleció en el año 2002.
Mi madre efectivamente estuvo a punto de estudiar arquitectura, pero su vocación de profesora fue más fuerte.
Pepe ILLARGUIA
25/02/2016 a las 21:20
Enhorabuena Pato por tu primer capítulo, el futuro de Braulio y de la morena explosiva ya se deja adivinar en ese dilema del destino forzoso, aunque si lo miras el taxi que dejas marchar no es el tuyo, y a Palomo, la suma de circunstancias lo ha llevado hasta el camión, también porque quizá su conductor se demoró en un semáforo algo más de lo normal, o bien porque prefirió seguir una orientación universitaria determinada. A mi me ha gustado la narración, a lo Dennis Lehane, como cuando este presenta a su personaje principal en su primer capítulo con los pies metidos en un bloque de cemento navegando en un bote camino del fondo del mar.
Espero que la sangre no llegue al río. Un abrazo.
Manoli VF
26/02/2016 a las 11:46
Hola Pato.
Antes que nada, decirte que he disfrutado mucho con tu texto. Me encanta leerte siempre. En esta ocasión creas muy bien la atmósfera de intriga y a la vez metes al lector en el ambiente del personaje. Sí que, a la hora de redactar, he visto alguna cosa que paso a comentarte, para que pulas algo más el texto:
-“Si pudiera ver en retrospectiva todos los hechos que acontecieron en el último tiempo, todos fueron producto del azar, y las consecuencias de mis pequeñas decisiones quedarán para siempre grabadas en mi cabeza.” Me parece que das un circunloquio demasiado largo, quizás podrías probar con algo así:
” Si pudiese ver en retrospectiva los hechos que me acontecieron en los últimos tiempos vería que todos fueron producto de las decisiones que tomé en su momento y que se quedarán por siempre grabadas en mi memoria”
Realmente las introducciones en este tipo de narraciones son difíciles, a mí me ha pasado con algún texto de este tipo.
-En algunos momentos de la historia cambias los tiempos verbales: “Estaba BEBIENDO una cerveza, y ni siquiera los Simpsons me levantaban el ánimo, cuando LLAMAN a la puerta. Nunca recibía visitas. Tal vez era alguien que se EQUIVOCÓ.”
Mejor: “Estaba bebiendo…cuando LLAMARON…tal vez era alguien que se EQUIVOCABA.”
Por último el recurso del “enganche” (me gusta más esta palabra que la Cliffnosequé)lo últilizas bien pero “explicas” demasiado, mejor sugerir:
“Sin darme oportunidad de hablar tomó mi mano y yo, hipnotizado como estaba, me dejé llevar aún viendo -o precisamente por ver- aquella extraña mancha de sangre en su sudadera…” Por supuesto todo esto escrito con tu estilo, solo te lo muestro a modo de sugerencia en la que profundizar si lo deseas.
No he leído los comentarios de los compañeros y puede que me repita en algún punto, pero prefiero leerlos al final para que no me condicionen.
Un saludo, Pato, y lo dicho que me gusta un montón como escribes, en tus textos el enganche está garantizado. 🙂
Wolfdux
02/03/2016 a las 12:16
Hola Pato, la pega de llegar tarde a los relatos es que ya esta todo dicho. Con excelentes comentarios como los de Manoli y Cryssta entre otros, solo me queda felicitarte. Como siempre es un placer leerte.
Un saludo.
PD: ¡Quiero la continuación!