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El último beso - por Leonardo OssaR.

Web: http://www.escrites.com/escritos/entry/el-dije

Estaba por comenzar el agasajo en honor a sus ochenta y dos años, cuando me tomó del codo para conducirme hacia un extremo del salón, e insistir allí, que debía escucharle los detalles que rodearon el último beso apasionado de toda su existencia, a la edad de veinticuatro años.
En aquella época quizás era un hombre apuesto, de tez blanca, mirada penetrante, voz varonil, cuerpo atlético, ropas nuevas, olor a colonia, y la evidente expresión verbal de alguien culto, que jamás ha tenido un trabajo físico.
Me relató su llegada en las condiciones descritas a una población pequeña, donde la actividad en ese puerto a las cuatro de la tarde, se limitaba a la pintura externa de dos o tres embarcaciones de poco calado, y a la ingesta de licor en el billar o en los bares atendidos por mujeres de dudosa conducta.
Contó de las averiguaciones aquella misma tarde, sobre cómo partir de ahí en una lancha hacia su destino final: un caserío de indígenas y colonos al que aspiró, en vano, arribar en horas de la noche.
Mientras me contaba estas cosas, entraban al salón: los integrantes de la tuna a cargo de la serenata, los camareros con las viandas, más, los invitados a quienes saludaba desde la distancia con su brazo alzado.
Retomó su relato dando un suspiro, para aducir, que aquel día no fue posible conseguir un transporte, pero supo, que en la madrugada estaría de zarpe el cabotaje hacia donde él se dirigía.
Por un momento sus ojos permanecieron fijos en un virtual horizonte, como leyendo allí, las palabras adecuadas con las que daría fin a su historia.
La música cadenciosa con mucha percusión era sugestiva, el calor del puerto le agobiaba, y la preocupación por la demora en partir le tenía exhausto, por lo cual, procuró algún hospedaje a mano, que facilitará su embarque en las primeras horas del nuevo día.
No tuvo más opción que alojarse en el segundo nivel de un bar, donde la música y otros asuntos, lo mantuvieron despierto hasta, más o menos, las dos de la mañana.
Con el forzado insomnio abandonó la habitación, so pretexto de algo frío para beber. Lo atendió, según su relato, una joven de apariencia ingenua con el cabello espléndido, una frente, una nariz y una boca maravillosas que lo dejaron estupefacto.
Narró que la preciosa mujer vio en él algo especial que la instaba a huir de los demás clientes, hasta por fin, terminar instalada sin recato en su misma mesa, bajo la mirada protectora y la charla que él le prodigaba.
Con algo de vergüenza continuó diciéndome que una cerveza sucedió a las siguientes, justificando que fueron las risas, la música, la charla y la belleza seductora de la joven, la fragua para el último beso apasionado en toda su vida.
Sin ocultar azoro, me confesó que la situación no había pasado de allí. Estuvo embarcado muy temprano en la mañana hacia su destino, en tanto, imploró a Dios perdonara su infidelidad.
Le dije al oído: Reverencia, desde su llegada a nuestra casa de jubilación sacerdotal, esta es la segunda vez que me confiesa lo mismo. Recuerde, la vez pasada me aseguró que nunca repitió el error de viajar sin sotana, por más complicados que fueron los medios de transporte.
Luego le bendije diciéndo: “Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Domini” justo en el instante que las panderetas, guitarras y castañuelas de la tuna, entonaban alborozadas el “feliz cumpleaños” para homenajear al emérito colega.

Comentarios (39):

Saldivia

18/01/2016 a las 22:50

Hola Leonardo, grata y entretenida historia has creado a partir de una frase clichè y periclitada como pocas. Esa renuncia a la carne del sacerdocio da para fantasear, y tu lo has hecho de un modo muy realista y plausible. Adecuado ademàs el cumplimiento del reto adicional. Enhorabuena, èxitos!

Karen Katina

19/01/2016 a las 17:46

Hola Leonardo.
Vaya cada vez me sorprende más tus historias. Son como una mezcla de cotidianidad y fantasía y lo digo porque al principio de la historia imagine una charla de esas que suele tener alguien con un abuelo.
Maravillosa historia, me sorprendió al final y tuve que leerla de nuevo puesto que necesitaba verla en otro contexto y no como lo “vi” en principio.
Felicidades, siempre es un placer leerte.
Este mes no participe, pero, estoy pasando a dejar comentarios a algunos compañeros.
Un abrazo.

