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El último beso - por José Luis Troconis Barazarte
Web: http://www.ttroconis.blogspot.com
El último beso
Me besó en la mejilla y me abrazó por la espalda con mucha fuerza. Abrió sus alas y empezamos a volar. Cerré los ojos, siempre he sido muy cobarde a las alturas. Comencé a recordar la mañana del día que la conocí.
Iba en el taxi por la avenida siete; casi nunca tomo pasajeros allí, me detuve, eran dos hombres y una mujer, pregunte dónde iban, dijeron que al “Billy”, un centro comercial, yo quería decirles que no los llevaría, iba tan distraído que no supe inventar rápido una excusa, de esas que siempre digo.
Al tomar la autopista sacaron una pistola y me dijeron la frase estúpida: Esto es un asalto. Me hicieron llevarlos hacia “La Cota”. Es una vía amplia, solitaria; a las afueras de la ciudad, donde acostumbran los ladrones a hacer sus fechorías.
Al llegar, me bajaron, la mujer tomó la pistola, me apunto y dijo:
— ¡Corre!
Mi miedo se transformó en terror; corrí, cuando logré voltear estaba solo, con la extraña sensación de no haber oído nada, ni disparos, ni el carro arrancando. Era como que había llegado allí sin recordar cómo.
Caminé mucho, tenía sed, llegué a una calle con varias casitas, toqué en la primera y no salió nadie; no sé qué hora era, en la casa de al lado oí ruido, llamé a la puerta y el ruido cesó, miré por la ventana; vi a una muchacha, de pelo negro muy largo; muy blanca y bella, creo que me desmayé.
La muchacha me hizo despertar con un guarapo muy dulce, estaba sentado en una mecedora de ratán, le pude decir que me diera agua, entró en la casa y me la trajo en un vaso de peltre. Le pregunté si estábamos lejos de Drama, me dijo que no conocía nada, que nunca había salido de allí.
Tenía un vestido, especie de bata de casa, se notaba que era delgada y que aquel traje era ancho para ocultar algo. Se lo comenté y me dijo que era para cubrir las alas; se quitó la bata y se quedó con un pequeño vestido azul, que dejaba ver unas alas que salían de la zona de sus omóplatos, eran muy grandes, con plumas azules oscuras, al moverse cambiaban de color. No las extendió, seguro tenían más de dos metros.
No me impresionó y eso era lo raro, dijo que debíamos irnos, porque el hombre que la cuidaba era muy celoso y no la dejaba hablar con nadie, por miedo a lo que pensarían de sus alas, pero ella sabía que eran celos de hombre.
Comencé a sentía amor por ella, era de esas bellezas que nadie puede resistir, por eso comprendía lo que podía pensar el hombre que la cuidaba desde quién sabe cuándo; eso no lo pregunte, para no tener cargo de conciencia de llevármela. Yo haría lo mismo que él, ella sería para mí, nadie tendría que verla.
Ella me miró como si se diera cuenta de mis pensamientos y sonrió. Pensé que iba a recoger algo, sus pertenencias para irnos, cuando le pregunté por sus cosas, me dijo que no tenía nada más que sus alas y su vestido azul. Salimos corriendo porque oímos ruidos y pensamos que podría ser el hombre.
Nos escapamos por la puerta de atrás de la casa, avanzamos muy rápido por unas calles llenas de árboles muy grandes, llegamos a un jardín muy amplio. Allí fue donde me besó y abrazó.
Sentía la brisa muy fuerte en mi cara, su abrazo era más fuerte que la brisa. Aunque le temía mucho a las alturas, sentí que esta no era la primera vez que yo volaba. Abrí los ojos y dejé de recordar; estábamos muy alto. Los árboles se veían tan pequeños. Volamos sobre su casa. Allí estaba él, no nos vio. Pasamos sobre las calles que llegaban a La Cota y vi mi carro; no pude hablar. Allí al lado de mi carro estaba yo tirado en el piso con una bala en la espalda, estaba muy alto, pero era yo.
No paró de volar, y yo abrazado por ella, seguía volando también…
JLuisTroconisB
14-1-16
Comentarios (16):
Norma Edith Sánchez Arjona
19/01/2016 a las 23:30
Tu narrativa es grandiosa, me atrapaste como lector, tu forma me parece correcta, el fondo es genial, lo sublime de la realidad a la inexistencia…felicidades, la historia me ha encantado.
José Luis Troconis Barazarte
20/01/2016 a las 16:37
¡GRACIAS! ¡que bello comentario de verdad muchas gracias!!
Frank
20/01/2016 a las 20:39
¡Excelente redacción!
Me cautivaste de principio a fin. Me encantó el final. Por alguna razón me recordó al cuento Las ruinas circulares de Jorge Luis Borges. ¡Felicitaciones!
