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El negocio de los ñoquis* - por Marcelo Kisi
Web: http://www.contarelcuento.wordpress.com
Damián llegó al velatorio cuando ya todos estaban allí. Se abrió paso entre los comensales que, con la boca llena de canapés y dolor, le daban el más sentido pésame. Entre movimientos de mentón y balbuceos llegó hasta donde estaba el cajón de madera brillosa, elegida con cuidado por su tía Carola, siempre tan a cargo de todo. Empujó las coronas de flores, miró la cara helada de su padre por un segundo, como asegurándose de que no se movería, y le gritó:
—¡Gracias, viejo de mierda y la puta madre que te parió!
Los demás deudos no lo juzgaron. Lo dejaron solo ahí un poco más, meditando el duelo y el agradecimiento hacia su padre por haber decidido estirar su autoritaria pata justo ahora, cuando más lo necesitaba. Con una lágrima a flor de ojo, Damián pensó que ese era el único acto de amor paternal del que lograba acordarse. Manuel le dejaba a su único hijo una casita de dos pisos en el centro de Santa Rosa, un local enorme alquilado para un mercado de frutas y verduras y demás bienes muebles e inmuebles. Mamá se había muerto hacía mucho, así que todo, de manera automática, pasaba a sus manos.
Podría llegar mañana a la oficina con la frente alta. Mejor dicho, esperaría hasta después del entierro y unos días más, como para que la cara de felicidad no les hiciera demasiado ruido a los muchachos, y les diría a sus amigos que podían meterse sus ideas de negocios bien en el culo.
En dos semanas más, todos deberían desocupar sus escritorios. El gobierno había cambiado, y ni la Compañera Presidenta ni los jóvenes Soldados de la Jefa les cubrirían más el trasero. Un buen día, Damián llegó y se encontró con un tumulto en la puerta de la municipalidad. Se acercó a Laura, Nico y Julián, que gritaban sin desaliñearse frente a los policías en la entrada. Después de muchos tires y aflojes, el intendente se ablandó y retomó a los quinientos ñoquis despedidos, pero solo hasta fin de mes. Desde entonces, el trabajo de los cuatro consistía en pensar en qué negocio embarcarse juntos para salvarse del abismo y, al mismo tiempo, pasar al frente. Muerto su padre, Damián les anunciaría que podían seguir con el onanismo mental sin él.
—Hola, Damián querido, cuánto lo siento —dijo detrás de él una voz femenina entrada en cigarrillos. Lloraba, moqueaba.
—Gracias, señora, gracias.
—Disculpame que nos presentemos así —dijo la anciana. Damián se volvió. Con la mujer había un hombre de unos cuarenta años, como él, pero esmirriado, replegado en su sobretodo, con anteojos culo de botella, torpe—. Soy Alejandra, la otra mujer de tu padre. Y este es Eduardo, tu medio hermano.
Silencio en el velatorio. Otro espectáculo había comenzado y todos, café y masitas en mano, se agolpaban en torno a los protagonistas. Alejandra se abrazó llorando al cajón.
—Hola… —dijo Eduardo—. Mucho gusto.
—Mucho gusto las pelotas —dijo Damián con amenazante aplomo.
—Sí… No te queríamos molestar. Yo se lo dije a mamá, mejor te veíamos otro día y hablábamos…
Damián agarró al flacucho por las solapas del sobretodo y lo aplastó contra la pared, ahí donde terminaba el cajón del padre de ambos.
—¿Hablar? ¿De qué tengo que hablar yo con vos, hijo de puta?
—Je, je, Damián, no te pongas así, bajame por favor que me duele. Ya sabés, cosas de hermanos…
—Yo no tengo hermanos, ¿me entendés?
—No, digo… cosas de hermanos cuyo padre acaba de morir. De esas cosas que, si no se llevan bien, o si no se conocían de antes, se hablan con abogados presentes. ¿Me captás?
—¿De qué carajo estás hablando, anteojudo de mierda?
—De las cosas que dejó nuestro padre, Damián. De la herencia. De eso estoy hablando. Yo no quería, pero vos insististe. Y como sos hostil, yo tampoco quiero hablar con vos. Mi abogado le va a hablar al tuyo. Ahora soltame que me quiero ir.
Damián, aturdido, lo soltó. Eduardo se empezó a ir pero, acomodándose la ropa, volvió.
—Y disculpame de nuevo, pero me olvidaba. Nosotros somos tres. Dos varones y una nena. Felicitaciones, tenés tres hermanos nuevos. Que te vaya bien. Vamos, ma.
El medio hermano que le acababa de aparecer se fue con la amante de su padre, de la que tampoco tenía idea, y él se quedó ahí, mirando por una eternidad la pared vacía, esa que daba a los pies del cadáver.
