Literautas - Tu escuela de escritura

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El último beso - por J.Colmarias

Desde que te fuiste te veo en tus iguales,
pero en ninguno encuentro tu mirada.
En tu recuerdo escribí estas líneas,
espero que te gusten, son con sabor a corazón.

El último beso

Lo que más me gustaba de ti era tu amistad sincera; me querías, te quería, y los alardes no iban con nosotros. Fuimos grandes amigos, la cama era tan tuya como mía y había ocasiones en las que parecía ser yo el intruso. Aún recuerdo tus andares de fantasma y esa cara de no haber roto un plato jamás (yo sé bien que rompiste más de un par), esa manía tuya de no hacer mucho caso y el montón de bichitos a los que diste cuenta en la terraza; pobres… no sabían que tras el peluche se encerraba la bestia.

Siempre fuiste inteligente, es fácil decirlo de alguien a quien se quiere, pero realmente pienso que lo eras. Llegaste a nuestra vida por una astucia, un truco callejero de un enano con hambre y sin miedo a las alturas. Te acercaste con elegancia y valentía mientras otros se asustaban desde lejos. Tres mocosos, un bandido y una promesa se juntaron en esa pila de agua fría y jabón para platos. No te quejaste en ningún momento. Sí, realmente pienso que lo eras.

Pulcro y temeroso pasaste las primeras noches en tu nueva casa, pronto te hiciste dueño de hasta el último rincón y de cada uno de nuestros corazones. Era fácil perderse en tus ojos soleados, en tus manazas, en tu bigote y en tu voz impaciente. El tuyo era un paladar de reyes, aunque solías corretear como un príncipe.

Espero que supieras perdonarnos aquel mal necesario. Me gusta pensar que hay por el mundo al menos un ser que pudiera llamarte padre, también vestido de blanco y con sombrero marrón. Cautivo o callejero, no importa. Tú tenías algo de cada, un gesto lujoso y ese aire traicionero que aprendiste en el lugar donde hoy descansas.

Hubo noches en las que la luna te miraba con celo, y tenías esas visitas que tanto nos irritaban. Las madrugadas en vela, haciendo y deshaciendo las escaleras, arriba y abajo, con esa agilidad tan propia de ti. Me encantaba esa sensación de volver a casa y encontrarte durmiendo en cualquier lugar (te confieso que muchas veces quise ser tú), de abrir una puerta y verte por allí, in-fraganti, haciendo algo que nunca sabremos qué era. Por supuesto tenías tu misterio, tus manías y caprichos. Nadie podrá negar el amor que sentías por ella, ni el de ella por ti. Con tus ojos y tu fidelidad le decías todo lo que, por naturaleza, callabas.

Los años solo te cambiaron físicamente aunque, a veces, dabas la sensación de seguir siendo un niño. Asusta pensar que nos acompañaste durante tanto tiempo y que pasase tan rápido. Podía estar días sin salir de casa y, aun así, no verte en ningún momento. Tenías ese no sé qué mágico de desaparecer sin que se notase. Ahora que tu ausencia es real, no sabes cuánto se nota. Estoy orgulloso de lo valiente que fuiste, deseo que no pasaras miedo y, por si ya no eras capaz de comprender, te diré que todos estuvieron contigo. Yo no pude quedarme, no quería verte así. En nuestra última mirada tus pupilas bailaron, quiero pensar que significaban un adiós, me gustaría pensar que fue un hasta pronto. Cuando ya no estabas, te despeiné el entrecejo, ya sabes, como tanto me gustaba hacerte, y te di un último beso. Así te llevo en el alma.

Te llevaste un trozo de nosotros, una buena parte de nuestra niñez. A cambio, nos dejaste un salero lleno de lágrimas y el recuerdo de un amor sencillo, real y eterno.

Lo que más me duele es pensar que llegará el día en que ya no encuentre tu pelo blanco en mis pantalones y camisas oscuras…

Comentarios (14):

Bego Asomadaalalocura

19/01/2016 a las 11:45

Como nos roban el corazón los animales, ¿verdad?
Me ha parecido un texto muy emotivo y lleno de nostalgia, me cuesta mucho encontrar fallos gramaticales donde hay tanto sentimiento.
Muchas felicidades!

