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Un clavo saca otro clavo - por Jose Luis
Había que observar a Atanasio andando aquel día por la calle. Su imagen exterior, es decir, lo que la gente podía ver por fuera, se explicaba por sí misma, al igual que lo hace la fachada de un edificio cualquiera, la cual está expresamente diseñada por el arquitecto para lograr hacerse una idea precisa acerca de cómo será la parte interior de su construcción, algo que no se puede ver a simple vista. En lo que a Atanasio se refiere, saber realmente cómo era por dentro a nivel personal, como ser humano, resultaba bastante difícil, pues por su aspecto habitual y por cómo solía ir vestido, la gente, por lo general, podía tomarlo por lo que no era y juzgarlo bastante mal.
Procuraré explicarme mejor mediante un sencillo ejemplo: paseando por la calle, a plena luz del sol, si viérais pasar por vuestro lado un tipo vestido de forma extravagante, con sandalias marrones, calcetines azules, pantalones de chándal color verde fosforito, camiseta negra de manga corta de AC/DC, portando en el cuello un collar de perro decorado con tachuelas plateadas y que, para colmo, llevara el pelo de su testa teñido de color azul y parecido a la cresta de un gallo, ¿cuál sería vuestra primera impresión? Pues a eso me refería…
El caso es que Atanasio estaba triste y compungido. Mientras caminaba por la calle, cabizbajo y con los hombros hundidos, iba arrastrando las sandalias. Al pobrecito, hay que comprenderlo, le dolía el corazón. Su espíritu, otrora efervescente de candidez y optimismo, se encontraba en aquel momento carcomido y mortificado. Su preciosa novia, llamada Petronila, lo había abandonado. Normal que Atanasio se sintiera así de mal, ¿no? A pesar de las apariencias, y aunque su imagen personal transmitía una calculada visión de rebeldía contra el mundo y sus normas preestablecidas, también él era un ser humano que poseía sentimientos, deseos y anhelos.
Me gustaría hacer un pequeño receso para presentaros a María, el otro personaje del que quiero hablar. María era una mujer especial: coqueta, le gustaba vivir y vestir bien, y siempre iba bien arreglada y maquillada. Provenía de una familia opulenta, pero lo cierto es que todo el mundo opinaba, incluso sus mejores amigas, que María era una pija sin remedio y una persona muy superficial. La prueba es que todos sus novios anteriores habían sido perfectos, muy guapos, altos y de los que siempre iban muy bien vestidos. No obstante, al final sus relaciones románticas habían fracasado y se habían hundido cual barco atrapado en una tormenta perfecta. El caso es que María aún no había encontrado al hombre de su vida…
Y ahora es cuando interviene la fuerza del destino: Atanasio, como se “arrastraba” por la calle mirando el suelo, sin querer se dio de bruces con María, con el resultado de que ambos fueron a parar al piso de la acera.
El primero en levantarse fue Atanasio, quien, al mismo tiempo que ofrecía una gentil mano para que pudiera asirse la persona contra la que accidentalmente había chocado, también fue el primero en expresar sinceras disculpas por su torpeza. Aún medio aturdida por el topetazo, María vio la mano tendida de Atanasio y la aceptó para auparse.
Lo siguiente ocurrió en menos de lo que se tarda en contarlo: en cuanto ambos estuvieron de pie, cara a cara, se obró la magia y se liberó el FUEGO… Atanasio clavó sus ojos en los de María, sorprendido por la hermosura de ella, mientras que la otra sintió estremecerse todo su cuerpo, al tiempo que se le hacía un denso nudo en el estómago. Los dos tragaron saliva. Ninguno dijo nada, parecía que la pareja se estuviera comunicando en silencio. Atanasio escrutaba el bello rostro de María, pero ella únicamente podía escuchar cómo retumbaban en sus oídos los tremendos latidos de su exaltado corazón. Todo su cuerpo temblaba de pura emoción…
El galán nunca lo había tenido más claro: supo por instinto que ella quería lo mismo que él: el amor. Metió la mano en un bolsillo del chándal para sacar su teléfono móvil, con el fin de apuntar en la agenda el número de María, para poder llamarla posteriormente y quedar para salir a cenar por ahí, con el único fin de iniciar una nueva relación romántica.
Muy al contrario, ella no le dio su número de teléfono a su Romeo. En lugar de sacar el móvil del bolso, María sacó un espray de pimienta y se lo roció en toda la cara al pobre Atanasio.