Comentarios (42):
Coral Mané
17/02/2016 a las 21:19
Hola Marcelo!
No podía dejar de pasarme por tu relato, ya que te has convertido en uno de mis “imprescindibles” en Literautas.
Bueno, para comenzar, te tengo que decir que me ha gustado mucho. Has conseguido a la perfección el ambiente cómico-tragico que requería el momento que estabas narrando. Me ha encantado el apunte de las bocas llenas de canapés y de dolor, que tristemente es la pura realidad en muchos funerales y el comentario de Damián es totalmente oportuno, según describes a su padre. Me chirría un poco el aspecto del negocio de sus amigos. No entiendo muy bien lo que significa “ñoquis” ni “Compañera Presidenta” o lo de los jóvenes soldados. Seguramente porque es algo propio de tu país y no capto lo que quieres transmitir. Entiendo que es algo así como un desahucio y que están ideando un modo de salvar la empresa y que con le herencia no le hace falta ¿no?
El tema de la amante no me lo esperaba para nada. Pero tengo una dudilla, si no son hijos “legítimos”, vamos, que no llevan el apellido del padre, no sé si la herencia también les correspondería a ellos… Pero vamos, que quitando ese pequeño detalle, lo has clavado.
Me gustaría poder leer la continuación (¿la tiene?) y saber qué sucede con los nuevos hermanos de Damián.
Te felicito una vez más, y te invito a pasar por mi relato, el 189.
Un saludo!
Nic-Is
18/02/2016 a las 01:17
Hola Marcelo.
Está genial tu capítulo. Es divertido, y frustrante, y… tengo ganas de golpear al muerto y a su Eduardito tan canijo.
También quisiera saber qué es eso de ñoquis.
Y con respecto a la herencia, en mi tierra todos los hijos tienen derecho a heredar, siempre que se pruebe que lo son.
Te invito a pasarte por el mío. No me gustó tanto, así que necesito consejos para arreglarlo. Es el 206.
Marcelo Kisi
18/02/2016 a las 04:55
*Ñoquis: en la Argentina, se llaman ñoquis a aquellos empleados públicos que no van a trabajar nunca, son puestos políticos logrados de modos más o menos corruptos, muchas veces son operadores partidarios, y se los ve nada más una vez por mes cuando van a cobrar el salario. Se los llama así por la tradición supuestamente italiana de comer “los ñoquis del 29”, una vez por mes, en familia. Según la tradición, se pone un billete debajo del plato para que se reproduzca, como una plegaria por la abundancia.
Obviamente el capítulo perdió bastante con la reducción a 750 palabras. Mis cuatro personajes no son estrictamente ñoquis, pero trabajaban como mucho una hora neto por día en puestos burocráticos inútiles. Uno de sus hobbies en el resto del tiempo era pensar negocios para “salvarse” y entre los propuestos para salvarse están un prostíbulo que no distingue entre identidades sexuales, una red de casinos virtuales, crear una nueva religión, un bar de piernas a la mexicana, y cosas así. Ahora que los despiden, tendrán que decidir y hacer. El negocio que van a elegir ya lo tengo pensado, de eso se trata la novela, pero para eso habrá que leerla. Y para eso tendré que escribirla! 😛
La trama se sitúa en el cambio de gobierno en la Argentina que acaba de ocurrir hace un par de meses. La Compañera Presidenta es alusión a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que tenía un grupo de militantes jóvenes (todavía están) que se llaman La Cámpora. Yo les puse otro nombre.
Gracias Coral y Nic-Is por sus cálidos comentarios, ya leeré sus textos! 🙂
Osvaldo Mario Vela Sáenz
18/02/2016 a las 14:45
Hola Marcelo, nuevamente me encuentro entre tus predios literarios para decirte qiue el deambular argentino por tus letras de plano me gusta. Además quiero alabarte por que el tema que escogiste es muy común entre la gente pudiente de nuestros pueblos y que una vez que las confrontaciones toman fuerza los problemas se vuelven eternos; los ganones de dicha situacion son los respetados abogados. Buen trabajo.
Tavi Oyarce
18/02/2016 a las 16:55
Marcelo
Que bueno tu primer capitulo. podría decirse: fortunas y adversidades, difícil de conseguir y tu lo haces con acierto. Ojalá salga a la luz tu novela por estos lados.
Te felicito
Roger/NHICAP
18/02/2016 a las 18:14
Hola Marcelo,
Estupendo comienzo tan irreverente para una historia que se anuncia muy divertida. Me gusta el personaje de Damián, un tipo que te va a aportar muchas locas ideas pues se puede suponer que durante su experiencia de medio ñoqui ha tenido tiempo para pensar en excéntricos negocios. Con los hermanastros dispones de una subtrama que, seguro, te dará mucho juego.
Excelente trabajo con mucho humor. Suerte con la novela.
