Están a sólo metros de distancia. No sé si sería peor apartar la mirada, pero me siento incómoda mirándolos.

Uno.
No la conozco mucho, pero aún desde mi inexistente experiencia, intuyo que ella no había hecho nada como esto jamás.
Dos.
Copia con torpeza lo que ha visto hacer a otros, probablmente en la televisión.
Tres.
En un movimiento rapido acerca su cara a la de él. A tan escasa distancia no puede ver los ojos cerrados del muchacho.

Uno… Dos… Tres…
…
Él no se sobresalta, no se mueve ni siquiera para empujarla.

Uno… dos… tres…
…
Él no dice nada. Supongo que ya no tiene opinión

Uno. dos. tres.
…

El sonido de sirenas me da una excusa para ver a otro lado. Alguién llamó a emergencias, pero es demasiado tarde.
En lugar del beso de la vida, esta chica le da el último. No significa nada para él.
Algo me dice que para ella será una imborrable y grotesca cicatriz en la memoria, pero ¿él? No.
Sus recuerdos terminaron con el golpe que se dió contra el agua que llenó sus pulmones antes de que uno de nosotros se atreviera a entender que no estaba bromeando y que fue mala idea esta excursión.