Demetrio Vert

19/01/2016 a las 19:50

Hola Leonardo. Gracias por pasar or mi relato.

Aún estoy sonriendo por el choque final. Sorprendente, inesperado, como deben ser todos los desenlaces, según dijo algún autor de talla.

Te he repetido tantas veces que tu lenguaje fluye como un gran río; se desliza suavemente en sus meandros que ya no sé si repetirlo.

Te felicito.

Luis Ponce

19/01/2016 a las 22:15

Hola Leonardo: como siempre nos asombras gratamente por los desenlaces de tus relatos. Si, es de doble lectura para sacarse de la cabeza lo que te vas imaginando conforme lees la primera vez.
Fluido y fresco, tiene un aire aventurero a pesar del personaje.
Saludos.

Féli Eguizábañ Fernández

20/01/2016 a las 11:35

Hola Leonardo, tus relatos derrochan imaginación y frecura, y los desarrollas con un final sorprendente e inesperado. Nos lleva a los lectores de la mano de principio a fin disfrutando de su lectura. Felicidades.

Juana Medina

20/01/2016 a las 18:08

¡Qué maravillosa sorpresa! Muy bien llevado el relato. La intriga no nos deja y en pocas líneas una excelente pintura del personaje.
Una gran frescura y una gran ternura hacia tus personajes. Nos deja con una sonrisa en el alma.
Me encantó. Gracias. Si quieres, estoy en el 149
Seguimos leyéndonos. Saludos.

beba

21/01/2016 a las 04:28

¡Qué lindo, Leonardo!Un relato sano, claro, alegre y un súper final inesperadísimo.
Me gusta tu estilo detallista, tranquilo y observador.
Muy buen manejo del lenguaje. Adelante.

Ryan Infield Ralkins

21/01/2016 a las 21:27

Me imaginaba al protagonista como Indiana Jones así que grande fue mi sorpresa y mas con ese final. Al igual que Karen, pensé que era el abuelo contandole al nieto su historia…que equivocado estaba. Que mas queda por decir? Excelente relato. Solo vi una a acentuada que creo no va y es en el siguiente párrafo:
“La música cadenciosa con mucha percusión era sugestiva, el calor del puerto le agobiaba, y la preocupación por la demora en partir le tenía exhausto, por lo cual, procuró algún hospedaje a mano, que facilitará su embarque en las primeras horas del nuevo día.”

Creo que es facilitara, no facilitará pero eso es solo un pequeño detallito que no quita nada de mérito a tu gran relato.
Felicitaciones y saludos.

María

21/01/2016 a las 23:20

¡Me ha encantado! Me ha pasado lo mismo que al principio pensé que era una charla entre abuelo y nieto. Muy sorprendente y el lenguaje magnífico. Sin ninguna duda te volveré a leer. Gracias por pasarte por mi relato 🙂

Lemo

22/01/2016 a las 10:31

Hola Leonardo:

¡Genial! Me encantan los finales sorpresa, y tu lo has hecho muy bien en esta ocasión. Llevándonos por unos derroteros y dándonos falsas esperanzas en nuestras pesquisas detectivescas para engañarnos con eso bonito final.

Todo perfecto, ritmo, personajes, ambiente, reto conseguido por partida doble.

Felicidades

Darío Lana

22/01/2016 a las 11:50

¡Buenas Leonardo!
He disfrutado mucho tu relato. Nos has metido por completo en la atmosfera del puerto y como ya han dicho, sugiere una especie de Indiana Jones, lo que aumenta la sorpresa final.
Poco más que añadir a los comentarios que te han hecho.
¡Enhorabuena!

Manoli VF

22/01/2016 a las 12:48

Hola Leonardo. Buen relato y con un final redondo por cuanto el giro que da a lo que se narra. Las palabras y la forma de narrar es diferente a lo que yo leo, pero me ha captado y realmente confiere a la lectura un estilo que engancha. Felicidades. Un abrazo.

Paola

22/01/2016 a las 14:53

hola Leonardo
me huno a los compañeros en opinar que es un relato estupendo, bien llevado y sorprendente en su sencillez, me explico: no te hacen falta bombas, tiros o suicidios para sorprendernos, simplemente nos habíamos montado otra película.
Yo creí que era un médico cuando dices que tenía que ir Dios sabe donde con medios de transporte imposibles.