Un abrazo.
Peter Walley
18/02/2016 a las 22:31
Hola Marcelo,
Muy buen principio, y ojalá que dentro de un tiempo podamos leer el final. Con muy pocas palabras has conseguido que todos los personajes, no sólo el protagonista, resulten interesantes, lo que no es nada fácil. Enhorabuena.
KMarce
19/02/2016 a las 04:40
Saludos Marcelo:
Concuerdo con los comentarios anteriores, sin preveer la clase de paternidad del difunto, se resume en esa expresión lo que el relato calla. Me hizo recordar mucho una escena de “On the edge”, en donde irreverente el protagonista toca (como si fuera una puerta) el ataúd de su padre y le consulta si aún sigue muerto.
Es muy familiar en tus relatos, ese sárcasmo irreverente y la comicidad, por ello estoy segura que tienes tantos adeptos.
No me he detenido a distingir fallas, ni creo haberlas visto, solo he disfrutado de la lectura y te animo a que termines la historia.
Un abrazo y nos leemos.
M. H. Heels
19/02/2016 a las 09:09
El personaje de Damián tiene mucho carisma. Ese humor negro y esa prepotencia me enganchan. La aparición de la segunda familia, a pesar de ser predecible, es lo que le hacía falta a la historia. Después de leer tu comentario respecto a la historia que has creado en tu mente, apetece leerla.
A mí, lo único que me ha “chirriado” un poco son los modismos del lenguaje pero, si has decidido escribir así (y no en castellano “neutro”) no te plantees ni por un segundo cambiarlo.
Celeste
19/02/2016 a las 09:29
Hola Marcelo! Me gustó mucho el personaje de Damián, pero creo que el anteojudo puede dar mucho juego también y me encantaría saber más de los hermanos! Lo único que me hizo ruido es la parte de dos varones y una nena, aunque sí está pensado en que Eduardo lo dice en tono de burla (que creo que es así), queda muy bien.
Te felicito!! Buen trabajo!! No me busques en este taller 🙁
Jimmy conway
19/02/2016 a las 12:03
Buenas Marcelo.
Primero darte las gracias por tu comentario y correcciones. Me ayudarán en el futuro.
Por lo demás no creo poder aportar nada nuevo que no hayan dicho los compañeros con anterioridad. Sólo decir que me he partido de risa por momentos leyendo el texto. La personalidad que has creado para el.personaje principal me parece de lo más ácida y mordaz. Me encantó
Te seguiré de cerca en las próximas entradas.
Saludos, che!!
L.M.Mateo
19/02/2016 a las 12:53
Hola, Marcelo:
Como siempre, adoro tus historias. Lástima que el capítulo se haya quedado reducido porque me han quedado ganas de seguir leyendo.
Has vuelto a hacer gala de la fina ironía, que llena incluso los momentos trágicos de la vida, de un modo espectacular.
En el aspecto formal, te llamo la atención en dos puntos. Sé que sueles escribir con modismos y tú sabes que me encanta (se aprende un montón de vocabulario y expresiones), y generalmente están aceptados en la RAE. Sin embargo, la expresión “tires y aflojes” escrita de esa manera, no es normativa por ahora y debería ir entre comillas o en cursiva. Te dejo el enlace al DPD.
http://lema.rae.es/dpd/?key=tira
Lo mismo sucede con “desaliñear”. Sencillamente no existe o no se acepta en el registro escrito, por lo que supongo que ha sido un error de dedo. Supongo que querías decir “desalinearse” o “desaliñarse”. Si no es así, explícame lo que significa “desaliñear” allí, pero eso sí, recuerda que deberás escribirlo con cursiva o comillas.
Para los demás, lo de ñoquis solo había que buscarlo en el diccionario, que viene explicado. Cuando leí el título, ya me extrañaba a mí que Marcelo escribiese un relato sobre como sacar adelante una fábrica de pasta (a menos que “ñoquis” fuese un modismo para escribir sobre la mafia). XD
Un beso.
Wanda Reyes
19/02/2016 a las 15:04
Hola Marcelo al igual que varios aqui ya tenemos una lista de compañeros que buscamos para leer y tu eres uno de los mios. No puedo mas que decirte que el relato esta muy interesante y engancha. Tu estilo se mantiene fiel y eso es lo que me gusta mas.
Wanda Reyes
19/02/2016 a las 15:05
Pasate por el mio a ver como lo ves es el 232.
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/4972
charola
19/02/2016 a las 16:37
Buenísimo Marcelo. Cumples maravillosamente con el reto. Uno queda enganchada desde este primer capítulo y tiene ganas de enterarse de lo que va a venir después. Creo que por la economía de palabras quedó un poco de lado el negocio de los ñoquis y pasó a primer plano el asunto de Damián con el hermano. Felicitaciones.