Comentarios (9):
Osvaldo Mario Vela Saenz
18/02/2016 a las 17:35
Hola José Luis, tu relato ha sido muy agradable a la lectura. Con los nombres que escondite para tus personajes se puede predecir una historia de fábula.
Lo único que me pareció un poco fuera de lugar fue el último párrafo. Sí lo cortas después de
“Sacar el móvil del bolso…” cumplirias atinadamente con el reto. El trabajo me gustó mucho.
LWTRL
18/02/2016 a las 22:17
Buenas noches.
La verdad es que es buen texto, desde luego un final muy inesperado. Aunque quizá utilices algunas expresiones o palabras que hacen que la lectura sea algo complicada para la gente joven. De todas formas está muy bien y coincido con Osvaldo en lo del final.
Buen trabajo, sigue así. Un saludo.
juanjohigadillo
19/02/2016 a las 10:33
Buenos días, José Luis:
Me da la impresión de que en vez de ser el primer capítulo de una novela en la luego pasarán más cosas, es un relato que acaba aquí, pues resulta difícil de creer que tras un primer encuentro tan funesto la historia pueda fluir de manera convincente. A pesar de todo, como relato me ha encantado.
Saludos desde Pucela.
Juanjo
Lemo
21/02/2016 a las 20:41
Hola Jose Luis
Se me hace difícil ver el relato como capítulo inicial tras leer el reto del mes pasado y también con el final casi concluso que le das, podría ser perfectamente un relato en si, mas unido al anterior. No obstante reconozco que tiene posibilidades de desarrollo y mas juntando ambos.
Esperando ya lo que le ocurre al pobre Atanasio rechazado dos veces en tan poco tiempo.
Un saludo
Basilisa Nogales
23/02/2016 a las 23:00
Hola, Jose Luis:
Entretenido tu relato. Me parece más un relato que un primer capítulo de una novela.
Te sugiero que lo revises y evites la reiteración del verbo “ser”. Si no he contado mal, aparece dieciséis veces. Si dejaras cuatro o cinco nada más, mejoraría.
También debes mirar el verbo “ver”. Por cierto, “vierais”, sin tilde.
En mi opinión, algunas palabras sobran. El primer párrafo yo lo revisaría y lo reduciría a la mitad para que quedase más contundente.
Podía ponerte algunos ejemplos de palabras que sobran. Solo te diré “de su testa”. El pelo está en la cabeza, en el resto del cuerpo hay vello o pelos. Si ya has puesto “pelo” el complemento “de su testa” no hace falta.
Me ha hecho gracia el título. Y también, claro, los nombres.
Ánimo y adelante.
Un saludo.
beba
26/02/2016 a las 01:08
Hola, José Luis:
Me gustó la fresca ingenuidad de tu historia. La presentación del personaje comparado con una casa, y su exótica apariencia me parecieron muy originales. También creo que no tienes proyecto de continuar una novela.
Pero, ¿por qué no? Imaginemos que el spray está vencido, por ejemplo;y que no dejó salir pimienta…¿Por qué, no?
Buen manejo del lenguaje, aunque algunos párrafos me parecieron demasiado “explicativos”.
Adelante, sea cual sea tu intención literaria.
Oda a la cebolla
27/02/2016 a las 13:03
¡Hola, José Luis! A mí también me ha gustado bastante. En algunos momentos, sí que es verdad que hay demasía de explicación, tal y como te apuntan los compañeros. Quizá mejoraría la armonía del texto al recortar algún párrafo; aunque te habla “Doña Párrafos Largos”, ya que peco muchísimas veces de ello. Seguimos leyéndonos y ¡saludos! Buenas tardes.
Thelma López Lara
29/02/2016 a las 20:05
Hola José Luis.
Te cuento, me gustó mucho el relato. Las descripciones que haces de Anastasio, el encuentro con María son muy buenas.
Sé que no estás participando en el reto, sin embargo te recomiendo analizar un poquito más el final del relato. Me parece que puedes dejarlo donde los dos personajes se miran y se dan cuenta de que se atraen.
Ryan Infield Ralkins
01/03/2016 a las 17:15
Concuerdo en parte sobre que el relato es en si un relato y no el primer capítulo de una novela. El porque es simple: imagino que en el segundo capítulo se podra leer algun flashback de la mala suerte de Atanasio o de María. Quizás incluso de ambos. Es solo mi opinión pues solo el autor puede saber como sigue y si sigue, jejeje.
Me gustó mucho el relato. Las escenas son fácilmente imaginables y ese final me encantó. Ella arruinó el romance, jajajaa.
Felicitaciones y saludos.