Lo he disfrutado. Nos leemos

Paola

22/01/2016 a las 14:55

Acabo de ver un horror. Ha sido el ordenador, yo no tengo nada que ver. Lo siento, unir no lleva h

Caciba

22/01/2016 a las 17:43

Leonardo, ¡pero qué buena idea has tenido!, me ha encantado la historia. Por supuesto que has logrado el mejor narrador testigo. Me extrañó muchísimo que el último beso apasionado tuviera lugar a los veinticuatro años; así que pensé en una tragedia, un terrible accidente que le dejó postrado. ¡Imagina cómo me ha gustado equivocarme! Me ha encantado, mi más sincera enhorabuena.

Un saludo

Osvaldo Mario Vela Sáenz

23/01/2016 a las 00:40

Que tal Leonardo, Lo primero que me sorprendió de tu relato fue la edad del personaje quien buscaba ser escuchado y luego fue la secrecidad, lo clandestino y lo misterioso de la charla. Ese inicio me cautivó para nunca desviar mi atención de la lectura. Al final me fascinaste con una “Confesión Parroquial”. Excelso Leonardo.

Gracias por pasarte por mi página. Dejé por ahí, una referencia del libro en el que basé mi relato. La despedida del General.

Leosinprisa

23/01/2016 a las 15:31

Hola Leonardo, la verdad es que el final del relato me ha sorprendido, yo creía era un aventurero, una persona de estas que van de un lado a otro sin una razón aparente en su vida salvo la de experimentar sensaciones.

Y vaya si la ha experimentado, todo un descubrimiento ver que es un cura y su confesión. La confesión de un pecado que en su mente no sé si es un tormento o un consuelo, más me daría de pensar en lo segundo.

Un buen beso y dado con cariño, nunca me ha parecido algo que a Dios le pareciera despreciable. Somos las personas quienes malinterpretamos estas situaciones y nos culpamos por ellas.

Un placer leerte y un saludo.

Isolina R

23/01/2016 a las 20:05

Hola, Leonardo:
Me gusta cómo escribes. Tienes una prosa serena, pausada y convincente. Adoro tu estilo y creo que derrochas imaginación para atrapar al lector con una historia impactante que termina en sorpresa de huevo Kinder.
Pero a este relato le veo un fallito mínimo. ¿Por qué y a quién cuenta el narrador testigo la confesión del anciano? Se supone que si el sacerdote anciano se confiesa, lo hace con otro sacerdote. El secreto de confesión es sagrado. ¿Qué ha llevado a romper ese secreto al narrador testigo? Podría contárselo, por ejemplo, a las monjas que cuidan al anciano para que no le hagan demasiado caso porque chochea y dice tonterías. No sé. Falta una justificación para que yo haya acabado enterándome del pecadillo de un cura por boca de otro cura. No importa si se trata solo de un desvarío del viejito sobre algo que solo está en su imaginación. Si él cree que está confesándose de un pecado, el otro no debe contarlo. Y si lo hace tiene que haber una razón poderosa para ello.

Hay que decir siempre: “insistir en”.
“Diciendo” no lleva tilde.
Yo usaría sobre todo dos tiempos verbales: pretérito perfecto simple para cuando están en el salón y pretérito pluscuamperfecto para los sucesos de la historia que narra el anciano.
Espero que mis sugerencias te sirvan.
Saludos.

Carme Bureu

23/01/2016 a las 21:23

Hola Leonardo:
Me gusto el enfoque que das a tu relato. Describes muy bien las emociones de cada personaje. Los tratas con mucha personalidad y sencillez.
Felicidades y gracias por pasarte por mi relato y tu sugerencia me pareció del todo acertada.
Una abrazo.

celeste

24/01/2016 a las 10:26

Hola Leonardo, me gustó mucho tu relato. El final es muy bueno! Felicitaciones!