Si tenés tiempo, pasate por mi relato#5.
Marcelo Kisi
19/02/2016 a las 20:04
Quiero agradecer a todos y cada uno por sus comentarios, mientras me pongo al día devolviendo todas las visitas.
Osvaldo, gracias, el tema de la herencia y su división con segundas e inesperadas familias existe, y lo tomé de un episodio real del que escuché por radio, aquí lo uso de subtrama, para mostrar cómo y por qué uno de los personajes centrales capitula y se entrega a los negocios non sanctos de sus amigos. Pero sí, es un tema muchas veces trágico.
Tavi gracias, la verdad es que me doy un año para terminarla, entre trabajos, ocupaciones e investigación sobre el tema de la novela, que también la habrá. Y obvio que voy a mantener informada a la gente de Literautas, como quiera que se publique 🙂
Roger, gracias! Efectivamente hay tela para la subtrama de los hermanos y la herencia. Lo difícil de novelar es saber cuánto ramificar, porque teóricamente hay cuatro personajes con la misma centralidad. Para mí es todo un terreno nuevo, veremos cómo logro navegar por él 🙂
Peter, mil gracias por tu comentario, me alegro que te haya parecido bien trabajado.
KMarce, qué bueno verte por aquí, gracias por tu tiempo y tu generosidad, me alegro que te haya gustado!
M.H.Heels, gracias! El tema de la escritura “en argentino” es siempre mi dilema aquí en el taller. A veces me decanto para ese lado y a veces para el lenguaje neutro. En este caso se trata de una historia que específicamente ocurre en Argentina, tanto en lo geográfico como en lo idiosincrásico de los personajes, así que en este caso será en argentino, nomás 🙂
Celeste! Gracias por visitarme, un honor! Espero leerte el próximo mes!
Jimmy, gracias! Efectivamente, la historia va a contar algunas cosas medio terribles, pero siempre en clave de humor, me alegro que haya funcionado hasta aquí.
L.M.Mateo, gracias por tu comentario! Voy a ver realmente el tema de “tires y aflojes”, ni se me ocurrió que podía haber un problema con la expresión. En cuanto a la segunda palabra, efectivamente debí escribir “desaliñarse”, gracias!
Wanda, gracias! Me alegro que te haya gustado y que te haya enganchado. Obviamente me pasaré por el tuyo 🙂
Charola gracias, me alegro que te haya enganchado. Tal como le comento a Osvaldo más arriba, el negocio de los ñoquis es el tema central de toda la novela. Aquí aparece como insinuándose. Argumentalmente el tema de Damián con el hermano es central en el capítulo, pero sirve como subtrama que arroja a Damián a las garras de sus amigos y sus negocios espurios. En última instancia, contaré cómo cada uno de estos amigos termina decantándose por el “negocio”. Ojalá me salga bien, para mí encarar cuatro personajes centrales en una misma historia será una aventura nueva. Gracias de nuevo, y claro que me pasaré por tu relato apenas pueda 🙂
Rinconillo y Cortadete
19/02/2016 a las 20:45
Hola, Marcelo. Una vez aclarado lo de los ñoquis, puedo decir que veo correcto hacer alusión a este aspecto, ya que el conflicto del protagonista es el cambio de trabajo; y el obstáculo son los hermanastros que le disputan la herencia. Todo aparece muy bien reflejado con los diálogos y el estilo y el tono que hacen tan potente tu relato. Enhorabuena.
Leonardo Ossa
19/02/2016 a las 20:47
Hola Marcelo, sos genial. ¡Felicitaciones! Me alegra saber que cada mes estoy leyendo las historias de varios compañeros de Literautas, que ponen un punto muy alto en este ejercicio de la escritura. Para mí, la forma en que narras, resulta una experiencia formidable que debería ser disfrutada por las multitudes.
Saludos.
Juana Medina
19/02/2016 a las 21:39
Salud amigo!
Lo tuyo no es humor negro, es humor azabache brillante!
Siendo compatriotas disfruto de todos los guiños y modismos de la zona. No sé si venís seguido pero es obvio que no cambiamos tan rápido. Todos los personajes son de moralidad por lo menos dudosa pero tan queribles ya, apenas comenzada la historia…
Estamos pendientes. Tenenos al tanto. ¿Llegarás al 210?
Un abrazo
Mayca Nasan
20/02/2016 a las 11:47
Fantástico Marcelo!
No se puede pedir más: una historia bien contada, amena y cargada de un fino humor…. En fin, que engancha desde el principio y no se puede pedir más. Bueno, sí, la continuación…
Felicitaciones!
Mayca Nasan
20/02/2016 a las 11:49
Huy, disculpa la repetición. No he entrado en bucle, es q estoy dentro de un bus lleno de ruido y me disperso…
Saludos!