J. Colmarias

19/01/2016 a las 15:54

Muchas gracias por leerlo y, además, comentar. Es la primera vez que participo en el taller y no estaba muy convencido de hacerlo con un texto en el que por desgracia no hay ficción. Es cierto que los animales crean vínculos con las personas que difícilmente se olvidan.

Un saludo!

Andrés García

19/01/2016 a las 17:31

EXCELENTE… creo que todos hemos pasado una perdida así.

Me encanto el no saber si hablabas de una persona o de algo más y descubrirlo hasta el final, aunque nunca nos lo dijiste.

Conmovedor te lo digo sinceramente.

J. Colmarias

19/01/2016 a las 23:26

Muchas gracias Andrés. Es cierto, nos dejan un gran vacío. Me alegra saber que te ha gustado tanto.

Un saludo!

tilly

20/01/2016 a las 15:41

Hola, un texto poético y sensible. Me ha conmovido. Muchas gracias por leer el mío y por tus aportaciones Tilly .

Juana Medina

20/01/2016 a las 18:14

Es un relato precioso y conmovedor. El lenguaje está muy bien llevado para decir sin nombrar, y sobre todo para conmover.
Dices que es la primera vez que participas, te seguiré leyendo. Si te da curiosidad, estoy en el 149
Saludos

María

20/01/2016 a las 22:36

No tengo palabras, en serio. Creo que hasta me has dejado con la lagrimilla. Gracias por escribir algo tan bonito y sobre todo que refleja perfectamente el sentimiento que tenemos cuando esto sucede. Yo también participo por primera vez, si quieres pasarte soy el número 179.
¡Gracias!

Darío Lana

22/01/2016 a las 13:20

¡Vaya texto! ¡Cuánto sentimiento! No te preocupes porque no sea ficción,no hace falta.
Has conseguido transmitir a la perfección tus sentimientos y generar emoción en el lector, que al final es lo importante.

Enhorabuena y no dudes en seguir participando

Saludos

Marcelo Kisi

23/01/2016 a las 03:09

Hola J.Colmarias!
Nuevamente gracias por pasarte y comentar generosamente mi texto.
En el tuyo, ciertamente no hay ficción, pero sí hay relato. Me gustó mucho tu estilo poético, a mí, que no soy gran amante de la poesía, ya viste, sino más de la acción. Pero lograste conmoverme, y tener también una experiencia estética con tu manera de contar sin decir todo.
Espero que sea tu primera vez de muchas! Felicitaciones!

marazul

25/01/2016 a las 22:58

¡Qué bonito!
Qué homenaje más bonito a esos animales de compañía que nos dan tanto y dejan un vacío tan grande cuando se van. Has llegado al corazón de tus lectores J.Colmarias porque se nota que te ha salido de muy adentro y porque tu forma de escribir es muy poética. El contenido de tu narración es lo que se merece.
Así que no tengo más que palabras bonitas para tu relato.
¡Enhorabuena!

J. Colmarias

28/01/2016 a las 20:20

Muchas gracias tilly, Juana Medina, María, Darío Lana, Marcelo Kisi y marazul.

Me alegra saber que os ha gustado y que lo habéis leído. Os agradezco los ánimos recibidos para seguir participando en el taller y prometo hacerlo, al menos, los meses en los que mis obligaciones me lo permitan.

Nos seguimos leyendo.
Un saludo!

Isolina R

31/01/2016 a las 21:13

Hola J. Colmarias:
Hasta el final no comprendí que se trataba de un animal. Muy emotivo. No sé qué más decirte, porque no me salen las palabras.
Espero seguir leyéndote.
Saludos.

beba

13/02/2016 a las 18:17

Hola, J Colmarías:
Fue un placer leer tu texto tan lírico y pulcro. Como todos te comentan, cuando los animales se nos van dejan más que una pelusa en la ropa… y es indeleble. Un abrazo

Alonso García-Risso

24/03/2016 a las 03:29

Saludos J.Colmarias: He aceptado tu invitación y he leído tu historia para ‘El último beso’.
Comentario: Ágil, fácil de leer. Con un poderoso enganche para quien ha tenido un perro como mascota, como amigo. Un excelente trabajo. Felicitaciones.

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