Basilisa Nogales

24/01/2016 a las 12:42

Hola Leonardo:
Estoy de acuerdo con lo que te han dicho ya en los comentarios anteriores. En especial la sugerencia de Isolina R de justificar la narración de algún modo coherente.
Me gusta cómo escribes. Es un gustazo leer tus textos.
Algunos párrafos yo los pondría de otra manera.
Segundo párrafo: “Se describió como un joven apuesto, de tez blanca, mirada penetrante, voz varonil, cuerpo atlético, ropas nuevas, olor a colonia y expresión verbal refinada de alguien culto, de alguien elegante que jamás había realizado un trabajo físico”.
Tercer párrafo: “Me relató su llegada al puerto de una población pequeña, donde la actividad a las cuatro de la tarde se limitaba a la pintura de dos o tres embarcaciones de poco calado, y a la ingesta de licor en el billar, o en los bares atendidos por mujeres de dudosa conducta”.
Sexto párrafo: “Retomó el relato dando un suspiro, para añadir que aquel día no había sido posible conseguir transporte, pero se había enterado de que en la madrugada zarparía el cabotaje hacia el lugar al que él se dirigía”.

Los dos últimos los cambiaría de orden y los dejaría así:
“Sin ocultar azoro, me confesó que la situación no había pasado de allí. Se había embarcado muy temprano hacia su destino e implorado a Dios perdonara su infidelidad. Luego me pidió la penitencia. Le mandé rezar tres padrenuestros y lo bendije: “Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Domini”, justo en el instante en que los tunos, acompañados con panderetas, guitarras y castañuelas, empezaban a entonar el “feliz cumpleaños”.
Le dije al oído: «Reverencia, desde su llegada a nuestra casa de jubilación, esta es la segunda vez que me confiesa lo mismo. Recuerde, la otra vez me aseguró que nunca había vuelto a repetir el error de viajar sin sotana, por más complicados que fueran los medios de transporte».

Ojalá mi refraseo te resulte útil.
Un saludo.

Vespasiano

24/01/2016 a las 16:56

Hola Leonardo:
Me ha parecido excelente tu relato visto perfectamente desde el narrador testigo.
También sorprendente el protagonista de la historia. Yo, como su colega confesor, también le hubiera perdonado.
“En aquella época quizás era un hombre apuesto”. Por aquello de los tiempos verbales que tantas veces me han corregido, y aún no lo tengo muy claro, no sé si sería más correcto decir: “En aquella época quizás sería un hombre apuesto”.
“Contó de las averiguaciones aquella misma tarde”. Me suena que falta algo en esa oración. Yo hubiera escrito: “Contó de las averiguaciones que hizo aquella misma tarde.
Bueno, estas cosas que te apunto (que no le restan méritos a tu historia) son para aprender yo también.
Felicidades.

drow_jack

24/01/2016 a las 18:30

Buen texto. He de reconocer desde mi persona y con humildad, que según qué léxico me entorpece la lectura (Es una barrera que impone el lector, no el escritor), por lo tanto, Hago uso de mi debilidad y amplío mis fronteras de conocimiento gracias a ti.
Entonces, queda reconocer que hay varias formas de contar una historia, desde luego, con tu lenguaje siempre resulta profesional. Enhorabuena.

Gracias por pasarte por mi texto.

Noemi

24/01/2016 a las 20:28

¡Fantástico final, Leonardo! se me hizo un poco largo el cuento , quizás demasiados detalles. Pero es solo una opinión y el final compensa todo ¡Te felicito!
Seguimos leyéndonos

marazul

24/01/2016 a las 23:19

Qué buena prosa tienes Leonardo. Y en esta ocasión nos has sorprendido con ese final que lo explica todo. Y ese punto de humor :”….esta es la segunda vez que me confiesa lo mismo” jeje…..o lo repitió varias veces, o es que le gustaba recordarlo.
¿Enhorabuena por este espléndido relato!
Un saludo