DavidRubio
20/02/2016 a las 11:58
¡Hola Marcelo!
Un gustazo volver a leerte.
En este inicio vas esbozan los conflictos e introduces al personaje de manera “brutal”. Te apoyas en la ironía que es la mejor manera de atrapar al lector.
Solo el inicio:
Empujó las coronas de flores, miró la cara helada de su padre por un segundo, como asegurándose de que no se movería, y le gritó:
—¡Gracias, viejo de mierda y la puta madre que te parió!
Ya avisas del conflicto, de ese cisma paterno-filial sobre el que girará el resto.
Tienes razón, una novela es mucho más que el inicio y, previa a su escritura, se debe tener muy clara la historia general, hacia dónde vamos a tirar para así dosificar la información. Pero como inicio, como punto de partida, esta de fábula.
Como no podía ser menos de ti.
Saludos
Caritobel
20/02/2016 a las 18:00
Hola Marcelo Kisi. Es la segunda vez que leo un relato tuyo. Y me encantan. Son refrescantes y son muy fluidos. Me gusta ese aire bien argento. Soy argentina también, por lo que no me fue difícil entender las referencias.
Te felicito. Yo soy el relato 86. Si pasas a leerlo seria genial. Espero el próximo taller para seguir leyendote. Saludos.
Manoli VF
20/02/2016 a las 18:06
Hola Marcelo!
Un gusto leer tu relato, muy bien llevado, como siempre.
No me he detenido en los comentarios, salvo en la explicación que haces de los “ñoquis” en el número tres, muy oportuna, y la tradición a la que haces referencia, de los billetes bajo el plato, me parece estupenda.
Paso ahora directamente a comentarte las pocas cosas que me chirriado en tu texto, a riesgo de repetirme si ya te las han comentado:
-Madera “brillosa”: no se en tu tierra, pero aquí la expresión sería: “madera brillante”
-“Meterse sus ideas bien en el culo” no se si es correcto, pero me suena mucho mejor: “meterse sus ideas en el culo” obviando el “bien” o sino: “meterse sus ideas bien POR el culo” personalmente, quitaría el “bien”
-“Dijo Damián con amenazante aplomo” Lo cambiaría por: “Dijo Damián amenazante” o “Afirmó Damián a la defensiva”
-Hay algo que falla en esta parte, si no la conoce (a la amante) puesto que dices al final: “de la que no tenía ni idea” cómo es que el supuesto medio hermano le comenta sobre su actitud hostil. Creo que cuando la mujer se presenta “Soy l otra mujer de tu padre” deberías de incluir una reacción de Damián.
-Cuando dices: “Damián, aturdido, lo soltó. Eduardo se empezó a ir PERO, acomodándose la ropa, volvió.
—Y disculpame de nuevo, PERO me olvidaba.” Si lo lees en voz alta verás la repetición.
Creo que es un argumento muy válido para una novela y escribiendo tal como escribes te animo a seguir con ella. Es un placer leerte y me alegro de que Literautas te haya dado un “empujón” para lanzarte más a fondo. ¡¡Bien puedes hacerlo!! te auguro y deseo muchos éxitos en esta nueva etapa.
Un abrazo.
-“
Manoli VF
20/02/2016 a las 18:11
PD: falta una pequeña tilde en “discúlpame.” Espero que te sirvan mis sugerencias. 😉
Demetrio Vert
20/02/2016 a las 19:26
Saludos Marcelo. Gran placer leerte.
Este mes se trataba de escribir “El Primer Capítulo” de una novela. Lo remarco porque en los pocos textos que he leído me ha dado la impresión de que han escrito un relato corto. Vengo diciendo que es muy difícil escribir un Primer Capítulo de una novela si no te tiene el argumento y la trama de toda la novela. Tal vez por eso, en mi opinión, los veo como relatos cerrados en sí, salvo el de Leonardo.
El tuyo sí que es un Primer Capítulo de una novela. Pero como en el caso de Leonardo, ya que conozco bien vuestro estilo, creo, he percibido ese esfuerzo por no cerrar un relato.
Pienso que quedaría mejor si prescindes del último párrafo. Al decir “… y él se quedó ahí, mirando por una eternidad la pared vacía, …”, en mi opinión cierras el texto y lo convierte en un relato corto.
Sin embargo, con el final del párrafo anterior, “Felicitaciones, tenés tres hermanos nuevos. Que te vaya bien. Vamos, ma.”, dejás abiertas al lector todas las incógnitas de qué hara Damián, qué haran los nuevos hermanos, etc. O sea, cómo seguira la historia.
En el cuarto párrafo observo una cierta confusión en los tiempos de la narración. Las acciones descritas han sucedido antes de la muerte del padre, como se dice al final del párrafo. Sin embargo, el principio del mismo parece que sea la continuación del párrafo anterior, o sea, que ya ha muerto el padre. En mi opinión podría mejorarse la claridad y precisión del parrafo citado. Y por supuesto, no dudo ni por un momento de tu habilidad para hacerlo.