Adriana Sorbik
20/01/2016 a las 21:52
Madre mía, qué cuento tan precioso. Es bastante fácil de leer y comprender y te atrapa muy rápido, de mi parte también tienes unas felicitaciones, está genial.
Por cierto, no sé si acá te equivocaste “Comencé a sentía amor por ella” no sé si es sentir o sentía pero igual te lo dejo por si las moscas, un abrazo José, sigue escribiendo así de lindo.
José Luis Troconis Barazarte
20/01/2016 a las 22:58
ups es: sentir, “comencé a sentir amor por ella” gracias, y gracias por sus comentarios, me motivan mucho. descubrir esto de la escritura es fascinante, son mis primeros cuentos, espero mejorar y seguir compartiendo , desde Venezuela, ¡gracias!
José Luis Troconis Barazarte
21/01/2016 a las 06:03
Frank, leí Las ruinas circulares de Jorge Luis Borges, brillante, que honor que mi cuento te recuerde esta maravilla de historia, de un maestro como Borges, no lo conocía este cuento, un sueño de un sueño, como la vida, tal vez estamos dormidos y somos otros, tal vez somos el sueño de Dios, que maravilloso es poder imaginar y quizás poder acercarnos a la verdad.
Adriana Sorbik
22/01/2016 a las 05:20
Ay mira qué lindo, yo también soy de Venezuela. Qué bueno saber que tengo vecinos por estos lados. ^^
José Luis Troconis Barazarte
22/01/2016 a las 07:02
EN SERIO? de donde eres? yo de Valencia. http://www.troconisb.blogspot.com y a que te dedicas? que bueno encontrarnos por aqui!!! mi correo troconis1@hotmail.com
Ryan Infield Ralkins
22/01/2016 a las 17:40
Me gusta mucho como atrapas al lector desde el inicio. Los personajes me parecen interesantes y ese final…el giro es genial. Me quedé en shock cuando él ve su cuerpo junto a su auto. Me sorprendiste. En cuanto a la muchacha con alas, me recordó a “Hawkgirl”, la personaje de DC Comics.
Muy bueno el relato.
Felicitaciones y saludos.
Adriana Sorbik
23/01/2016 a las 00:57
Yo de Miranda ^^ actualmente soy estudiante de letras.
antonio diaz
23/01/2016 a las 04:22
mucho tacto y verdad en tu desarrollo literario, me encanta como agarras a uno de la mano y obligas a seguir leyendo,cosa que no lo hacen muchos, y luego la estocada del gran final, de verdad excelente tu crecimiento, sigue asi, escribe, llegaras muy lejos!!!
José Luis Troconis Barazarte
23/01/2016 a las 07:07
Ryan gracias!!/ Adriana y estas en Venezuela? que bueno que estudies letras ,porque tienes mucho talento.
Adriana Sorbik
24/01/2016 a las 08:05
Sí, estoy en Venezuela 🙂 jaja gracias José, aprecio mucho tus palabras.
marazul
25/01/2016 a las 23:10
Hola José Luis
Me dejaste sólo dos palabras en el comentario a mi relato y pensé: “que chico más rápido”, “¿lo habrá leído de verdad?”, “seguro que va siempre con prisas” jajajajajaj…….claro, y ahora me doy cuenta de que estabas volando.
Me alegro de haberte leído, José Luis, me ha encantado tu cuento, es original,poético y muy imaginativo.
Un saludo
Marcelo Kisi
27/01/2016 a las 14:17
Hola José Luis!
De nuevo gracias por tu comentario a mi relato!
El tuyo me gustó, sobre todo por la simpleza de la trama y de la redacción, con un planteo fantasioso y sin rebusques ni artificiosidades.
Como propuesta para mejorar y subir a tu próximo nivel, dos cosas: por un lado, incursionar en el uso correcto de los signos de puntuación, comillas, etc. Segundo, te invito en la próxima a combinar el diálogo indirecto con el directo, es decir: hacer hablar a los personajes directamente, en lugar de contar qué dijeron. ESo le inyecta mucha vida al relato.
Tenés mucha imaginación y talento, así que espero que sigas y que nos leamos la próxima!
José Luis Troconis Barazarte
28/01/2016 a las 03:34
Amigo! me causa gracia, que en el taller que hago en la Universidad de carabobo en Venezuela, este mismo cuento me lo corrigieron, y yo soy teatrero,amo los diálogos, justo me sugirieron quitar los diálogos , en Venezuela los talleristas prefieren no usar diálogos. cada país tiene sus mañas, pero gracias por tu nota, de verdad es un orgullo para mi, lo que piensas de mi cuento. viniendo de ti lo tomare mucho en cuenta. nos seguimos leyendo!de corazón gracias!