Leonardo Ossa

25/01/2016 a las 01:06

Hola a todos.
Escribir es, para mí, una actividad lúdica que simplemente me distrae de las ocupaciones diarias que aún tengo. Saber que ustedes dedican varios minutos a leer y comentar mi texto, es una acción que merece mis sinceros agradecimientos:
SALDIVIA, me siento contento de saber que mi historia te pareció grata y entretenida. Gracias por tu comentario.
KAREN KATINA, compatriota, gracias por tu apoyo, me da gusto haberte sorprendido con el cuento. Espero leer tu participación en la próxima escena.
DEMETRIO, me alegra haberte hecho sonreír con mi escrito, esa reacción me motiva a volver a participar.
LUIS PONCE, muchas gracias por tu expresión de agrado hacia mi texto. Nos seguiremos leyendo.
FÉLI EGUIZABAL, muy motivadoras tus palabras que me animan a seguir intentando con la escritura.
JUANA MEDINA, me agrada muchísimo que te haya parecido un texto de gran ternura hacia los personajes.
BEBA, gracias por dejarme conocer tu opinión sobre mi texto, tus palabras me alientan bastante para las nuevas propuestas.
RYAN INFIELD, super-agradecido con la observación que me haces sobre la sorpresa que experimentaste y también, con la errata del acento.
MARIA, me siento contento al saber que te encantó mi escrito y que volverás a leerme. Espero poder escribir algo, que te agrade igual o más, para la próxima.
LEMO, gracias por tus felicitaciones ¡Qué bueno que fue de tu agrado!
DARIO LANA, gracias hombre, espero tener la capacidad de volverte a sorprender más adelante.
MANOLI VF, es agradable saber que, si bien mi escrito no coincide con las palabras y la forma de narrar que acostumbras leer, haya podido interesarte un momento mi relato. Gracias por el comentario, y espero los próximos en futuras participaciones.
PAOLA, lo que es estupendo para mí, son tus palabras. Me gusta que te haya sorprendido favorablemente. Lo de la “h” en tu comentario, no te preocupes, en mi texto también se fueron dos erratas inexplicables.
CACIBA, ¡Qué bien! Lo más encantador es tu expresión de agrado hacia mi escrito. Gracias.
OSVALDO, siempre recibo de tu parte palabras muy motivadoras, eso me da mucha energía para continuar entreteniéndome con esta actividad. Siempre: gracias.
LEOSINPRISA, gracias por tu punto de vista, me agrada muchísimo ver tus comentarios en mis escritos.
ISOLINA R, mucha gratitud de mi parte por todas tus palabras. Las acotaciones sobre mi texto serán siempre favorablemente acogidas. Admiro tu dominio sobre el idioma.
CARME BUREU, estoy muy contento de saber lo que te ha gustado mi escrito. Espero que nos sigamos leyendo.
CELESTE, muchas gracias por tu nota sobre mi participación de este mes. Me hubiese gustado tener la oportunidad de leer un escrito tuyo para esta escena.
BASILISA N, estoy muy complacido por tus sugerencias sobre mi texto, son muy pertinentes y créeme, son acotaciones que intentaré poner en práctica en mis próximos escritos. Gracias por el tiempo dedicado a comentarme.
VESPASIANO, me anima saber que te pareció una historia excelente, gracias. Sobre los tiempos verbales tengo todo por aprender. Tus observaciones son importantes para mí. Espero volver a encontrarte entre mis comentaristas.
DROW_JACK, soy yo quien debe reconocer con humildad que soy un aficionado en esta actividad de la escritura y que el léxico, varía entre un punto geográfico y otro. Espero volverte a leer y también tenerte entre mis comentaristas.
NOEMI, gracias por tu acertada opinión, en textos anteriores otras personas me señalan similares apreciaciones, así que deberé seguir intentando no extenderme en tantos detalles.
MARAZUL, gracias por calificar de espléndido mi sencillo escrito, es un reto ir mejorando hasta alcanzar un nivel aceptable en la prosa. Espero volver a tenerte entre mis comentaristas.

Frida

25/01/2016 a las 13:26

Hola Leonardo, gracias por tu paso por mi relato. El tuyo me ha encantado. Me ocurrió lo mismo que a algunos de los compañeros y, es que al principio me imaginaba los típicos cuentos del abuelo o compañero de trabajo mayor, que siempre está rememorando sus andanzas, pero el final me resultó gratamente sorprendente. Así que, una vez leído, hube de volver a releerlo para verlo desde otra perspectiva.

Puede que el sacerdote recuerde ese beso en sus confesiones, pero lo cierto es que semeja que lo hace llevado por un deje de nostalgia, por un y si…

No queda sino felicitarte por tan buen relato.