Por lo demás, repito. Entiendo que es un fantástico Primer Capítulo de una novela. Escrito con la magia a que nos tienes acostumbrados.
Un abrazo.
Cryssta
21/02/2016 a las 19:04
Hola querido Marcelo, tu relato me ha gustado, creo que cumples con lo que se pide en el taller.
He empezado a leer y a marcar cosas y a medio camino he tenido que volver a empezar pero esta vez con acento argentino jajajaja. Me sigo perdiendo con el vocabulario que usáis por esas tierras y temo decirte algo que yo veo erróneo y que luego no lo sea, así que prefiero, una vez más, que sean otros quienes te den el toque de atención. Yo me limito a disfrutar de este “primer capítulo”.
Un abrazo.
Lemo
21/02/2016 a las 20:28
Hola Marcelo,
Me leí tu capítulo el primer día pero no me animé a escribir nada, lo he vuelto a releer y me quedo un poco igual.
No hay nada que decir en tanto forma como lenguaje, pero a nivel emocional no me acaba de atrapar pues de principio se plantea muy poca cosa (normal por las 750 palabras), tras tu explicación se entiende mucho mas y si se aspira a una buena novela.
Lo bueno de una novela es que existe una sinopsis además de las primeras lineas para hacerse a una idea de lo que va a venir y no necesitar ser captado por el primer capítulo.
Todo con la boca pequeña de inexperto.También es cuestión de gustos claro. No digo que no me gustó pero que sin sinopsis hubiese elegido otra novela.
Saludos.
Marcelo Kisi
22/02/2016 a las 17:57
Mientras devuelvo todas las visitas, respondo por aquí a cada uno.
Rinconillo y Cortadete, gracias por tu comentario, me alegro que te haya parecido adecuado el uso del tema “ñoquis”.
Leonardo Ossa, me honrás con tu comentario. Para mí es un gran desafío escribir una novela entera, nunca lo había hecho. Y si de entrada me sale digna de ser leída “por multitudes”, será la cima de la felicidad. Pero para eso falta mucho trabajo. Mil gracias de verdad!
Juana querida, gracias! Por supuesto que avisaré cuando termine, aunque ya veo que me llevará mucho. Y por supuesto que pasaré por tu relato, como siempre!
Mayca gracias por tan lindo comentario! Por supuesto que cuando haya continuación se enterarán todos mis amigos, o sea ustedes! 🙂 Ojalá lo logre, jeje…
DAvid, que honor y qué alegría volver a “verte”. Mil gracias por tu comentario, me alegro que te haya parecido “de fábula”, jeje.
CAritobel, qué gusto conocerte, gracias por tu visita y tu comentario. Obvio que me paso por el tuyo, y nos seguimos leyendo! 🙂
Manoli querida gracias como siempre por las correcciones certeras y la dedicación! No en todas concuerdo, lo de “bien en el culo” lleva impregnado el estilo argentino, una cuestión de matiz. Lo de la hostilidad que señala Eduardo es hacia él, no hacia la madre. Acordate que Damián lo tiene atrapado contra la pared y gritándole, así que está siendo hostil con el hijo, no con la madre. Fuera de eso, por supuesto que me sirven tus sugerencias! 🙂
Demetrio querido, qué gusto y qué honor! Tus sugerencias se tienen en cuenta, en especial lo de los dos momentos del relato, el del presente y el de hace unos días, la escena del despido y del tumulto. Yo también tuve el dilema de si era suficientemente claro el pasaje, y creo que sí, pero que se puede mejorar.
Cryssta querida gracias! A veces a mí me pasa lo mismo con los escritos de los compañeros españoles, el no entender una expresión y temer siquiera preguntar. Yo diría que aquí y allí podemos aventurarnos a conversar en torno a algunas, como ocurrió aquí con Manoli. Muchas veces son matices que resulta muy interesante intercambiar. Y otras veces sí son errores, que vale la pena señalar. Me alegro que te haya gustado!
Lemo, ya te respondí en la página de tu texto, pero de nuevo quiero agradecerte el esfuerzo de releer mi capítulo. Te cuento que una vez que lo completé realmente para la novela quedó mucho mejor y “enganchante” porque incluye la info sobre de qué negocio se trata al final. Pero además el registro es la comedia, aunque pueda tener pasajes algo más dramáticos. Y de ahí puede ser que no te enganche, y está todo bien. Gracias de nuevo!
Gracias a todos!
Melisa
22/02/2016 a las 20:52
Hola, Marcelo!
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras. Me alegra que te haya gustado mi capítulo. 😉
Tu historia es muy interesante, con un protagonista perfecta y coherentemente caracterizado de principio a fin.