Ismael Tomas Perez

25/01/2016 a las 17:06

Hola Leonardo:
Como siempre es un placer recibir tus comentarios a la vez que lo es leer tus textos. Te han dicho mucho pero yo creo que la construcción de las frases es un toque personal de cada uno. Respecto a los verbos, a mi también me gustaría disponer de un manual para la correcta colocación de los tiempos según las frases. Es difícil sobre todo para mi que soy un poco novato.Me sorprenden siempre tus finales, aunque a veces, como ahora, pienso que realmente sobre un final por ti conocido creas una historia. ¡Felicidades!

Earendil

25/01/2016 a las 20:11

Hola Leonardo:
Ante todo quiero agradecerte tu paso por mi relato y tus amables palabras.
Al tuyo, llego un poco tarde, después de 28 comentarios poco puedo aportar.
Me ha gustado mucho la frescura y el estilo a la hora de contar tu historia. ¡Vaya, vaya con Su Reverencia! Tendremos que creernos que la cosa no pasó a más, je, je.
Me gusta también cómo has abordado la figura del viejete, que repite su historia, no sabemos si por puro arrepentimiento, si por la decrepitud de su ancianidad o porque se quedó con ganas de volver a repetir.
El caso es que me alegro mucho de haber pasado por aquí y descubrir tu historia.
Un saludo, nos leemos.

Cryssta

25/01/2016 a las 22:23

Leonardo, por falta de tiempo no he podido pasarme antes por aquí pero me alegro porque así me he limitado a disfrutar de tu relato, el cual me ha gustado mucho, no todo el mundo es capaz de sorprender como tú lo has hecho.

Nos leemos en el próximo taller. Un abrazo.

José Torma

27/01/2016 a las 04:39

Que tal Leonardo.

Gracias por pasarte por mi relato, que gusto que hayas notado avance.

El tuyo esta ya muy comentado, felicidades por eso, yo te dire que a mi me engañaste, tanto que tuve que releer para ver si se ma habia passado alguna pista y no fue asi. Realmente diste un home run.

Felicidades.

Marcelo Kisi

27/01/2016 a las 09:14

Hola Leonardo!
De a poco voy logrando devolver las cálidas visitas a mi relato, y te agradezco de nuevo tu afectuoso comentario.
El tuyo me gustó muchísimo, también me arrancó esa sonrisa de agradable sorpresa al final,un giro espectacular y magistralmente manejado. No tengo más que sumarme a los elogios y a las felicitaciones por tus logros en todos los aspectos: trama, ritmo, estilo: también a mí me gusta tu prosa aplomada, segura.
Una sola acotación al comentario de la sabia Isolina: comparto su inquietud acerca de las circunstancias en que nos enteramos de la confesión de un cura por boca de otro cura, pero a condición de que no lo llamemos fallo sino aporte. El relato se sostiene también sin eso, y no es cierto que en cada narración por un narrador testigo estemos exigiendo saber cómo fue que de repente se le ocurre a tal o a cual contarlo, y a quién se lo está contando. De otro modo, tendríamos que preguntarnos, por ejemplo en las novelas negras, con quién está hablando Humprey Bogart cuando inicia su relato acerca de la rubia que entra a su oficina, y dónde aprendió a hablar tan bien, si es apenas un ex poli de los bajos fondos de Nueva York. Pero sí sería interesante como agregado, como otro pliegue de la trama que sería interesante dilucidar. Pero de nuevo, no lo veo obligatorio.
De nuevo, delicioso relato, felicitaciones!

Wolfdux

27/01/2016 a las 16:11

Leonardo, poco más que añadir a lo dicho. Me has engañado hasta el final, jeje. Un relato muy bien escrito y con un estilo que me gusta. Felicidades.

Osvaldo Mario Vela Saenz

28/01/2016 a las 13:35

Leonardo, de nuevo a tu texto psra repasar los comentarios de compañeros litersutas y de paso aprender algo. Las aportaciones de Isolina y de Marcelo Kisi mencionan el secreto de confesión como un pecadillo del narrador más yo creo que la primera vez si podría considerarse como confesión la segunda y la tercera ya es presunción o añoranza y por lo tsnto tu narrador recibe la absolución automática.

Jordi Lafuente

29/01/2016 a las 11:52

Felicidades Leonardo.

No se si llegarás a leer esto porque voy un poco tarde. Me ha gustado mucho tu relato. Lo has escrito mucho mejor de lo que yo podría hacerlo así que no puedo hacerte críticas constructivas, solo me gustaría remarcar lo que mas me ha gustado.