Me gusta cómo manejaste la ironía y el doble sentido. ¿Cualquier semejanza con la realidad argentina es pura coincidencia? jaja
En cuanto a detalles a pulir, sentí lo mismo que Demetrio Vert:
*que en el cuarto párrafo hay algo que hace ruido a partir de la tercera frase. Tal vez sea la ubicación de la expresión “un buen día”, generalmente utilizada para abrir párrafos, lo que despiste un poco.
*que con la segunda mitad del último párrafo le diste un cierre definitivo al capítulo, más bien de relato corto. Igualmente, ese párrafo no tiene desperdicio!!!, así que no eliminaría nada. Tal vez, podría escribirse dejando la acción al final, algo así como:
Mientras Damián miraba la pared vacía, esa que daba a los pies del cadáver, el medio hermano que le acababa de aparecer se fue con la amante de su padre, de la que tampoco tenía idea.
Como siempre, fue un placer leerte. Y como leí que la novela va en serio, te deseo mucho éxito. 🙂
¡Nos leemos!
Demetrio Vert
Melisa
22/02/2016 a las 20:55
Perdón, copié y pegué el nombre del comentarista con el que estaba de acuerdo… y me olvidé de borrarlo! XD
beba
23/02/2016 a las 01:34
Hola, Marcelo:
¿Literatura testimonial o evasión? Nuestra historia nacional, siempre rica en episodios “interesantes”.Está todo muy fresco y a medio resolver o precisar. No deja de ser una opción contemplarlo como uan ficción. Ojalá en la novela reflejes una realidad más sana para todos.
El conflicto familiar, ligado al tema político. me recordó a Evita en el velatorio de su padre. Hoy, la legislación es bastante clarita, así que conviene no pecar de iluso frente a las herencias.
Como siempre, brillan tus dotes de narrador y excelente escritor. El personaje es un prototipo del déspota soberbio y guarango; no respeta ni a sus muertos; sólo le importan sus asuntos.
Has creado muy buenas imágenes en ese velorio tan especial (me gustaron los deudos comiendo sanguchitos, y las coronas de flores).
Aplausos, y Viva la Patria.
Fabián
23/02/2016 a las 12:18
Tu protagonista desborda personalidad y si él parece ser irascible, impulsivo y algo ordinario, su hermano da la sensación de ser todo lo contrario,la calma.
He sonreído más de una vez leyendo tu capítulo, me gustó y es bastante original.
Solo hice un par de observaciones y no se si son cosas que ya te las han comentado, sinceramente no me leí los comentarios, son demasiados:
•“Desaliñearse”
Siempre he oído “Desaliñar” o sea “Desaliñarse”
•“…replegado en su sobretodo, con anteojos culo de botella, torpe…”
Asocio la torpeza a la falta de habilidad en algo, creo que en esa frase el narrador está dando demasiada información del personaje cuando acaba de entrar en escena, como para dar una imagen de personaje “tonto” al lector, para luego sorprender con lo “vivo” que es. Creo que eso se puede lograr igualmente quitando ese “torpe”, o en vez de decirlo así sin más podrías hacer que se tropiece al querer acercarse para estrecharle la mano, o que esté llevándose un aperitivo a la boca, falle y se le caiga al suelo, algo así que dé a entender al lector su torpeza pero sin decirlo directamente.
Muy buen trabajo!
Basilisa Nogales
24/02/2016 a las 03:23
Hola, Marcelo:
Ya está todo dicho. Llego tarde para añadir algo nuevo. Pero no he querido dejar de comentarte. Por un lado, para que sepas que me ha encantado tu primer capítulo y que cuando termines la novela avises porque me la compraré, y por el otro, para pedirte que sigas usando el argentino y el español neutro, y lo que quieras. Tu prosa es un prodigio. Enhorabuena.
En cuanto a lo mejorable, ya te ha señalado L.M. Mateo lo poco que he visto.
¡Ah! Manoli VF, “discúlpame” en el español de España, no en el de Argentina. Allá se pronuncia con acento prosódico en “pa”, es llana, no tiene que llevar tilde.
Sigue adelante, escritorazo.
Marcelo Kisi
25/02/2016 a las 14:48
Gracias amigos!
Melisa: gracias por tu comentario y por tu buena onda! Tomo las sugerencias, mil gracias!