Ya al principio has conseguido engancharme cuando un abuelo confiesa que su último beso fue con 24 años. Muy bien buscado. También durante el relato me gusta mucho los pasajes en los que vuelves a la fiesta para no perder de vista la situación. Que el narrador testigo sea determinante en la história y no solo un narrador, creo que le da mucha fuerza.

Felicidades.

Leonardo Ossa

30/01/2016 a las 00:23

Hola:
FRIDA, agradezco tu visita y comentario a mi texto, me anima bastante el que te haya encantado, espero seguirte leyendo y al mismo tiempo, poderte corresponder con buenas historias de mi parte.
ISMAEL TOMÁS, gracias por tu lectura y comentario. Debo decirte que también me considero un novato en la escritura. Hasta pronto.
EARENDIL, me gusta la suspicacia de tu comentario jajajaja. Gracias por tu lectura y acotación.
CRYSSTA, muy agradecido con tus palabras, me animas bastante a continuar con estos escritos.
JOSÉ TORMA, me alegra mucho verte entre mis comentaristas, deseo que nos sigamos leyendo en próximas oportunidades. Saludos.
MARCELO KISI, me siento muy honrado con tu visita y comentario. Un abrazo.
WOLFDUX, saber que te ha gustado mi escrito, es una razón para seguir participando en los talleres. Sos muy amable Wolfdux. Nos seguiremos leyendo.
OSVALDO M. VELA, jajaja gracias por la absolución, me quedaste debiendo la penitencia.
JORDI LAFUENTE, Sos muy generoso con tu comentario, gracias por la lectura y la acotación que me haces. Espero seguir leyéndote. Saludos.

Wiccan

02/02/2016 a las 00:20

Buenas Leonardo,
Ante todo muchas gracias por pasarte por mi relato y por tus comentarios y disculparme por haber tardado tanto en pasarme por el tuyo.
Me ha gustado mucho el texto, te mantiene en la intriga porque aunque la idea de fondo del beso romántico está ahí durante todo el texto en realidad consigues que no tengas claro lo que está pasando hasta que llegas al final, que se descubre muy original. Creo que el texto está muy bien presentado y el desarrollo de la acción está clara, sin embargo, voy a ponerte dos peros desde mi humilde y poco informado punto de vista, pero es algo que me pareció como lector:
– Las comas: creo que hay demasiadas, muchas paradas en la lectura, ya no te digo de cambiarlas de sitio porque eso depende del ritmo que le quieras dar al texto, pero si me pareció que ralentizaban la historia.
– Los inicios con “relató”, “contó”, “retomó”, “narró” me parecieron forzados para una persona que está contándote una historia, es una impresión. Al leerlo una primera vez la sensación que tenía era de que se repetían las palabras, me daba cuenta de que no, pero aún así me lo parecía, aunque está claro que ayudan a reforzar la idea del narrador testigo que en tu caso me parece que está conseguido aunque también me planteé lo mismo que Isolina.
Al releer el texto entiendo que ambas cosas pueden formar parte del ritmo que querías imprimir al relato, pero como fue una impresión que tuve, te lo comento. En cualquier caso, son puntillitas para un gran texto y una gran idea así que te felicito. Gracias por comartirlo!!!
Un saludo.

Leonardo Ossa

02/02/2016 a las 03:44

Hola Wiccan, me siento muy contento de haber recibido tu nota en esta fecha, cuando prácticamente ya no esperaba ninguna acotación. Tus impresiones sobre el texto son muy importantes para mí, las tendré muy en cuenta para futuros escritos.
Un abrazo.

Pato Menudencio

18/02/2016 a las 14:24

Me gustó el relato. Es sencillo de leer y está bien construído.

La temática es original.

Como hay poco para aportar, sólo te diré dos pequeñas cosas.

– A veces algunas comas hacían que el ritmo se pierda por un instante, como un corredor que se detiene para atar los cordones de sus zapatillas.

– Con una cantidad mayor de palabras podrías relatar con mayor detalle el beso apasionado, ya que uno espera una mayor descripción. Mal que mal es el beso más apasionado que ese hombre recibió en su vida y todos queremos saber en que se diferencia de los otros besos.

Muy buen relato.

Saludos.

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