Beba: gracias por tu comentario y por tu reflexión! La verdad es que yo me divierto mucho escribiendo esta novela (ya hay capítulo 2 y anexos 😉 ) Será eso evasión? La coyuntura argentina queda como telón de fondo, insinuando la crítica social en general pero más a la universal, porque el negocio por el que al final se decantan los amigos de la oficina podría hacerse en cualquier país con el mismo grado de amoralidad. En la Argentina tal vez es más acuciante reflexionar sobre qué les pasó a los parámetros morales, o cuál fue el precio moral que se pagó en nombre de una política vista como “social”, tal vez, pero no es un tema exclusivo de nuestras pampas. Además, si hay crítica política, la hay contra los dos gobiernos, el que sale y el que entra. Igual, no sé si llamarlo literatura “comprometida” o “testimonial”, no sé si llega o aspira a tanto, aunque esté flotando ahí. En el primer plano va a estar el humor, y de ahí los lectores que lo lleven adonde quieran. Gracias, Beba!
Fabián: Gracias, un honor tu visita! Sí, lo del desaliño ya me lo hizo ver L.M.Mateo. Pero con lo de “torpe” me innovás. Claro que tenés razón! Es lo que siempre estamos recomendando a otros compañeros. Debí poner mejor “inseguro” más que “torpe”. Quizás el desliz se debe a que estoy demasiado apurado por mostrar ahí a Woody Allen, al que quiero para el papel 😉 Pero se adopta tu sugerencia, es excelente! Mil gracias!
Basilisa gracias, me alegro que te haya gustado y que ya estés lista para comprar mi novela, primero espero poder terminarla y no pincharme (expresión argentina 😉 ) en el camino. Gracias por la buena onda (o el buen rollo)!!
Vodnik
25/02/2016 a las 20:54
¡Hola Marcelo! Muy buena tu narración de lo sucedido. Sabes sacar la vena cómica a una fatalidad como es perder a un ser querido. Me he divertido mucho leyendo tu relato y a medida que leía me iba introduciendo más en la postura del protagonista.
¡Te felicito por tu buen trabajo!
Isolina R
28/02/2016 a las 11:22
Hola, Marcelo:
Como entré en el grupo de Robert, he dedicado bastante tiempo a documentarme para escribir el primer relato y no he comentado en Literautas tanto como hubiese querido. De todos modos, quería decirte que he leído tu primer capítulo y que ya tienes otra compradora más de la novela.
Te voy a señalar lo que me ha gustado especialmente:
“con la boca llena de canapés y dolor”
“por haber decidido estirar su autoritaria pata”
“podían seguir con el onanismo mental sin él”
“una voz femenina entrada en cigarrillos”
“Mucho gusto las pelotas” (esta expresión me encanta, ¿es frecuente en Argentina o la has creado tú?)
Sigue, compa. Vas por muy buen camino.
Un abrazo
Ryan Infield Ralkins
01/03/2016 a las 15:52
Pobre Damián. Debe compartir la herencia y para colmo son tres hermanos mas! Se ve muy interesante la historia. El ambiente del funeral esta muy bien logrado: la mayoría de gente va a comer y a hacer chistes. Los personajes me parecen muy interesantes.
“¿Hablar? ¿De qué tengo que hablar yo con vos, hijo de puta?”, esta frase me hizo el día. Creo que la use en mi trabajo si algun cliente se pone gracioso, ajjajajajaja.
Felicitaciones y saludos.
Wolfdux
02/03/2016 a las 23:07
Gran relato Marcelo.
Marcelo Kisi
04/03/2016 a las 08:34
Querid@s amigos, a pesar de que ya estamos todos adentro de un ascensor pensando traiciones y diccionarios, agradezco a todos y prometo devolver todas las cálidas visitas.
Vodnik, gracias por las felicitaciones, me alegro que te haya gustado!
Isolina, hacerme acreedor a una lista de “me gusta” en lugar de las amables correcciones, ya es una cima en mi carrera 😉 En cuanto a “Mucho gusto las pelotas”, efectivamente es una expresión muy argentina, y si bien es muy clásica, sigue sonando muy bien 🙂
Ryan querido, escritor leído y admirado por Watson! Qué honor el de su visita, jaja, todavía me estoy riendo con tu aparición en el relato de Cryssta! Gracias por tus palabras, me alegra muchísimo haberte hecho reír. Y las frases no tienen copyright, llevalas adonde quieras, ajaja.
Wolfdux, mil gracias!
Vespasiano
16/03/2016 a las 21:18
Hola Marcelo:
Unas vacaciones y una inoportuna gripe, además del plazo de entrega del reto de este mes, si quería participar, me han hecho llegar demasiado tarde a tu primer capítulo de la novela.
Pero quería dejar el testimonio de haberte leído.
Me uno a los comentarios que ya te han hecho otros compañeros, tanto a los críticos (de los que todos aprendemos) como a los elogiosos, que comparto.
Felicidades.
Marcelo Kisi
17/03/2016 a las 13:32
Gracias Vespasiano!
Entiendo perfectamente lo de la falta de tiempo. Es lo que estoy experimentando ahora con el taller de marzo.
Gracias por el esfuerzo y por tus palabras!